El mago de Oz
Madmaxista
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Ya se sabe la pestuza humana que pulula por el cuerpo policial español, la enorme corrupción de todos los policías de Palma de Mallorca o todos los casos de tráfico de drojas en Madrid entre policías...
NO SE SALVA NI DIOS
Ahora toca Barcelona:
Un triángulo mortal en la Guardia Urbana
La detención de dos agentes por el asesinato de otro, todos involucrados en actuaciones polémicas, pone en entredicho a la Policía Local de Barcelona
Los agentes de la Guardia Urbana Rosa Peral y Albert López, detenidos por la fin de un compañero. ATLAS
El coche carbonizado estaba en tan mal estado que era prácticamente imposible recuperar nada. El cadáver del maletero había quedado reducido casi a cenizas. Solo cuando comprobaron el número del bastidor, los Mossos pudieron respirar. Ya tenían un hilo del que tirar. Su dueño era Pedro Rodríguez, miembro de la Guardia Urbana. Los restos de una prótesis de espalda que el fuego no fundió por completo sirvieron para confirmar que el propietario, efectivamente, era la víctima.
Pasó el jueves 4 de mayo, por la tarde, muy cerca del pantano de Foix (Barcelona). Desde entonces, han sido detenidos su pareja, Rosa Peral, y el exnovio de esta, Albert López. Todos los implicados en el crimen son guardias urbanos de Barcelona. Y todos ellos se han visto salpicados por casos polémicos o de abuso policial. Desde entonces no se habla de otra cosa en el cuerpo, sobre el que se ha extendido un manto de duda.
La víctima, Rodríguez, había sido noticia porque el Ayuntamiento le suspendió por haber agredido a un motorista que se saltó un control de tráfico en verano del año pasado. Su pareja, Peral, también había salido en los medios denunciando que un exnovio —también guardia urbano y ajeno a esta causa— la había sometido a lo que se bautizó como pronovenganza: difundir una fotografía de ella de carácter sensual a todos sus contactos cuando esta le dejó. López fue condenado por golpear a un vendedor ambulante, y había sido denunciado al menos en otra ocasión.
Además, un episodio gira en torno a Peral y López. Los dos eran pareja de trabajo en la Unidad de Soporte Diurno, que tiene entre sus funciones perseguir la venta ambulante ilegal. En agosto de 2014, un mantero cayó por un terraplén y murió en una actuación en la que participaron ambos. Ella fue herida en el cuello. El caso fue archivado.
En solo nueve días los Mossos detuvieron a los presuntos autores de la fin de Rodríguez. Peral fue una de las primeras interrogadas. Contó que había discutido con su pareja el martes por la noche, y que él ya no había vuelto a la casa donde vivían en Vilanova y la Geltrú. Pero no denunció su desaparición. Ni trató de ponerse en contacto con él. Adujo que había estado muy liada con sus dos hijas esa semana, y que pensaba que él se estaba tomando su tiempo.
“Estaba muy entera”, aseguran quienes trataron con ella. El día después de la desaparición, acudió a una comida de su unidad acompañada de López. A algunos agentes les sorprendió. Ambos habían sido pareja. Eso era vox pópuli. Igual que lo era que no habían acabado bien del todo. De ahí la sorpresa al verlos juntos, aunque tampoco le dieron más importancia hasta la detención de ambos.
También resultó extraño que en esas condiciones, con Rodríguez muerto, Peral quisiese seguir adelante con el juicio de la pronovenganza, que se hubiese celebrado ayer. “Una cosa es ese juicio, y otra lo de Pedro”, aseguran que dijo personas de su entorno, que se quedaron petrificadas al oírla. Aconsejada por sus abogados, acabaron aplazando la vista para octubre. Después, su defensa renunció a seguir adelante con el caso. El abogado de la mujer tenía buena relación con Rodríguez.
La actitud de Peral hacía sospechar a algunas personas. Pero ella fue a un pequeño homenaje que le hicieron sus compañeros en el lugar donde apareció el coche quemado, seis días después. “¿Qué hacías aquí, Pedro?”, aseguran que dijo quienes estuvieron presentes. También pidió a sus superiores un escolta. Les dijo que tenía miedo de que le pasase algo después del asesinato de Rodríguez. El Ayuntamiento se la concedió. El 7 de mayo actualizó su perfil de Facebook y se puso una foto con Rodríguez.
Relación sentimental
Los Mossos detuvieron a Peral el sábado por la mañana, mientras estaba trabajando. También arrestaron a López. Está previsto que hoy pasen a disposición judicial. En el entorno de este particular triángulo, la principal hipótesis es que Peral y López habían reanudado su relación sentimental, a espaldas de Rodríguez. Que él se enteró y las cosas se precipitaron. El caso está bajo secreto de sumario, y la juez investiga cualquier filtración sobre el tema.
El comisionado de Seguridad del Ayuntamiento, Amadeu Recasens, el consejero del Interior, Jordi Jané, y los sindicatos policiales defienden el buen nombre del cuerpo. ONG como SOS Racisme piden que cuando un agente sea denunciado varias veces, el Consistorio lo investigue. Los amigos de Rodríguez siguen conmocionados. “Estaba profundamente enamorado”, repiten. Y para muestra, su estado en WhatsApp: “Después de la tormenta llega la calma. Te quiero princesa!!!”.
NO SE SALVA NI DIOS
Ahora toca Barcelona:
Un triángulo mortal en la Guardia Urbana
La detención de dos agentes por el asesinato de otro, todos involucrados en actuaciones polémicas, pone en entredicho a la Policía Local de Barcelona
Los agentes de la Guardia Urbana Rosa Peral y Albert López, detenidos por la fin de un compañero. ATLAS
El coche carbonizado estaba en tan mal estado que era prácticamente imposible recuperar nada. El cadáver del maletero había quedado reducido casi a cenizas. Solo cuando comprobaron el número del bastidor, los Mossos pudieron respirar. Ya tenían un hilo del que tirar. Su dueño era Pedro Rodríguez, miembro de la Guardia Urbana. Los restos de una prótesis de espalda que el fuego no fundió por completo sirvieron para confirmar que el propietario, efectivamente, era la víctima.
Pasó el jueves 4 de mayo, por la tarde, muy cerca del pantano de Foix (Barcelona). Desde entonces, han sido detenidos su pareja, Rosa Peral, y el exnovio de esta, Albert López. Todos los implicados en el crimen son guardias urbanos de Barcelona. Y todos ellos se han visto salpicados por casos polémicos o de abuso policial. Desde entonces no se habla de otra cosa en el cuerpo, sobre el que se ha extendido un manto de duda.
La víctima, Rodríguez, había sido noticia porque el Ayuntamiento le suspendió por haber agredido a un motorista que se saltó un control de tráfico en verano del año pasado. Su pareja, Peral, también había salido en los medios denunciando que un exnovio —también guardia urbano y ajeno a esta causa— la había sometido a lo que se bautizó como pronovenganza: difundir una fotografía de ella de carácter sensual a todos sus contactos cuando esta le dejó. López fue condenado por golpear a un vendedor ambulante, y había sido denunciado al menos en otra ocasión.
Además, un episodio gira en torno a Peral y López. Los dos eran pareja de trabajo en la Unidad de Soporte Diurno, que tiene entre sus funciones perseguir la venta ambulante ilegal. En agosto de 2014, un mantero cayó por un terraplén y murió en una actuación en la que participaron ambos. Ella fue herida en el cuello. El caso fue archivado.
En solo nueve días los Mossos detuvieron a los presuntos autores de la fin de Rodríguez. Peral fue una de las primeras interrogadas. Contó que había discutido con su pareja el martes por la noche, y que él ya no había vuelto a la casa donde vivían en Vilanova y la Geltrú. Pero no denunció su desaparición. Ni trató de ponerse en contacto con él. Adujo que había estado muy liada con sus dos hijas esa semana, y que pensaba que él se estaba tomando su tiempo.
“Estaba muy entera”, aseguran quienes trataron con ella. El día después de la desaparición, acudió a una comida de su unidad acompañada de López. A algunos agentes les sorprendió. Ambos habían sido pareja. Eso era vox pópuli. Igual que lo era que no habían acabado bien del todo. De ahí la sorpresa al verlos juntos, aunque tampoco le dieron más importancia hasta la detención de ambos.
También resultó extraño que en esas condiciones, con Rodríguez muerto, Peral quisiese seguir adelante con el juicio de la pronovenganza, que se hubiese celebrado ayer. “Una cosa es ese juicio, y otra lo de Pedro”, aseguran que dijo personas de su entorno, que se quedaron petrificadas al oírla. Aconsejada por sus abogados, acabaron aplazando la vista para octubre. Después, su defensa renunció a seguir adelante con el caso. El abogado de la mujer tenía buena relación con Rodríguez.
La actitud de Peral hacía sospechar a algunas personas. Pero ella fue a un pequeño homenaje que le hicieron sus compañeros en el lugar donde apareció el coche quemado, seis días después. “¿Qué hacías aquí, Pedro?”, aseguran que dijo quienes estuvieron presentes. También pidió a sus superiores un escolta. Les dijo que tenía miedo de que le pasase algo después del asesinato de Rodríguez. El Ayuntamiento se la concedió. El 7 de mayo actualizó su perfil de Facebook y se puso una foto con Rodríguez.
Relación sentimental
Los Mossos detuvieron a Peral el sábado por la mañana, mientras estaba trabajando. También arrestaron a López. Está previsto que hoy pasen a disposición judicial. En el entorno de este particular triángulo, la principal hipótesis es que Peral y López habían reanudado su relación sentimental, a espaldas de Rodríguez. Que él se enteró y las cosas se precipitaron. El caso está bajo secreto de sumario, y la juez investiga cualquier filtración sobre el tema.
El comisionado de Seguridad del Ayuntamiento, Amadeu Recasens, el consejero del Interior, Jordi Jané, y los sindicatos policiales defienden el buen nombre del cuerpo. ONG como SOS Racisme piden que cuando un agente sea denunciado varias veces, el Consistorio lo investigue. Los amigos de Rodríguez siguen conmocionados. “Estaba profundamente enamorado”, repiten. Y para muestra, su estado en WhatsApp: “Después de la tormenta llega la calma. Te quiero princesa!!!”.
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