Maersk invertirá 10.000 millones en España para desarrollar e-metanol a partir de hidrógeno verde
ENERGÍA
El proyecto supondrá la creación de dos centros de producción en Galicia y Andalucía; el Gobierno planea entrar simbólicamente en su accionariado
Maersk ha elegido España como localización estratégica para desarrollar un proyecto con el que pretende producir su propio carburante verde y colocarse a la vanguardia del reto de la descarbonización que debe abordar el sector marítimo, hasta ahora el más demorado en esta tendencia.
Maersk es la segunda mayor naviera del mundo, según el ranking de la consultora y analista de datos marítimos Alphaliner. Cuenta con 750 buques, 100.000 empleados 120 países y el 20% de la cuota de mercado en el tras*porte internacional. La compañía lleva meses trabajando con el Gobierno español para contrastar que España es un emplazamiento estratégico para producir e-metanol.
“Se trata de un electro combustible sostenible cero emisiones que resulta de un proceso químico”, según explica Carlos Bravo, responsable en España de la asociación tras*port and environment. Para su producción se necesita hidrógeno verde (que se obtiene a través de hidrólisis del agua utilizando energía sostenible como la eólica o la fotovoltaica) al que luego, a través de procesos químicos se acompaña de captura de dioxido de carbono.
Impacto laboral
El proyecto crearía 4.000 empleos directos
Este es un complicado proceso que técnicamente está muy avanzado, pero que todavía apenas existe producción mundial y que, de momento, pugna con el amoníaco por convertirse en el carburante verde del futuro de los grandes medios de tras*porte mundial (marítimo entre ellos).
El proyecto supondría, según han confirmado fuentes de Moncloa, una inversión total de 10.000 millones de euros y la creación de 4.000 empleos directos, unos 35.000 durante el proceso de construcción y otros 40.000 indirectos. En la actualidad, la compañía ya cuenta con 1.700 empleados, 12 puertos, 10 ciudades y 5 terminales marítimas. Además, colocaría a España como localización estratégica en el futuro mapa de las rutas marítimas del tras*porte descarbonizado.
El proyecto que se presenta hoy, pero cuyos detalles finales no se conocerán hasta mediados del 2023, plantea desarrollar dos plantas de producción que estarían situadas en Andalucía y Galicia para producir dos millones de toneladas de metanol.
Como una de las grandes del tras*porte internacional, la naviera Maersk ha apostado por liderar el proceso de descarbonización y ha adelantado el reto del 2050 al 2040. En la actualidad, es uno de los mayores consumidores de energías fósiles con 10 millones de toneladas de gasoil anual.
El primer paso para abordar el cambio ha sido encargar la construcción de 19 buques que funcionarán con e-metanol verde antes de 2024 y ante la ausencia de proveedores que le aseguren a nivel mundial el acceso a este combustible, Maersk está apostando por el autoabastecimiento.
Va a necesitar 20 millones de toneladas de e-metanol, de los cuales 12 o 13 millones quieren producirlo ellos mismos en sus plantas, confiando en que para 2030 ya haya otros proveedores a lo largo del mundo que es permitan compensar esa diferencia.
Para ello, tiene previsto desarrollar cinco o seis puntos estratégicos en todo el planeta que permitan producir ese combustible y que sus barcos puedan repostar sin problemas a lo largo de las rutas internacionales marítimas. La primera localización anunciada fue El Cairo, en Egipto. La segunda, España.
La puesta en marcha se desarrollará por fases. La primera, hasta mediados del 2023, se centrará en el desarrollo de los detalles del proyecto. “Hemos trabajado juntos para constatar que España es un país en el que es rentable la producción de metanol, el más rentable de Europa gracias a la eficiencia de nuestra producción de energía eólica y fotovoltaica necesarias para suministrar la energía necesaria para producir el metanol que necesita Maersk”, han asegurado fuentes de Moncloa.
Le seguirá un modesto arranque de la producción con el hito de producir 200.000 toneladas antes del 2025. Entre el 2025 y 2027 se prevé producir un millón de toneladas de metanol anuales.
Será en ese momento donde se evalúe si el e-metanol gana la batalla por convertirse en el carburante marítimo del futuro o lo hace el amoníaco. O lo hacen ambos. En función de ese desarrollo técnico, la segunda planta de producción de Maersk en España se centrará en una u otra tecnología. De ser el e-metanol debería servir para producir dos millones de toneladas anuales.
Se trata de un proyecto tan estratégico que en Moncloa no descartan que el Estado acabe tomando una participación simbólica en él. Lo que está claro que es Maersk va a tener a sus pies una alfombra roja para la puesta en marcha del proyecto. Fuentes de Moncloa descartan que se vayan a modificar leyes expresamente para ayudar a la compañía, pero sí reconocen que recibirá inyecciones financieras de los Fondos del plan de Recuperación Europeo. “Además, hay ventanillas con más cantidad de ayuda para el hidrógeno. Europa es flexible para los proyectos de hidrógeno verde y Maersk ya ha sondeado a algunas”, aseguran desde el Gobierno.
El reto que deberán afrontar ahora tanto Maersk como el Gobierno es el desarrollo de los parques fotovoltaicos que va a necesitar la compañía para alimentar la producción de este nuevo fluido. Se estima que la empresa necesite producir unos 4.000 megavatios.
Desde Moncloa no quieren precisar localizaciones pero aseguran “que deberán estar diseminados por toda España para evitar el impacto que supondría una única localización”. Frente a ellos, no faltarán los movimientos ciudadanos y ecológicos que pugnan en contra de macroparques de producción eléctrica.
ENERGÍA
El proyecto supondrá la creación de dos centros de producción en Galicia y Andalucía; el Gobierno planea entrar simbólicamente en su accionariado
Maersk ha elegido España como localización estratégica para desarrollar un proyecto con el que pretende producir su propio carburante verde y colocarse a la vanguardia del reto de la descarbonización que debe abordar el sector marítimo, hasta ahora el más demorado en esta tendencia.
Maersk es la segunda mayor naviera del mundo, según el ranking de la consultora y analista de datos marítimos Alphaliner. Cuenta con 750 buques, 100.000 empleados 120 países y el 20% de la cuota de mercado en el tras*porte internacional. La compañía lleva meses trabajando con el Gobierno español para contrastar que España es un emplazamiento estratégico para producir e-metanol.
“Se trata de un electro combustible sostenible cero emisiones que resulta de un proceso químico”, según explica Carlos Bravo, responsable en España de la asociación tras*port and environment. Para su producción se necesita hidrógeno verde (que se obtiene a través de hidrólisis del agua utilizando energía sostenible como la eólica o la fotovoltaica) al que luego, a través de procesos químicos se acompaña de captura de dioxido de carbono.
Impacto laboral
El proyecto crearía 4.000 empleos directos
Este es un complicado proceso que técnicamente está muy avanzado, pero que todavía apenas existe producción mundial y que, de momento, pugna con el amoníaco por convertirse en el carburante verde del futuro de los grandes medios de tras*porte mundial (marítimo entre ellos).
El proyecto supondría, según han confirmado fuentes de Moncloa, una inversión total de 10.000 millones de euros y la creación de 4.000 empleos directos, unos 35.000 durante el proceso de construcción y otros 40.000 indirectos. En la actualidad, la compañía ya cuenta con 1.700 empleados, 12 puertos, 10 ciudades y 5 terminales marítimas. Además, colocaría a España como localización estratégica en el futuro mapa de las rutas marítimas del tras*porte descarbonizado.
El proyecto que se presenta hoy, pero cuyos detalles finales no se conocerán hasta mediados del 2023, plantea desarrollar dos plantas de producción que estarían situadas en Andalucía y Galicia para producir dos millones de toneladas de metanol.
Como una de las grandes del tras*porte internacional, la naviera Maersk ha apostado por liderar el proceso de descarbonización y ha adelantado el reto del 2050 al 2040. En la actualidad, es uno de los mayores consumidores de energías fósiles con 10 millones de toneladas de gasoil anual.
El primer paso para abordar el cambio ha sido encargar la construcción de 19 buques que funcionarán con e-metanol verde antes de 2024 y ante la ausencia de proveedores que le aseguren a nivel mundial el acceso a este combustible, Maersk está apostando por el autoabastecimiento.
Va a necesitar 20 millones de toneladas de e-metanol, de los cuales 12 o 13 millones quieren producirlo ellos mismos en sus plantas, confiando en que para 2030 ya haya otros proveedores a lo largo del mundo que es permitan compensar esa diferencia.
Para ello, tiene previsto desarrollar cinco o seis puntos estratégicos en todo el planeta que permitan producir ese combustible y que sus barcos puedan repostar sin problemas a lo largo de las rutas internacionales marítimas. La primera localización anunciada fue El Cairo, en Egipto. La segunda, España.
La puesta en marcha se desarrollará por fases. La primera, hasta mediados del 2023, se centrará en el desarrollo de los detalles del proyecto. “Hemos trabajado juntos para constatar que España es un país en el que es rentable la producción de metanol, el más rentable de Europa gracias a la eficiencia de nuestra producción de energía eólica y fotovoltaica necesarias para suministrar la energía necesaria para producir el metanol que necesita Maersk”, han asegurado fuentes de Moncloa.
Le seguirá un modesto arranque de la producción con el hito de producir 200.000 toneladas antes del 2025. Entre el 2025 y 2027 se prevé producir un millón de toneladas de metanol anuales.
Será en ese momento donde se evalúe si el e-metanol gana la batalla por convertirse en el carburante marítimo del futuro o lo hace el amoníaco. O lo hacen ambos. En función de ese desarrollo técnico, la segunda planta de producción de Maersk en España se centrará en una u otra tecnología. De ser el e-metanol debería servir para producir dos millones de toneladas anuales.
Se trata de un proyecto tan estratégico que en Moncloa no descartan que el Estado acabe tomando una participación simbólica en él. Lo que está claro que es Maersk va a tener a sus pies una alfombra roja para la puesta en marcha del proyecto. Fuentes de Moncloa descartan que se vayan a modificar leyes expresamente para ayudar a la compañía, pero sí reconocen que recibirá inyecciones financieras de los Fondos del plan de Recuperación Europeo. “Además, hay ventanillas con más cantidad de ayuda para el hidrógeno. Europa es flexible para los proyectos de hidrógeno verde y Maersk ya ha sondeado a algunas”, aseguran desde el Gobierno.
El reto que deberán afrontar ahora tanto Maersk como el Gobierno es el desarrollo de los parques fotovoltaicos que va a necesitar la compañía para alimentar la producción de este nuevo fluido. Se estima que la empresa necesite producir unos 4.000 megavatios.
Desde Moncloa no quieren precisar localizaciones pero aseguran “que deberán estar diseminados por toda España para evitar el impacto que supondría una única localización”. Frente a ellos, no faltarán los movimientos ciudadanos y ecológicos que pugnan en contra de macroparques de producción eléctrica.
Maersk invertirá 10.000 millones de euros en España para desarrollar e-metanol a partir de hidrógeno verde
El proyecto supondrá la creación de dos centros de producción en Galicia y Andalucía; el Gobierno planea entrar simbólicamente en su accionariado
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