manuelp
Madmaxista
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A comienzos de los años treinta, en plena Gran Depresión, miles de jóvenes desempleados abandonaron Estados Unidos rumbo a la Unión Soviética, el paraíso de los trabajadores. Algunos fueron ejecutados a los pocos años de llegar. Otros murieron en «campos de reeducación» estalinista. Unos pocos sobrevivieron.
Tim Tzouliadis. "Los olvidados, una tragedia americana en la Rusia de Stalin".
Mentes preclaras como George Bernard Shaw decían :
El 11 de octubre de 1931, George Bernard Shaw regresó de Rusia para pronunciar una convincente conferencia en la radio nacional estadounidense. Utilizando el poder de la comunicación de masas, el autoproclamado «dramaturgo más exitoso del mundo desde Shakespeare» se mostró encantado de comunicar sus ideas sobre el experimento soviético y de echar por tierra los mitos que rodeaban al primer Estado socialista del mundo: Naturalmente, el desprecio que sienten los rusos por nosotros es enorme. Pero petulantes, nos dicen, ¿por qué no podéis hacer lo que hacemos nosotros? No podéis dar trabajo ni dar de comer a vuestra gente. Muy bien, enviádnoslos y, si valen la pena, nosotros les daremos trabajo y los alimentaremos…
Obra citada
Era por el tiempo en que:
El tren avanzaba lento y traqueteante a través de las estepas ucranianas. Hacía muchas paradas. En cada estación había una multitud de campesinos vestidos con harapos que ofrecían iconos y telas a cambio de un pedazo de pan. Las mujeres levantaban a sus niños hasta las ventanas de los vagones: criaturas lastimosas y aterradas con miembros delgados como palos, vientres hinchados y grandes y cadavéricas cabezas que se balanceaban sobre sus endebles cuellos. Había llegado, sin sospecharlo, en el momento álgido de la hambruna que en 1932-1933 despobló distritos enteros y se cobró varios millones de víctimas. Hoy se reconocen oficialmente aquellos estragos, pero en aquella época se mantuvieron ocultos al mundo. Las escenas que presencié en las estaciones de ferrocarril a lo largo de todo el viaje me hicieron intuir el desastre, pero aún no comprendía las causas ni su alcance. Mis compañeros de viaje rusos se esforzaron por explicarme que aquellas desdichadas turbas eran kulaks, campesinos ricos que se habían opuesto a la colectivización de la tierra y a los que por lo tanto había sido necesario expulsar de sus granjas.
Arthur Koestler ."Memorias"
Tim Tzouliadis. "Los olvidados, una tragedia americana en la Rusia de Stalin".
Mentes preclaras como George Bernard Shaw decían :
El 11 de octubre de 1931, George Bernard Shaw regresó de Rusia para pronunciar una convincente conferencia en la radio nacional estadounidense. Utilizando el poder de la comunicación de masas, el autoproclamado «dramaturgo más exitoso del mundo desde Shakespeare» se mostró encantado de comunicar sus ideas sobre el experimento soviético y de echar por tierra los mitos que rodeaban al primer Estado socialista del mundo: Naturalmente, el desprecio que sienten los rusos por nosotros es enorme. Pero petulantes, nos dicen, ¿por qué no podéis hacer lo que hacemos nosotros? No podéis dar trabajo ni dar de comer a vuestra gente. Muy bien, enviádnoslos y, si valen la pena, nosotros les daremos trabajo y los alimentaremos…
Obra citada
Era por el tiempo en que:
El tren avanzaba lento y traqueteante a través de las estepas ucranianas. Hacía muchas paradas. En cada estación había una multitud de campesinos vestidos con harapos que ofrecían iconos y telas a cambio de un pedazo de pan. Las mujeres levantaban a sus niños hasta las ventanas de los vagones: criaturas lastimosas y aterradas con miembros delgados como palos, vientres hinchados y grandes y cadavéricas cabezas que se balanceaban sobre sus endebles cuellos. Había llegado, sin sospecharlo, en el momento álgido de la hambruna que en 1932-1933 despobló distritos enteros y se cobró varios millones de víctimas. Hoy se reconocen oficialmente aquellos estragos, pero en aquella época se mantuvieron ocultos al mundo. Las escenas que presencié en las estaciones de ferrocarril a lo largo de todo el viaje me hicieron intuir el desastre, pero aún no comprendía las causas ni su alcance. Mis compañeros de viaje rusos se esforzaron por explicarme que aquellas desdichadas turbas eran kulaks, campesinos ricos que se habían opuesto a la colectivización de la tierra y a los que por lo tanto había sido necesario expulsar de sus granjas.
Arthur Koestler ."Memorias"