Antonio Barcelo
Madmaxista
La huella de los contratistas de seguridad privados chinos en África (thepoliticalroom.com)
La huella de los contratistas de seguridad privados chinos en África
En 2017, los enfrentamientos entre facciones políticas estallaron en Juba, la capital de Sudán del Sur. Hasta ese momento, poco sabíamos sobre los contratistas militares privados chinos en el continente africano. La estrategia hermética de Pekín en política exterior poco a poco daba síntomas de agotamiento y la apertura de una base naval permanente en Yibuti significaba un cambio de ciclo para las aspiraciones globales de Xi Jinping.
Un informe del Financial Times detallaba específicamente como el PSC chino “DeWe Security” había ejecutado una operación en Juba para proteger a su principal cliente, el gigante petrolífero China National Petroleum Corp. El informe mencionaba a Kong Wei, un veterano del Ejército Popular de Liberación, como responsable de la oficina de DeWe en la capital sudanesa. Kong, que llevaba cinco años jubilado, había sido el arquitecto del plan de evacuación para los trabajadores de CNPC, que fueron trasladados a Nairobi una vez que el gobierno expulsó a los rebeldes de Juba.
Desde ese entonces, la influencia de los contratistas militares chinos ha seguido una tendencia exponencial. De acuerdo con Andrew Davenport, director de operaciones de RWR Advisory Group, “La mezcla entre el EPL y los contratistas de seguridad privada a menudo atendidos por 'antiguos EPL' es una línea borrosa”.
La realidad es que los PMC (Empresas Militares Privadas) o PSC (Empresas de Seguridad Privadas) operan en una frontera difusa entre “privado” y “gubernamental”, lo que les confiere la capacidad de emprender estrategias de seguridad alternativas.
Por ejemplo, los PMC se pueden usar para entrenar fuerzas militares o para aumentar operaciones de combate, mientras que los PSC se usan principalmente para misiones que no son de combate, como la protección del personal y la seguridad del lugar. No obstante, tal y como apunta un informe del CSIS, tanto los PMC como los PSC pueden participar en actos de violencia como parte de un conflicto armado.
Un estudio de la Carnegie Endowment identifica tres beneficios principales para Pekín en el uso de contratistas de seguridad:
1/ Enfoque más práctico de cara a proteger los intereses de China en el extranjero, en especial para evitar complicaciones diplomáticas y limitaciones de capacidad.
2/ Permite al gobierno chino resistir la presión de desplegar el EPL (Ejército Popular de Liberación) y le ofrece herramientas para demostrar su compromiso con la protección de sus intereses en el extranjero.
3/ Creación de empleo para los veteranos.
Según Liu Xinping, subdirector del Centro de Investigación de Defensa y Seguridad de China en el Extranjero, sólo en 2017, unos 3.200 empleados chinos de grupos de seguridad privados se establecieron en el extranjero. En palabras de Hao Gang, gerente de DeWe para Pekín en una declaración para el Financial Times, el mayor generador de ingresos del grupo es proporcionar “soluciones integradas” para las empresas chinas que viajan al extranjero, donde se incluyen tareas de capacitación, seguridad en el lugar y la evaluación de riesgos.
Además de DeWe, es posible identificar a los Guardianes de Seguridad en el Extranjero o al Grupo Hua Xin Zhong An, los cuales brindan escoltas marítimas armadas a las flotas chinas que tras*itan por aguas africanas. Según la Carnegie, ambos operan una red de “bases logísticas marítimas” que se agrupan alrededor del Golfo de Adén y el Golfo de Guinea.
En particular, el grupo Hua Xin posee el monopolio de proporcionar seguridad armada a bordo para China Shipping Container Lines y China Ocean Shipping Company (COSCO), dos de los operadores logísticos más grandes del mundo. Según el informe, COSCO proporciona la columna vertebral logística para las operaciones navales de China en las zonas marítimas, lo que pone en evidencia los vínculos entre las empresas estatales, los contratistas de seguridad y las fuerzas armadas de China.
Además, cabe mencionar a Frontier Services Group, considerada la firma de seguridad híbrida más prominente de China, con operaciones en Congo, Kenia, Uganda, Sudán del Sur, Sudáfrica y Somalia. Posee contratos de alto valor con empresas estatales chinas en aviación, petróleo, gas, logística, construcción de carreteras y evacuación médica, ofreciendo paquetes de seguros para empresas que trabajan en el macroproyecto de la Franja y la Ruta.
Un informe del Africa Center señala que hay unas 5.000 empresas de seguridad registradas en China, que emplean a 4,3 millones de exmiembros del EPL y la Policía Armada Popular. De éstas, veinte tienen licencia para operar en el extranjero. Y es que, solo DeWe emplea en Kenia a unos 2.000 contratistas de seguridad para proteger el ferrocarril Mombasa-Nairobi-Naivasha.
Un aspecto interesante es que las empresas de seguridad chinas no pueden portar armas en el país ni en el extranjero, lo que les obliga a modular su estrategia sobre el terreno. El informe de Africa Center señala por ejemplo que, en Sudáfrica, donde existe un estricto control de las leyes, estas empresas de seguridad chinas trabajan a través de filiales locales.
Pero en lugares como Kenia o Sudán del Sur, donde existen entornos más permisivos, los contratistas chinos son más prácticos y trabajan directamente con las fuerzas de seguridad locales proporcionando en ocasiones capacitación, inteligencia y equipos, pero también trabajando con dichas fuerzas sobre el terreno.
Ya en 2012, hubo informes sobre la actuación del Grupo de Seguridad VSS con unidades del EPL que ayudaron al ejército sudanés a rescatar a 29 trabajadores petroleros chinos que habían sido secuestrados en la provincia de Kordofón del Sur. Small Wars Journal mencionó que empresas como HXZA, Haiwei o Frontier Services Group ya cuentan con certificaciones de formación acreditadas internacionalmente, como Close Protection Operative Level III.
Los resultados de una investigación de la RAND Corporation muestran que 48 países de todo el mundo han recibido armas chinas o servicios de PSC, incluyendo 14 países que han recibido ambos servicios. En base a la regulación de 2009 sobre la administración de los servicios de seguridad y vigilancia promulgada en China, el 51% de las PMC deben ser propiedad de las autoridades chinas.
Tal y como apunta el National Interest, estas compañías de seguridad privadas se están convirtiendo en parte del Sistema de Inteligencia de Seguridad Nacional Belt and Road, a través del cual las empresas ayudan a recopilar inteligencia vital y cooperan con las embajadas chinas sobre el terreno
En definitiva, aunque China dictamina unos límites sobre el alcance de los servicios militares y de seguridad que sus empresas privadas pueden llevar a cabo en el extranjero, un componente que los diferencia en parte de los PMC rusos como el Grupo Wagner, la proliferación de los PSC chinos y los informes de sus operaciones en algunos países del continente africano nos hacen preguntarnos si realmente esta distinción es de naturaleza práctica.
Todavía faltan datos más exactos sobre el número de contratistas de seguridad chinos que se encuentran operando en el extranjero, así como su distribución geográfica. No obstante, resulta evidente que Pekín está utilizando esta herramienta para asegurar sus intereses fuera de sus fronteras.
Hasta el momento parece que se han limitado a la protección de activos en la iniciativa de la Franja y la Ruta, rutas marítimas y capacitación de fuerzas policiales extranjeras. Pero los informes sobre las operaciones del grupo DeWe en Sudán del Sur pueden reflejar que China está dispuesto a utilizar a los contratistas de seguridad para ir un paso más allá. Este debe ser un campo de estudio prioritario.
La huella de los contratistas de seguridad privados chinos en África
En 2017, los enfrentamientos entre facciones políticas estallaron en Juba, la capital de Sudán del Sur. Hasta ese momento, poco sabíamos sobre los contratistas militares privados chinos en el continente africano. La estrategia hermética de Pekín en política exterior poco a poco daba síntomas de agotamiento y la apertura de una base naval permanente en Yibuti significaba un cambio de ciclo para las aspiraciones globales de Xi Jinping.
Un informe del Financial Times detallaba específicamente como el PSC chino “DeWe Security” había ejecutado una operación en Juba para proteger a su principal cliente, el gigante petrolífero China National Petroleum Corp. El informe mencionaba a Kong Wei, un veterano del Ejército Popular de Liberación, como responsable de la oficina de DeWe en la capital sudanesa. Kong, que llevaba cinco años jubilado, había sido el arquitecto del plan de evacuación para los trabajadores de CNPC, que fueron trasladados a Nairobi una vez que el gobierno expulsó a los rebeldes de Juba.
Desde ese entonces, la influencia de los contratistas militares chinos ha seguido una tendencia exponencial. De acuerdo con Andrew Davenport, director de operaciones de RWR Advisory Group, “La mezcla entre el EPL y los contratistas de seguridad privada a menudo atendidos por 'antiguos EPL' es una línea borrosa”.
La realidad es que los PMC (Empresas Militares Privadas) o PSC (Empresas de Seguridad Privadas) operan en una frontera difusa entre “privado” y “gubernamental”, lo que les confiere la capacidad de emprender estrategias de seguridad alternativas.
Por ejemplo, los PMC se pueden usar para entrenar fuerzas militares o para aumentar operaciones de combate, mientras que los PSC se usan principalmente para misiones que no son de combate, como la protección del personal y la seguridad del lugar. No obstante, tal y como apunta un informe del CSIS, tanto los PMC como los PSC pueden participar en actos de violencia como parte de un conflicto armado.
Un estudio de la Carnegie Endowment identifica tres beneficios principales para Pekín en el uso de contratistas de seguridad:
1/ Enfoque más práctico de cara a proteger los intereses de China en el extranjero, en especial para evitar complicaciones diplomáticas y limitaciones de capacidad.
2/ Permite al gobierno chino resistir la presión de desplegar el EPL (Ejército Popular de Liberación) y le ofrece herramientas para demostrar su compromiso con la protección de sus intereses en el extranjero.
3/ Creación de empleo para los veteranos.
Según Liu Xinping, subdirector del Centro de Investigación de Defensa y Seguridad de China en el Extranjero, sólo en 2017, unos 3.200 empleados chinos de grupos de seguridad privados se establecieron en el extranjero. En palabras de Hao Gang, gerente de DeWe para Pekín en una declaración para el Financial Times, el mayor generador de ingresos del grupo es proporcionar “soluciones integradas” para las empresas chinas que viajan al extranjero, donde se incluyen tareas de capacitación, seguridad en el lugar y la evaluación de riesgos.
Además de DeWe, es posible identificar a los Guardianes de Seguridad en el Extranjero o al Grupo Hua Xin Zhong An, los cuales brindan escoltas marítimas armadas a las flotas chinas que tras*itan por aguas africanas. Según la Carnegie, ambos operan una red de “bases logísticas marítimas” que se agrupan alrededor del Golfo de Adén y el Golfo de Guinea.
En particular, el grupo Hua Xin posee el monopolio de proporcionar seguridad armada a bordo para China Shipping Container Lines y China Ocean Shipping Company (COSCO), dos de los operadores logísticos más grandes del mundo. Según el informe, COSCO proporciona la columna vertebral logística para las operaciones navales de China en las zonas marítimas, lo que pone en evidencia los vínculos entre las empresas estatales, los contratistas de seguridad y las fuerzas armadas de China.
Además, cabe mencionar a Frontier Services Group, considerada la firma de seguridad híbrida más prominente de China, con operaciones en Congo, Kenia, Uganda, Sudán del Sur, Sudáfrica y Somalia. Posee contratos de alto valor con empresas estatales chinas en aviación, petróleo, gas, logística, construcción de carreteras y evacuación médica, ofreciendo paquetes de seguros para empresas que trabajan en el macroproyecto de la Franja y la Ruta.
Un informe del Africa Center señala que hay unas 5.000 empresas de seguridad registradas en China, que emplean a 4,3 millones de exmiembros del EPL y la Policía Armada Popular. De éstas, veinte tienen licencia para operar en el extranjero. Y es que, solo DeWe emplea en Kenia a unos 2.000 contratistas de seguridad para proteger el ferrocarril Mombasa-Nairobi-Naivasha.
Un aspecto interesante es que las empresas de seguridad chinas no pueden portar armas en el país ni en el extranjero, lo que les obliga a modular su estrategia sobre el terreno. El informe de Africa Center señala por ejemplo que, en Sudáfrica, donde existe un estricto control de las leyes, estas empresas de seguridad chinas trabajan a través de filiales locales.
Pero en lugares como Kenia o Sudán del Sur, donde existen entornos más permisivos, los contratistas chinos son más prácticos y trabajan directamente con las fuerzas de seguridad locales proporcionando en ocasiones capacitación, inteligencia y equipos, pero también trabajando con dichas fuerzas sobre el terreno.
Ya en 2012, hubo informes sobre la actuación del Grupo de Seguridad VSS con unidades del EPL que ayudaron al ejército sudanés a rescatar a 29 trabajadores petroleros chinos que habían sido secuestrados en la provincia de Kordofón del Sur. Small Wars Journal mencionó que empresas como HXZA, Haiwei o Frontier Services Group ya cuentan con certificaciones de formación acreditadas internacionalmente, como Close Protection Operative Level III.
Los resultados de una investigación de la RAND Corporation muestran que 48 países de todo el mundo han recibido armas chinas o servicios de PSC, incluyendo 14 países que han recibido ambos servicios. En base a la regulación de 2009 sobre la administración de los servicios de seguridad y vigilancia promulgada en China, el 51% de las PMC deben ser propiedad de las autoridades chinas.
Tal y como apunta el National Interest, estas compañías de seguridad privadas se están convirtiendo en parte del Sistema de Inteligencia de Seguridad Nacional Belt and Road, a través del cual las empresas ayudan a recopilar inteligencia vital y cooperan con las embajadas chinas sobre el terreno
En definitiva, aunque China dictamina unos límites sobre el alcance de los servicios militares y de seguridad que sus empresas privadas pueden llevar a cabo en el extranjero, un componente que los diferencia en parte de los PMC rusos como el Grupo Wagner, la proliferación de los PSC chinos y los informes de sus operaciones en algunos países del continente africano nos hacen preguntarnos si realmente esta distinción es de naturaleza práctica.
Todavía faltan datos más exactos sobre el número de contratistas de seguridad chinos que se encuentran operando en el extranjero, así como su distribución geográfica. No obstante, resulta evidente que Pekín está utilizando esta herramienta para asegurar sus intereses fuera de sus fronteras.
Hasta el momento parece que se han limitado a la protección de activos en la iniciativa de la Franja y la Ruta, rutas marítimas y capacitación de fuerzas policiales extranjeras. Pero los informes sobre las operaciones del grupo DeWe en Sudán del Sur pueden reflejar que China está dispuesto a utilizar a los contratistas de seguridad para ir un paso más allá. Este debe ser un campo de estudio prioritario.