Crisis terminal en la entidad que lideró junto a Òmnium los actos de masas del proceso separatista.
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La "Assemblea Nacional Catalana" (ANC) se ha convertido en un juguete roto del independentismo. La entidad creada por los partidos separatistas en 2012 para dotar a la intentona separatista de una apariencia cívica y tras*versal afronta este sábado una reunión crucial. Más de veinte de los 68 miembros que componen la cúpula de la organización amenazan con dimitir si no se releva inmediatamente a la actual presidenta, Dolors Feliu.
El enfrentamiento se debe a la propuesta de crear una lista electoral que compita con los partidos en las próximas elecciones autonómicas, una vieja idea en el seno de la ANC que esta vez abandera Feliu. Pero la crisis tiene que ver además con la galopante pérdida de capacidad de convocatoria de la entidad y la creciente agresividad retórica de sus dirigentes en contra de ERC.
Los miembros de la amplia dirección de la ANC distan de ser activistas sin vinculación con los partidos. La organización responde a los equilibrios entre las marcas políticas posconvergentes y ERC, si bien es verdad que hay "independientes" como Jordi Pesarrodona, el actual vicepresidente que primero fue concejal de ERC en una localidad de la provincia de Barcelona y ahora forma parte del Consell per la República de Puigdemont tras no haber conseguido plaza en la candidatura autonómica de JxCat.
Tras el mandato de Jordi Sànchez, que fue presidente de la ANC desde mayo de 2015 hasta que ingresó en prisión por el golpe de Estado, en noviembre de 2017, la entidad ha dispuesto de dos liderazgos muy cuestionados. A Elisenda Paluzie le tocó gestionar la digestión del fracaso, una fase en la que la ANC tenía intacta su capacidad de convocatoria. Tras la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, la ANC, ahora en manos de Dolors Feliu, ha tocado fondo.
Capacidad de convocatoria mermada
La noticia en la última Diada, además de la escasa participación, fue el boicot contra el presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, que ante la hostilidad de la organización decidió no acudir a la marcha. Y la protesta contra la cumbre hispano-francesa celebrada en Barcelona el pasado enero certificó la decadencia de la ANC y el carácter ya menor de su tirón entre los independentistas.
Si este sábado la veintena de miembros contrarios a la lista electoral alternativa cumplen su amenaza y se dan de baja en bloque, la viabilidad de la ANC quedará seriamente en entredicho. De igual modo que si este sector crítico consigue su objetivo de apartar a Dolors Feliu y convocar unas nuevas elecciones internas, que en el caso de esta organización son un proceso de características particularmente opacas.
Juguete roto de ERC y JxCat
En las últimas elecciones, ganó Pesarrodona, pero una segunda vuelta reducida aupó a Feliu con el compromiso de ceder en dos años el cargo al antedicho Pesarrodona. La cita de este sábado podría ser la última asamblea de la Assemblea, el último juguete roto de la "unidad" separatista torpedeado por ERC y marginado por JxCat en favor del "Consell" de Puigdemont.
www.libertaddigital.com
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La "Assemblea Nacional Catalana" (ANC) se ha convertido en un juguete roto del independentismo. La entidad creada por los partidos separatistas en 2012 para dotar a la intentona separatista de una apariencia cívica y tras*versal afronta este sábado una reunión crucial. Más de veinte de los 68 miembros que componen la cúpula de la organización amenazan con dimitir si no se releva inmediatamente a la actual presidenta, Dolors Feliu.
El enfrentamiento se debe a la propuesta de crear una lista electoral que compita con los partidos en las próximas elecciones autonómicas, una vieja idea en el seno de la ANC que esta vez abandera Feliu. Pero la crisis tiene que ver además con la galopante pérdida de capacidad de convocatoria de la entidad y la creciente agresividad retórica de sus dirigentes en contra de ERC.
Los miembros de la amplia dirección de la ANC distan de ser activistas sin vinculación con los partidos. La organización responde a los equilibrios entre las marcas políticas posconvergentes y ERC, si bien es verdad que hay "independientes" como Jordi Pesarrodona, el actual vicepresidente que primero fue concejal de ERC en una localidad de la provincia de Barcelona y ahora forma parte del Consell per la República de Puigdemont tras no haber conseguido plaza en la candidatura autonómica de JxCat.
Tras el mandato de Jordi Sànchez, que fue presidente de la ANC desde mayo de 2015 hasta que ingresó en prisión por el golpe de Estado, en noviembre de 2017, la entidad ha dispuesto de dos liderazgos muy cuestionados. A Elisenda Paluzie le tocó gestionar la digestión del fracaso, una fase en la que la ANC tenía intacta su capacidad de convocatoria. Tras la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, la ANC, ahora en manos de Dolors Feliu, ha tocado fondo.
Capacidad de convocatoria mermada
La noticia en la última Diada, además de la escasa participación, fue el boicot contra el presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, que ante la hostilidad de la organización decidió no acudir a la marcha. Y la protesta contra la cumbre hispano-francesa celebrada en Barcelona el pasado enero certificó la decadencia de la ANC y el carácter ya menor de su tirón entre los independentistas.
Si este sábado la veintena de miembros contrarios a la lista electoral alternativa cumplen su amenaza y se dan de baja en bloque, la viabilidad de la ANC quedará seriamente en entredicho. De igual modo que si este sector crítico consigue su objetivo de apartar a Dolors Feliu y convocar unas nuevas elecciones internas, que en el caso de esta organización son un proceso de características particularmente opacas.
Juguete roto de ERC y JxCat
En las últimas elecciones, ganó Pesarrodona, pero una segunda vuelta reducida aupó a Feliu con el compromiso de ceder en dos años el cargo al antedicho Pesarrodona. La cita de este sábado podría ser la última asamblea de la Assemblea, el último juguete roto de la "unidad" separatista torpedeado por ERC y marginado por JxCat en favor del "Consell" de Puigdemont.
Los últimos días de la Assemblea Nacional Catalana
Crisis terminal en la entidad que lideró junto a Òmnium los actos de masas del proceso separatista.
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