Maxinquaye
Madmaxista
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Ayer se jugó el partido de Champions entre el PSG y el Real Madrid. Me resisto a llamar al PSG por su nombre original, al igual que los demás medios de comunicación, quizá porque en el fondo todos estemos pensando en lo mismo: el PSG no es un equipo de fútbol, sino una mafia dirigida por el quatarí Nasser Al-Khelaïfi y es que no es para menos. Es la perfecta materialización del globalismo y de la irrupción del tercer mundo en Europa de la mano de ricos empresarios y jeques de origen de la religión del amor. La noticia no está en la victoria del Real Madrid sobre el PSG (2-1) sino en la hinchada ultra, radical y globalista del equipo, que ha tomado el control absoluto, no solo de la administración, seguridad y entradas a su estadio, sino también de la cultura del club, la cual ha convertido a los jugadores en siervos de los ultras, todo bajo la atenta mirada pero indiferente de Nasser Al-Khelaïfi, que vino no solo a imponer su voluntad, también vino a hacer dinero con el equipo sin tener en cuenta su historia y sus tradiciones. Todo viene enmarcado en el ambiente de total sumisión en la que viven París y sus habitantes a la inmi gración y al globalismo, que se ha extendido a toda Francia. En tan solo tres años, París y Francia han quedado irreconocibles tras el proceso de inculturación tercermundista al que han sometido, primero a la clase política y después a la población a través de tras*acciones financieras enormes, que vinieron bien para sanear la maltrecha economía de la ciudad y la nacional, al igual que ha pasado en otros países europeos.
Pero vayamos a la actualidad. Los ultras del PSG gritan insistentemente el nombre de su ciudad, París, como símbolo de unidad de esa caterva de brutos, bestias y maleantes incontrolados. Y es que no es para menos, porque, su unidad solo tiene sentido cuando se trata de atacar al Madrid, por caso, deshaciendose de toda norma de cortesía elemental entre equipos, no dejándoles dormir la noche anterior, recibiendolos a la llegada con insultos y eso por no hablar de la presión que ejercen sobre sus propios jugadores, sobre los que tienen un control total y absoluto que hace que los jugadores sientan un auténtico rapto de consciencia y personalidad y les muestren total admiración y respeto:
Todo muy característico de regímenes totalmente ajenos a nuestras tradiciones y muy parecidos a la organización mafiosa, que es de lo que se trata, al fin y al cabo.
"fruta Madrid" es lo único que han aprendido estos indigentes analfabetos de sus escapaditas por nuestro país y corean de forma insistente, junto al nombre de su "amada" ciudad, París. Pero es solo de forma sustantiva, porque en lo que se trata de la defensa de la ciudad, nada. Solo concentran sus esfuerzos en molestar al Real Madrid y en no denunciar la situación de total pobreza e inmundicia en la que viven, con sus no-go zones, pero no es extraño ya que si el señor Macrón decía recientemente que la cultura francesa no existe, esta es la demostración palpable de ello, pues muchos ultras, tan patriotas y defensores de la ciudad, no son ni mucho menos europeos, en el sentido más amplio de la palabra, desde un punto de vista social y cultural. Muchos pagapensiones forman parte de esta mafia ultra que arenga el nombre de su ciudad, pero solo para espetarsela en las narices del contrario.
No es de extrañar nada, pues, que estos animales no se preocupen de las no-go zones, puesto que muchos vivirán en ellas encantados de la situación, en el proceso de multiculturalidad impuesto desde las monarquías de los petrodólares, de las cuales procede el propio presidente del PSG, ignorando por supuesto y disfrutando de todas las ventajas que les ofrece.
Three African Men Arrested for Cannibalism in Paris Suburb
'No-go zone' for women? How street harassment in Paris boiled over | Cities | The Guardian
Six Stabbed in Northern Paris as Acts of Violence Escalate Across France
Pero ¿y que hay de los demás?¿que hay de los demás franceses parisinos ultras del PSG? Pues bien todos proceden del mismo lado: barrios obreros deprimidos o en proceso de desmantelación, algunos quizás abandonados. La mayoría de ellos se dedican al menudeo de drojas y al tráfico de bienes. Viven todos en zonas bastante deprimidas de la ciudad y muchos de ellos están implicados en actos de violencia contra las fuerzas de seguridad, sobre todo relacionados con los graves disturbios que sufrió la ciudad en 2005, muchos de ellos convertidos hoy en no-go zones ¿casualidad?.
Pero no crean que la cosa termina aquí. Estamos hablando de los ultras del PSG, pero muchos de estos ultras también hacen actos de presencia en manifestaciones de la izquierda francesa, sobre todo a la hora de reclamar derechos.
Todo esto mientras París sucumbe ante una ola de suciedad y pobreza que se acumula en las principales avenidas, con no-go zones, con el ejército tomando las calles. Desde luego las semejanzas entre los motivos y lemas de los ultras del PSG y los manifestantes es más que evidente.
Pero no os preocupeis, que todo esto será negado a los ojos de los turistas, que seguirán paseando alegremente y seguros por las partes más turísticas de la ciudad, en los alrededores de la torre Eiffel y el centro de la ciudad, aunque la presencia de policía y ejército, bolardos y demás les recuerden que París ya no es más París. Al igual que pasa en otros paraisos de países en vías de desarrollo, donde hay una parte muy bonita y turística, que es la que te venden, obviamente, mientras en otras partes de una misma ciudad pueden estar pasando todo tipo de calamidades e indignidades inhumanas. Esto es lo que nos ha traido la globalización y el tercermundismo. Disfruten del viaje.
Pero vayamos a la actualidad. Los ultras del PSG gritan insistentemente el nombre de su ciudad, París, como símbolo de unidad de esa caterva de brutos, bestias y maleantes incontrolados. Y es que no es para menos, porque, su unidad solo tiene sentido cuando se trata de atacar al Madrid, por caso, deshaciendose de toda norma de cortesía elemental entre equipos, no dejándoles dormir la noche anterior, recibiendolos a la llegada con insultos y eso por no hablar de la presión que ejercen sobre sus propios jugadores, sobre los que tienen un control total y absoluto que hace que los jugadores sientan un auténtico rapto de consciencia y personalidad y les muestren total admiración y respeto:
Todo muy característico de regímenes totalmente ajenos a nuestras tradiciones y muy parecidos a la organización mafiosa, que es de lo que se trata, al fin y al cabo.
"fruta Madrid" es lo único que han aprendido estos indigentes analfabetos de sus escapaditas por nuestro país y corean de forma insistente, junto al nombre de su "amada" ciudad, París. Pero es solo de forma sustantiva, porque en lo que se trata de la defensa de la ciudad, nada. Solo concentran sus esfuerzos en molestar al Real Madrid y en no denunciar la situación de total pobreza e inmundicia en la que viven, con sus no-go zones, pero no es extraño ya que si el señor Macrón decía recientemente que la cultura francesa no existe, esta es la demostración palpable de ello, pues muchos ultras, tan patriotas y defensores de la ciudad, no son ni mucho menos europeos, en el sentido más amplio de la palabra, desde un punto de vista social y cultural. Muchos pagapensiones forman parte de esta mafia ultra que arenga el nombre de su ciudad, pero solo para espetarsela en las narices del contrario.
No es de extrañar nada, pues, que estos animales no se preocupen de las no-go zones, puesto que muchos vivirán en ellas encantados de la situación, en el proceso de multiculturalidad impuesto desde las monarquías de los petrodólares, de las cuales procede el propio presidente del PSG, ignorando por supuesto y disfrutando de todas las ventajas que les ofrece.
Three African Men Arrested for Cannibalism in Paris Suburb
'No-go zone' for women? How street harassment in Paris boiled over | Cities | The Guardian
Six Stabbed in Northern Paris as Acts of Violence Escalate Across France
Pero ¿y que hay de los demás?¿que hay de los demás franceses parisinos ultras del PSG? Pues bien todos proceden del mismo lado: barrios obreros deprimidos o en proceso de desmantelación, algunos quizás abandonados. La mayoría de ellos se dedican al menudeo de drojas y al tráfico de bienes. Viven todos en zonas bastante deprimidas de la ciudad y muchos de ellos están implicados en actos de violencia contra las fuerzas de seguridad, sobre todo relacionados con los graves disturbios que sufrió la ciudad en 2005, muchos de ellos convertidos hoy en no-go zones ¿casualidad?.
Pero no crean que la cosa termina aquí. Estamos hablando de los ultras del PSG, pero muchos de estos ultras también hacen actos de presencia en manifestaciones de la izquierda francesa, sobre todo a la hora de reclamar derechos.
Todo esto mientras París sucumbe ante una ola de suciedad y pobreza que se acumula en las principales avenidas, con no-go zones, con el ejército tomando las calles. Desde luego las semejanzas entre los motivos y lemas de los ultras del PSG y los manifestantes es más que evidente.
Pero no os preocupeis, que todo esto será negado a los ojos de los turistas, que seguirán paseando alegremente y seguros por las partes más turísticas de la ciudad, en los alrededores de la torre Eiffel y el centro de la ciudad, aunque la presencia de policía y ejército, bolardos y demás les recuerden que París ya no es más París. Al igual que pasa en otros paraisos de países en vías de desarrollo, donde hay una parte muy bonita y turística, que es la que te venden, obviamente, mientras en otras partes de una misma ciudad pueden estar pasando todo tipo de calamidades e indignidades inhumanas. Esto es lo que nos ha traido la globalización y el tercermundismo. Disfruten del viaje.
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