CNI - Centro de Noticias
CNI - Centro de Noticias Internacionales
- Desde
- 25 Dic 2020
- Mensajes
- 564
- Reputación
- 459
"Creado por los pobres, robado por los ricos" dicta una bandera en las afueras del Old Trafford "Los hinchas del Liverpool, unidos en contra de la Super League" "Debería darles vergüenza. Descansa en Paz, Arsenal" Los ingleses alzan la voz en contra de la Superliga Europea.
En la base de la Superliga está el maridaje entre la vieja vinculación emocional del viejo aficionado al fútbol y el concepto del deporte como espectáculo globalizado y en el que el público no es más que espectador. Y la idea de que de eso se puede sacar mucho, mucho dinero. ¿Triunfará? Veremos.
Es tanto lo que se puede decir de la cosa esta de la Superliga que es difícil decidirse por un solo aspecto. A 24 horas de que se anunciara y a 12 de que se emitiera el documento oficial, el polvo tras la explosión aún se está asentando y sólo hay dos posturas claras: quienes siguen las banderas de sus líderes, vayan estas hacia donde vayan, y las de quienes afirman que el fútbol ha muerto y que desde ahora sólo se podrá visitar, o ver por la tele, su mausoleo. Así que como hay tanto que señalar, vamos a exponerlo en breve. Ordenado. Clarito.
1.- Esto que está pasando en el fútbol no es ninguna novedad. El tenis profesional escapó de la tutela de sus organismos tradicionales en los años 60-70. La idea de la Superliga del fútbol es idéntica a la del baloncesto, implantada hace ya unos años. Es también un movimiento análogo, salvando las distancias, al fin del amateurismo en la élite que en algunos deportes sucedió hace 80, 60 o 50 años. Así que, como ven, no es el fin del mundo. La misma Copa de Europa partió de una iniciativa de los clubes.
2.- Sí es el fin de un mundo. El dinero y el espectáculo pasan a ser el centro de la actividad futbolística. Ya lo eran antes pero ahora se pasa a otro nivel. Lo más llamativo aquí es el que el fútbol seguirá contando con la vinculación emocional de sus aficionados, pero en la práctica los convierte en clientes, espectadores y abonados.
La Superliga Europea: Vinculación emocional, pero entre clientes
3.- Juega con la vinculación emocional porque confía en que nadie vuelva la espalda a esta aventura, sino al revés: Mi club lo dice y yo detrás. Pero ellos y en realidad los aficionados saben que esta decisión supone, entre otras cosas, horarios vinculados a Estados Unidos y a Asia, o partidos allí, por ejemplo. Pero partidos oficiales, no giras de pretemporada, y eso entre otras cosas. De fichajes y decisiones vinculadas al impacto de imagen en las zonas de interés ya se irá viendo. De momento, vean que el anuncio se hizo a las 0:00 europeas: 18:00 de Nueva York y 8:00 de Tokio.
4.- Esto no es cuestión de nada más que de dinero. Si se ha lanzado la idea es porque quienes lo han hecho suponen que podrán ganar mucho dinero, y eso supone que su público es fiel, inagotable, eterno, rico, poco crítico en la medida que hemos señalado en la introducción y que la tele lo aguanta todo. Sí sorprende que en un momento de crisis económica tras y durante -según zonas- una esa época en el 2020 de la que yo le hablo se hable de una orgía de millones como la que vemos, pero ahora mismo lo que sobra es capital acumulado y si financia JP Morgan, por lo menos hay para empezar. El mundo financiero, con sus pérdidas y ganancias diferidas a ejercicios futuros, es una abstrusa teología para el común de los mortales.
5.- Que esto no sea cuestión más que de dinero vale también para UEFA/Champions y la FIFA. Si ambos mundos llegan a un acuerdo y consiguen entrar en el reparto de los hipotéticos beneficios se bendecirá todo o al menos se aceptará. Ya han visto lo que pasó hace nada con el tenis y la Copa Davis, la joya de la corona de la Federación Internacional. El COI y los Juegos Olímpicos consiguieron plantar cara en su momento a los mundiales de fútbol, pero eran unos tiempos muy diferentes. Y luego ha ido habiendo acercamientos.
6.- Paréntesis sobre los Juegos Olímpicos ¿Cuanto faltará para unos Juegos privados (o al menos diferentes de los del COI) en Abu Dhabi, Doha o Eton College, al gusto anglosajón?
7.- Las ligas nacionales no le interesan a nadie salvo en la medida en que pueden ganar dinero. Ahora se creen que pueden ganar más, pues pies para qué os quiero. En realidad la Superliga no es problema más que para las Ligas Nacionales y las televisiones. Si estas ven más negocio en la Superliga y tienen capital más limitado, se lo llevarán allí en la medida que dicta la teoría económica actual: meter más dinero en programas de cotilleo que en ciencia, salvando las distancias en la comparación, si se cree que el beneficio (audiencia y eso) es mayor. Eso es problema de las ligas nacionales. El de la Superliga sería que las televisiones no lograran cubrir su presupuesto. Y/o que su público no fuera rico, cautivo, eterno, inagotable, etcétera.
La Superliga: JP Morgan y televisiones
8.- En ese sentido, las ligas nacionales claro que serán las directamente perjudicadas. Si los equipos de Superliga compiten con un equipo formado con el porrón de millones que ganaran allí, piensan, porque se desequilibrará la competición más que ahora. Si juegan con un equipo B para no desgastar el A, porque caerá la calidad y el atractivo. Y si se van de la Liga, por eso mismo.
9.- Los jugadores, según el punto anterior, están de enhorabuena porque van a cobrar más. No es que vayan a ser mejores ni dar más espectáculo, sino que van a cobrar más dada la orgía de millones -aparte del dinero para cargos ejecutivos y el que se vaya quedando en departamentos ajenos a quien realmente produce la mercancía que se vende-. A la vuelta de unos años tendremos jugadores que no serán normalmente mejores que Messi, pero que cobrarán normalmente más que Messi. Me figuro que la juerga que habrán montado representantes y managers seguirá todavía.
10.- Volviendo a los aficionados, se me ocurre preguntar qué pasará con esos equipos punteros en su competiciones y aspirantes a todo en la Champions que de forma inevitable se vean, en esta Superliga, relegados a ser equipos de mitad de tabla o colistas. Cómo lo llevará su público. En cuanto a los invitados, es de preguntarse cómo será el criterio y su futuro competitivo, por mucho dinero que les den para un año. Sí en la NBA hay control económico y competitivo para igualar las cosas ¿Lo vamos a ver en Europa? Bueno, también había quien decía en 1902 que si Dios quisiera que el hombre volara le hubiera dado alas... Pero habrá que verlo, claro.
11.- En realidad, esto es la traslación a Europa del modelo de las ligas profesionales USA. El asunto es que allí ese modelo parte de una sociedad distinta a la europea. Miren la evolución sociopolítica de nuestro mundo, miren la propaganda y mensajes que recibimos, miren los indicadores y situaciones socioeconómicos de Estados Unidos -que ustedes no son orates, aunque muchos así lo piensen- y si quieren, se lo comentan.
12,-. En realidad y de acuerdo con el punto anterior, esto no es una evolución ni una revolución sino una involución: la ley del más fuerte saltándose el estado de derecho. Esto lo podemos ver -lo estamos viendo de hecho- reproducido a otros niveles, pero eso que lo comenten otros. Aquí solo somos periodistas deportivos.
13.- También, en este proyecto de Superliga, conviven varios ecosistemas, el de las Sociedades Anónimas de la Premier con los clubes españoles, que como se sabe son propiedad de sus socios ¿Le consta a alguien, por cierto, alguna consulta de estos clubes a sus propietarios? A mí se me ha pasado, lo siento.
La Superliga: Los 'rivales eternos', de la mano
14.- Al respecto y centrándonos en España, quizá lo más divertido sea ver quedarse con un palmo de narices, lo quieran reconocer o no, a los más granados forofos de los clubes españoles que forman parte del proyecto. Clubes que en parte -en importante parte- han construido sus imágenes por oposición con los otros. Clubes 'representantes' de una patria, de una clase social, pero que ante lo importante, el ganar dinero, van de la mano pese a que llevan décadas acusándose de todo unos a otros. Igual esto lleva a ateísmos futbolísticos y en cierto sentido es positivo porque puede ayudar a restar al fútbol un dramatismo que lleva a la violencia pero ¿No era la vinculación emocional la base del fútbol y estaba en la base de la Superliga? De nuevo quede esto para sociólogos, que nosotros sólo somos periodistas deportivos. En esta línea ¿Quién será el Villar del Villarato? ¿Quién designará a los árbitros? (¿Quienes serán los árbitros?) No me digan que no es gracioso.
15.- En fin. La Superliga ya está aquí. Napoleón dijo que para hacer la guerra hacían falta tres cosas: dinero, dinero y dinero. Julio César, que el poder dependía de sus soldados, que dependían del dinero, que dependía del poder. Ahora, con Florentino y Morgan, estamos en las mismas.
En la base de la Superliga está el maridaje entre la vieja vinculación emocional del viejo aficionado al fútbol y el concepto del deporte como espectáculo globalizado y en el que el público no es más que espectador. Y la idea de que de eso se puede sacar mucho, mucho dinero. ¿Triunfará? Veremos.
Es tanto lo que se puede decir de la cosa esta de la Superliga que es difícil decidirse por un solo aspecto. A 24 horas de que se anunciara y a 12 de que se emitiera el documento oficial, el polvo tras la explosión aún se está asentando y sólo hay dos posturas claras: quienes siguen las banderas de sus líderes, vayan estas hacia donde vayan, y las de quienes afirman que el fútbol ha muerto y que desde ahora sólo se podrá visitar, o ver por la tele, su mausoleo. Así que como hay tanto que señalar, vamos a exponerlo en breve. Ordenado. Clarito.
1.- Esto que está pasando en el fútbol no es ninguna novedad. El tenis profesional escapó de la tutela de sus organismos tradicionales en los años 60-70. La idea de la Superliga del fútbol es idéntica a la del baloncesto, implantada hace ya unos años. Es también un movimiento análogo, salvando las distancias, al fin del amateurismo en la élite que en algunos deportes sucedió hace 80, 60 o 50 años. Así que, como ven, no es el fin del mundo. La misma Copa de Europa partió de una iniciativa de los clubes.
2.- Sí es el fin de un mundo. El dinero y el espectáculo pasan a ser el centro de la actividad futbolística. Ya lo eran antes pero ahora se pasa a otro nivel. Lo más llamativo aquí es el que el fútbol seguirá contando con la vinculación emocional de sus aficionados, pero en la práctica los convierte en clientes, espectadores y abonados.
La Superliga Europea: Vinculación emocional, pero entre clientes
3.- Juega con la vinculación emocional porque confía en que nadie vuelva la espalda a esta aventura, sino al revés: Mi club lo dice y yo detrás. Pero ellos y en realidad los aficionados saben que esta decisión supone, entre otras cosas, horarios vinculados a Estados Unidos y a Asia, o partidos allí, por ejemplo. Pero partidos oficiales, no giras de pretemporada, y eso entre otras cosas. De fichajes y decisiones vinculadas al impacto de imagen en las zonas de interés ya se irá viendo. De momento, vean que el anuncio se hizo a las 0:00 europeas: 18:00 de Nueva York y 8:00 de Tokio.
4.- Esto no es cuestión de nada más que de dinero. Si se ha lanzado la idea es porque quienes lo han hecho suponen que podrán ganar mucho dinero, y eso supone que su público es fiel, inagotable, eterno, rico, poco crítico en la medida que hemos señalado en la introducción y que la tele lo aguanta todo. Sí sorprende que en un momento de crisis económica tras y durante -según zonas- una esa época en el 2020 de la que yo le hablo se hable de una orgía de millones como la que vemos, pero ahora mismo lo que sobra es capital acumulado y si financia JP Morgan, por lo menos hay para empezar. El mundo financiero, con sus pérdidas y ganancias diferidas a ejercicios futuros, es una abstrusa teología para el común de los mortales.
5.- Que esto no sea cuestión más que de dinero vale también para UEFA/Champions y la FIFA. Si ambos mundos llegan a un acuerdo y consiguen entrar en el reparto de los hipotéticos beneficios se bendecirá todo o al menos se aceptará. Ya han visto lo que pasó hace nada con el tenis y la Copa Davis, la joya de la corona de la Federación Internacional. El COI y los Juegos Olímpicos consiguieron plantar cara en su momento a los mundiales de fútbol, pero eran unos tiempos muy diferentes. Y luego ha ido habiendo acercamientos.
6.- Paréntesis sobre los Juegos Olímpicos ¿Cuanto faltará para unos Juegos privados (o al menos diferentes de los del COI) en Abu Dhabi, Doha o Eton College, al gusto anglosajón?
7.- Las ligas nacionales no le interesan a nadie salvo en la medida en que pueden ganar dinero. Ahora se creen que pueden ganar más, pues pies para qué os quiero. En realidad la Superliga no es problema más que para las Ligas Nacionales y las televisiones. Si estas ven más negocio en la Superliga y tienen capital más limitado, se lo llevarán allí en la medida que dicta la teoría económica actual: meter más dinero en programas de cotilleo que en ciencia, salvando las distancias en la comparación, si se cree que el beneficio (audiencia y eso) es mayor. Eso es problema de las ligas nacionales. El de la Superliga sería que las televisiones no lograran cubrir su presupuesto. Y/o que su público no fuera rico, cautivo, eterno, inagotable, etcétera.
La Superliga: JP Morgan y televisiones
8.- En ese sentido, las ligas nacionales claro que serán las directamente perjudicadas. Si los equipos de Superliga compiten con un equipo formado con el porrón de millones que ganaran allí, piensan, porque se desequilibrará la competición más que ahora. Si juegan con un equipo B para no desgastar el A, porque caerá la calidad y el atractivo. Y si se van de la Liga, por eso mismo.
9.- Los jugadores, según el punto anterior, están de enhorabuena porque van a cobrar más. No es que vayan a ser mejores ni dar más espectáculo, sino que van a cobrar más dada la orgía de millones -aparte del dinero para cargos ejecutivos y el que se vaya quedando en departamentos ajenos a quien realmente produce la mercancía que se vende-. A la vuelta de unos años tendremos jugadores que no serán normalmente mejores que Messi, pero que cobrarán normalmente más que Messi. Me figuro que la juerga que habrán montado representantes y managers seguirá todavía.
10.- Volviendo a los aficionados, se me ocurre preguntar qué pasará con esos equipos punteros en su competiciones y aspirantes a todo en la Champions que de forma inevitable se vean, en esta Superliga, relegados a ser equipos de mitad de tabla o colistas. Cómo lo llevará su público. En cuanto a los invitados, es de preguntarse cómo será el criterio y su futuro competitivo, por mucho dinero que les den para un año. Sí en la NBA hay control económico y competitivo para igualar las cosas ¿Lo vamos a ver en Europa? Bueno, también había quien decía en 1902 que si Dios quisiera que el hombre volara le hubiera dado alas... Pero habrá que verlo, claro.
11.- En realidad, esto es la traslación a Europa del modelo de las ligas profesionales USA. El asunto es que allí ese modelo parte de una sociedad distinta a la europea. Miren la evolución sociopolítica de nuestro mundo, miren la propaganda y mensajes que recibimos, miren los indicadores y situaciones socioeconómicos de Estados Unidos -que ustedes no son orates, aunque muchos así lo piensen- y si quieren, se lo comentan.
12,-. En realidad y de acuerdo con el punto anterior, esto no es una evolución ni una revolución sino una involución: la ley del más fuerte saltándose el estado de derecho. Esto lo podemos ver -lo estamos viendo de hecho- reproducido a otros niveles, pero eso que lo comenten otros. Aquí solo somos periodistas deportivos.
13.- También, en este proyecto de Superliga, conviven varios ecosistemas, el de las Sociedades Anónimas de la Premier con los clubes españoles, que como se sabe son propiedad de sus socios ¿Le consta a alguien, por cierto, alguna consulta de estos clubes a sus propietarios? A mí se me ha pasado, lo siento.
La Superliga: Los 'rivales eternos', de la mano
14.- Al respecto y centrándonos en España, quizá lo más divertido sea ver quedarse con un palmo de narices, lo quieran reconocer o no, a los más granados forofos de los clubes españoles que forman parte del proyecto. Clubes que en parte -en importante parte- han construido sus imágenes por oposición con los otros. Clubes 'representantes' de una patria, de una clase social, pero que ante lo importante, el ganar dinero, van de la mano pese a que llevan décadas acusándose de todo unos a otros. Igual esto lleva a ateísmos futbolísticos y en cierto sentido es positivo porque puede ayudar a restar al fútbol un dramatismo que lleva a la violencia pero ¿No era la vinculación emocional la base del fútbol y estaba en la base de la Superliga? De nuevo quede esto para sociólogos, que nosotros sólo somos periodistas deportivos. En esta línea ¿Quién será el Villar del Villarato? ¿Quién designará a los árbitros? (¿Quienes serán los árbitros?) No me digan que no es gracioso.
15.- En fin. La Superliga ya está aquí. Napoleón dijo que para hacer la guerra hacían falta tres cosas: dinero, dinero y dinero. Julio César, que el poder dependía de sus soldados, que dependían del dinero, que dependía del poder. Ahora, con Florentino y Morgan, estamos en las mismas.