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Será en Octubre
Los forenses descartan sumisión química en la presunta amada sin consentimiento de Tecnocasa: "A nadie le apetece salir a correr 8 horas después"
Los médicos tumban la versión de E.C.: la cocaína "no produce amnesia", la cantidad en su cuerpo remite más a un consumo habitual y en los vídeos del hotel "no se observan signos de intoxicación"La denunciante y su presunto agresor, llegando con absoluta normalidad al hotel de la primera en la madrugada del 15 de junio pasado, antes de su supuesta violación, en imagen de las cámaras del hotel NH Ciudad de Santander.EL MUNDO
Quico Alsedo
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Actualizado Miércoles,16octubre2024-02:51
La mujer presuntamente amada sin consentimiento "se comportaba [en las imágenes de las cámaras del hotel] de forma aparentemente normal". Incluso "si se intentó algún tipo de sumisión química, no parece haber producido el efecto deseado".
Y, encima (ya con un punto de recochineo), si llega de verdad a sufrir una sumisión química, "a nadie le apetece, si es que físicamente puede, salir a correr ocho horas después".
Los forenses del Instituto de Medicina Legal de Cantabria no dejan lugar a la duda en los dos informes dirigidos a la titular del juzgado de Instrucción número 3 de Santander, a cuyo contenido ha tenido acceso EL MUNDO: no ven en ningún caso la posibilidad de que E.C. sufriera el 14 de junio pasado, en una convención de Tecnocasa en la capital cántabra, la sumisión química que ella blandió para denunciar, unos días después, haber sido amada sin consentimiento por un compañero de otra franquicia de la inmobiliaria. Ella, en comunicación con este diario, se reafirma no obstante en su versión.
La mujer, despedida tras denunciar los hechos en su franquicia, aseguró haberse despertado en la mañana del 15 de junio en la habitación de su hotel justo al escuchar el portazo de huida de su supuesto agresor, y haber perdido completamente la memoria y el control de sus actos tras tomar un único "ron cola".
Los científicos niegan ahora que haya prueba de dicha sumisión química, en dos informes emitidos los días 4 y 8 de este mes. Dicen, por ejemplo, que la cantidad de cocaína que E.C. tenía en el cuerpo cuatro días después de los hechos, cuando le hacen la analítica, es "muy difícilmente compatible con una ingesta puntual", porque "suele desaparecer de la orina a lo sumo tres días después".
Más bien sugieren que la presunta víctima podría ser, como señalan varios testigos presenciales en Santander aquel fin de semana, una consumidora habitual: la droja "puede seguir siendo detectable hasta dos semanas en un usuario frecuente", escriben.
Dicen también que "los efectos de una dosis puntual de cocaína (y aún menos disuelta en un ron con cola) no son de producir amnesia ni pérdida de conciencia". Suman incluso que, si E.C. hubiera sido víctima de sumisión química, "a nadie le apetece (si es que físicamente puede) salir a correr, puesto que permanecería con sueño, relajación muscular y muy postrada".
Aseguran también los forenses que, en vista de que la supuesta víctima "se dirigió al hotel por su propio pie, recordó la habitación" y "pocas horas después se levantó para ir a correr", "podemos deducir que si se intentó sumisión química de algún tipo no parece haber producido el efecto deseado, puesto que además ha ido recordando lo sucedido".
Y reservan lo más taxativo para su visionado de las cámaras del hotel NH Ciudad de Santander, pedido por Fernando Pamos, abogado del presunto forzador: "Entraba acompañada de un varón, esperando el tiempo necesario a que la puerta automática se abriera, sin tropiezos, andando de forma correcta, hablando con el varón, braceando con normalidad, caminando en una línea sin sinuosidades, moviendo la cabeza acorde con la marcha, colocándose el cabello... De todo lo cual se deprende que se comportaba de forma aparentemente normal".
Siguen los forenses en el informe: "Al llevar a cabo la conducta descrita precisaba de ser consciente de dónde estaba y a dónde se dirigía, presentaba buena coordinación psicomotriz, mantenía el equilibrio de forma adecuada, sus ojos se aprecian abiertos y con adecuada movilidad. Por tanto, no se observan síntomas destacables acorde con una intoxicación química de relevancia".
La denunciante se reafirma en su versión
La denunciante, cuestionada por este diario, rebate las conclusiones de los forenses. Afirma que realizó ejercicio, pero "menos del habitual" por las "limitaciones físicas que sufría", y que lo demostrará con la aplicación que suele usar. También que es donante habitual de sangre, lo que "es incompatible con el consumo frecuente de drojas". Y se reafirma en negar haber consumido voluntariamente drojas o haber tenido sesso consentido en la noche de los hechos. Para probar todo eso, asegura haber enviado un escrito a la Policía.Pese a la enorme repercusión mediática de su denuncia en julio pasado -con espacios preeminentes en 'El País', La Sexta y Telecinco para un caso que parecía, con el único testimonio de la denunciante, paradigmático de una violación con sumisión química-, la investigación policial y judicial, hasta el momento, ha ido desmontando punto por punto la versión de E.C.
Primero la negaron taxativamente diez testigos presenciales, que aseguraron a Policía y jueza que en realidad la mujer presumió durante todo el fin de semana de haber tenido sesso con su supuesto agresor, y abusó de estupefacientes a la vista de todos.
También emergieron mensajes de Whatsapp enviados desde su móvil en los que ella misma bromeaba sobre las drojas consumidas. Incluso grabaciones de una cámara colocada por el dueño de su franquicia, en que la mujer, tras ser despedida, amenazaba con dañar a la firma con su denuncia.
Las grabaciones del hotel la presentan entrando en él con total normalidad aquella noche con su presunto agresor, y de remate dos testigos dicen haberla escuchado presumir de que aquel fin de semana llevó "10 gramos de cocaína para vender" en Santander -y haberlos vendido-. Tras publicar EL MUNDO una de estas informaciones, la que era su abogada en ese momento renunció por "diferencias irreconciliables" con ella.
La Policía concluyó en su informe que la versión de la mujer no quedaba corroborada por hechos "objetivos", y apuntó a un móvil hipotético para que E.C. se hubiera inventado la agresión: la posibilidad de una venganza por su despido. El abogado del presunto agresor ha pedido que la juez no sólo archive la causa de forma definitiva, sino que proceda contra la denunciante por delito contra la Administración de Justicia (esto es, por denuncia falsa), y por vulnerar la integridad jovenlandesal de su cliente. Este diario ha solicitado a la propia E.C. su versión de los hechos, sin obtener respuesta.