pacomer
Será en Octubre
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Me ha parecido oportuno, por el tono provocador y el fondo de verdad que tiene, traerlo aquí después de que nuestro impresentable presidente del gobierno haya declarado hoy que para afrontar la crisis va a apagar el incendio con la gasolina de 20 mil millones de euros de nuestros bolsillos.
Dictadura vs Partitocracia
Dictadura vs Partitocracia
Hay un malrollismo que desde la tras*ición guía a los gobiernos partitocráticos de este bendito país: un repruebo y rechazo absoluto por el talento y la meritocracia. Un temerario desprecio por las personas que, con su esfuerzo mental y disciplina intelectual, alcanzan la excelencia en sus campos profesionales.
De todos los políticastros sarama, sin embargo, el que ha hecho de esta política indecente su emblema orgulloso ha sido el orate de R-Zapatero. Para risión del mundo entero, que contempla nuestra caída en el abismo del agujero neցro económico, este zoquete, elevado por el Parlamento chusmero a la categoría de Rey de las Saturnales, se ha empeñado durante su mandato en convertir las tradicionales intrigas de palacio de los validos de las cortes en política poco equilibrada, donde lo feo y lo necio sean la estética y la ética del ars bene moriendi. El libro de los muertos con el que se prepara a todo un país a afrontar lo inevitable.
Zapatero en sus correrías parece dispuesto a hacer bueno, por comparación, a la manera de unas vidas paralelas plutarquienses, al propio Franco: La inflación bidigital, el aumento irremediable de la deuda pública por descenso de recaudación y los gastos sociales asociados a la crisis junto al déficit comercial de casi el 15% del PIB, no son nada novedoso; parecido escenario teniamos en la década de los 50. Lo que sí es nuevo es la absoluta inacción y la indigencia mental de este gobierno de toletes sociatas, que entre hacer algo arriesgado y equivocarse; o reflexionar y acertar, prefieren lo peor, no hacer nada.
Ni el dictador, con todo lo cabezota que era, cayó en la complacencia del narciso pajeándose delante de un espejo; tuvo el buen sentido común de poner al frente a, quizá, el más brillante grupo de políticos de nuestra reciente historia. Los más veteranos lectores de Ácratas seguro que los recuerdan, los más jovenes harán bien en quedarse con sus caras y nombres: López Rodó, Mariano Navarro Rubio y Alberto Ullastre. El conocido como IGTO ( I Grupo de Tecnócratas del Opus), el equivalente económico por su calidad a aquel Real Madrid de Puskas y Di Stefano. Este equipo tuvo los huevones de darle un timonazo de deriva a la economía española; el Plan de Estabilización del 59, el que condujo a España, a pesar de su anacrónica dictadura de olor a incienso y sempiternas imágenes blanconegristas, a ser la décima potencia industrial del mundo a finales de los 60, alcanzando el 80% de la renta per cápita de los paises más ricos de Europa empezando los 70, sin subvenciones ni ayudas europeas. Un récord jamás alcanzado, por mucho que berreen los hagiográfos pelota de esta partitocracia.
Bueno, ahora tenemos una situación económica que deja en calzones menudillos a la de los 50. Para resolverla, se precisa cambiar de modelo; con seguridad, aplicar el escalpelo de varios equivalentes del GTO al tejido necrótico, y contarle a la nación la dura terapia a aplicar. Así se hizo durante la dictadura y en el primer gobierno de la UCD, de la mano de un economista honesto, a pesar de aquella asociación centrista de paniaguados, como era Enrique Fuentes Quintana. Sin embargo, miren ustedes cuánto han cambiado los tiempos, ahora la verdad es sustituida por la demagogia buenrollista del capitán del Titanic y su grumete pirata, el tuerto del Ministro de Economía; la responsabilidad se tras*muta en "yo no he sido" y "lgtb el último". ¿Cómo hemos llegado a esta anomia colectiva, a mostrar querencia por lo abyecto, sacrificando nuestra propia dignidad y libertad?
En nuestro consuelo, sólo cabe el consejo del clásico, que pone en las lenguas enmudecidas por la desesperanza la perspicaz glosa del poeta romano Juvenal; esperemos juntos el milagro de la República Constitucional: "Ayer eran rufianes de la calle, hoy controlan nuestras vidas, mañana serán los limpiadores de las letrinas públicas."