La renta per cápita de los españoles es un 15% inferior a la media europea, una brecha que se ha ampliado cinco puntos en un lustro. Un empobrecimiento respecto al viejo continente que aleja el sueño español de asimilarse a la economía centroeuropea, pues pese a que el PIB per cápita español subió más de 1.000 euros en 2022 (hasta 24.580 euros), el conjunto de la economía aún no recupera los niveles previos a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.