catleya
Madmaxista
- Desde
- 14 Jun 2012
- Mensajes
- 5.836
- Reputación
- 13.247
Los horribles parques eólicos de Alemania son muy impopulares
Contamine el paisaje con máquinas horribles y no reciclables: obtenga el triple de la factura eléctrica como recompensa
Leonid Bershidskyhace 4 horas 117 2
Una razón importante es que los Verdes apoyan la energía eólica y la AfD milita contra las turbinas eólicas. Los gigantes molinos de viento se han vuelto tan impopulares en las comunidades vecinas que su construcción en Alemania se ha detenido por completo.
Hay casi 30,000 turbinas eólicas en Alemania, más que en cualquier otro lugar de Europa. Solo China y los Estados Unidos, ambos países mucho más grandes, tienen más. Alemania obtiene el 23,5% de su energía del viento este año ; Es la mayor fuente de energía renovable para el país.
Pero en la primera mitad de 2019, solo se agregaron 35 turbinas eólicas , una caída del 82% en comparación con los primeros seis meses de 2018. El año pasado también fue malo: solo se agregaron 743 turbinas, en comparación con 1,792 en 2017.
Esto está sucediendo porque cada vez es más difícil obtener el permiso para erigir las torres de la turbina. Las regulaciones locales se están volviendo más estrictas.
Bavaria decidió en 2014 que la distancia entre una turbina eólica y la vivienda más cercana debe ser 10 veces la altura del mástil, lo que, dada la densidad de las viviendas, dificulta encontrar un lugar en cualquier lugar. El desarrollo de la energía eólica está prácticamente estancado en el estado ahora.
Brandenburg, el estado que rodea Berlín, aprobó una ley este año que exige que los operadores de parques eólicos paguen 10,000 euros ($ 11,100) por turbina cada año a las comunidades dentro de los 3 kilómetros de los molinos de viento.
Los proyectos eólicos también a menudo son rechazados o estancados porque se considera que interfieren con las comunicaciones militares, el control del tráfico aéreo o las estaciones de radiodifusión.
Además, los opositores locales de los parques eólicos a menudo acuden a los tribunales para detener nuevos desarrollos o incluso desmantelar torres existentes. Según el lobby de la industria eólica BWE, 325 instalaciones de turbinas con una capacidad total de más de 1 gigavatio (alrededor del 2% de la capacidad instalada total del país) están involucradas en litigios.
La ironía es que los litigantes a menudo son tan "verdes" como los defensores de la energía eólica : uno es la gran organización de conservación NABU, que dice que no está en contra de la energía eólica como tal, sino que simplemente exige que las instalaciones se planifiquen teniendo en cuenta la naturaleza.
Casi la mitad de las quejas están destinadas a proteger varias especies de aves y murciélagos; otros afirman que las turbinas hacen demasiado ruido o emiten demasiado infrasonido de baja frecuencia. Independientemente de la validez de tales reclamos, los proyectos quedan atascados en los tribunales incluso después de saltar a través de los muchos aros necesarios para obtener un permiso.
Otra razón para la resistencia local a los parques eólicos es una forma de nimbyismo: la gente odia la forma en que las torres de viento cambian los paisajes. Incluso hay una palabra alemana para ello, Verspargelung, traducido aproximadamente como contaminación con palitos de espárragos gigantes.
En Turingia, los lugareños estaban horrorizados por un plan del gobierno estatal saliente (que incluye a los Verdes) para tallar dos áreas para las turbinas de un bosque querido . Hay 40 grupos de ciudadanos que trabajan contra más molinos de viento en el pequeño estado de 2 millones de personas, y parecen estar obteniendo resultados: solo seis torres se han erigido en lo que va del año, en comparación con 51 en 2017. Aunque la mayoría de las iniciativas están motivados por el medio ambiente y los activistas no quieren tener nada que ver con la AfD, los votantes comunes que quieren ver menos molinos de viento construidos van con el partido que promete detener los proyectos.
Este desagradable clima político y regulatorio crea demasiada incertidumbre para los inversores, justo cuando el gobierno alemán se prepara para eliminar gradualmente los subsidios a la energía eólica. Que se producirá un círculo vicioso, comprensiblemente, preocupa a la industria de las energías renovables. Un estudio reciente llevado a cabo por el grupo de lobby de ingeniería VDMA predijo que, si los obstáculos actuales persisten, el empleo en la industria eólica terrestre, que actualmente se ubica en 64.200 personas, disminuirá en un 27% para 2030.
Mientras tanto, el gobierno alemán, consciente de las dificultades con el desarrollo eólico, ha estado tratando de cambiar el énfasis en sus ambiciosos nuevos planes de energía a la energía solar. Pero es difícil decir si el aumento de la producción de energía fotovoltaica, que representa aproximadamente el 10% de la combinación energética alemana en la actualidad, puede compensar el retraso del desarrollo del viento. Alemania, después de todo, no es uno de los países más soleados del mundo.
Sin avances tecnológicos, por ejemplo, en el almacenamiento de energía, lo que haría que se necesitaran menos turbinas nuevas, Alemania y otros países que intentan construir la generación de energía renovable como lo ha hecho, será difícil llevar la producción al nivel requerido para alcanzar metas climáticas. En energía renovable, la competencia de los combustibles fósiles no es el único problema: la política local puede ser un obstáculo aún mayor.
Fuente: Bloomberg
Contamine el paisaje con máquinas horribles y no reciclables: obtenga el triple de la factura eléctrica como recompensa
Leonid Bershidskyhace 4 horas 117 2
Una razón importante es que los Verdes apoyan la energía eólica y la AfD milita contra las turbinas eólicas. Los gigantes molinos de viento se han vuelto tan impopulares en las comunidades vecinas que su construcción en Alemania se ha detenido por completo.
Hay casi 30,000 turbinas eólicas en Alemania, más que en cualquier otro lugar de Europa. Solo China y los Estados Unidos, ambos países mucho más grandes, tienen más. Alemania obtiene el 23,5% de su energía del viento este año ; Es la mayor fuente de energía renovable para el país.
Pero en la primera mitad de 2019, solo se agregaron 35 turbinas eólicas , una caída del 82% en comparación con los primeros seis meses de 2018. El año pasado también fue malo: solo se agregaron 743 turbinas, en comparación con 1,792 en 2017.
Esto está sucediendo porque cada vez es más difícil obtener el permiso para erigir las torres de la turbina. Las regulaciones locales se están volviendo más estrictas.
Bavaria decidió en 2014 que la distancia entre una turbina eólica y la vivienda más cercana debe ser 10 veces la altura del mástil, lo que, dada la densidad de las viviendas, dificulta encontrar un lugar en cualquier lugar. El desarrollo de la energía eólica está prácticamente estancado en el estado ahora.
Brandenburg, el estado que rodea Berlín, aprobó una ley este año que exige que los operadores de parques eólicos paguen 10,000 euros ($ 11,100) por turbina cada año a las comunidades dentro de los 3 kilómetros de los molinos de viento.
Los proyectos eólicos también a menudo son rechazados o estancados porque se considera que interfieren con las comunicaciones militares, el control del tráfico aéreo o las estaciones de radiodifusión.
Además, los opositores locales de los parques eólicos a menudo acuden a los tribunales para detener nuevos desarrollos o incluso desmantelar torres existentes. Según el lobby de la industria eólica BWE, 325 instalaciones de turbinas con una capacidad total de más de 1 gigavatio (alrededor del 2% de la capacidad instalada total del país) están involucradas en litigios.
La ironía es que los litigantes a menudo son tan "verdes" como los defensores de la energía eólica : uno es la gran organización de conservación NABU, que dice que no está en contra de la energía eólica como tal, sino que simplemente exige que las instalaciones se planifiquen teniendo en cuenta la naturaleza.
Casi la mitad de las quejas están destinadas a proteger varias especies de aves y murciélagos; otros afirman que las turbinas hacen demasiado ruido o emiten demasiado infrasonido de baja frecuencia. Independientemente de la validez de tales reclamos, los proyectos quedan atascados en los tribunales incluso después de saltar a través de los muchos aros necesarios para obtener un permiso.
Otra razón para la resistencia local a los parques eólicos es una forma de nimbyismo: la gente odia la forma en que las torres de viento cambian los paisajes. Incluso hay una palabra alemana para ello, Verspargelung, traducido aproximadamente como contaminación con palitos de espárragos gigantes.
En Turingia, los lugareños estaban horrorizados por un plan del gobierno estatal saliente (que incluye a los Verdes) para tallar dos áreas para las turbinas de un bosque querido . Hay 40 grupos de ciudadanos que trabajan contra más molinos de viento en el pequeño estado de 2 millones de personas, y parecen estar obteniendo resultados: solo seis torres se han erigido en lo que va del año, en comparación con 51 en 2017. Aunque la mayoría de las iniciativas están motivados por el medio ambiente y los activistas no quieren tener nada que ver con la AfD, los votantes comunes que quieren ver menos molinos de viento construidos van con el partido que promete detener los proyectos.
Este desagradable clima político y regulatorio crea demasiada incertidumbre para los inversores, justo cuando el gobierno alemán se prepara para eliminar gradualmente los subsidios a la energía eólica. Que se producirá un círculo vicioso, comprensiblemente, preocupa a la industria de las energías renovables. Un estudio reciente llevado a cabo por el grupo de lobby de ingeniería VDMA predijo que, si los obstáculos actuales persisten, el empleo en la industria eólica terrestre, que actualmente se ubica en 64.200 personas, disminuirá en un 27% para 2030.
Mientras tanto, el gobierno alemán, consciente de las dificultades con el desarrollo eólico, ha estado tratando de cambiar el énfasis en sus ambiciosos nuevos planes de energía a la energía solar. Pero es difícil decir si el aumento de la producción de energía fotovoltaica, que representa aproximadamente el 10% de la combinación energética alemana en la actualidad, puede compensar el retraso del desarrollo del viento. Alemania, después de todo, no es uno de los países más soleados del mundo.
Sin avances tecnológicos, por ejemplo, en el almacenamiento de energía, lo que haría que se necesitaran menos turbinas nuevas, Alemania y otros países que intentan construir la generación de energía renovable como lo ha hecho, será difícil llevar la producción al nivel requerido para alcanzar metas climáticas. En energía renovable, la competencia de los combustibles fósiles no es el único problema: la política local puede ser un obstáculo aún mayor.
Fuente: Bloomberg
