-Aноñимо-
Rapero Guarderista
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Cuando llevas desde los 18 con motores de 6 cilindros en línea y 200cv (de ahí para arriba) no lo entiendes.
Piensas... ¿Pero esta gente de qué huevones va?
No entiendes que alguien pueda escandalizarse tanto por conducir ligerito en autopista, pues tu coche permite cruceros de más de 200km/h con total confort, alcanzando la velocidad con rapidez, manteniendo estabilidad y aplomo en todo momento, y con un nivel de insonorización óptimo que permite viajar de manera agradable.
Luego coges coches de cosa con frecuencia, los que suele conducir la borregada, y empiezas a entender de qué va la vaina.
Es normal que un tío con un charomóvil se convierta poco a poco en un betilla, pues el coche lo va estrogenizando y manipulando para manginizarlo, estilo el Pymouth Fury endemoniado de la peli Christine, pero sin el encanto de un americano de los 50.
Cuando pisas el acelerador el coche hace un ruido a lavadora insoportable; se ahoga, chilla, no quiere ir rápido; la insonorización es pésima para incrementar la sensación de velocidad y peligro aunque vayas a 80km/h. De hecho los charomóviles modernos sólo son soportables en entornos urbanos, porque precisamente quieren tenerte atrapado en la ciudad. Está todo pensado.
Un tío que conduce un Corsa, un Kuga o un Prius es normal que tache de asesinos a quienes circulamos ligeritos en nuestro teutón, pues él piensa majaderamente que las sensaciones que tras*mite su troncomóvil a altas velocidades son las mismas en un BMW, Mercedes, Audi, Lexus, etc. o cualquier otro coche con empaque.
Luego está el tema marca, que también influye mucho en el tipo de conducción, porque cada una tiene un carácter muy definido.
El otro día yendo con un colega que tiene un BMW califiqué su conducción como excesivamente agresiva, a lo que respondió:
"Pero si tú eras igual. Lo he aprendido de ti, cabrón."
Claro, hace años yo llevaba sobre todo bemetas y son coches que te incitan a ir con el cuchillo entre los dientes. Luego he probado otras marcas y finalmente estoy en Mercedes, que invita a una conducción tranquila y elegante. No tienen el puntillo macarra de los BMW, por tanto los conduces de forma muy diferente y van influyendo en tu carácter como conductor.
Si sacas a un conductor de BMW y lo metes en un Mercedes de golpe las consecuencias pueden ser trágicas, y viceversa.
Son carácteres muy distintos.
Nunca hablaréis de estos temas porque os acojonan mucho las ideas nuevas, pero lo cierto es que el coche influye muchísimo en el tipo de conducción. No se pueden volcar todas las culpas en un tipo de conducción u otra únicamente sobre el conductor, sino que hay que considerar también qué automóvil tiene entre manos.
Lo digo también como autocrítica: ahora entiendo mejor a los betamotorizados y, mientras se mantengan en la derecha y no estorben, les tengo una consideración especial, pues sé lo duro que es llevar un trastomóvil y me nace ser empático con ellos.
Asimismo, os pido que comprendáis que algunos coches piden fiesta y que sería ir contra-natura no darles zapatilla.
Piensas... ¿Pero esta gente de qué huevones va?
No entiendes que alguien pueda escandalizarse tanto por conducir ligerito en autopista, pues tu coche permite cruceros de más de 200km/h con total confort, alcanzando la velocidad con rapidez, manteniendo estabilidad y aplomo en todo momento, y con un nivel de insonorización óptimo que permite viajar de manera agradable.
Luego coges coches de cosa con frecuencia, los que suele conducir la borregada, y empiezas a entender de qué va la vaina.
Es normal que un tío con un charomóvil se convierta poco a poco en un betilla, pues el coche lo va estrogenizando y manipulando para manginizarlo, estilo el Pymouth Fury endemoniado de la peli Christine, pero sin el encanto de un americano de los 50.
Cuando pisas el acelerador el coche hace un ruido a lavadora insoportable; se ahoga, chilla, no quiere ir rápido; la insonorización es pésima para incrementar la sensación de velocidad y peligro aunque vayas a 80km/h. De hecho los charomóviles modernos sólo son soportables en entornos urbanos, porque precisamente quieren tenerte atrapado en la ciudad. Está todo pensado.
Un tío que conduce un Corsa, un Kuga o un Prius es normal que tache de asesinos a quienes circulamos ligeritos en nuestro teutón, pues él piensa majaderamente que las sensaciones que tras*mite su troncomóvil a altas velocidades son las mismas en un BMW, Mercedes, Audi, Lexus, etc. o cualquier otro coche con empaque.
Luego está el tema marca, que también influye mucho en el tipo de conducción, porque cada una tiene un carácter muy definido.
El otro día yendo con un colega que tiene un BMW califiqué su conducción como excesivamente agresiva, a lo que respondió:
"Pero si tú eras igual. Lo he aprendido de ti, cabrón."
Claro, hace años yo llevaba sobre todo bemetas y son coches que te incitan a ir con el cuchillo entre los dientes. Luego he probado otras marcas y finalmente estoy en Mercedes, que invita a una conducción tranquila y elegante. No tienen el puntillo macarra de los BMW, por tanto los conduces de forma muy diferente y van influyendo en tu carácter como conductor.
Si sacas a un conductor de BMW y lo metes en un Mercedes de golpe las consecuencias pueden ser trágicas, y viceversa.
Son carácteres muy distintos.
Nunca hablaréis de estos temas porque os acojonan mucho las ideas nuevas, pero lo cierto es que el coche influye muchísimo en el tipo de conducción. No se pueden volcar todas las culpas en un tipo de conducción u otra únicamente sobre el conductor, sino que hay que considerar también qué automóvil tiene entre manos.
Lo digo también como autocrítica: ahora entiendo mejor a los betamotorizados y, mientras se mantengan en la derecha y no estorben, les tengo una consideración especial, pues sé lo duro que es llevar un trastomóvil y me nace ser empático con ellos.
Asimismo, os pido que comprendáis que algunos coches piden fiesta y que sería ir contra-natura no darles zapatilla.