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Madmaxista
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Los españoles tras*itan de los montes de piedad a los compraventa de oro
No se piensa en recobrar la joya sino en lograr más dinero. Crece un 40% el reciclaje de este metal. Los montepíos alcanzaron cotas históricas en 2009.
Más españoles que nunca acudieron el pasado año a un monte de piedad. Empeñar una joya, un cuadro o hasta un mueble antiguo es el recurso al que echaron mano 226.056 personas en nuestro país, todos ellos en busca de un dinero que necesitaban de forma urgente. Esta cifra supone que el pasado ejercicio accedieron a este servicio 47.288 personas por primera vez, es decir, los montepíos han tenido más nuevos clientes que nunca.
“Hoy vas a pedir un préstamo y puede que no te lo den, aquí sales con el dinero en la mano, no analizamos ningún riesgo”, explica el director de la oficina del monte de piedad de Caixanova, Carlos Rodríguez Prieto.
Los montepíos, las entidades que dieron origen a las cajas de ahorros, sí que prestan. Ése es su negocio: dar dinero a cambio de empeñar algo. El pasado año la cifra de operaciones realizadas por ellos alcanzó las 426.459 por un valor total de 221.509 millones de euros, también, cifras récord. Pero son difíciles de mantener. Desde algún que otro monte de piedad se señala que si bien es cierto que su actividad está en cifras récord ahora notan cierta ralentización, aunque no porque la crisis económica haya pasado de largo. Más bien al contrario. Creen que la situación es tal que los españoles que necesitan dinero han pasado a otra fase y ya no piensan en recuperar la joya de la abuela, sino que prefieren acudir a las empresas de compraventa de oro. La razón es sencilla y es que lo que buscan, ante todo, es que le den lo máximo posible por su artículo.
Ésta es la principal diferencia entre unos y otros. En un montepío lo normal es que tasen la pieza entre el 60% y el 75% del valor real del bien además de unos intereses de hasta el 25%. Mientras que las casas de empeño o los compraventa de oro suelen tasar la pieza entre el 75% y el 85% de su valor real.
Recuperarlo en esta última es más difícil porque los intereses que se cobran son muy altos y en algunas no hay si quiera esa posibilidad. Nada que ver con el que acude a un monte de piedad. En 2009, de todas las garantías empeñadas por sus clientes sólo el 8% salió a subasta, es decir, no fue recuperada por sus dueños. “Nuestro negocio es la financiación”, señalan desde el Montepío de Caja Madrid, “no podemos competir con ellos”. Pero la rivalidad está a la orden del día con las casas de compraventa de oro. Incluso, “están a la puerta de nuestra sucursal intentando captar clientes”, señalan desde el montepío de Caja Madrid.
Época dorada
Estos negocios de compraventa de oro viven su particular época dorada, basta con ver cómo han proliferado en cualquier calle de España e incluso cómo sus anuncios han sustituido en televisión a aquellos de las financieras que ofrecían dinero rápido. Un dato: en 2008 no existía ninguna franquicia dedicada a esta actividad y hoy en día operan siete enseñas con 36 establecimientos, según la consultora Tormo & Asociados.
Aunque esto sólo son las que funcionan como franquicia, porque este negocio ha florecido al calor de la crisis y del aumento del precio del oro. Hoy el precio de este metal precioso es de 1.227 dólares la onza (28,34 gramos), un 30,5% más que en agosto del pasado año.
Lo afirma la directora de Operaciones de la empresa Oro Direct, Marta Domínguez, quien señala que el reciclaje de este metal precioso ha crecido en España un 40% en 2009 y que sigue creciendo este ejercicio. Domínguez señala que todavía hay mucho recorrido para que este mercado crezca, “España es el quinto país europeo en reciclaje de oro”, indica, y el mercado español es parecido al de Italia donde “se recicla el 40% del oro de Europa y en España sólo el 4%, así que el mercado español tiene todavía mucho margen para crecer”.
Aunque para la directora de consultoría de Tormo & Asociados, María Dolores Sevillano, estos negocios han nacido, en cierta manera, con fecha de caducidad como en su día proliferaron también las agencias de financiación o reunificación de deudas.
Los españoles tras*itan de los montes de piedad a los compraventa de oro | Intereconomía
No se piensa en recobrar la joya sino en lograr más dinero. Crece un 40% el reciclaje de este metal. Los montepíos alcanzaron cotas históricas en 2009.
Más españoles que nunca acudieron el pasado año a un monte de piedad. Empeñar una joya, un cuadro o hasta un mueble antiguo es el recurso al que echaron mano 226.056 personas en nuestro país, todos ellos en busca de un dinero que necesitaban de forma urgente. Esta cifra supone que el pasado ejercicio accedieron a este servicio 47.288 personas por primera vez, es decir, los montepíos han tenido más nuevos clientes que nunca.
“Hoy vas a pedir un préstamo y puede que no te lo den, aquí sales con el dinero en la mano, no analizamos ningún riesgo”, explica el director de la oficina del monte de piedad de Caixanova, Carlos Rodríguez Prieto.
Los montepíos, las entidades que dieron origen a las cajas de ahorros, sí que prestan. Ése es su negocio: dar dinero a cambio de empeñar algo. El pasado año la cifra de operaciones realizadas por ellos alcanzó las 426.459 por un valor total de 221.509 millones de euros, también, cifras récord. Pero son difíciles de mantener. Desde algún que otro monte de piedad se señala que si bien es cierto que su actividad está en cifras récord ahora notan cierta ralentización, aunque no porque la crisis económica haya pasado de largo. Más bien al contrario. Creen que la situación es tal que los españoles que necesitan dinero han pasado a otra fase y ya no piensan en recuperar la joya de la abuela, sino que prefieren acudir a las empresas de compraventa de oro. La razón es sencilla y es que lo que buscan, ante todo, es que le den lo máximo posible por su artículo.
Ésta es la principal diferencia entre unos y otros. En un montepío lo normal es que tasen la pieza entre el 60% y el 75% del valor real del bien además de unos intereses de hasta el 25%. Mientras que las casas de empeño o los compraventa de oro suelen tasar la pieza entre el 75% y el 85% de su valor real.
Recuperarlo en esta última es más difícil porque los intereses que se cobran son muy altos y en algunas no hay si quiera esa posibilidad. Nada que ver con el que acude a un monte de piedad. En 2009, de todas las garantías empeñadas por sus clientes sólo el 8% salió a subasta, es decir, no fue recuperada por sus dueños. “Nuestro negocio es la financiación”, señalan desde el Montepío de Caja Madrid, “no podemos competir con ellos”. Pero la rivalidad está a la orden del día con las casas de compraventa de oro. Incluso, “están a la puerta de nuestra sucursal intentando captar clientes”, señalan desde el montepío de Caja Madrid.
Época dorada
Estos negocios de compraventa de oro viven su particular época dorada, basta con ver cómo han proliferado en cualquier calle de España e incluso cómo sus anuncios han sustituido en televisión a aquellos de las financieras que ofrecían dinero rápido. Un dato: en 2008 no existía ninguna franquicia dedicada a esta actividad y hoy en día operan siete enseñas con 36 establecimientos, según la consultora Tormo & Asociados.
Aunque esto sólo son las que funcionan como franquicia, porque este negocio ha florecido al calor de la crisis y del aumento del precio del oro. Hoy el precio de este metal precioso es de 1.227 dólares la onza (28,34 gramos), un 30,5% más que en agosto del pasado año.
Lo afirma la directora de Operaciones de la empresa Oro Direct, Marta Domínguez, quien señala que el reciclaje de este metal precioso ha crecido en España un 40% en 2009 y que sigue creciendo este ejercicio. Domínguez señala que todavía hay mucho recorrido para que este mercado crezca, “España es el quinto país europeo en reciclaje de oro”, indica, y el mercado español es parecido al de Italia donde “se recicla el 40% del oro de Europa y en España sólo el 4%, así que el mercado español tiene todavía mucho margen para crecer”.
Aunque para la directora de consultoría de Tormo & Asociados, María Dolores Sevillano, estos negocios han nacido, en cierta manera, con fecha de caducidad como en su día proliferaron también las agencias de financiación o reunificación de deudas.
Los españoles tras*itan de los montes de piedad a los compraventa de oro | Intereconomía