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Madmaxista
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A Las Puertas del Nuevo Orden Mundial - www.GobernanzaGlobal.tk: Una Estrategia Imperial para el Nuevo Orden Mundial
Introducción
En el semblante de un colapso económico global total, las perspectivas de una guerra internacional de gran envergadura se están incrementando. Históricamente, los períodos de decadencia imperial y crisis económica están marcados por creciente violencia internacional y guerras. El declive de los grandes imperios europeos estuvo marcado por la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, con la Gran Depresión obrando en el período intermedio.
En la actualidad, el mundo es testigo de la decadencia del imperio norteamericano, en sí mismo un producto nacido de la Segunda Guerra Mundial. Como hegemonía imperial de post-guerra, Estados Unidos manejó el sistema monetario internacional y reinó como campeón y árbitro de la economía política global.
Para gestionar la economía política global, EEUU ha creado la fuerza militar única más grande y más poderosa de la historia mundial. Un control constante de la economía global requiere de la presencia y acción militar constante.
Ahora que tanto el imperio norteamericano y la economía política global se encuentran en decadencia y colapso, la perspectiva de un final violento a la época imperial estadounidense se incrementa drásticamente.
Este ensayo se divide en tres partes separadas. La primera parte cubre la estrategia geopolítica de la OTAN desde el final de la Guerra Fría, en los comienzos del Nuevo Orden Mundial, que esbozara la estrategia imperial occidental durante la guerra en Yugoslavia y la "Guerra contra el Terror". La Parte 2 analiza la naturaleza de las "revolución de terciopelo" o "revoluciones de tonalidad" en la estrategia imperial de Estados Unidos, centradas en establecer la hegemonía sobre Europa Oriental y Asia Central. La Parte 3 analiza la naturaleza de la estrategia imperial para construir un Nuevo Orden Mundial, centrándose en el aumento de los conflictos en Afganistán, Pakistán, Irán, América Latina, Europa Oriental y África, y el potencial que poseen estos conflictos para iniciar una nueva guerra mundial con China y Rusia.
Definiendo una Nueva Estrategia Imperial
En 1991, con el colapso de la Unión Soviética, la política exterior de EEUU y la OTAN tuvo que reimaginar su papel en el mundo. La Guerra Fría sirvió como medio de justificación a la expansión imperialista de EEUU en todo el mundo con objeto de "contener" la amenaza soviética. La misma OTAN se creó y existió con el único propósito de forjar una alianza anti-soviética. Con la URSS desparecida, la OTAN no tenía razón de existir, y Estados Unidos tenía que encontrar un nuevo propósito para su estrategia imperialista en el mundo.
En 1992, el Departamento de Defensa de EEUU, bajo la dirección del Secretario de Defensa Dick Cheney [que más tarde sería Vicepresidente de George Bush Jr.], y que tenía de Subsecretario de Defensa para Política del Pentágono a Paul Wolfowitz [que más tarde sería subsecretario de Defensa de George Bush Jr. y Presidente del Banco Mundial], escribió un documento de defensa para orientar la política exterior de Estados Unidos en la era post-Guerra Fría, comúnmente conocida como "Nuevo Orden Mundial".
El documento de Orientación para Planificación de la Defensa se filtró en 1992, y reveló que, "En un nuevo marco de políticas que está en su fase de redacción final, el Departamento de Defensa afirma que la misión política y militar de Estados Unidos en la post-Guerra Fría será garantizar que no se permita el surgimiento de una nueva superpotencia en Europa Occidental, Asia o los territorios de la antigua Unión Soviética," y que "el documento clasificado propone el caso para un mundo dominado por una única superpotencia, cuya posición puede ser perpetuada mediante un comportamiento constructivo y suficiente poder militar como para disuadir a cualquier nación o grupo de naciones a desafiar la supremacía estadounidense".
Además, "el nuevo proyecto esboza un mundo en el que existe un único poder militar dominante, cuyos dirigentes deben mantener los mecanismos para disuadir a competidores potenciales incluso de aspirar a un mayor papel regional o global." Entre los retos necesarios para la supremacía norteamericana, el documento "postula guerras regionales contra Irak y Corea del Norte", y sindicó a China y Rusia como sus principales amenazas. Además, "sugiere que los Estados Unidos también podrían considerar la ampliación a las naciones de Europa Oriental y Central de compromisos de seguridad similares a los otorgados a Arabia Saudita, Kuwait y otros estados árabes del Golfo Pérsico."[1]
La OTAN y Yugoslavia
Las guerras en Yugoslavia durante la década de 1990 sirvieron como justificación para la existencia continuada de la OTAN en el mundo, y para ampliar los intereses imperiales estadounidenses en Europa Oriental.
El Banco Mundial y el FMI prepararon el escenario para la desestabilización de Yugoslavia. Después de que el longevo dictador de Yugoslavia, Josip Tito, muriera en 1980, se desarrolló una crisis de liderazgo. En 1982, funcionarios de política exterior estadounidense prepararon un conjunto préstamos del FMI y el Banco Mundial, dentro de los recién creados Programas de Ajuste Estructural (PAE), para manejar la crisis de los $ 20 billones de deuda norteamericana. El efecto de los préstamos, en el marco del PAE, fue que "causaron estragos económicos y políticos... La crisis económica amenazó la estabilidad política... así como también amenazaron con agravar las tensiones étnicas." [2]
En 1989, Slobodan Milosevic se convirtió en presidente de Serbia, la más grande y poderosa de todas las repúblicas yugoslavas. También en 1989, el primer ministro de Yugoslavia, viajó a los Estados Unidos para reunirse con el presidente George H.W. Bush, a fin de negociar un nuevo paquete de ayuda financiera. En 1990, comenzaron los programas del Banco Mundial y el FMI, y los gastos del Estado yugoslavo se fueron hacia la amortización de la deuda. Como resultado, los programas sociales fueron desmantelados, la moneda fue devaluada, los salarios congelados, y los precios subieron. Las "reformas impulsaron tendencias secesionistas que se alimentaban de los factores económicos, así como de las divisiones étnicas, garantizando prácticamente la separación de facto de la República", que condujo a la secesión de Croacia y Eslovenia en 1991 [3].
En 1990, la comunidad de inteligencia de EEUU publicó un Estimado Nacional de Inteligencia (NIE), prediciendo que Yugoslavia se desmembraría, estallaría en una guerra civil, y el informe echaría la culpa al presidente serbio Milosevic por la desestabilización que vendría. [4]
En 1991, estalló el conflicto entre Yugoslavia y Croacia, cuando esta última declaró su independencia. Un alto el fuego fue alcanzado en 1992. Sin embargo, los croatas siguieron con pequeñas ofensivas militares hasta 1995, así como también participando en la guerra en Bosnia. En 1995, se llevó a cabo la Operación Storm liderada por Croacia para tratar de recuperar la región de Krajina. Un general croata fue recientemente sometido a juicio en La Haya por crímenes de guerra en esta batalla, que fue clave para expulsar a los serbios de Croacia y "consolidar la independencia de Croacia." Estados Unidos apoyó la operación y la CIA suministró activamente inteligencia a las fuerzas croatas, empujando al desplazamiento de entre 150.000 y 200.000 serbios, en gran parte a través de medios como el asesinato, saqueo, quema de aldeas y limpieza étnica. [5] El ejército croata fue entrenado por asesores de EEUU, y el general bajo juicio fue incluso personalmente apoyado por la CIA. [6]
La Administración Clinton le dio "luz verde" a Irán para armar a los fiel a la religión del amores bosnios y "a partir de 1992 hasta enero de 1996, existió un flujo de armas y consejeros iraníes en Bosnia." Además, "Irán y otros estados fiel a la religión del amores, contribuyeron a entregar combatientes mujaidines a Bosnia para luchar junto a los fiel a la religión del amores contra los serbios;'guerreros santos' de Afganistán, Chechenia, Yemen y Argelia, algunos de ellos con supuestos vínculos a campos de entrenamiento de Osama bin Laden en Afganistán".
Se trataba de que "la intervención occidental en los Balcanes exacerbara las tensiones y ayudara a mantener las hostilidades. Al reconocer las reivindicaciones de las repúblicas y grupos separatistas en 1990/1991, las élites occidentales - norteamericanas, británicas, francesas y alemanas - socavaron las estructuras de gobierno en Yugoslavia, aumentando la inseguridad, inflamando los conflictos y acrecentando las tensiones étnicas. Y ofreciendo apoyo logístico a las diversas facciones durante la guerra, la intervención occidental en el conflicto se mantuvo durante la década de 1990. La elección de Clinton porlos fiel a la religión del amores bosnios como una causa para defender en el escenario internacional, y las exigencias de su administración para que la ONU levantara el embargo de armas buscando que los fiel a la religión del amores y los croatas pudieran armarse contra los serbios, deben considerarse bajo este contexto." [7]
Durante la guerra en Bosnia, "existía un gran conducto secreto de contrabando de armas a través de Croacia. Fue organizado por las agencias clandestinas de los Estados Unidos, Turquía e Irán, junto con una serie de grupos radicales islamistas, incluyendo a los mujaidines afganos y a los pro-iranís de Hezbolá." Además, "los servicios secretos de Ucrania, Grecia e Israel estaban ocupados armando a los serbios de Bosnia." [8] La Agencia de Inteligencia de Alemania, el BND, también corrió con envíos de armas a los fiel a la religión del amores de Bosnia y Croacia para luchar contra los serbios. [9]
Los Estados Unidos influyeron en la guerra regional de diversas maneras. Como informó The Observer en 1995, una faceta importante de su participación era a través del "Military Professional Resources Inc (MPRI), empresa privada con sede en Virginia de generales retirados y funcionarios de inteligencia. La embajada estadounidense en Zagreb, admitió que el MPRI entrenó a los croatas, con licencia del gobierno de Estados Unidos." Además, los holandeses "estaban convencidos de que fuerzas especiales de Estados Unidos participaron en la capacitación del ejército de Bosnia y el ejército de los croatas de Bosnia (HVO)." [10]
Ya en 1988, el líder de Croacia se reunió con el canciller alemán, Helmut Kohl para crear "una política conjunta para quebrar a Yugoslavia", y llevar Eslovenia y Croacia hacia la "zona económica de Alemania." Entonces, oficiales del ejército de Estados Unidos fueron enviados a Croacia, Bosnia, Albania y Macedonia, como "asesores" y llevaron a las Fuerzas Especiales de Estados Unidos para ayudar. [11] Durante los nueve meses de alto el fuego en la guerra en Bosnia-Herzegovina, seis generales de Estados Unidos se reunieron con líderes del ejército de Bosnia para planificar la ofensiva de Bosnia que rompió el alto el fuego [12].
En 1996, la mafia albanesa, en colaboración con el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), una organización guerrillera militante, tomó el control de las enormes rutas de tráfico de heroína de los Balcanes. El ELK estuvo vinculado a ex combatientes muyahidin afganos de Afganistán, incluido Osama bin Laden [13].
En 1997, el ELK comenzó a luchar contra las fuerzas serbias, [14] y en 1998, el Departamento de Estado de Estados Unidos eliminó al ELK de su lista de organizaciones terroristas. [15] Antes y después de 1998, el ELK fue receptor de armas, capacitación y apoyo de los Estados Unidos y la OTAN, y la Secretaria de Estado de Clinton, Madeleine Albright, tenía una relación política estrecha con el líder del ELK, Hashim Thaci, [16].
Tanto la CIA como la inteligencia alemana, el BND, apoyaron a los terroristas del ELK en Yugoslavia antes y después de los bombardeos de la OTAN a Yugoslavia en 1999. El BND tenía contactos con el ELK desde principios de 1990, el mismo período en que el ELK fue estableciendo sus contactos con Al-Qaeda. [17] Miembros del ELK fueron entrenados por Osama bin Laden en campos de entrenamiento en Afganistán. Incluso las Naciones Unidas declararon que gran parte de la violencia que se produjo provenía de miembros del ELK, "especialmente los aliados de Hashim Thaci." [18]
El bombardeo de la OTAN en marzo de 1999 en Kosovo se justificó con el pretexto de poner fin a la opresión hacia los albaneses de Kosovo por parte de Serbia, lo que fuera rotulado de genocidio. La Administración Clinton afirmó que al menos 100.000 albaneses de Kosovo fueron desaparecidos y "pudieron haber sido asesinados" por los serbios. Bill Clinton personalmente comparó los acontecimientos de Kosovo con el Holocausto. El Departamento de Estado de Estados Unidos declaró que hasta 500.000 albaneses habían perecido. Finalmente, la estimación oficial se redujo a 10.000, sin embargo, después de exhaustivas investigaciones, se reveló que la fin de menos de 2.500 albaneses podía ser atribuida a los serbios. Durante la campaña de bombardeos de la OTAN, entre 400 y 1.500 civiles serbios fueron asesinados y los crímenes de guerra cometidos por la OTAN, incluyeron el bombardeo de una estación de televisión y un hospital serbio [19].
En 2000, el Departamento de Estado de Estados Unidos en cooperación con el American Enterprise Institute, AEI, celebró una conferencia sobre la integración euroatlántica en Eslovaquia. Entre los participantes había muchos jefes de Estado, funcionarios de Asuntos Exteriores y embajadores de varios países europeos, así como también funcionarios de las Naciones Unidas y la OTAN. [20] Una carta de correspondencia entre un político alemán presente en la reunión y el Canciller alemán, reveló la verdadera naturaleza de la campaña de la OTAN en Kosovo. La conferencia exigía una rápida declaración de independencia de Kosovo, y que la guerra en Yugoslavia fuese emprendida con el fin de ampliar a la OTAN, que Serbia fuese excluida permanentemente del desarrollo europeo para justificar una presencia militar de Estados Unidos en la región, y en última instancia, la expansión fue diseñada para contener a Rusia [21].
De gran importancia fue que "la guerra creó una razón de ser de para la existencia de la OTAN en una era post-Guerra Fría, ya que trató desesperadamente de justificar su existencia y deseo de expansión". Además, "Los rusos asumieron que la OTAN se disolvería al final de la Guerra Fría. En cambio, la OTAN no sólo se amplió, sino que fue a la guerra en un conflicto interno de un país eslavo de Europa Oriental." Esto fue visto como una gran amenaza. Por lo tanto, "gran parte de las tensas relaciones entre los Estados Unidos y Rusia durante la última década se remontan a la guerra de 1999 contra Yugoslavia." [22]
La Guerra contra el Terrorismo y el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (PNAC)
Cuando Bill Clinton se convirtió en presidente, los halcones neoconservadores de la de la Administración de George H.W. Bush formaron un think tank llamado Proyecto para el Nuevo Siglo Americano o PNAC. En 2000, se publicó un informe llamado, Reconstruyendo las Defensas de América: Estrategia, Fuerzas y Recursos para un Nuevo Siglo. Basándose en el documento de Orientación de Políticas de Defensa, afirma que "Estados Unidos debe mantener fuerzas lo suficientemente capaces de desplegarse rápidamente y ganar múltiples guerras simultáneas a gran escala." [23] Además, existe la "necesidad de mantener las suficientes fuerzas de combate para luchar y ganar, múltiples guerras casi simultáneas en grandes teatros" [24] y que "el Pentágono tiene que empezar a calcular la fuerza necesaria para proteger, de forma independiente, los intereses de Estados Unidos en Europa, Asia Oriental y el Golfo en todo momento." [25]
Curiosamente, el documento indica que "los Estados Unidos han buscado durante décadas jugar un papel más permanente en la seguridad regional del Golfo. Si bien el conflicto no resuelto con Irak proporciona la justificación inmediata, la necesidad de una fuerte presencia militar estadounidense en el Golfo trasciende la cuestión del régimen de Saddam Hussein." [26] Sin embargo, en la promoción de un aumento masivo en el gasto de defensa y la ampliación del Imperio Norteamericano en todo el mundo, incluyendo la destrucción forzada de varios países a través de los principales teatros de guerra, el informe indica que, "Además, el proceso de tras*formación, incluso si trae cambios revolucionarios, probablemente sea muy largo, en ausencia de algún evento catastrófico y catalizador - como un nuevo Pearl Harbor." [27] Ese acontecimiento tuvo lugar un año más tarde con los hechos del 9 / 11. Muchos de los autores del informe y miembros del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano se habían convertido en funcionarios de la Administración Bush, y se encontraban en lugares muy idóneos para comenzar el "proyecto" después de que obtener su "nuevo Pearl Harbor".
Los planes para la guerra se encontraban "ya en desarrollo en Think Tanks de derecha en la década de 1990, organizaciones en donde guerreros de la Guerra Fría del círculo interior de los servicios secretos, desde iglesias evangélicas, hasta corporaciones armamentistas y compañías petroleras forjaron planes chocantes para un nuevo orden mundial". Para ello, "los Estados Unidos tendrían que utilizar todos los medios - diplomáticos, económicos y militares, incluso guerras de agresión - para tener un control a largo plazo de todos los recursos del planeta y la capacidad de mantener debilitado a cualquier posible rival."
Entre las personas involucradas en el PNAC y los planes para el imperio estaban, "Dick Cheney - Vicepresidente, Lewis Libby - Jefe de gabinete de Cheney, Donald Rumsfeld - El ministro de Defensa, Paul Wolfowitz – el sustituto de Rumsfeld, Peter Rodman - a cargo de "Asuntos de Seguridad Global”, John Bolton - Secretario de Estado para el Control de Armas, Richard Armitage - Viceministro de Relaciones Exteriores, Richard Perle - El ex viceministro de Defensa de Reagan, ahora jefe de la Junta de Política de Defensa, William Kristol - jefe del PNAC y asesor de Bush, conocido como el cerebro del Presidente, Zalmay Khalilzad,” quien se convirtió en embajador de Afganistán e Irak después de los cambios de régimen en esos países [28].
Introducción
En el semblante de un colapso económico global total, las perspectivas de una guerra internacional de gran envergadura se están incrementando. Históricamente, los períodos de decadencia imperial y crisis económica están marcados por creciente violencia internacional y guerras. El declive de los grandes imperios europeos estuvo marcado por la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, con la Gran Depresión obrando en el período intermedio.
En la actualidad, el mundo es testigo de la decadencia del imperio norteamericano, en sí mismo un producto nacido de la Segunda Guerra Mundial. Como hegemonía imperial de post-guerra, Estados Unidos manejó el sistema monetario internacional y reinó como campeón y árbitro de la economía política global.
Para gestionar la economía política global, EEUU ha creado la fuerza militar única más grande y más poderosa de la historia mundial. Un control constante de la economía global requiere de la presencia y acción militar constante.
Ahora que tanto el imperio norteamericano y la economía política global se encuentran en decadencia y colapso, la perspectiva de un final violento a la época imperial estadounidense se incrementa drásticamente.
Este ensayo se divide en tres partes separadas. La primera parte cubre la estrategia geopolítica de la OTAN desde el final de la Guerra Fría, en los comienzos del Nuevo Orden Mundial, que esbozara la estrategia imperial occidental durante la guerra en Yugoslavia y la "Guerra contra el Terror". La Parte 2 analiza la naturaleza de las "revolución de terciopelo" o "revoluciones de tonalidad" en la estrategia imperial de Estados Unidos, centradas en establecer la hegemonía sobre Europa Oriental y Asia Central. La Parte 3 analiza la naturaleza de la estrategia imperial para construir un Nuevo Orden Mundial, centrándose en el aumento de los conflictos en Afganistán, Pakistán, Irán, América Latina, Europa Oriental y África, y el potencial que poseen estos conflictos para iniciar una nueva guerra mundial con China y Rusia.
Definiendo una Nueva Estrategia Imperial
En 1991, con el colapso de la Unión Soviética, la política exterior de EEUU y la OTAN tuvo que reimaginar su papel en el mundo. La Guerra Fría sirvió como medio de justificación a la expansión imperialista de EEUU en todo el mundo con objeto de "contener" la amenaza soviética. La misma OTAN se creó y existió con el único propósito de forjar una alianza anti-soviética. Con la URSS desparecida, la OTAN no tenía razón de existir, y Estados Unidos tenía que encontrar un nuevo propósito para su estrategia imperialista en el mundo.
En 1992, el Departamento de Defensa de EEUU, bajo la dirección del Secretario de Defensa Dick Cheney [que más tarde sería Vicepresidente de George Bush Jr.], y que tenía de Subsecretario de Defensa para Política del Pentágono a Paul Wolfowitz [que más tarde sería subsecretario de Defensa de George Bush Jr. y Presidente del Banco Mundial], escribió un documento de defensa para orientar la política exterior de Estados Unidos en la era post-Guerra Fría, comúnmente conocida como "Nuevo Orden Mundial".
El documento de Orientación para Planificación de la Defensa se filtró en 1992, y reveló que, "En un nuevo marco de políticas que está en su fase de redacción final, el Departamento de Defensa afirma que la misión política y militar de Estados Unidos en la post-Guerra Fría será garantizar que no se permita el surgimiento de una nueva superpotencia en Europa Occidental, Asia o los territorios de la antigua Unión Soviética," y que "el documento clasificado propone el caso para un mundo dominado por una única superpotencia, cuya posición puede ser perpetuada mediante un comportamiento constructivo y suficiente poder militar como para disuadir a cualquier nación o grupo de naciones a desafiar la supremacía estadounidense".
Además, "el nuevo proyecto esboza un mundo en el que existe un único poder militar dominante, cuyos dirigentes deben mantener los mecanismos para disuadir a competidores potenciales incluso de aspirar a un mayor papel regional o global." Entre los retos necesarios para la supremacía norteamericana, el documento "postula guerras regionales contra Irak y Corea del Norte", y sindicó a China y Rusia como sus principales amenazas. Además, "sugiere que los Estados Unidos también podrían considerar la ampliación a las naciones de Europa Oriental y Central de compromisos de seguridad similares a los otorgados a Arabia Saudita, Kuwait y otros estados árabes del Golfo Pérsico."[1]
La OTAN y Yugoslavia
Las guerras en Yugoslavia durante la década de 1990 sirvieron como justificación para la existencia continuada de la OTAN en el mundo, y para ampliar los intereses imperiales estadounidenses en Europa Oriental.
El Banco Mundial y el FMI prepararon el escenario para la desestabilización de Yugoslavia. Después de que el longevo dictador de Yugoslavia, Josip Tito, muriera en 1980, se desarrolló una crisis de liderazgo. En 1982, funcionarios de política exterior estadounidense prepararon un conjunto préstamos del FMI y el Banco Mundial, dentro de los recién creados Programas de Ajuste Estructural (PAE), para manejar la crisis de los $ 20 billones de deuda norteamericana. El efecto de los préstamos, en el marco del PAE, fue que "causaron estragos económicos y políticos... La crisis económica amenazó la estabilidad política... así como también amenazaron con agravar las tensiones étnicas." [2]
En 1989, Slobodan Milosevic se convirtió en presidente de Serbia, la más grande y poderosa de todas las repúblicas yugoslavas. También en 1989, el primer ministro de Yugoslavia, viajó a los Estados Unidos para reunirse con el presidente George H.W. Bush, a fin de negociar un nuevo paquete de ayuda financiera. En 1990, comenzaron los programas del Banco Mundial y el FMI, y los gastos del Estado yugoslavo se fueron hacia la amortización de la deuda. Como resultado, los programas sociales fueron desmantelados, la moneda fue devaluada, los salarios congelados, y los precios subieron. Las "reformas impulsaron tendencias secesionistas que se alimentaban de los factores económicos, así como de las divisiones étnicas, garantizando prácticamente la separación de facto de la República", que condujo a la secesión de Croacia y Eslovenia en 1991 [3].
En 1990, la comunidad de inteligencia de EEUU publicó un Estimado Nacional de Inteligencia (NIE), prediciendo que Yugoslavia se desmembraría, estallaría en una guerra civil, y el informe echaría la culpa al presidente serbio Milosevic por la desestabilización que vendría. [4]
En 1991, estalló el conflicto entre Yugoslavia y Croacia, cuando esta última declaró su independencia. Un alto el fuego fue alcanzado en 1992. Sin embargo, los croatas siguieron con pequeñas ofensivas militares hasta 1995, así como también participando en la guerra en Bosnia. En 1995, se llevó a cabo la Operación Storm liderada por Croacia para tratar de recuperar la región de Krajina. Un general croata fue recientemente sometido a juicio en La Haya por crímenes de guerra en esta batalla, que fue clave para expulsar a los serbios de Croacia y "consolidar la independencia de Croacia." Estados Unidos apoyó la operación y la CIA suministró activamente inteligencia a las fuerzas croatas, empujando al desplazamiento de entre 150.000 y 200.000 serbios, en gran parte a través de medios como el asesinato, saqueo, quema de aldeas y limpieza étnica. [5] El ejército croata fue entrenado por asesores de EEUU, y el general bajo juicio fue incluso personalmente apoyado por la CIA. [6]
La Administración Clinton le dio "luz verde" a Irán para armar a los fiel a la religión del amores bosnios y "a partir de 1992 hasta enero de 1996, existió un flujo de armas y consejeros iraníes en Bosnia." Además, "Irán y otros estados fiel a la religión del amores, contribuyeron a entregar combatientes mujaidines a Bosnia para luchar junto a los fiel a la religión del amores contra los serbios;'guerreros santos' de Afganistán, Chechenia, Yemen y Argelia, algunos de ellos con supuestos vínculos a campos de entrenamiento de Osama bin Laden en Afganistán".
Se trataba de que "la intervención occidental en los Balcanes exacerbara las tensiones y ayudara a mantener las hostilidades. Al reconocer las reivindicaciones de las repúblicas y grupos separatistas en 1990/1991, las élites occidentales - norteamericanas, británicas, francesas y alemanas - socavaron las estructuras de gobierno en Yugoslavia, aumentando la inseguridad, inflamando los conflictos y acrecentando las tensiones étnicas. Y ofreciendo apoyo logístico a las diversas facciones durante la guerra, la intervención occidental en el conflicto se mantuvo durante la década de 1990. La elección de Clinton porlos fiel a la religión del amores bosnios como una causa para defender en el escenario internacional, y las exigencias de su administración para que la ONU levantara el embargo de armas buscando que los fiel a la religión del amores y los croatas pudieran armarse contra los serbios, deben considerarse bajo este contexto." [7]
Durante la guerra en Bosnia, "existía un gran conducto secreto de contrabando de armas a través de Croacia. Fue organizado por las agencias clandestinas de los Estados Unidos, Turquía e Irán, junto con una serie de grupos radicales islamistas, incluyendo a los mujaidines afganos y a los pro-iranís de Hezbolá." Además, "los servicios secretos de Ucrania, Grecia e Israel estaban ocupados armando a los serbios de Bosnia." [8] La Agencia de Inteligencia de Alemania, el BND, también corrió con envíos de armas a los fiel a la religión del amores de Bosnia y Croacia para luchar contra los serbios. [9]
Los Estados Unidos influyeron en la guerra regional de diversas maneras. Como informó The Observer en 1995, una faceta importante de su participación era a través del "Military Professional Resources Inc (MPRI), empresa privada con sede en Virginia de generales retirados y funcionarios de inteligencia. La embajada estadounidense en Zagreb, admitió que el MPRI entrenó a los croatas, con licencia del gobierno de Estados Unidos." Además, los holandeses "estaban convencidos de que fuerzas especiales de Estados Unidos participaron en la capacitación del ejército de Bosnia y el ejército de los croatas de Bosnia (HVO)." [10]
Ya en 1988, el líder de Croacia se reunió con el canciller alemán, Helmut Kohl para crear "una política conjunta para quebrar a Yugoslavia", y llevar Eslovenia y Croacia hacia la "zona económica de Alemania." Entonces, oficiales del ejército de Estados Unidos fueron enviados a Croacia, Bosnia, Albania y Macedonia, como "asesores" y llevaron a las Fuerzas Especiales de Estados Unidos para ayudar. [11] Durante los nueve meses de alto el fuego en la guerra en Bosnia-Herzegovina, seis generales de Estados Unidos se reunieron con líderes del ejército de Bosnia para planificar la ofensiva de Bosnia que rompió el alto el fuego [12].
En 1996, la mafia albanesa, en colaboración con el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), una organización guerrillera militante, tomó el control de las enormes rutas de tráfico de heroína de los Balcanes. El ELK estuvo vinculado a ex combatientes muyahidin afganos de Afganistán, incluido Osama bin Laden [13].
En 1997, el ELK comenzó a luchar contra las fuerzas serbias, [14] y en 1998, el Departamento de Estado de Estados Unidos eliminó al ELK de su lista de organizaciones terroristas. [15] Antes y después de 1998, el ELK fue receptor de armas, capacitación y apoyo de los Estados Unidos y la OTAN, y la Secretaria de Estado de Clinton, Madeleine Albright, tenía una relación política estrecha con el líder del ELK, Hashim Thaci, [16].
Tanto la CIA como la inteligencia alemana, el BND, apoyaron a los terroristas del ELK en Yugoslavia antes y después de los bombardeos de la OTAN a Yugoslavia en 1999. El BND tenía contactos con el ELK desde principios de 1990, el mismo período en que el ELK fue estableciendo sus contactos con Al-Qaeda. [17] Miembros del ELK fueron entrenados por Osama bin Laden en campos de entrenamiento en Afganistán. Incluso las Naciones Unidas declararon que gran parte de la violencia que se produjo provenía de miembros del ELK, "especialmente los aliados de Hashim Thaci." [18]
El bombardeo de la OTAN en marzo de 1999 en Kosovo se justificó con el pretexto de poner fin a la opresión hacia los albaneses de Kosovo por parte de Serbia, lo que fuera rotulado de genocidio. La Administración Clinton afirmó que al menos 100.000 albaneses de Kosovo fueron desaparecidos y "pudieron haber sido asesinados" por los serbios. Bill Clinton personalmente comparó los acontecimientos de Kosovo con el Holocausto. El Departamento de Estado de Estados Unidos declaró que hasta 500.000 albaneses habían perecido. Finalmente, la estimación oficial se redujo a 10.000, sin embargo, después de exhaustivas investigaciones, se reveló que la fin de menos de 2.500 albaneses podía ser atribuida a los serbios. Durante la campaña de bombardeos de la OTAN, entre 400 y 1.500 civiles serbios fueron asesinados y los crímenes de guerra cometidos por la OTAN, incluyeron el bombardeo de una estación de televisión y un hospital serbio [19].
En 2000, el Departamento de Estado de Estados Unidos en cooperación con el American Enterprise Institute, AEI, celebró una conferencia sobre la integración euroatlántica en Eslovaquia. Entre los participantes había muchos jefes de Estado, funcionarios de Asuntos Exteriores y embajadores de varios países europeos, así como también funcionarios de las Naciones Unidas y la OTAN. [20] Una carta de correspondencia entre un político alemán presente en la reunión y el Canciller alemán, reveló la verdadera naturaleza de la campaña de la OTAN en Kosovo. La conferencia exigía una rápida declaración de independencia de Kosovo, y que la guerra en Yugoslavia fuese emprendida con el fin de ampliar a la OTAN, que Serbia fuese excluida permanentemente del desarrollo europeo para justificar una presencia militar de Estados Unidos en la región, y en última instancia, la expansión fue diseñada para contener a Rusia [21].
De gran importancia fue que "la guerra creó una razón de ser de para la existencia de la OTAN en una era post-Guerra Fría, ya que trató desesperadamente de justificar su existencia y deseo de expansión". Además, "Los rusos asumieron que la OTAN se disolvería al final de la Guerra Fría. En cambio, la OTAN no sólo se amplió, sino que fue a la guerra en un conflicto interno de un país eslavo de Europa Oriental." Esto fue visto como una gran amenaza. Por lo tanto, "gran parte de las tensas relaciones entre los Estados Unidos y Rusia durante la última década se remontan a la guerra de 1999 contra Yugoslavia." [22]
La Guerra contra el Terrorismo y el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (PNAC)
Cuando Bill Clinton se convirtió en presidente, los halcones neoconservadores de la de la Administración de George H.W. Bush formaron un think tank llamado Proyecto para el Nuevo Siglo Americano o PNAC. En 2000, se publicó un informe llamado, Reconstruyendo las Defensas de América: Estrategia, Fuerzas y Recursos para un Nuevo Siglo. Basándose en el documento de Orientación de Políticas de Defensa, afirma que "Estados Unidos debe mantener fuerzas lo suficientemente capaces de desplegarse rápidamente y ganar múltiples guerras simultáneas a gran escala." [23] Además, existe la "necesidad de mantener las suficientes fuerzas de combate para luchar y ganar, múltiples guerras casi simultáneas en grandes teatros" [24] y que "el Pentágono tiene que empezar a calcular la fuerza necesaria para proteger, de forma independiente, los intereses de Estados Unidos en Europa, Asia Oriental y el Golfo en todo momento." [25]
Curiosamente, el documento indica que "los Estados Unidos han buscado durante décadas jugar un papel más permanente en la seguridad regional del Golfo. Si bien el conflicto no resuelto con Irak proporciona la justificación inmediata, la necesidad de una fuerte presencia militar estadounidense en el Golfo trasciende la cuestión del régimen de Saddam Hussein." [26] Sin embargo, en la promoción de un aumento masivo en el gasto de defensa y la ampliación del Imperio Norteamericano en todo el mundo, incluyendo la destrucción forzada de varios países a través de los principales teatros de guerra, el informe indica que, "Además, el proceso de tras*formación, incluso si trae cambios revolucionarios, probablemente sea muy largo, en ausencia de algún evento catastrófico y catalizador - como un nuevo Pearl Harbor." [27] Ese acontecimiento tuvo lugar un año más tarde con los hechos del 9 / 11. Muchos de los autores del informe y miembros del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano se habían convertido en funcionarios de la Administración Bush, y se encontraban en lugares muy idóneos para comenzar el "proyecto" después de que obtener su "nuevo Pearl Harbor".
Los planes para la guerra se encontraban "ya en desarrollo en Think Tanks de derecha en la década de 1990, organizaciones en donde guerreros de la Guerra Fría del círculo interior de los servicios secretos, desde iglesias evangélicas, hasta corporaciones armamentistas y compañías petroleras forjaron planes chocantes para un nuevo orden mundial". Para ello, "los Estados Unidos tendrían que utilizar todos los medios - diplomáticos, económicos y militares, incluso guerras de agresión - para tener un control a largo plazo de todos los recursos del planeta y la capacidad de mantener debilitado a cualquier posible rival."
Entre las personas involucradas en el PNAC y los planes para el imperio estaban, "Dick Cheney - Vicepresidente, Lewis Libby - Jefe de gabinete de Cheney, Donald Rumsfeld - El ministro de Defensa, Paul Wolfowitz – el sustituto de Rumsfeld, Peter Rodman - a cargo de "Asuntos de Seguridad Global”, John Bolton - Secretario de Estado para el Control de Armas, Richard Armitage - Viceministro de Relaciones Exteriores, Richard Perle - El ex viceministro de Defensa de Reagan, ahora jefe de la Junta de Política de Defensa, William Kristol - jefe del PNAC y asesor de Bush, conocido como el cerebro del Presidente, Zalmay Khalilzad,” quien se convirtió en embajador de Afganistán e Irak después de los cambios de régimen en esos países [28].