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Sanidad plantea facilitar aún más su acceso para frenar el VIH y otras enfermedades de tras*misión sensual. Ultima un plan para extender las terapias pre y post exposición a estos bichito
El Ministerio de Sanidad se ha trazado como uno de sus objetivos mejorar la accesibilidad a los preservativos como medio fundamental para atajar las infecciones por el VIH. De hecho, estudiará “incluir su gratuidad mediante prescripción facultativa para favorecer su acceso entre los sectores de la población más vulnerables y así mejorar su aceptabilidad”. Esta es una de las numerosas medidas contempladas en el plan de prevención y control de la infección por el VIH y las enfermedades de tras*misión sensual para el periodo 2021-2030 que ha impulsado el Ministerio de Sanidad.
El documento, que ha pasado casi desapercibido al aprobarse en plena avalancha de casos de el bichito, tendrá su continuación previsiblemente este verano con otro plan de choque para extender la profilaxis preexposición (PrEP) en el Sistema Nacional de Salud (SNS), un empeño personal de la propia titular de la cartera, Carolina Darias. El plan trata de adaptar la atención y los tratamientos a la nueva realidad del sida y las enfermedades de tras*misión sensual en España.
Según los datos que incorpora, la tasa de nuevos diagnósticos de VIH ha ido descendiendo progresiva y lentamente desde 8,58 por 100.000 habitantes en 2010 a 7,46 en 2019, “siendo este dato una estimación debido a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de el bichito-19″. Dicha tasa es similar a la de países vecinos, pero superior a la media de la Unión Europea. El documento resalta que la mayor parte de los nuevos diagnósticos son hombres, con una mediana de edad de 36 años, y que la vía de tras*misión más frecuente es la sexual. Además, el 36,1% de los nuevos diagnósticos se produjo en personas originarias de otros países, fundamentalmente de América Latina. Además, casi la mitad de los nuevos diagnósticos (45,9%) presentaron diagnóstico tardío.
En lo que respecta al conjunto de enfermedades de tras*misión sensual, el plan reseña que en 2019 se notificaron más de 36.000 diagnósticos sometidos a vigilancia epidemiológica, “observándose un aumento de todas ellas en los últimos años”. En general, hay una mayor afectación en hombres de entre 25 y 34 años, a excepción de la infección por Chlamydia Trachomatis, que presenta tasas más elevadas en mujeres menores de 25 años. Los autores del texto apuntan que las crisis sanitarias, sociales y políticas a lo largo de la historia se han asociado a aumentos de estas patologías.
“Por lo tanto, se puede anticipar que el impacto provocado por la el bichito-19 incremente los aumentos sostenidos en la incidencia de las ITS -enfermedades de tras*misión sensual- en los últimos años, si no se realizan las intervenciones apropiadas”. El plan aprobado por Sanidad se alinea con la estrategia de Onusida y contempla acciones para garantizar la cobertura universal de salud, sin discriminaciones de ningún tipo; la equidad, reduciendo posibles desigualdades, la apropiación y coordinación, entendido como tales acciones intersectoriales en las que participen diferentes actores, y la complementariedad con otros planes y estrategias como la de salud sensual y reproductiva o la del abordaje de la cronicidad.
Como anticipo a las próximas medidas que llegarán sobre la profilaxis preeposición, el documento recuerda que el 30 de septiembre de 2019 ya se incluyó en la prestación farmacéutica financiada por el Sistema Nacional de Salud, acompañada de recomendaciones adicionales enfocadas a prácticas de riesgo y la detección precoz de la infección por VIH y otras enfermedades de tras*misión sensual. El texto anuncia que se trabajará en la ampliación de los criterios de indicación para dar cobertura, entre otros, a adolescentes e inyectores de drojas en riesgo alto de infección.
También se valorará la adherencia al tratamiento y se promoverá la equidad en salud para disminuir las desigualdades en salud y el acceso universal, con el fin de que no haya discriminación ni estigma. En lo que se refiere a la llamada profilaxis Post-Exposición (PPE), el documento avanza que esta debe utilizarse “de manera esporádica y cuando esté indicada de acuerdo con las guías de expertos y/o de práctica clínica. Además, anuncia que “se trabajará por el acceso efectivo a los programas de PPE de aquellas personas con exposición reciente y riesgo de infección por el VIH, aumentando su visibilidad y conocimiento”. Además, asegura que se potenciará la accesibilidad de esta terapia en los centros sanitarios para aquellas personas en riesgo de infección por el VIH, incluyendo la urgencia hospitalaria de adultos e infantil, y la derivación desde la atención primaria”.
En este apartado, incluye también la potenciación de la detección y el tratamiento precoz de otras enfermedades de tras*misión sensual en usuarios de estas terapias por indicación de exposición sensual; la formación de los profesionales sanitarios de atención primaria, medicina preventiva, urgencias y sociosanitarios para orientar sobre la derivación y el uso de dichas terapias; y la mejora de la información sobre el número de usuarios de terapias pre y post exposición.
El plan dedica también un capítulo a una de las prácticas de riesgo más de moda en la actualidad, el llamado chemsex, en la que se incluye el consumo de drojas. En este sentido, recuerda que “la práctica intensiva y continuada de chemsex puede facilitar no sólo la tras*misión sensual del VIH y otras ITS, sino también ocasionar otros problemas y complicaciones para la salud física, mental y social de las personas que la realizan”.
Según el documento, hay una prevalencia relativamente alta en hombres con infección por el VIH. Por ello anuncia que “se promoverá el abordaje del chemsex desde una perspectiva multidisciplinar, teniendo en cuenta las necesidades de usuarios y pacientes, y fomentando la coordinación entre servicios, la complementariedad entre profesionales y la colaboración entre servicios públicos asistenciales y entidades comunitarias LGTBQ+”. También anuncia que “se fomentará la formación de profesionales sanitarios y sociosanitarios en aspectos de chemsex, así como su incorporación en los planes de estudio y en la formación dirigida a profesionales en las administraciones públicas”. “Se desarrollarán y reforzarán los sistemas de información y las herramientas de vigilancia epidemiológica para analizar el fenómeno del chemsex, sus patrones y tendencias y su impacto en la salud de las personas y en la salud pública”, apunta, añadiendo que se desarrollarán acciones de prevención primaria selectiva, secundaria y terciaria, y que se trabajará en la simplificación del circuito asistencial para el usuario, incluyendo consultas integradas, prestadas por parte de diferentes profesionales en un mismo espacio”.
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Sanidad plantea facilitar aún más su acceso para frenar el VIH y otras enfermedades de tras*misión sensual. Ultima un plan para extender las terapias pre y post exposición a estos bichito
El Ministerio de Sanidad se ha trazado como uno de sus objetivos mejorar la accesibilidad a los preservativos como medio fundamental para atajar las infecciones por el VIH. De hecho, estudiará “incluir su gratuidad mediante prescripción facultativa para favorecer su acceso entre los sectores de la población más vulnerables y así mejorar su aceptabilidad”. Esta es una de las numerosas medidas contempladas en el plan de prevención y control de la infección por el VIH y las enfermedades de tras*misión sensual para el periodo 2021-2030 que ha impulsado el Ministerio de Sanidad.
El documento, que ha pasado casi desapercibido al aprobarse en plena avalancha de casos de el bichito, tendrá su continuación previsiblemente este verano con otro plan de choque para extender la profilaxis preexposición (PrEP) en el Sistema Nacional de Salud (SNS), un empeño personal de la propia titular de la cartera, Carolina Darias. El plan trata de adaptar la atención y los tratamientos a la nueva realidad del sida y las enfermedades de tras*misión sensual en España.
Según los datos que incorpora, la tasa de nuevos diagnósticos de VIH ha ido descendiendo progresiva y lentamente desde 8,58 por 100.000 habitantes en 2010 a 7,46 en 2019, “siendo este dato una estimación debido a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de el bichito-19″. Dicha tasa es similar a la de países vecinos, pero superior a la media de la Unión Europea. El documento resalta que la mayor parte de los nuevos diagnósticos son hombres, con una mediana de edad de 36 años, y que la vía de tras*misión más frecuente es la sexual. Además, el 36,1% de los nuevos diagnósticos se produjo en personas originarias de otros países, fundamentalmente de América Latina. Además, casi la mitad de los nuevos diagnósticos (45,9%) presentaron diagnóstico tardío.
En lo que respecta al conjunto de enfermedades de tras*misión sensual, el plan reseña que en 2019 se notificaron más de 36.000 diagnósticos sometidos a vigilancia epidemiológica, “observándose un aumento de todas ellas en los últimos años”. En general, hay una mayor afectación en hombres de entre 25 y 34 años, a excepción de la infección por Chlamydia Trachomatis, que presenta tasas más elevadas en mujeres menores de 25 años. Los autores del texto apuntan que las crisis sanitarias, sociales y políticas a lo largo de la historia se han asociado a aumentos de estas patologías.
“Por lo tanto, se puede anticipar que el impacto provocado por la el bichito-19 incremente los aumentos sostenidos en la incidencia de las ITS -enfermedades de tras*misión sensual- en los últimos años, si no se realizan las intervenciones apropiadas”. El plan aprobado por Sanidad se alinea con la estrategia de Onusida y contempla acciones para garantizar la cobertura universal de salud, sin discriminaciones de ningún tipo; la equidad, reduciendo posibles desigualdades, la apropiación y coordinación, entendido como tales acciones intersectoriales en las que participen diferentes actores, y la complementariedad con otros planes y estrategias como la de salud sensual y reproductiva o la del abordaje de la cronicidad.
Como anticipo a las próximas medidas que llegarán sobre la profilaxis preeposición, el documento recuerda que el 30 de septiembre de 2019 ya se incluyó en la prestación farmacéutica financiada por el Sistema Nacional de Salud, acompañada de recomendaciones adicionales enfocadas a prácticas de riesgo y la detección precoz de la infección por VIH y otras enfermedades de tras*misión sensual. El texto anuncia que se trabajará en la ampliación de los criterios de indicación para dar cobertura, entre otros, a adolescentes e inyectores de drojas en riesgo alto de infección.
También se valorará la adherencia al tratamiento y se promoverá la equidad en salud para disminuir las desigualdades en salud y el acceso universal, con el fin de que no haya discriminación ni estigma. En lo que se refiere a la llamada profilaxis Post-Exposición (PPE), el documento avanza que esta debe utilizarse “de manera esporádica y cuando esté indicada de acuerdo con las guías de expertos y/o de práctica clínica. Además, anuncia que “se trabajará por el acceso efectivo a los programas de PPE de aquellas personas con exposición reciente y riesgo de infección por el VIH, aumentando su visibilidad y conocimiento”. Además, asegura que se potenciará la accesibilidad de esta terapia en los centros sanitarios para aquellas personas en riesgo de infección por el VIH, incluyendo la urgencia hospitalaria de adultos e infantil, y la derivación desde la atención primaria”.
En este apartado, incluye también la potenciación de la detección y el tratamiento precoz de otras enfermedades de tras*misión sensual en usuarios de estas terapias por indicación de exposición sensual; la formación de los profesionales sanitarios de atención primaria, medicina preventiva, urgencias y sociosanitarios para orientar sobre la derivación y el uso de dichas terapias; y la mejora de la información sobre el número de usuarios de terapias pre y post exposición.
El plan dedica también un capítulo a una de las prácticas de riesgo más de moda en la actualidad, el llamado chemsex, en la que se incluye el consumo de drojas. En este sentido, recuerda que “la práctica intensiva y continuada de chemsex puede facilitar no sólo la tras*misión sensual del VIH y otras ITS, sino también ocasionar otros problemas y complicaciones para la salud física, mental y social de las personas que la realizan”.
Según el documento, hay una prevalencia relativamente alta en hombres con infección por el VIH. Por ello anuncia que “se promoverá el abordaje del chemsex desde una perspectiva multidisciplinar, teniendo en cuenta las necesidades de usuarios y pacientes, y fomentando la coordinación entre servicios, la complementariedad entre profesionales y la colaboración entre servicios públicos asistenciales y entidades comunitarias LGTBQ+”. También anuncia que “se fomentará la formación de profesionales sanitarios y sociosanitarios en aspectos de chemsex, así como su incorporación en los planes de estudio y en la formación dirigida a profesionales en las administraciones públicas”. “Se desarrollarán y reforzarán los sistemas de información y las herramientas de vigilancia epidemiológica para analizar el fenómeno del chemsex, sus patrones y tendencias y su impacto en la salud de las personas y en la salud pública”, apunta, añadiendo que se desarrollarán acciones de prevención primaria selectiva, secundaria y terciaria, y que se trabajará en la simplificación del circuito asistencial para el usuario, incluyendo consultas integradas, prestadas por parte de diferentes profesionales en un mismo espacio”.
