Maite Ferreiro (BNG): "Tenemos asumido que la Justicia es patriarcal; hace que las mujeres nos sintamos desprotegidas"
A pocos días del próximo 8 de marzo - uno de los más relevantes ya que se podrá celebrar con cierta normalidad tras lo más crudo de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo - Galiciapress ha conversado con varias de las mujeres protagonistas de la política gallega, como Marisol Díaz (diputada del PPdeG) o Ángela Rodríguez (secretaria de Estado de Igualdad y militante de Podemos).
La vicepresidenta de la Diputación de Lugo y concelleira de Cultura en el Concello de Lugo, Maite Ferreiro (BNG), es una de las responsables de los muchos actos que programa la institución por estas fechas para promover la igualdad.
Con la cultura como herramienta, Ferreiro aboga por educar con la música o el teatro como canales de tras*misión en una sociedad que cree ha retrocedido en algunas conquistas por culpa de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Las mujeres del rural, una justicia "patriarcal" o el auge de la ultraderecha son otros de los puntos de esta conversación.
Maite Ferreiro
Galicia está ultimando los preparativos para el 8M, una fecha muy especial ya que será la primera vez en dos años que se pueda celebrar con cierta normalidad. Lugo es uno de esos puntos donde el feminismo volverá a tomar las calles y teñirlas de jovenlandesado para denunciar la violencia machista, la brecha salarial o los abusos que sufren en una sociedad que todavía no es del todo igualitaria.
Para Maite Ferreiro, vicepresidenta de la Diputación de Lugo y conselleira de Cultura en la ciudad amurallada, el 8 de marzo es día muy importante “como mujer y como feminista”, por lo que espera que en esta ocasión se pueda celebrar con total normalidad después de dos años complicados. “Todos los años preparamos alguna actividad desde la Diputación. Pero nuestro compromiso es trabajar los 365 días al año para dar visibilidad a las mujeres en todos los ámbitos, especialmente a través de la cultura para acercar a los niños y niñas modelos con los que ver la importancia de la igualdad”, destaca.
Fruto de esa iniciativa surge el programa que presentó esta semana el organismo provincial ‘Con Voz de Muller 8-M’, que contará con conciertos de figuras destacada de la música como ‘De Vacas’, ‘Habelas Hainas’, ‘Uxia’ y Laura LaMontagne & PicoAmperio, que arrancan el ciclo este viernes en Vilalba.
Estas voces son parte del nuevo movimiento que ha revitalizado el tradi gallego, con mujeres empoderadas y jóvenes convertidas en figuras consolidadas dentro de la música. “La cultura es una manera de trasladar estas ideas, sobre todo a los jóvenes. Nosotros tenemos muy en consideración las características de nuestro rural en sus distintas comarcas, a las que llevamos, además de música, obras de teatro, con las que llevaremos a muchos rincones la vida y obra de Rosalía de Castro, así como ciclos de teatro aficionado... La igualdad puede trabajarse desde distintas perspectivas”, argumenta Ferreiro.
Además de los conciertos, en la Diputación promueven unas unidades didácticas para los escolares con las que reforzar la educación en igualdad. La importancia de contar con estos modelos educativos queda desdibujada si no se perpetúa en los hogares, un aspecto que preocupa a Ferreiro con una herramienta tan importante contra la violencia de género como es la enseñanza.
“Son complementarios. Si a los niños en la escuela le dicen una cosa, en casa le enseñan otra y en la calle ven otra, al final no entienden nada y dependen del momento vital en el que se encuentren confiarán más en una cosa u otra. Es importante trabajar en distintos campos para lanzar esa imagen conjunta de Igualdad para no consentir ni abusos ni maltratos”, considera.
En lo referido a trabajar todos los días del año en igualdad, recientemente la diputada popular, Marisol Díaz, explicaba en una entrevista para este medio que las diferencias entre los distintos grupos políticos en esta materia no son insalvables. “Cada una con su ideología, pero siempre en el mismo camino”, explicaba. Sobre esto, Ferreiro, del BNG, conviene en que coinciden en el fondo pero no en la forma.
"COINCIDIMOS EN LA FORMA, NO EN EL FONDO"
En política todavía se echan en falta más mujeres en puestos de responsabilidad, un techo de cristal que existe, como en el mundo empresarial, y que por lo tanto sigue ofreciendo una perspectiva sesgada. “Somos un reflejo de la sociedad. El número de mujeres en puestos altos son pocos. A veces se llega a donde se llega, pero son muy pocas las que terminan de dar el salto a otro nivel”, apostilla la nacionalista, a la vez que cree que falta educación para que la mujer se sienta “con capacidad para llegar a esas metas, porque a veces no estamos dispuestas a pagar el precio de dejar de lado la familia, algo que los hombres, por su educación, parecen tener más fácil”.
“En política hay que aunar esfuerzos en combatir esa violencia, las diferencias salariales y laborales, así como la condena a la explotación que sufren las mujeres en el mundo y que impiden a la mujer vivir en libertad, como por ejemplo la ablación genital. Entendemos los derechos de la misma forma, pero no los métodos para alcanzarlos. Las organizaciones de izquierda tenemos una visión diferente, porque visibilizamos las clases más bajas, las más vulnerables ante esto”, reconoce.
En ese sentido, Ferreiro ve “muy preocupante” que el auge de la ultraderecha pueda alcanzar gobiernos como el de la Junta de Castilla y León, en el que tras las últimas elecciones Vox tiene la llave para un nuevo gobierno del PP, algo que solo aceptará si se derogan, entre otras cosas, leyes como la de la violencia de género. A renglón seguido, considera también “preocupante” que el PP, “después del ejemplo de Andalucía”, “pueda darle cancha a un partido que ni siquiera reconoce algo tan tremendo como la existencia de la violencia machista”. “Es un retroceso y un desprecio a las víctimas”, lamenta.
“Se perdieron muchas vidas por el camino en estos años para lograr avances. La legislación es importante, aunque no llegue a desenvolverse, como también son importantes los juzgados que aplican estas leyes”, interpreta.
Una Justicia que, a veces, parece jugar a la contra. En Lugo el ejemplo más claro y fresco lo encontramos entre las víctimas de las filmaciones de la Maruxaina, inmersas en un largo proceso judicial en el que han recibido algún que otro varapalo por sentencias catalogadas como salvajemente machistas.
VIOLENCIA MACHISTA, BRECHA SALARIAL Y MUJERES DEL RURAL
En este tiempo de esa época en el 2020 de la que yo le hablo muchos son los aspectos en los que la crisis sanitaria ha dificultado el día a día de las mujeres, especialmente las del rural gallego. En una comunidad como Lugo, con un peso del rural incuestionable, muchas se enfrentan a la decisión de abandonar sus hogares para disponer de servicios que sí hay en las ciudades. La primera medida para corregir esta tendencia es “favorecer la creación de puestos de empleo”, algo que acusa especialmente en estos momentos la Mariña lucense, por ejemplo, herida de fin por el fin de su industria.
“Tampoco se pueden eliminar servicios públicos. No es lógico que se cierren escuelas, que se reste atención médica en los centros de salud, que no se disponga de atención a mayores y dependientes, dejando ese peso sobre las mujeres encargadas del cuidado de la familia. La inclinación es buscar un entorno donde sea más cómodo acceder a esos servicios. Hay mucho que trabajar por el rural, pero las políticas de los últimos años no favorecen nada”, critica Ferreiro, al tiempo que ruega “escuchar a las mujeres del rural, ellas saben qué es lo que necesitan”.
Otro profundo problema lo encontramos en la violencia machista. 2021 dejó 44 víctimas según las cifras oficiales y 2022 ha arrancado con cinco asesinadas, una de ellas de solo 17 años. Llama poderosamente la atención la juventud de algunas víctimas y de sus agresores, un problema para el que Ferreiro solo encuentra una salida: “Educación, educación y educación”.
“¿Qué ocurre? ¿Qué hacemos mal como sociedad? Durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo a lo mejor no hubo tantos asesinatos, pero sí muchos malos tratos. Creo que en el sistema educativo algo está fallando cuando los jóvenes siguen utilizando esa violencia”, entiende Ferreiro, que enfatiza en la importancia de “condenar” y “no mirar hacia otro lado”.
Tampoco hay que obviar otros asuntos como la brecha salarial, una herida profunda en la mitad de la población pese a los datos dados. “No es que las mujeres denunciemos las diferencias salariales, es que existen, son reales, los datos están ahí. La mujer siempre fue la mano de obra más barata, algo que todavía asume el empresariado y vemos como tienen que ser los juzgados los que concedan derechos que los empresarios no dan”, reprocha.
No obstante, pide no enfocar solo esta lucha en la brecha salarial, sino que otros puntos, como son la conciliación o el derecho a pedir horas por lactancia, son igual de importantes. “Lo triste es que habrá muchas mujeres que por circunstancias no pueden presentar una denuncia. Esas son las verdaderamente olvidadas, invisibles y que no vemos en las cifras”, concluye.
A pocos días del próximo 8 de marzo - uno de los más relevantes ya que se podrá celebrar con cierta normalidad tras lo más crudo de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo - Galiciapress ha conversado con varias de las mujeres protagonistas de la política gallega, como Marisol Díaz (diputada del PPdeG) o Ángela Rodríguez (secretaria de Estado de Igualdad y militante de Podemos).
La vicepresidenta de la Diputación de Lugo y concelleira de Cultura en el Concello de Lugo, Maite Ferreiro (BNG), es una de las responsables de los muchos actos que programa la institución por estas fechas para promover la igualdad.
Con la cultura como herramienta, Ferreiro aboga por educar con la música o el teatro como canales de tras*misión en una sociedad que cree ha retrocedido en algunas conquistas por culpa de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Las mujeres del rural, una justicia "patriarcal" o el auge de la ultraderecha son otros de los puntos de esta conversación.
Maite Ferreiro
Galicia está ultimando los preparativos para el 8M, una fecha muy especial ya que será la primera vez en dos años que se pueda celebrar con cierta normalidad. Lugo es uno de esos puntos donde el feminismo volverá a tomar las calles y teñirlas de jovenlandesado para denunciar la violencia machista, la brecha salarial o los abusos que sufren en una sociedad que todavía no es del todo igualitaria.
Para Maite Ferreiro, vicepresidenta de la Diputación de Lugo y conselleira de Cultura en la ciudad amurallada, el 8 de marzo es día muy importante “como mujer y como feminista”, por lo que espera que en esta ocasión se pueda celebrar con total normalidad después de dos años complicados. “Todos los años preparamos alguna actividad desde la Diputación. Pero nuestro compromiso es trabajar los 365 días al año para dar visibilidad a las mujeres en todos los ámbitos, especialmente a través de la cultura para acercar a los niños y niñas modelos con los que ver la importancia de la igualdad”, destaca.
Fruto de esa iniciativa surge el programa que presentó esta semana el organismo provincial ‘Con Voz de Muller 8-M’, que contará con conciertos de figuras destacada de la música como ‘De Vacas’, ‘Habelas Hainas’, ‘Uxia’ y Laura LaMontagne & PicoAmperio, que arrancan el ciclo este viernes en Vilalba.
Estas voces son parte del nuevo movimiento que ha revitalizado el tradi gallego, con mujeres empoderadas y jóvenes convertidas en figuras consolidadas dentro de la música. “La cultura es una manera de trasladar estas ideas, sobre todo a los jóvenes. Nosotros tenemos muy en consideración las características de nuestro rural en sus distintas comarcas, a las que llevamos, además de música, obras de teatro, con las que llevaremos a muchos rincones la vida y obra de Rosalía de Castro, así como ciclos de teatro aficionado... La igualdad puede trabajarse desde distintas perspectivas”, argumenta Ferreiro.
Además de los conciertos, en la Diputación promueven unas unidades didácticas para los escolares con las que reforzar la educación en igualdad. La importancia de contar con estos modelos educativos queda desdibujada si no se perpetúa en los hogares, un aspecto que preocupa a Ferreiro con una herramienta tan importante contra la violencia de género como es la enseñanza.
“Son complementarios. Si a los niños en la escuela le dicen una cosa, en casa le enseñan otra y en la calle ven otra, al final no entienden nada y dependen del momento vital en el que se encuentren confiarán más en una cosa u otra. Es importante trabajar en distintos campos para lanzar esa imagen conjunta de Igualdad para no consentir ni abusos ni maltratos”, considera.
En lo referido a trabajar todos los días del año en igualdad, recientemente la diputada popular, Marisol Díaz, explicaba en una entrevista para este medio que las diferencias entre los distintos grupos políticos en esta materia no son insalvables. “Cada una con su ideología, pero siempre en el mismo camino”, explicaba. Sobre esto, Ferreiro, del BNG, conviene en que coinciden en el fondo pero no en la forma.
"COINCIDIMOS EN LA FORMA, NO EN EL FONDO"
En política todavía se echan en falta más mujeres en puestos de responsabilidad, un techo de cristal que existe, como en el mundo empresarial, y que por lo tanto sigue ofreciendo una perspectiva sesgada. “Somos un reflejo de la sociedad. El número de mujeres en puestos altos son pocos. A veces se llega a donde se llega, pero son muy pocas las que terminan de dar el salto a otro nivel”, apostilla la nacionalista, a la vez que cree que falta educación para que la mujer se sienta “con capacidad para llegar a esas metas, porque a veces no estamos dispuestas a pagar el precio de dejar de lado la familia, algo que los hombres, por su educación, parecen tener más fácil”.
“En política hay que aunar esfuerzos en combatir esa violencia, las diferencias salariales y laborales, así como la condena a la explotación que sufren las mujeres en el mundo y que impiden a la mujer vivir en libertad, como por ejemplo la ablación genital. Entendemos los derechos de la misma forma, pero no los métodos para alcanzarlos. Las organizaciones de izquierda tenemos una visión diferente, porque visibilizamos las clases más bajas, las más vulnerables ante esto”, reconoce.
En ese sentido, Ferreiro ve “muy preocupante” que el auge de la ultraderecha pueda alcanzar gobiernos como el de la Junta de Castilla y León, en el que tras las últimas elecciones Vox tiene la llave para un nuevo gobierno del PP, algo que solo aceptará si se derogan, entre otras cosas, leyes como la de la violencia de género. A renglón seguido, considera también “preocupante” que el PP, “después del ejemplo de Andalucía”, “pueda darle cancha a un partido que ni siquiera reconoce algo tan tremendo como la existencia de la violencia machista”. “Es un retroceso y un desprecio a las víctimas”, lamenta.
“Se perdieron muchas vidas por el camino en estos años para lograr avances. La legislación es importante, aunque no llegue a desenvolverse, como también son importantes los juzgados que aplican estas leyes”, interpreta.
Una Justicia que, a veces, parece jugar a la contra. En Lugo el ejemplo más claro y fresco lo encontramos entre las víctimas de las filmaciones de la Maruxaina, inmersas en un largo proceso judicial en el que han recibido algún que otro varapalo por sentencias catalogadas como salvajemente machistas.
“Creo que tenemos asumido que la Justicia es patriarcal. En el momento que el personal de los juzgados no recibe una educación ni formación en igualdad obligatoria, porque no puede ser que se trate de algo opcional, pues en esos casos ocurren casos como este, pero hay muchos otros ejemplos con sentencias que te estremecen al pensar en las manos en las que estamos. Son situaciones que nos afectan a lo largo de nuestra vida y que al final vemos que no hay castigo ni recriminaciones a los que realizan estos actos machistas y desagradables, haciendo que las mujeres no sintamos desprotegidas en nuestra vida normal”.
VIOLENCIA MACHISTA, BRECHA SALARIAL Y MUJERES DEL RURAL
En este tiempo de esa época en el 2020 de la que yo le hablo muchos son los aspectos en los que la crisis sanitaria ha dificultado el día a día de las mujeres, especialmente las del rural gallego. En una comunidad como Lugo, con un peso del rural incuestionable, muchas se enfrentan a la decisión de abandonar sus hogares para disponer de servicios que sí hay en las ciudades. La primera medida para corregir esta tendencia es “favorecer la creación de puestos de empleo”, algo que acusa especialmente en estos momentos la Mariña lucense, por ejemplo, herida de fin por el fin de su industria.
“Tampoco se pueden eliminar servicios públicos. No es lógico que se cierren escuelas, que se reste atención médica en los centros de salud, que no se disponga de atención a mayores y dependientes, dejando ese peso sobre las mujeres encargadas del cuidado de la familia. La inclinación es buscar un entorno donde sea más cómodo acceder a esos servicios. Hay mucho que trabajar por el rural, pero las políticas de los últimos años no favorecen nada”, critica Ferreiro, al tiempo que ruega “escuchar a las mujeres del rural, ellas saben qué es lo que necesitan”.
Otro profundo problema lo encontramos en la violencia machista. 2021 dejó 44 víctimas según las cifras oficiales y 2022 ha arrancado con cinco asesinadas, una de ellas de solo 17 años. Llama poderosamente la atención la juventud de algunas víctimas y de sus agresores, un problema para el que Ferreiro solo encuentra una salida: “Educación, educación y educación”.
“¿Qué ocurre? ¿Qué hacemos mal como sociedad? Durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo a lo mejor no hubo tantos asesinatos, pero sí muchos malos tratos. Creo que en el sistema educativo algo está fallando cuando los jóvenes siguen utilizando esa violencia”, entiende Ferreiro, que enfatiza en la importancia de “condenar” y “no mirar hacia otro lado”.
Tampoco hay que obviar otros asuntos como la brecha salarial, una herida profunda en la mitad de la población pese a los datos dados. “No es que las mujeres denunciemos las diferencias salariales, es que existen, son reales, los datos están ahí. La mujer siempre fue la mano de obra más barata, algo que todavía asume el empresariado y vemos como tienen que ser los juzgados los que concedan derechos que los empresarios no dan”, reprocha.
No obstante, pide no enfocar solo esta lucha en la brecha salarial, sino que otros puntos, como son la conciliación o el derecho a pedir horas por lactancia, son igual de importantes. “Lo triste es que habrá muchas mujeres que por circunstancias no pueden presentar una denuncia. Esas son las verdaderamente olvidadas, invisibles y que no vemos en las cifras”, concluye.