Los hijos de Arana y sus relaciones con los nazis

Eric Finch

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Sabino Arana, el racista compulsivo fundador del PNV (1)

Jacobo de Andrés

Lunes, 10 de agosto de 2015

Los hijos de Arana y sus relaciones con los nazis

Sabino Arana, el racista compulsivo fundador del PNV (1)

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Sabino Arana

Desde el fin de la II Guerra Mundial, el Partido Nacionalista Vasco ha realizado ímprobos esfuerzos por ocultar o disimular su génesis racista, cosechando un éxito moderado. Efectivamente, los jeltzales han conseguido relegar a un segundo plano la figura de Sabino Arana –fundador de la Idea y racista compulsivo- aparentando una inmaculada imagen de respeto a los valores democráticos. Empero, los descendientes políticos de Arana no han logrado difuminar por completo el racismo primitivo de la formación y su marcada inclinación totalitaria.

No sin razón, diversos politólogos e historiadores han considerado matizadamente a Sabino Arana como un protonazi. El devenir de los tiempos ha demostrado que, en repetidas veces, los seguidores de la Idea creada por el vizcaíno se han acercado servilmente a cualquier totalitarismo a cambio de la consecución de sus fines políticos, a saber: la secesión de España y la instauración de un sistema racista, antiliberal y ultraclerical. En este último sentido, el líder socialista Indalecio Prieto sugirió que, en el fondo, el PNV aspiraba a la creación de un “Gibraltar vaticanista” en las Provincias Vascongadas.

Las primeras tentaciones totalitarias emergieron del seno nacionalista con el inicio de la Grand Guerre (1914-1917). Si bien en los primeros momentos Ramón de la Sota –un industrial vizcaíno, mecenas del PNV- marcó una tendencia anglófila, Luís Arana –hermano del Maestro- y sus más acérrimos seguidores terminaron por inclinar al nacionalismo vasco a favor de las potencias centrales y, muy especialmente, de Alemania. Según diversas fuentes históricas, a finales de 1914, la marina imperial alemana se instaló discretamente en Bilbao bajo la de derechasda de una delegación comercial. Desde esta oficina, el II Reich pagaba a los marinos nacionalistas vascos que tripulaban los bous pesqueros para que avituallasen en el mar a los barcos de guerra de la flota alemana.

Luís Arana aprovechó la situación para sugerir a los alemanes la creación de un estado amigo, que englobase la antigua Baja Navarra y las Provincias Vascongadas, con capital en Bilbao. Fuentes nacionalistas señalan que el plan contó con el beneplácito del káiser Guillermo II. No obstante, existen diversas discrepancias en este sentido. El profesor Ramón Peralta manifiesta sus profundas reservas y considera a este plan como propio imaginario nacionalista y alejado de cualquier rigor historiográfico. Realidad o ficción, es un hecho que la propuesta separatista quedó en agua de borrajas.


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Las amistades peligrosas del PNV en la Segunda Guerra Mundial (2)

La Tribuna del País Vasco

Lunes, 10 de agosto de 2015

Los hijos de Arana y sus relaciones con los nazis

Las amistades peligrosas del PNV en la Segunda Guerra Mundial (2)

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Bien fuera por simpatía, inercia o realpolitik, el PNV terminó por encuadrarse dentro de las derechas españolas durante la II República. El inicio de la Guerra Civil (1936-1939) descolocó políticamente a los nacionalistas vascongados. En buena lógica, debían apoyar el Alzamiento dado su carácter eminentemente católico y anticomunista. Sin embargo, el PNV era consciente de la imposibilidad de conseguir con ellos un estatuto de autonomía para las Provincias Vascongadas. Así, la coalición frentepopulista ofreció a los nacionalistas un estatuto de autonomía que sería aprobado en octubre de 1936 y que decantó al PNV por apoyar a la II República.

La campaña militar fue un desastre y una humillación sin paliativos para los ejércitos nacionalistas y republicanos en Vascongadas. Prueba de ello fue la deshonrosa rendición y traición a la II República de los gudaris del PNV en Santoña ante los Cuerpos de Voluntarios Italianos que, por primera vez en lo que llevaban de contienda, lograban una sonada victoria.

Tras la derrota ante los italianos y el bombardeo de Gernika a cargo de los aviones de la Legión Condor de Von Richtofen y Hugo Sperrle, la mayoría de los vascos nacionalistas consideraban a los nacionalsocialistas alemanes y a los fascistas italianos como aliados de Francisco Franco y, por consiguiente, enemigos de Euzkadi.

Empero y tras la decisión del General Franco de no entrar en la II Guerra Mundial (1939-1945), el PNV volvió sus ojos hacia los nacionalsocialistas alemanes que aterrorizaban al Mundo con su Blitzkrieg y la rápida conquista de la Europa occidental. Uno de los primeros intentos de acercamiento lo realizó el editor jeltzale Ricardo Leizaola que publicó Los Protocolos de los sabios de Sión en la imprenta de la revista nacionalista Argia. Según diversas fuentes, los Protocolos fueron redactados en el verano de 1903 por un antisemita ruso llamado P.A. Krushevan8 –editor de Znamya, un periódico ultranacionalista editado en San Petesburgo- y reeditados por Serguei Nilus en su esotérica y difamante obra titulada Lo grande en lo pequeño. El Anticristo considerado como una posibilidad política inminente. A lo largo de los Protocolos, se explica un supuesto plan sionista de conquista mundial y se establece claramente como enemigo al liberalismo y su idea de libertad política, no sometida a regímenes autocráticos y poderes clericales –como, curiosamente, a los existentes en Rusia por aquellas fechas-. Huelga decir que Los Protocolos de los sabios de Sión constituían uno de los libros de cabecera de Adolf Hitler y era asiduamente utilizado como argumentario antisemita en las diversas publicaciones del NSDAP, como el Der Stürmer, dirigido por Julius Streicher.

A pesar de constituir un enorme fraude, este opúsculo cosechó un notorio éxito en el seno del nacionalismo vascongado, muy especialmente entre los exiliados. Continuando el camino abierto por Leizaola, otro jeltzale, Jesús Lizarraga, escribió una obra titulada Los Protocolos y su aplicación en España. A lo largo de la misma, Lizarraga sostiene que Francisco Franco descendía de judíos. Según explica en su obra, tanto los apellidos Franco como Bahamonde eran conversos y que, tras una serie de investigaciones genealógicas, se estaba en condiciones de afirmar que el dictador poseía parientes en la comunidad sefardí existente en la ciudad de Salónica, en Grecia. Una vez más, el profesor Ramón Peralta manifiesta su incredulidad ante tales afirmaciones pues considera que el apellido Bahamonde es de procedencia gallega y muy común en aquellas tierras de España.

Tras la ocupación alemana de Francia, un pequeño grupo dirigentes del PNV exiliados en el sur del país vecino, comenzaron a establecer contactos con los nacionalsocialistas. Uno de ellos fue con Alfred Toepfer, un oficial de las SS encargado del estudio de las minorías étnicas en Francia. Tras un estudio realizado por el también SS y criminal de guerra Werner Brest14 acerca de la situación lingüística en el sudoeste francés, Toepfer entra en contacto con los nacionalistas Agustín Alberro, Javier Landaburu, Juan Manuel Epalza y Doroteo de Ciaurriz que, como conocedor del idioma alemán, realizaría las funciones de traductor. Estos propusieron a Toepfer establecer una estrecha colaboración entre los nacionalsocialistas y el PNV, concretando una serie de contrapartidas políticas.

Según explica Mario Salegui en su libro Operación Carlomagno, el Euzkadi Buru Batzar –máximo órgano ejecutivo del PNV- redactó, en septiembre de 1941, un informe en respuesta a sus interlocutores alemanes sobre la cuestión vasca:

“Nosotros creemos en el talento político del Führer, en su sagacidad, en su alto espíritu de compresión y esperamos que en el nuevo orden a establecer en Europa y particularmente en España, el problema vasco habrá de ser tenido en cuenta:

1- Porque a Alemania le interesa la pacificación de España y no puede escapar a su recto sentido que no hay pacificación posible sin una solución favorable a los vascos. Nacionalistas vascos, se entiende.

2- Porque el problema vasco está íntimamente ligado al problema racial alemán y por lo tanto es lógico y natural esperar que el Führer lo acoja y lo resuelva con la mayor simpatía.

3- Porque nos damos perfecta cuenta de que las simpatías de Alemania en España están en decadencia, y por lo tanto es de extrema importancia para el Führer recoger captar las máximas simpatías si no quiere perder toda su influencia en España.”

En este mismo sentido, el Boletín del Consejo Nacional Vasco, editado en Londres el 27 de noviembre de 1941, afirmaba:

“La atención de la opinión internacional ha sido atraída por los artículos publicados por el Bucarester Taglebatt, órgano oficial de los nazis en Rumania, sobre las fuerzas centrifugas francesas, aglutinando en este término los problemas flamenco, bretón y vasco. La versión nancy de la Nueva Europa, insiste sobre el problema vasco, afirmando que el pueblo de esta región sobre las dos vertientes pirenaicas constituye una unidad con pleno derecho a la independencia.

No es un plan original de Hitler, sino que es una copia del plan del káiser, consistente en crear un estado vasco amigo, que comprendiera los territorios vascos situados al sur y norte del Pirineo con capital en Bilbao. El reconocimiento de la sucesión vasca, corresponde a la Corona de Navarra, lo que daría satisfacción a los carlistas, muy numerosos en toda Euzkadi. El propio Lehendakari Aguirre se encuentra retenido en un castillo cerca de Berlín, gozando, al parecer, de un tratamiento privilegiado.”

El director de Euzko-Deya, Eugène Goyheneche, fue uno de los destacados jeltzales encargados de contactar con los nacionalsocialistas. En este sentido, Goyheneche mantuvo una estrecha relación con el ya mencionado oficial de las SS Werner Brest. Fue a este último a quién Goyheneche envió su proyecto de estatuto para una Euzkadi independiente, inserta en la Europa hitleriana. En el preámbulo del mismo, el dirigente nacionalista era meridianamente claro en su análisis:

“¿Por qué los vascos debíamos entrar como vencidos en una posible Europa nancy? Si había sectores alemanes que nos miraban con simpatía, pudiendo obtener un trato de favor?¿Por qué habíamos de despreciar estos ofrecimientos?”

Una vez finalizada la contienda mundial, Eugène Goyheneche fue juzgado y condenado a trabajos forzados por colaboracionista. Según las actas del juicio, el jeltzale negó –en repetidas ocasiones- su colaboración con el ejército ocupante de Francia. Una vez publicada la sentencia, Goyheneche eximió su responsabilidad aludiendo que “había sido condenado por el mero hecho de ser vasco”. Empero, el antiguo editor de Euzko-Deya terminó por admitir los hechos y aseguró haber colaborado con los nacionalsocialistas porque “eran los únicos que hubieran asegurado, de verdad, una Euzkadi unida y soberana”. Además, precisó que “el nacionalsocialismo alemán no era un bloque totalmente monolítico, sino que en su interior coexistían bloques enfrentados, algunos en oposición total a la alianza con fuerzas conservadoras y clericales –como las de Franco-, a las que detestaban.”

En 1948, Eugène Goyheneche fue puesto en libertad. Desde ese momento, dedicó su vida a realizar estudios de la etnografía vasca –bajo una óptica eminentemente separatista-, publicando más de 150 trabajos. Sus servicios al nacionalismo ayudaron para que, en 1989, Eusko Ikaskuntza le concediera el Premio Manuel Lekuona. Goyheneche fallecería poco después de recibir el citado galardón.

Peor suerte corrió otro destacado militante nacionalista llamado Emilio Alzugaray Goikoetxea. Exiliado en Francia, entró a formar parte de la resistencia tras la oleada turística germana. En 1942, es capturado por unidades de la Wehrmacht y –tras recibir la absurda promesa de la próxima creación de un estado vasco en la nueva Europa de las etnias que Alemania iba a liderar- pasa a trabajar para las Waffen-SS como espía. En 1944, Alzugaray fue apresado por sus antiguos camaradas de la Résistance française y fusilado, acusado de alta traición y colaboracionismo.


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Mario Salegui, el nacionalista vasco que combatió por Hitler en Berlín (3)

Jacobo de Andrés

Martes, 11 de agosto de 2015

Los hijos de Arana y sus relaciones con los nazis

Mario Salegui, el nacionalista vasco que combatió por Hitler en Berlín (3)

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"Aunque sea irónico, Patxi -si lo dijese en público, muchos patriotas me llamarían fascista-, la conquista de nuestra soberanía nacional está más cerca bajo la Europa de los mil años del Reich, que bajo gobiernos democráticos".

Así de claro y conciso se mostró Mario Salegui en un escrito dirigido a una de sus amistades nacionalistas. Salegui –autor de la novela histórica Operación Carlomagno- era un militante del PNV que, junto a otros compañeros de la formación fundada por Sabino Arana, decidieron unirse a los nacionalsocialistas alemanes.

Según explica, alrededor de 1940 y bajo la dirección del dirigente jeltzale guipuzcoano Luís Álava, se fue creando en San Sebastián un grupo de más de medio centenar de nacionalistas que habían penado su “no adhesión” al Alzamiento en la guandoca o en batallones de trabajadores. En palabras del propio autor, “un buen día nos dijeron que íbamos a comenzar a entrenar con explosivos y armas para preparar sabotajes y atentados contra políticos y militares”. Miembros destacados del PNV explicaron al grupo que actuaría en el caso de que los alemanes y Franco firmaran una alianza militar que provocara la entrada de España en la II Guerra Mundial.

Salegui continúa explicando que “cuando ya parecía que no íbamos a actuar, apareció por San Sebastián un militar alemán. Pertenecía al Servicio de Inteligencia del VII Cuerpo de Ejército de la Wehrmacht, acantonado en Burdeos”. En opinión de Mario Salegui, los vascongados no tenían ninguna posibilidad de liberación nacional, por lo que necesitan la ayuda de Alemania. Además, explica que recibió indicaciones en el sentido de que el plan de los alemanes estaba avalado por mismísimo Vicelehendakari Xabier Landaburu y que, este –a pesar de que los nacionalsocialistas habían ocupado Francia, continuaba viviendo sin problemas en París. El autor de Operación Carlomagno consideró, entonces, que “los alemanes nos ofrecían el reconocimiento y unidad de un estado vasco independiente en el nuevo orden europeo y que la ocupación nancy de España era la única garantía que teníamos de derrocar al franquismo con la posibilidad de crear la nación vasca”.

Asimismo, relata que, entre muchos militantes del PNV, anidaba –que aún perdura- la idea de lograr que España –como estado nacional- se disolviese. No pocos de ellos creyeron hallar en los nacionalsocialistas un poderoso aliado. Empero, la realidad dista mucho de los deseos. Los contactos –que, innegablemente, se produjeron- entre los hombres de Adolf Hitler y los jeltzales fueron de low profile y no cristalizaron en nada concreto. Brest, Toepfer y otros oficiales de las SS tantearon, simplemente, las posibilidades que ofrecía una posible alianza con los nacionalistas vascongados. Como la realidad histórica ha evidenciado, en ningún momento los alemanes consideraron seriamente esta opción.


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Jon Mirande, el poeta nancy premiado por el Gobierno vasco (4)

Jacobo de Andrés

Miércoles, 12 de agosto de 2015

Los hijos de Arana y sus relaciones con los nazis

Jon Mirande, el poeta nancy premiado por el Gobierno vasco (4)

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El fin de la II Guerra Mundial y la derrota sin paliativos –tanto en lo militar como en lo ideológico- del nacionalsocialismo, hizo oscilar al PNV hacia las democracias vencedoras y, muy especialmente, Estados Unidos.

El propio Lehendakari José Antonio Aguirre fue acogido en su exilio por la nación norteamericana, siendo un protegido del presidente F.D. Roosevelt. Así, el nacionalismo vasco se afanó por ocultar los contactos sostenidos con los alemanes y procuró mostrar una imagen más acorde con los ideales de democracia y libertad que, tradicionalmente, defendían y defienden Estados Unidos y sus aliados. No obstante, algunos nacionalistas vascongados no siguieron por la senda marcada por los dirigentes jeltzales y continuaron con sus pulsiones totalitarias. Uno de ellos fue el escritor vascofrancés Jon Mirande.

Nacido en París en 1925, Mirande está sorprendentemente considerado como uno de los poetas más importantes e influyentes de la literatura en euskera del siglo pasado. Su obra y pensamiento está fuertemente influenciada por Nietzsche, Spengler y el existencialismo alemán. Políticamente, Mirande nunca ocultó su oposición al cristianismo y la democracia, así como su conducta antisemita y un nacionalismo radical, siendo todo ello imbuido bajo el esotérico aura de un paganismo céltico. A lo largo de su obra literaria, Jon Mirande defiende abiertamente el nacionalsocialismo alemán, lo que le ocasiona el rechazo de la intelectualidad vasca no afín al nacionalismo aranista. No puede decirse lo mismo en cuanto a éstos últimos, pues Koldo Mitxelena propuso a Mirande como miembro número de la Euskaltzaindia, aunque esta lo rechazó unánimemente.

El poemario de Mirande fue publicado en diversas revistas francesas y recogidos en dos antologías póstumas: Orhoituz (1976) y Poemak 1950-1966 (1984). Jon Mirande se encuadra en el simbolismo francés, en la línea de poetas como Charles Baudelaire, empleando frecuentemente temáticas provocadoras, como la prespitación o el onanismo. También se introduce en la exaltación del paganismo con poemas como Eresi y Gudu abestia. El vascofrancés aportó su granito de arena publicando poemas abiertamente racistas como Belarrimotzak, en los que se denota la influencia política de Sabino Arana al emplear la terminología xenófoba creada por el Maestro.

Si bien Mirande se suicidó –tras una larga enfermedad psíquica- mediante una sobredosis por barbitúricos en diciembre de 1972, su provocador e infamante legado aún encuentra acomodo entre el nacionalismo. A pesar de su pasado y simpatías filofascistas y su abierta exaltación del racismo, Jon Mirande es, hoy, materia lectiva en las aulas de los colegios de la Comunidad Autónoma Vasca pues, el estudio de su obra, está incluido en el programa educativo confeccionado por la Consejería de Educación. No sólo eso, sino que, en 1982, el ente autonómico vasco otorgó un premio literario que tomó el nombre del poeta vascofrancés.
 
"Desde el fin de la II Guerra Mundial, el Partido Nacionalista Vasco ha realizado ímprobos esfuerzos por ocultar o disimular su génesis racista":XX:


Como van a ocultarlo si siempre estan presuminedo de la raza vasca y de su limpieza de sangre demostrada por los 8 apellidos vascos,
 
Lo que también oculta el nancy-onanismo catalán es que Arana se inspiró en él en su estancia en Barcelona (cinco años para sacarse primero de Dereccho!!). Era la época de las teorías raciales, de la frenología y demás ciencias esotéricas, cimientos del nazismo, anterior a Hitler, Mussolini y la Falange...
 
Lo que también oculta el nancy-onanismo catalán es que Arana se inspiró en él en su estancia en Barcelona (cinco años para sacarse primero de Dereccho!!). Era la época de las teorías raciales, de la frenología y demás ciencias esotéricas, cimientos del nazismo, anterior a Hitler, Mussolini y la Falange...

Como homenaje le dedicaron una calle en Barcelona, en cambio todavía no hay calle para Salvador Dalí
 
Que va a decir un libelo de ultraderecha.De todas formas culpar a sabino arana de nancy cuando murio 30 años antes de que estos tomaran el poder y casi 20 antes de la fundacion del partido nancy.Tiene gracia,casi tanto como querer meter en el mismo saco el nacionalsocialismo con lo conservador,catolico, e integrista.

O agarrarse a tios que habian militado en el PNV para vender que el PNV era nancy y colaboraba con los nazis.Cuando estaba perseguido por los nazis y franquistas.

Luego la tonteria de que en la guerra civil no resistieron,cuando en Vizcaya y Asturias,fueron los unicos sitios donde la republica resistio tenazmente en el Norte tambien demuestra que por inventarse,se inventan hasta lo obvio.Esperaran que les lean los mas ignorantes.De hecho la campaña de Vizcaya fue una de las mas duras,y que mas bajas causo al bando franquista.

Este si,amiguito de los nazis.
 
Basque Brotherhood, los neonazis vascos estadounidenses (y 5)

La Tribuna del País Vasco

Jueves, 13 de agosto de 2015

Los hijos de Arana y sus relaciones con los nazis

Basque Brotherhood, los neonazis vascos estadounidenses (y 5)

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La fin de Jon Mirande no cortó el innegable nexo de unión entre el nacionalismo vasco y los totalitarismos. Este se mantuvo, incluso, fuera de nuestras fronteras. El ejemplo más evidente lo encontramos en Estados Unidos, nación que acoge, desde finales del siglo XIX, a un buen número de oriundos de las Provincias Vascongadas, distribuidos en los estados del medio oeste y, muy especialmente, en los medios rurales de Idaho y Oregón. Muchos de ellos, además, son hijos y descendientes de militantes del PNV, exiliados tras la Guerra Civil. Uno de ellos fue John Alexander Ugarte. En la década de los 70, Ugarte funda –junto a otros simpatizantes del nacionalismo vasco- la Basque Brotherhood, un grupo de carácter abiertamente nacionalsocialista que fundamenta su discurso en contra la inmi gración. Si bien Ugarte jamás pisó suelo vasco, no dudó en afirmar que “la llegada masiva de gentes de otras razas pone en peligro la supremacía blanca en Euzkadi”. Sin duda, el desconocimiento de la demografía vasca de Ugarte era supino, pues el fenómeno de la inmi gración extranjera en esta región española se inicia –como muy pronto- en los años 90.

La Basque Brotherhood logró cierta implantación en pequeñas poblaciones de economía agrícola y ganadera de Idaho que cuentan con un notable porcentaje de vascos. Diversas fuentes señalan que el grupo fundado por John Alexander Ugarte mantiene excelentes relaciones con grupos racistas norteamericanos como el Ku Klux Klan o el reconstituido NSDAP-AO dirigido por el revisionista Gary R. Lauck. No obstante, se antoja muy complicado poder contrastar tales informaciones. Ambos grupos –netamente secretos y antisistema- no disponen de una membresía formal, portavoces o publicaciones de carácter oficial, lo que dificulta su estudio y seguimiento. No cabe duda que una investigación exhaustiva de la Basque Brotherhood y sus actividades constituirían un documento realmente apasionante.

Bien sea negado, bien sea discutido, la ascendencia del PNV en los grupos neonazis estadounidenses en la actualidad y las simpatías de estos últimos por el ideario y el partido fundado por Sabino Arana en 1895 son hechos irrebatibles. Prueba de ello es que la página web del Libertarian National Socialist Green Party incluye –entre otras formaciones de ideología racista- un enlace al sitio oficial del PNV. Y es que, por encima de los esfuerzos por mostrar un supuesto talante democrático y progresista, el nacionalismo vasco –obra y legado ideológico de Sabino Arana- no es capaz de ocultar su génesis totalitaria.
 
Que va a decir un libelo de ultraderecha.De todas formas culpar a sabino arana de nancy cuando murio 30 años antes de que estos tomaran el poder y casi 20 antes de la fundacion del partido nancy.Tiene gracia,casi tanto como querer meter en el mismo saco el nacionalsocialismo con lo conservador,catolico, e integrista.

O agarrarse a tios que habian militado en el PNV para vender que el PNV era nancy y colaboraba con los nazis.Cuando estaba perseguido por los nazis y franquistas.

Luego la tonteria de que en la guerra civil no resistieron,cuando en Vizcaya y Asturias,fueron los unicos sitios donde la republica resistio tenazmente en el Norte tambien demuestra que por inventarse,se inventan hasta lo obvio.Esperaran que les lean los mas ignorantes.De hecho la campaña de Vizcaya fue una de las mas duras,y que mas bajas causo al bando franquista.

Este si,amiguito de los nazis.

Ya. Y el golpe de estado contra Allende y la dictadura sanguinaria de Pinochet es anterior a Reagan y al thatcherismo. Por tanto, su relación con el neoconservadurismo "es nula", no te joroba? Tiene una gracia pa mearse, chaval!
 
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