Vlad_Empalador
Será en Octubre
Los gallegos vuelven a mirar al monte como inversión para blindar su retiro
MARÍA CEDRÓNREDACCIÓN / LA VOZ
ECONOMÍA · Exclusivo suscriptores
Crece el interés por las fincas forestales donde poder plantar eucalipto o pino
22 ago 2022. Actualizado a las 05:00 h.
Comentar · 8
Mientras en el departamento que pilota el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, se preparan para concluir la reforma de las pensiones, la incertidumbre sobre qué acabará pasando dentro de veinte o treinta años con estas prestaciones ha llevado a muchos gallegos a mirar de nuevo al monte a la hora de echar cuentas. «Como non sabes que vai pasar, pois sempre tes aí unhas árbores que che poden ser de axuda para completar a pensión», explica un propietario de A Mariña lucense que ha abierto ahí su plan de jubilación. Y no solo se ha conformado con poner a producir las fincas que ya tenía, sino que ha ido ampliando su cartera para asegurar un complemento que le permita vivir con holgura una vez abandone el mercado laboral. Él apuesta por el eucalipto, una especie que ya conoce y produce.
Porque a precios actuales de mercado del árbol con corteza, esta especie puede dejar en torno a los 12.000 euros por hectárea, un ingreso al que habría que descontar los gastos de plantación (entre 1,1 y 1,5 euros por eucalipto colocado en tierra, y pueden cultivarse en torno a 1.300 por hectárea), así como de desbroce que se realizan durante cada ciclo de corta que, en el caso de la madera de esta especie destinada a pasta de papel o fibra, ronda los 15 años. Por eso, calcula que lo ideal es disponer de, al menos, unas veinte hectáreas de las que ir sacando una rentabilidad anual.
La industria urge madera y frutos que el monte gallego aún no logra producir
MARÍA CEDRÓN
Aunque no es ninguna novedad que para los 450.000 propietarios que se reparten el 63 % de la superficie forestal en Galicia el monte ha constituido siempre su gran fondo de inversión para emergencias, lo que empieza a notarse es que cada vez son más los que quieren contar con esa baza comprando terrenos para aumentar la dimensión de su propiedad o los que están empezando a poner una pica en el monte.
Aumentan las compraventas
Según la estadística sobre tras*misiones de derechos de la propiedad elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en los seis primeros meses de este año en Galicia han cambiado de manos 16.496 fincas rústicas, de las que un 31 % fueron por compraventa, un porcentaje que se incrementó en cuatro puntos con relación al índice de las tras*acciones realizadas en esos mismos meses del año pasado. Ese tipo de operaciones se realizan, sobre todo, en las provincias de A Coruña y Lugo, precisamente en el norte de esos territorios es donde existe una producción de madera más ordenada desde hace años.
La tendencia ha provocado un incremento en el precio de estas parcelas, sobre todo de aquellas donde crecen eucaliptos, según aprecian en zonas donde está más arraigada esta producción. La razón, como explican desde el sector, es que desde julio del pasado año en Galicia están prohibidas de modo temporal nuevas plantaciones de ese árbol, de ahí que muchos de los que buscan fincas las quieran plantadas para garantizarse continuar cultivándolo.
Los recursos naturales de Galicia atraen al campo a emprendedores extranjeros
MARÍA CEDRÓN
Otra alternativa es el pino que, tal y como evolucionan los precios (en subasta pública la tonelada está entre 45 y 50 euros cuando un alto porcentaje se destina a tabla) y la demanda creciente del mercado, es también una opción que empiezan a barajar cada vez más propietarios.
Aunque cada parcela es un mundo y su cotización es tan variable como la calidad del terreno, la pendiente, la cercanía con una vía o el tamaño, en zonas de gran demanda de suelo forestal, como A Mariña, el valor medio al que cotiza el ferrado de monte raso está entre los 350 y los 400 euros. «Ben pagado», como dice otro propietario con montes en un concello en el que una hectárea equivale a unos 16 ferrados. Porque esa medida que rige todavía en muchas escrituras de fincas rústicas cambia en función de cada concello o comarca.
Pero el incremento del precio del terreno forestal es algo que ya se aprecia desde hace unos años. A falta de datos estadísticos más recientes, según los últimos del Informe anual sobre Prezos e Mobilidade da Terra Rústica en Galicia 2021, elaborado por el Observatorio Galego de Mobilidade de Terras, dependiente de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader), los precios de los terrenos forestales han subido un 60 % en cinco años, al alcanzar en el 2019 (último dato disponible)
MARÍA CEDRÓNREDACCIÓN / LA VOZ
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Crece el interés por las fincas forestales donde poder plantar eucalipto o pino
22 ago 2022. Actualizado a las 05:00 h.
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Mientras en el departamento que pilota el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, se preparan para concluir la reforma de las pensiones, la incertidumbre sobre qué acabará pasando dentro de veinte o treinta años con estas prestaciones ha llevado a muchos gallegos a mirar de nuevo al monte a la hora de echar cuentas. «Como non sabes que vai pasar, pois sempre tes aí unhas árbores que che poden ser de axuda para completar a pensión», explica un propietario de A Mariña lucense que ha abierto ahí su plan de jubilación. Y no solo se ha conformado con poner a producir las fincas que ya tenía, sino que ha ido ampliando su cartera para asegurar un complemento que le permita vivir con holgura una vez abandone el mercado laboral. Él apuesta por el eucalipto, una especie que ya conoce y produce.
Porque a precios actuales de mercado del árbol con corteza, esta especie puede dejar en torno a los 12.000 euros por hectárea, un ingreso al que habría que descontar los gastos de plantación (entre 1,1 y 1,5 euros por eucalipto colocado en tierra, y pueden cultivarse en torno a 1.300 por hectárea), así como de desbroce que se realizan durante cada ciclo de corta que, en el caso de la madera de esta especie destinada a pasta de papel o fibra, ronda los 15 años. Por eso, calcula que lo ideal es disponer de, al menos, unas veinte hectáreas de las que ir sacando una rentabilidad anual.
La industria urge madera y frutos que el monte gallego aún no logra producir
MARÍA CEDRÓN
Aunque no es ninguna novedad que para los 450.000 propietarios que se reparten el 63 % de la superficie forestal en Galicia el monte ha constituido siempre su gran fondo de inversión para emergencias, lo que empieza a notarse es que cada vez son más los que quieren contar con esa baza comprando terrenos para aumentar la dimensión de su propiedad o los que están empezando a poner una pica en el monte.
Aumentan las compraventas
Según la estadística sobre tras*misiones de derechos de la propiedad elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en los seis primeros meses de este año en Galicia han cambiado de manos 16.496 fincas rústicas, de las que un 31 % fueron por compraventa, un porcentaje que se incrementó en cuatro puntos con relación al índice de las tras*acciones realizadas en esos mismos meses del año pasado. Ese tipo de operaciones se realizan, sobre todo, en las provincias de A Coruña y Lugo, precisamente en el norte de esos territorios es donde existe una producción de madera más ordenada desde hace años.
La tendencia ha provocado un incremento en el precio de estas parcelas, sobre todo de aquellas donde crecen eucaliptos, según aprecian en zonas donde está más arraigada esta producción. La razón, como explican desde el sector, es que desde julio del pasado año en Galicia están prohibidas de modo temporal nuevas plantaciones de ese árbol, de ahí que muchos de los que buscan fincas las quieran plantadas para garantizarse continuar cultivándolo.
Los recursos naturales de Galicia atraen al campo a emprendedores extranjeros
MARÍA CEDRÓN
Otra alternativa es el pino que, tal y como evolucionan los precios (en subasta pública la tonelada está entre 45 y 50 euros cuando un alto porcentaje se destina a tabla) y la demanda creciente del mercado, es también una opción que empiezan a barajar cada vez más propietarios.
Aunque cada parcela es un mundo y su cotización es tan variable como la calidad del terreno, la pendiente, la cercanía con una vía o el tamaño, en zonas de gran demanda de suelo forestal, como A Mariña, el valor medio al que cotiza el ferrado de monte raso está entre los 350 y los 400 euros. «Ben pagado», como dice otro propietario con montes en un concello en el que una hectárea equivale a unos 16 ferrados. Porque esa medida que rige todavía en muchas escrituras de fincas rústicas cambia en función de cada concello o comarca.
Pero el incremento del precio del terreno forestal es algo que ya se aprecia desde hace unos años. A falta de datos estadísticos más recientes, según los últimos del Informe anual sobre Prezos e Mobilidade da Terra Rústica en Galicia 2021, elaborado por el Observatorio Galego de Mobilidade de Terras, dependiente de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader), los precios de los terrenos forestales han subido un 60 % en cinco años, al alcanzar en el 2019 (último dato disponible)