Vlad_Empalador
Será en Octubre
Los médicos huyen de España: se han ido 11.000 en 5 años por el triple de sueldo y mejores horarios
En 2021, se alcanzó el valor histórico más alto de facultativos que recibió un certificado de idoneidad para trabajar en el extranjero, 2.504.
8 octubre, 2022 02:59
María P. Bonmatí
"Estudiar 12 años de tu vida y no poder encontrar nunca una estabilidad". Esta es la frase con la que médicos españoles denuncian la situación que atraviesan en nuestro país, en la que se aúna la precariedad, la presión asistencial, la baja conciliación y retribución. La frase, concretamente, pertenece a Nuria Alcubilla, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y, desde hace tres años, médica en Suecia. Su historia es una entre las muchas que se cuentan entre la marea blanca. La pena es que también es la crónica de una fin que venía siendo anunciada.
En los últimos 10 años, 31.076 profesionales han solicitado el certificado de idoneidad para trabajar fuera. "Cosas que pasan cuando das salarios bajos y condiciones laborales deplorables. Que tus médicos se van", denuncian desde la Asociación MIR España.
Las cifras, además, son cada vez mayores. Sólo en los últimos cinco años suman 11.506. En 2021, se alcanzó la cifra más alta desde que hay registros: un total de 2.504 facultativos (2.423 colegiados) recibieron el certificado de idoneidad para trabajar en el extranjero, según los datos que presenta el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM). Tal y como detallan, el año pasado se retomó esta tendencia al alza, que comenzó en 2011 y sólo se vio afectada en 2020, debido a la crisis del cobi19.
Los expertos ruegan a las autoridades un cambio en el sistema para poder revertir el futuro problema que se avecina, la falta de médicos. Se prevé que en los próximos años se jubilarán 80.000 facultativos en activo, según un informe elaborado por el Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada.
Para reponer este número no son suficientes los residentes que terminan en estos años y no es porque la profesión no suscite interés. De hecho, en 2021, el número de colegiados aumentó en 7.619 personas, llegando a alcanzar un total de 283.811. Uno de los problemas, según el informe, es que cada vez más médicos deciden marcharse al extranjero.
Cada vez se nota un mayor rechazo a las condiciones que ofrece el trabajo en España, como expone el CGCOM. Sobre todo en determinadas especialidades, como la Medicina de Familia y el ejercicio de Atención Primaria, justo aquello que más se demanda en otros países, como Suecia.
"En Suecia tienen mucha necesidad de médicos de Atención Primaria", explica Alcubilla. "Además lo saben y, por eso, tienen un sistema muy estructurado de reclutamiento de médicos de otros países".
Un proceso de 'captación'
Ese sistema de reclutamiento se realiza desde empresas especializadas que contactan a profesionales españoles explicándoles qué mejoras les pueden ofrecer en su país. Un viaje con todos los gastos pagados, entrevistas exhaustivas y un curso de sueco (también pagado) y ya está todo hecho. Eso sí, hay que salir bilingüe de ahí y el proceso está tan medido que parece una obra de los servicios de inteligencia. "Yo creo que hasta el guía que nos pusieron para enseñarnos la ciudad formaba parte de la entrevista de evaluación", cuenta entre risas Rubén Blanco, pediatra especializado en Neonatología y, ahora, médico en Suecia. Su mujer también trabaja allí. ¿Especialidad? De nuevo, médico de familia.
Nuria Alcubilla, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, y Bruno Magnífico, especialista en Medicina Interna.
Los datos del CGCOM confirman esta gran fuga de médicos de familia. Es la especialidad que más certificados solicita (265), seguida de Oftalmología (118), Anestesiología y Reanimación (98) y Pediatría y sus áreas específicas (75). Sólo hay que ver el número de plazas desiertas en la última convocatoria MIR. De las 8.188 ofertadas, quedaron vacantes 217, 200 de Medicina Familiar y Comunitaria, lo que obligó al Ministerio a poner en marcha una segunda vuelta de elección de plazas.
"Yo no me lo pensé dos veces, sabiendo lo que me esperaba. Al acabar la residencia, empecé el curso de sueco y me vine para acá", explica Nuria Alcubilla, que confirma la tesis que denunciaban desde MIR España: los médicos no se van, se ven obligados a irse.
"Muy pocos eligen irse de España por gusto". Esta vez quien habla es Silvia Ondicol, especialista en Medicina Familiar. Desde hace tres años, es Distriktsläkare, el equivalente en Suecia."Cuando yo me fui de allí ofrecían contratos bastante malos, de máximo tres meses. Eran renovables, sí, pero con tres niños no es lo más apetecible. Aquí me daban contrato indefinido, con muy buenas condiciones".
Entre esas grandes condiciones, lo primero que destaca es el sueldo. "En Suecia no pueden pagar menos de 65.000 coronas suecas al mes", devela. Esto se traduce en que el salario mínimo de un médico ronda los 6.000 euros —y guardias pagadas a 100 euros la hora—. Según recuerdan los entrevistados, aquí en España cobraban cerca de los 2.000 por el mismo trabajo.
[Tengo 31 años, soy médico de Atención Primaria, y yo también pienso en dejarlo para siempre]
Hay que recalcar la palabra mínimo, porque, a diferencia del sistema español, allí no hay salarios estipulados, más allá de esa cifra. Así, Nuria Alcubilla cuenta que los médicos de "alquiler", una figura que existe en otros países, pero que en España no ha llegado, se pueden juntar con 15.000 euros al mes. De hecho, ella desde hace poco trabaja como tal. La idea, para que se familiarice el lector, es la de una especie de facultativo autónomo.
Silvia Ondicol, especialista en Medicina Interna y Comunitaria.
Si bien el sueldo es una parte muy importante de la ecuación de la fuga de cerebros, las condiciones laborales juegan una parte importante. En el caso de Rubén Blanco, por ejemplo, fue determinante: "A mí el trabajo en España me estaba afectando psicológicamente. En el centro de salud, tenía pacientes citados cada seis minutos. No dormía por las noches pensando en que se me había olvidado algo que era importante y, al día siguiente, me iba corriendo para ver si alguno de mis pacientes había sido ingresado". Ahora, entre paciente y paciente, hay 45 minutos/una hora de diferencia.
La conciliación es real
Este médico cuenta que en febrero de 2020 aterrizó en Suecia junto a su mujer y sus dos hijos. A diferencia de Alcubilla y Ondicol, que huyeron antes de la tormenta, él y su mujer vivieron durante muchos años la precariedad del sistema, sobre todo ella, que debido a su turno de tarde no pudo disfrutar de su primer hijo como hubiera querido. "Mi mujer se perdió la infancia de nuestra primera hija. Con el segundo, nos planteamos que eso no podía volver a pasar. Los niños se tienen sólo una vez en la vida. Me puse en contacto con el Colegio de Médicos de Madrid y les pedí ayuda".
Según relata, la solución que le dieron para poder gozar de la conciliación familiar que tanto ansiaban fue trabajar en el extranjero y, aunque al principio la respuesta fue no, la situación llegó hasta el punto de que precipitó la salida. "Ahora estamos muy contentos. Podemos comer y cenar juntos". Algo tan insignificante, aparentemente, para Blanco es un mundo.
Alcubilla también habla de las flexibilidades que ofrecen para conciliar la vida familiar. Desde adaptar la jornada al 90%, 80% o 75% sin tener que dar una justificación a pedir un día libre porque el niño se ha puesto malo. "Y no te lo discuten, porque saben que es tu derecho", explica.
Las guardias también son otro mundo. De esto habla Serafín Castellano, pediatra oncólogo que, actualmente, ejerce en el Great Ormond Street Hospital de Londres. "Las condiciones laborales son espectaculares. En España, hacemos guardias de 24 horas, aquí son sólo de 12".
[Lesende, el mejor médico de España: "No es que no cojamos el teléfono, es que no nos da para hacerlo"]
Tras algo más de dos meses allí, este pediatra cuenta a través del teléfono lo mucho que le llama la atención la admiración que profesa la gente de Reino Unido a los sanitarios, al punto de que en muchos locales de ocio, restauración o cuidados les hacen descuentos. Ojo, porque en Suecia, según desvelan los médicos, son los propios hospitales los que dan dinero a sus empleados para cuidarse. "Yo tengo 500 euros al año para que me los gaste en deporte", confiesa Blanco.
Serafín Castellano, pediatra especializado en Oncología Pediátrica.
Si bien Castellano está encantado con todo esto, en su caso, no fueron las condiciones ni el sueldo lo que le movió a mudarse. Fue su especialización, ya que allí es un campo muy desarrollado. "Me vine de cara más a lo formativo, para tener más experiencia laboral".
Oportunidades de formación
No es el único que deja España para mejorar su formación. Carlos Fairén cambió Valencia por Estados Unidos y, actualmente, es residente de Cirugía General de tercer año en el Boston Medical Center. "La mayoría de los médicos españoles en Estados Unidos que deciden formarse o trabajar en el extranjero lo hacen por tres motivos principales: una mayor proyección profesional, oportunidades profesionales, mejores condiciones salariales y un importante aspecto de investigación médica y académica", enumera.
También Secretario de AMEUSA, la Asociación de Médicos Españoles en Estados Unidos, confiesa que, desde que empezaron a trabajar en 2020, siguen llegando emails de estudiantes, residentes y médicos adjuntos preguntado por cómo acceder al sistema estadounidense.
Farién valora mucho que el hecho de que el sistema americano "premia más a quien trabaja más", lo que se traduce en más oportunidades. Con la idea de hacer en unos años la subespecialidad de Cirugía Colorrectal, confiesa que su idea es "volver y traer de vuelta todo el conocimiento obtenido allí".
Porque no es oro todo lo que reluce. En su caso, la jornada de trabajo dista de la española, sí, pero para peor: "Yo siempre les digo a mis compañeros españoles que trabajo prácticamente el doble de horas que ellos. Para ponerte en situación, el límite de horas semanales son 80 horas de media computado en 4 semanas. Eso significa que una semana puedes trabajar 90 y la siguiente 70 y seguiría siendo 80 horas de media semanal. Tampoco hay límite de guardias".
Carlos Fairén, médico especializado en Cirugía General y secretario de AMEUSA.
Alcubilla, Ondicol y Blanco también hablan de partes negativas. "Ahora estamos en un punto muy bueno de la inmi gración, pero fue muy difícil al principio", confiesa Alcubilla, que afortudamente se vio respaldada por su pareja, Bruno Magnífico, especialista en Medicina Interna, con quien emigró desde aquí.
El caso de Magnífico es especial y abre un melón que cada vez es más general. Nacido en Perú, estudió la carrera allí, pero la esperanza de una vida mejor le hizo venir a España para hacer la especialidad y optar a unas mejores condiciones laborales. "Yo me preparé para ser opositor en España, el MIR", explica.
'¿Volverás a España?'
El problema, como confiesa Magnífico, es que la realidad que luego ofrece el sistema es muy diferente a la que se habían imaginado y, si llegan ofertas de otros países, por qué no irse. Si ya se está lejos del hogar, da igual ir un poco más allá. "Es algo que sucede cada vez más, médicos extranjeros que hacen la especialidad en España y luego se van", dice apenado, ya que, para él, han sido dos veces las que ha tenido que empezar de nuevo.
Pero el sacrificio ha merecido la pena. Ahora puede mandar más dinero a su familia. También se ha comprado una casa junto a Nuria Alcubilla. "Y esto en tres años", dice ella. Porque a pesar de que el estilo de vida es caro, los sueldos que les ofrecen allí les dan para ahorrar. "Allí en España nos daba para sobrevivir", ratifica Blanco.
Por eso, ante la pregunta de ¿volverás a España? Contestan "de vacaciones", aunque hay matices. "Hombre, si me dan las condiciones que tengo aquí, no me lo pienso dos veces, vuelvo a España, pero no va a pasar", lamenta Silvia Ondicol. Por su parte, Alcubilla y Magnífico sentencian: "No hace falta que se paguen los sueldos de aquí, porque sería absurdo, pero con subirlos a un nivel que permita ahorrar, tener un proyecto de vida y unas condiciones laborables medianamente dignas bastaría".
En 2021, se alcanzó el valor histórico más alto de facultativos que recibió un certificado de idoneidad para trabajar en el extranjero, 2.504.
8 octubre, 2022 02:59
María P. Bonmatí
"Estudiar 12 años de tu vida y no poder encontrar nunca una estabilidad". Esta es la frase con la que médicos españoles denuncian la situación que atraviesan en nuestro país, en la que se aúna la precariedad, la presión asistencial, la baja conciliación y retribución. La frase, concretamente, pertenece a Nuria Alcubilla, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y, desde hace tres años, médica en Suecia. Su historia es una entre las muchas que se cuentan entre la marea blanca. La pena es que también es la crónica de una fin que venía siendo anunciada.
En los últimos 10 años, 31.076 profesionales han solicitado el certificado de idoneidad para trabajar fuera. "Cosas que pasan cuando das salarios bajos y condiciones laborales deplorables. Que tus médicos se van", denuncian desde la Asociación MIR España.
Las cifras, además, son cada vez mayores. Sólo en los últimos cinco años suman 11.506. En 2021, se alcanzó la cifra más alta desde que hay registros: un total de 2.504 facultativos (2.423 colegiados) recibieron el certificado de idoneidad para trabajar en el extranjero, según los datos que presenta el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM). Tal y como detallan, el año pasado se retomó esta tendencia al alza, que comenzó en 2011 y sólo se vio afectada en 2020, debido a la crisis del cobi19.
Los expertos ruegan a las autoridades un cambio en el sistema para poder revertir el futuro problema que se avecina, la falta de médicos. Se prevé que en los próximos años se jubilarán 80.000 facultativos en activo, según un informe elaborado por el Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada.
Para reponer este número no son suficientes los residentes que terminan en estos años y no es porque la profesión no suscite interés. De hecho, en 2021, el número de colegiados aumentó en 7.619 personas, llegando a alcanzar un total de 283.811. Uno de los problemas, según el informe, es que cada vez más médicos deciden marcharse al extranjero.
Cada vez se nota un mayor rechazo a las condiciones que ofrece el trabajo en España, como expone el CGCOM. Sobre todo en determinadas especialidades, como la Medicina de Familia y el ejercicio de Atención Primaria, justo aquello que más se demanda en otros países, como Suecia.
"En Suecia tienen mucha necesidad de médicos de Atención Primaria", explica Alcubilla. "Además lo saben y, por eso, tienen un sistema muy estructurado de reclutamiento de médicos de otros países".
Un proceso de 'captación'
Ese sistema de reclutamiento se realiza desde empresas especializadas que contactan a profesionales españoles explicándoles qué mejoras les pueden ofrecer en su país. Un viaje con todos los gastos pagados, entrevistas exhaustivas y un curso de sueco (también pagado) y ya está todo hecho. Eso sí, hay que salir bilingüe de ahí y el proceso está tan medido que parece una obra de los servicios de inteligencia. "Yo creo que hasta el guía que nos pusieron para enseñarnos la ciudad formaba parte de la entrevista de evaluación", cuenta entre risas Rubén Blanco, pediatra especializado en Neonatología y, ahora, médico en Suecia. Su mujer también trabaja allí. ¿Especialidad? De nuevo, médico de familia.
Nuria Alcubilla, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, y Bruno Magnífico, especialista en Medicina Interna.
Los datos del CGCOM confirman esta gran fuga de médicos de familia. Es la especialidad que más certificados solicita (265), seguida de Oftalmología (118), Anestesiología y Reanimación (98) y Pediatría y sus áreas específicas (75). Sólo hay que ver el número de plazas desiertas en la última convocatoria MIR. De las 8.188 ofertadas, quedaron vacantes 217, 200 de Medicina Familiar y Comunitaria, lo que obligó al Ministerio a poner en marcha una segunda vuelta de elección de plazas.
"Yo no me lo pensé dos veces, sabiendo lo que me esperaba. Al acabar la residencia, empecé el curso de sueco y me vine para acá", explica Nuria Alcubilla, que confirma la tesis que denunciaban desde MIR España: los médicos no se van, se ven obligados a irse.
"Muy pocos eligen irse de España por gusto". Esta vez quien habla es Silvia Ondicol, especialista en Medicina Familiar. Desde hace tres años, es Distriktsläkare, el equivalente en Suecia."Cuando yo me fui de allí ofrecían contratos bastante malos, de máximo tres meses. Eran renovables, sí, pero con tres niños no es lo más apetecible. Aquí me daban contrato indefinido, con muy buenas condiciones".
Entre esas grandes condiciones, lo primero que destaca es el sueldo. "En Suecia no pueden pagar menos de 65.000 coronas suecas al mes", devela. Esto se traduce en que el salario mínimo de un médico ronda los 6.000 euros —y guardias pagadas a 100 euros la hora—. Según recuerdan los entrevistados, aquí en España cobraban cerca de los 2.000 por el mismo trabajo.
[Tengo 31 años, soy médico de Atención Primaria, y yo también pienso en dejarlo para siempre]
Hay que recalcar la palabra mínimo, porque, a diferencia del sistema español, allí no hay salarios estipulados, más allá de esa cifra. Así, Nuria Alcubilla cuenta que los médicos de "alquiler", una figura que existe en otros países, pero que en España no ha llegado, se pueden juntar con 15.000 euros al mes. De hecho, ella desde hace poco trabaja como tal. La idea, para que se familiarice el lector, es la de una especie de facultativo autónomo.
Silvia Ondicol, especialista en Medicina Interna y Comunitaria.
Si bien el sueldo es una parte muy importante de la ecuación de la fuga de cerebros, las condiciones laborales juegan una parte importante. En el caso de Rubén Blanco, por ejemplo, fue determinante: "A mí el trabajo en España me estaba afectando psicológicamente. En el centro de salud, tenía pacientes citados cada seis minutos. No dormía por las noches pensando en que se me había olvidado algo que era importante y, al día siguiente, me iba corriendo para ver si alguno de mis pacientes había sido ingresado". Ahora, entre paciente y paciente, hay 45 minutos/una hora de diferencia.
La conciliación es real
Este médico cuenta que en febrero de 2020 aterrizó en Suecia junto a su mujer y sus dos hijos. A diferencia de Alcubilla y Ondicol, que huyeron antes de la tormenta, él y su mujer vivieron durante muchos años la precariedad del sistema, sobre todo ella, que debido a su turno de tarde no pudo disfrutar de su primer hijo como hubiera querido. "Mi mujer se perdió la infancia de nuestra primera hija. Con el segundo, nos planteamos que eso no podía volver a pasar. Los niños se tienen sólo una vez en la vida. Me puse en contacto con el Colegio de Médicos de Madrid y les pedí ayuda".
Según relata, la solución que le dieron para poder gozar de la conciliación familiar que tanto ansiaban fue trabajar en el extranjero y, aunque al principio la respuesta fue no, la situación llegó hasta el punto de que precipitó la salida. "Ahora estamos muy contentos. Podemos comer y cenar juntos". Algo tan insignificante, aparentemente, para Blanco es un mundo.
Alcubilla también habla de las flexibilidades que ofrecen para conciliar la vida familiar. Desde adaptar la jornada al 90%, 80% o 75% sin tener que dar una justificación a pedir un día libre porque el niño se ha puesto malo. "Y no te lo discuten, porque saben que es tu derecho", explica.
Las guardias también son otro mundo. De esto habla Serafín Castellano, pediatra oncólogo que, actualmente, ejerce en el Great Ormond Street Hospital de Londres. "Las condiciones laborales son espectaculares. En España, hacemos guardias de 24 horas, aquí son sólo de 12".
[Lesende, el mejor médico de España: "No es que no cojamos el teléfono, es que no nos da para hacerlo"]
Tras algo más de dos meses allí, este pediatra cuenta a través del teléfono lo mucho que le llama la atención la admiración que profesa la gente de Reino Unido a los sanitarios, al punto de que en muchos locales de ocio, restauración o cuidados les hacen descuentos. Ojo, porque en Suecia, según desvelan los médicos, son los propios hospitales los que dan dinero a sus empleados para cuidarse. "Yo tengo 500 euros al año para que me los gaste en deporte", confiesa Blanco.
Serafín Castellano, pediatra especializado en Oncología Pediátrica.
Si bien Castellano está encantado con todo esto, en su caso, no fueron las condiciones ni el sueldo lo que le movió a mudarse. Fue su especialización, ya que allí es un campo muy desarrollado. "Me vine de cara más a lo formativo, para tener más experiencia laboral".
Oportunidades de formación
No es el único que deja España para mejorar su formación. Carlos Fairén cambió Valencia por Estados Unidos y, actualmente, es residente de Cirugía General de tercer año en el Boston Medical Center. "La mayoría de los médicos españoles en Estados Unidos que deciden formarse o trabajar en el extranjero lo hacen por tres motivos principales: una mayor proyección profesional, oportunidades profesionales, mejores condiciones salariales y un importante aspecto de investigación médica y académica", enumera.
También Secretario de AMEUSA, la Asociación de Médicos Españoles en Estados Unidos, confiesa que, desde que empezaron a trabajar en 2020, siguen llegando emails de estudiantes, residentes y médicos adjuntos preguntado por cómo acceder al sistema estadounidense.
Farién valora mucho que el hecho de que el sistema americano "premia más a quien trabaja más", lo que se traduce en más oportunidades. Con la idea de hacer en unos años la subespecialidad de Cirugía Colorrectal, confiesa que su idea es "volver y traer de vuelta todo el conocimiento obtenido allí".
Porque no es oro todo lo que reluce. En su caso, la jornada de trabajo dista de la española, sí, pero para peor: "Yo siempre les digo a mis compañeros españoles que trabajo prácticamente el doble de horas que ellos. Para ponerte en situación, el límite de horas semanales son 80 horas de media computado en 4 semanas. Eso significa que una semana puedes trabajar 90 y la siguiente 70 y seguiría siendo 80 horas de media semanal. Tampoco hay límite de guardias".
Carlos Fairén, médico especializado en Cirugía General y secretario de AMEUSA.
Alcubilla, Ondicol y Blanco también hablan de partes negativas. "Ahora estamos en un punto muy bueno de la inmi gración, pero fue muy difícil al principio", confiesa Alcubilla, que afortudamente se vio respaldada por su pareja, Bruno Magnífico, especialista en Medicina Interna, con quien emigró desde aquí.
El caso de Magnífico es especial y abre un melón que cada vez es más general. Nacido en Perú, estudió la carrera allí, pero la esperanza de una vida mejor le hizo venir a España para hacer la especialidad y optar a unas mejores condiciones laborales. "Yo me preparé para ser opositor en España, el MIR", explica.
'¿Volverás a España?'
El problema, como confiesa Magnífico, es que la realidad que luego ofrece el sistema es muy diferente a la que se habían imaginado y, si llegan ofertas de otros países, por qué no irse. Si ya se está lejos del hogar, da igual ir un poco más allá. "Es algo que sucede cada vez más, médicos extranjeros que hacen la especialidad en España y luego se van", dice apenado, ya que, para él, han sido dos veces las que ha tenido que empezar de nuevo.
Pero el sacrificio ha merecido la pena. Ahora puede mandar más dinero a su familia. También se ha comprado una casa junto a Nuria Alcubilla. "Y esto en tres años", dice ella. Porque a pesar de que el estilo de vida es caro, los sueldos que les ofrecen allí les dan para ahorrar. "Allí en España nos daba para sobrevivir", ratifica Blanco.
Por eso, ante la pregunta de ¿volverás a España? Contestan "de vacaciones", aunque hay matices. "Hombre, si me dan las condiciones que tengo aquí, no me lo pienso dos veces, vuelvo a España, pero no va a pasar", lamenta Silvia Ondicol. Por su parte, Alcubilla y Magnífico sentencian: "No hace falta que se paguen los sueldos de aquí, porque sería absurdo, pero con subirlos a un nivel que permita ahorrar, tener un proyecto de vida y unas condiciones laborables medianamente dignas bastaría".