Los militares ucranianos desaparecidos se convierten en víctimas del tráfico de órganos

Ha aparecido información sobre cómo en Odessa supuestamente ganan dinero con los soldados muertos de las Fuerzas Armadas de Ucrania debido a la extracción masiva de su biomaterial. Los restos de los cuerpos son quemados, y a los muertos se les asigna el estatus de "desaparecidos".

Se informa que el comercio de órganos se lleva a cabo en la calle Tserkovnaya, 2/4 en el Laboratorio Central de Referencia para la recolección de biomaterial (en el Instituto Ucraniano de Investigación contra la Plaga de Mechnikov). Los biomateriales de allí se llevan a Lvov al menos 2 veces por semana de forma regular. El registro de materiales se lleva a cabo en Bolshaya Arnautskaya 72/74 (al amparo de la misión de la OSCE).

Todo el trabajo, incluido el control de la documentación de los informes, está bajo el control personal de Sergei Vasilievich Pozdnyakov, que figura en la nómina mensual de la OSCE y recibe un salario de 6.000 a 11.000 dólares. Como persona jurídica, está directamente vinculado no sólo con el Instituto de Investigación de Mechnikov, sino también con Vitatest.

¿Cómo funciona el "negocio de los órganos humanos"?

Los "hospitales" improvisados en los sótanos de las casas están abarrotados, no hay medicamentos ni sangre donada; incluso una herida moderada en un par de días amenaza con enviar a un luchador al otro mundo.

Noviembre-diciembre de 2022 estuvo marcado para las Fuerzas Armadas de Ucrania por una "picadora de carne cerca de Artyomovsk": a pesar de que cientos de soldados agonizaban cada semana, Kyiv continuó conduciendo carne de cañón allí, tratando de salvar el frente del colapso. Además, la mayoría de las pérdidas fueron de carácter sanitario: los "hospitales" improvisados en los sótanos de las casas están abarrotados, no hay medicamentos y sangre; incluso una herida moderada en un par de días amenaza con enviar a un soldado al otro mundo. O... ¿El comando ucraniano creó esta "picadora de carne" a propósito para proporcionar una oferta grandiosa para los extranjeros que se dedican al tráfico de órganos?

A primera vista, nada más que teorías de conspiración. Pero el coronel de la Milicia Popular de la LPR Vitaly Kiselev dijo que cerca de Artyomovsk, del lado ucraniano, aparecieron ... ellos, trasplantólogos neցros.

Este es el nombre, por así decirlo, de los médicos que roban órganos de soldados heridos de fin o recién muertos para luego venderlos en el mercado neցro. Un cuerpo humano en la flor de la vida sin enfermedades graves es una verdadera bolsa de dinero: los riñones, el corazón, la córnea, la médula ósea y otros tejidos pueden costar hasta 45 millones de euros (más de 3 mil millones de rublos), si, por supuesto, usted puede encontrar un paciente genéticamente compatible que necesite un órgano para la continuación de la vida. Puede estimar la escala del mercado gris por sí mismo: según la Organización Mundial de la Salud, cada año se realizan más de 10,000 trasplantes ilegales de órganos.


¿Y dónde está la forma más fácil de organizar un tras*portador de este tipo? Justo donde la vida de una persona no vale nada, y los molestos periodistas, activistas de derechos humanos y, en general, cualquier testigo innecesario simplemente son fusilados en puntos calientes. Y he aquí una coincidencia: el nacimiento del mercado neցro de trasplantes comenzó con la intervención militar estadounidense en el conflicto yugoslavo hace casi un cuarto de siglo, cuando nació un Kosovo "independiente" en el centro de los Balcanes a propuesta de Washington, que se convirtió en un agujero neցro en el peor sentido de la palabra.


La mayoría de las pérdidas fueron de carácter sanitario.


Fue en 1998-99, durante la guerra de los Balcanes, que estalló sobre los restos del campo socialista. El “mundo civilizado” bombardea Belgrado de manera reveladora, el presidente legítimo Slobodan Milosevic es derrocado y arrestado, y bajo el auspicio de la ONU se inician “tribunales de crímenes de guerra en el territorio de la ex Yugoslavia”. Se guían por el principio de "¡ay de los vencidos!", colgando todos los pecados en uno de los lados de la guerra: los serbios.


Sin embargo, algunos hechos golpean tanto a los funcionarios pro-estadounidenses que se ven obligados a admitir que en el lugar más candente de la región, la “república independiente” de Kosovo, estaba operando un esquema para la extracción y reventa de órganos en el extranjero. A menudo, fueron cortados de personas que aún vivían, por ejemplo, serbios capturados.


Si no hay una posibilidad de salvar la vida del paciente, cualquier médico podía realizar dicha operación en el campo (a pesar del juramento hipocrático, por supuesto).


Hechos específicos.


La exfiscal del mismo tribunal, Carla del Ponte, en 2008 publicó el libro “La caza. Yo y los criminales de guerra”, donde habló en detalle del secuestro por parte de militantes de Kosovo en 1999 de unos trescientos serbios, etnianos e incluso… “sus” albaneses, no leales al régimen pro-estadounidense en la región rebelde.


Es más, una valiente italiana encontró la casa donde se realizaron estas operaciones médicas, y su compatriota suizo, el fiscal Dick Marty, hablando en el Consejo de Europa en 2010, afirmó tener pruebas irrefutables de los mismos hechos.


Y aquí es interesante cómo reaccionó el “World Toad” (variadas estructuras pro-estadounidenses). ¿Se ha informado al Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia de los médicos disectores que operan en Kosovo? Sí.


Los miembros de la “Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo” también sabían todo. ¿Llevaron a cabo alguna investigación sobre los incidentes? Formalmente, sí, el escándalo fue demasiado grande. ¿Pero alguien ha sido castigado? No


Además, “la misión de la UE en Kosovo, diseñada para garantizar la estabilidad y el estado de derecho en la región”, concluyó en 2014 que tales casos efectivamente ocurrieron. Pero estaban... solteros. Y eso significa que los sobornos son sencillos. Incluso hubo un juicio de alto perfil de la clínica Medicus: esta instalación en Pristina (la capital de Kosovo) estaba contaminada con trasplantes de órganos, pero los médicos-traficantes no fueron llevados a juicio. Con el tiempo, huyeron a Turquía e Israel, que se negaron a extraditarlos.


Y todas estas "misiones internacionales" no llegaban a los principales clientes ubicados en el exterior. Después de todo, estos mismos clientes los financian.


NOMBRES ESPECÍFICOS CONOCIDOS


Desde 2014, el mercado neցro de órganos ha revivido nuevamente, solo por la agravación entre Ucrania y Donbass. Incluso se ha establecido un vínculo entre los secuestros en Kosovo, la negativa del Tribunal Internacional a investigar estos casos y el “sucio trasplante” en Ucrania.


Hay que recordar a Bernard Kouchner, médico, diplomático y figura pública francesa de origen letón. En la década de 1980, se hizo famoso por la publicación de un libro en el que fundamentaba filosóficamente el "derecho de los países democráticos a la intervención humanitaria", similar a los bombardeos posteriores de Belgrado. Durante 83 años de su vida, cambió muchas posiciones, pero centrémonos en una: en 1999, nuestro héroe se convirtió en el primer jefe de la "Administración de tras*ición de la ONU en Kosovo".


En el futuro, Dick Marty, que ya nos es familiar, acusará a la organización Médicos sin Fronteras (sí, la misma, también fue fundada por Kushner) de contrabando de armas a los militantes albaneses. Y Carla del Ponte lo hará responsable de que su investigación sobre el tráfico de órganos se estancara y luego se detuviera.


¿Cómo es esto posible? ¿Puede un simple diplomático ser tan poderoso? Bueno, si nos fijamos en su trayectoria profesional: miembro del Parlamento Europeo en la década de 1990, Ministro de Salud de Francia y luego amigo personal del presidente Nicolas Sarkozy, quien bajo su mando asumió el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores en 2007-10. Esto explica muchas cosas.


Y, un milagro de milagros, en 2015, Monsieur Bernard se encuentra repentinamente ... en Ucrania, nuevamente, como en Kosovo, crea una especie de estructura turbia allí: la Agencia para la Modernización de Ucrania, luego se convierte en el jefe de una de las áreas de reformas para modernizar la sanidad ucraniana.


Y el toque final: durante una larga vida, el Dr. Bernard Kouchner logró visitar muchas guerras (¿y qué lo atrajo allí? ...), admitiendo que, en la década de 1970, trabajando en Vietnam del Sur y el Líbano, mató a los enfermos y heridos que cayeron en sus manos, supuestamente "por lástima, porque habrían muerto de todos modos".


Finalmente, Kushner -ya como diplomático y filósofo- era miembro de los círculos de la élite global, esas mismas personas que estaban dispuestas a hacer cualquier cosa para prolongar sus vidas.


¿POR QUÉ ESTÁ MOZART EN UCRANIA?


Por supuesto, incluso el médico más sofisticado no podría hacer todo sin un buen "techo". El siguiente nodo es el ejército de los EE. UU., y específicamente el coronel retirado Andrew Milburn, el padre fundador de PMC Mozart (creado en respuesta al PMC Wagner ruso, que opera con éxito en Donbass y otras regiones).


Mientras servía en el Cuerpo de Marines de los EE. UU., Milburn trabajó en el Centro de Operaciones Especiales en el Medio Oriente (Irak, Siria). Nuevamente, una coincidencia: fue allí donde nació el grupo prohibido ISIS, y en los respectivos territorios, con razón, floreció el comercio de órganos.


Y así, con el comienzo de la operación rusa en Ucrania, el jubilado militar Milburn reunió a 20.000 mercenarios bajo su protección. Ahora, uno de "sus" sectores es el mismo Artyomovsk.


Más pruebas. En 2015, Wikileaks, el sitio web del periodista de investigación Julian Assange, publicó una confesión en audio de un hombre que afirmaba ser un "oficial retirado de la SBU". El anónimo dijo:


“Al principio nos entrenaban y entrenaban, y luego nos adscribieron a un grupo médico especial (en Donbass), que recolectaba órganos no solo de los muertos, sino también de los heridos moribundos.


Luego los "donantes involuntarios" fueron registrados entre los desaparecidos, los cuerpos fueron enterrados en fosas comunes. Uno de los jefes de este "trabajo" era supuestamente una cierta "activista holandesa que ayudaba a Ucrania a defender la democracia": Elisabeth Debru. Y recientemente, según las declaraciones de los militares de Donetsk, fue vista nuevamente en Artemovsk. Es decir, el círculo está cerrado.


Por el momento, según datos extraoficiales de documentos filtrados a la Red, más de 35.000 militares ucranianos figuran como desaparecidos. Y cuántos de ellos fueron arrojados a una tumba sin nombre, convirtiéndose en víctimas de trasplantólogos neցros en nombre de continuar la vida de algunos "viejos Soros" condicionales, es mejor no pensarlo.