MADRID La venta ambulante ilegal dificulta la recuperación del comercio tradicional en Pedro Laborde

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Que la calle Pedro Laborde ya no es lo que era lo dicen los propios comerciantes que sobreviven a la crisis económica y a otro problema con el que llevan lidiando años: la venta ambulante ilegal, un fenómeno que se ha agudizado con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Delante de sus tiendas les plantan puestos callejeros donde se venden artículos procedentes, en muchos casos, del mercado neցro o el hurto. Los mismos productos que ellos ofrecen en sus tiendas, ropa, cosméticos, complementos y hasta comida, se pueden adquirir también en la acera, pero a mitad de precio, una ganga para muchos clientes con dificultades para llegar a fin de mes.

Los comerciantes de la zona están hartos de aguantar esta situación y este lunes se lo han hecho saber a la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, que les ha visitado para conocer las necesidades de este eje comercial en Puente de Vallecas. Victor, propietario de una peluquería, no se muestra muy optimista sobre lo que les pueda decir Villacís en su paseo por el barrio. "Los políticos tienen muy buenas palabras pero pasan los días y los meses y lo que te comentaron se queda en nada", afirma.


Lamenta que hayan tenido que cerrar tras el confinamiento dos negocios de su misma calle "porque no aguantaban más" debido al bajo nivel de ventas y señala a la venta callejera ilegal, "la del artículo robado", como el problema. Asegura que en esta calle, de no más de 900 metros de largo y "con mucho tránsito de gente", llevan años con la misma "película". Según este comerciante, los antiguos concejales del Ayuntamiento conocían la situación pero "no les interesa actuar".


"Yo he llegado a contar más de 75 puestos de gente vendiendo en la calle ropa, bisutería y hasta alimentación". Para Victor, esto fue "un chasco" los primeros días que pudo abrir su negocio tras la cuarentena. "Todos los comercios estamos obligados a tener una serie de medidas para evitar contagios en nuestros negocios, sin embargo esta gente puede vender en la calle sin nungún tipo de protección", denuncia al preguntarse cómo les siguen permitiendo realizar esta actividad ilegal en la vía pública con esas condiciones. "En una boutique de ropa los empleados tienen que desinfectar la ropa cuando alguien se prueba una prenda, pero esta gente puede vender sin ninguna medida sanitaria", continúa.

Unn problema que nadie soluciona
Este peluquero ha preguntado "en diversas ocasiones" a la policía municipal si ellos eran capaces de acabar con este tipo de venta ilegal. Y su respuesta viene a confirmar "el problema político": "Me han dicho que tienen medios para acabar con este problema pero que sin orden de actuación ellos no podían hacer nada". Sin embargo, otros comerciantes de la misma calle aseguran que en el último mes han sido varios los representantes políticos que se han acercado al barrio para interesarse por sus problemas.

Alejandra no es tan beligerante como su colega, sobre todo porque su negocio en Puente de Vallecas no encuentra competencia en la venta ilegal. “Me dedico a la sastrería a medida. Ellos no venden trajes ni productos hechos en España, como yo”, pero entiende que al mercado y al resto de tiendas les afecte este mercadillo improvisado. “Por ejemplo, el frutero que vende en el mercado y paga sus impuestos es lógico que le moleste que están vendiendo fruta en la calle ahorrándose todo ese gasto”, comenta.

En el año que lleva su establecimiento instalado en el barrio, dice que no ha sido testigo de problemas o conflictos, aunque “constantemente pasa la policía y empiezan a correr”. Tiene la sensación de que después de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, se ha reducido la presencia de estos vendedores ilegales, “creo que ahora se ponen solo dos días a la semana”.

Su mayor preocupación en este momento es que no haya más repuntes de la enfermedad. “Lo peor es la incertidumbre, no saber qué va a pasar de aquí a cinco meses”. Si hoy tiene oportunidad de saludar a la vicealcaldesa, le pedirá que el Ayuntamiento de más publicidad al pequeño comercio y “que se incentive a la gente a que salga a comprar a nuestro barrio”.

“Nunca he conseguido una ayuda, ni por ser mujer menor de 30 años. Todas me las han denegado”, cuenta Alejandra, quien durante el cierre por el confinamiento consiguió que su casero le rebajara a la mitad el alquiler del local pero que, una vez abierto, ha vuelto a pagar la renta normal, a pesar de que “no estoy facturando ni la mitad de antes”.

Más presencia policial
En la Junta de distrito son conscientes del problema de la venta ambulante y, en particular, del riesgo para la salud que genera el consumo de productos de alimentación en cuya manipulación no se toman las mínimas medidas de higiene, señala a este diario Pedro Giménez, portavoz de Ciudadanos en la Junta de distrito de Puente de Vallecas, quien asumen el perjuicio que genera este 'top manta' en los negocios legales que ven perder su clientela a la misma puerta del establecimiento.

Sobre los vendedores ilegales, “se sabe que es gente que está cobrando una prestación social o una renta mínima de inserción, así que lo que sacan de esta venta es en neցro”, denuncia Giménez, pero asume que “no se puede hacer mucho. Desde la Junta municipal tampoco tenemos muchas competencias. Más presencia policial, es lo único que podemos hacer”.

Después de haber tenido que estar sin levantar sus persianas durante cerca de dos meses, los dueños de muchos de estos negocios ven un futuro "muy neցro" para su supervivencia. Niegan que vaya a ser el final del comercio tradicional y de barrio pero, según apunta Victor, todo dependerá de las ayudas que reciban desde las diferentes administraciones y de los empleos de la gente. "Los españoles cuando tenemos dinero lo gastamos, pero para eso necesitamos que los políticos generen nuevos puestos de trabajo".

Las ganancias de junio y julio, para este comerciante, no se parecen para nada a las que obtuvo en los mismos meses del año pasado. Además, las pérdidas de los meses cerrados, sumadas a los "gastos extras" que han tenido que hacer para acondiconar sus locales, hacen que estos pequeños comercios vayan "bastante peor" de lo que estaban antes de la crisis.

“Hemos propiciado esta visita de Begoña Villacís para mostrar el apoyo de la Junta de distrito y del Ayuntamiento”, dice el portavoz de Ciudadanos en Puente de Vallecas. “Pedro Laborde es una calle de comercio de toda la vida y queremos que se mantenga. Tratar de reflotarla para que no se pierda comercialmente y no desaparezca”.

Giménez destaca las medidas tomadas por el gobierno municipal para ayudar a los comerciantes en este difícil momento. “Además de la campaña 'Volveremos si tu vuelves', hemos hecho un plan de reducción del IBI del 25 por ciento y estamos potenciando las ayudas a autónomos y emprendedores”. Recuerda también que en Navidad les instalaron luces para animar la calle y arreglaron la calzada, todo para cuidar una arteria comercial donde hay tiendas que llevan hasta 70 años instaladas dando servicio a los vecinos de Puente de Vallecas.

La venta ambulante ilegal dificulta la recuperación del comercio tradicional en Pedro Laborde
 
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