SI SE PUEDE SI SE PUEDE
Han pasado más de tres décadas y vuelve a estar de moda. Vuelve a estar de moda en el momento que una parte importante de la sociedad española busca olvidarse y rehacer el legado de aquella época. Un momento en el que gran parte de la sociedad española lucha por dejar atrás la tras*ición y hacer borrón y cuenta nueva, en el que la idealizada movida madrileña ha quedado prácticamente convertida en un hecho histórico y en el que las familias de que se sentaban juntas La Bola de Cristal en las primeras televisiones a tonalidad han dado paso a las grandes conversaciones en Twitter sobre Sálvame Deluxe. Sin embargo, lo quinqui ha vuelto.
Lo quinqui en 2016 bebe de sus viejas fórmulas: Calza J'hayber, viste pantalones de pitillo y camiseta Weiss, su música recuerda a una guitarra rasgada y a la rumba carcelaria con arreglos electrónicos, sabe a litrona, huele a porro y se vive en un parque. Sin embargo, lo quinqui también ha tomado elementos modernos: beats, bases y cultura de rap impulsada por Youtube que ha ayudado a que el fenómeno resurja.
Un resurgir que tiene su origen en dos humildes músicos afincados en Madrid: El Coleta y Jarfaiter. Sus estilos se parecen aunque presentan sutiles diferencias. El primero, define su estilo como "rap macarra o rap kinki", mientras que le segundo lo hace como "rap criminal o rap delito".
"Cuando hablo de rap kinki es algo que yo he empezado a hacer basándome en la estética y la jerga de la época kinki de España. En lugar de recurrir a ejemplos [del rap gangster norteamericano] como Scarface prefiero basarme en ejemplos de aquí", explica el Coleta.
Se trata de una influencia tan marcada que una parte importante de las canciones de Ramsés Gallego, que es así como se llama el artista, evidencian una estudiada concatenación de referencias a personajes, citas y hechos de la sociedad y la política de los años 80 cantadas sobre una base musical también de la época: desde el heavy metal de Obus hasta la rumba de los Chichos, pasando por el flamenco-rock de las Grecas.
Mientras tanto, Jarfaiter muestra un estilo más rítmico, más actual y más crudo. Mientras que el Coleta revive una suerte de pasado mítico, Jarfaiter canta sobre la realidad a la que se encuentran los jóvenes quinquis de hoy con una estética más punk, más influenciada por el movimiento antifascista. "Es parecido [al estilo del Coleta] pero yo lo enfoco más en el delito y el crimen que hay ahora, a la delincuencia juvenil actual".
Unas canciones y una influencia que les han convertido en expertos de este fenómeno en España al que diseccionan. "Quinquis hay hoy en día pero lo que ha cambiado es el estilo de quinquis. Ahora hay mucha globalización. En los 80 se hablaba en una jerga que si la escuchara otro pavo de otra ciudad igual no se enteraba de nada. Se han perdido los localismos. Antes tenías hasta jerga de barrios. Ahora con Internet, un quinqui va vestido como un quinqui de Santo Domigo porque un tío de aquí tiene las mismas referencias que un tío de China", explica el Coleta.
Mientras tanto, Jarfaiter reflexiona sobre lo que dota a lo quinqui de su esencia: el delito. "Sigue habiendo delincuentes y siembre los va a ver, esperemos", comenta. "Tiene que haber delincuencia siempre. La gente no tiene que vivir como te dice el sistema que tienes que vivir. No tienes que aceptar esa imposición. Cada uno que haga lo que vea y ya está", explica.
Ambos raperos apoyan esta visión entre los paralelismos que existen entre la España posterior a la tras*ición y la España actual. "Yo hablo de eso en mi nuevo disco", sostiene El Coleta. El rapero ve una serie de patrones comunes entre ambas épocas: "Paro, falsos cambios sociopolíticos en los que parece que todo cambia para que todo siga igual y esperanzas de libertad que nunca se cumplen. Parece que no hemos avanzado mucho", asegura.
Pese a la crítica contra el sistema que hay en sus letras y en su discurso, los intérpretes prefieren evitar encasillarse como "música protesta". "Bueno... en parte... Siempre hay que mezclar un poco de todo. Yo no diría que mi estilo es protesta pero siempre hay que quejarse de alguna cosilla si vemos que está mal", cuenta Jarfaiter.
Ambos intérpretes comenzaron a granjearse la fama en internet poco antes de que Pablo Iglesias se hiciese famoso gracias a los programas de debate.
Pregunta: Antes si buscabas en Google Coleta aparecías tú primero pero ahora Pablo Iglesias...
Coleta: No (espeta dando un salto antes de que termine la pregunta), busca en Google Coleta ahora mismo yo salgo antes.
Jarfaiter: [Pablo Iglesias] va detrás de él.
C: A ver, él es mucho más famoso que yo. Pero hasta hace poco que se denominó a sí mismo como el Coleta jovenlandesada, él nunca se había llamado El Coleta porque si no tendría un problema conmigo que me está usurpando un nombre. (Responde en medio de aspavientos)
La respuesta provoca unos segundos de risas generalizadas de Jarfaiter y los redactores de FCINCO.
C: (Mientras todavía dura la algarabía) ¡Es cierto! Si el pavo empieza a llamarse El Coleta me está usurpando el nombre, aunque yo no lo tengo registrado ni nada. A mí me estaría tocando las narices. Yo soy El Coleta antes que él. Él ya gana bastante en la política para meterse en mi terreno que es el mote de El Coleta.
P: Pero a veces Pablo Iglesias se ha puesto a 'rapear' y todo.
C: Bueno, se ha puesto a rapear porque es colega del de los Chicos del Maíz. Yo le digo que dedique a la política y no a rapear. Si no me gustan rapeando los que son sus ídolos ¿Cómo que me va a gustar él?
P: ¿Le dedicaríais una canción entera a un político?
J: Dedicarle una canción entera no porque no se merecen esa atención pero al que haya que decirle algo se le dice y punto.
C: Yo intento no usar referentes actuales. Pero puedo estar hablando de un referente antiguo y estar hablando referente actual. Hay cosas que son universales. Puedo decir "Nuestros viejos eran de izquierdas, nos robaron los sueños ¿en qué quieres que crea?" [la letra de una de sus canciones] y puedes buscar cosas actuales que son exactamente lo mismo . Hablando del pasado puedo estar hablando del presente. Aunque a los políticos ni siquiera me gusta mentarlos.
Ambos saben que "pegar una buena rajada" sobre los políticos les serviría para ganar fama y notoriedad. Sin embargo, lo evitan deliberadamente. "Queremos llegar a la gente y que nos conozca por nuestras canciones. No por estas historias", explican.
Una notoriedad que económicamente les vendría bien pero a la que se niegan a recurrir por una cuestión de principios.
P: ¿Se puede vivir del rap?
J: Por poderse se puede... Pero aquí en España, y mal dicho, hay que poner mucho el ojo ciego. Hay gente contada con los dedos de la mano que se lo han montado bien.
C: La nueva escena estamos empezando a malvivir. Antes lo hacíamos con unos trapis ahora con Youtube y bolos. La música, el rap se está convirtiendo en una movida como de Youtuber: La parte de que si te pegas con uno... de que si te amas a una piva... que si te haces un vídeo cuando te vas a comprar unas zapatillas... A la peña le importa eso casi más que la música y eso genera más dinero casi que la música.
J: (Interrumpe a El Coleta) Aunque al final genera una cosa. No generan nada.
C: Todo suma: Venta de ropa, youtube, un bolo... Vas viviend... (se corta él sólo) Malviviendo. Merece la pena malvivir con la música que vivir un poco mejor con la calle. Con la calle te estás jugando la libertad, te estás jugando que te puedan romper la cabeza... Yo me sentiré más realizado si gano lo que gane por hacer canciones que me gustan que ganar dinero por vender una droja o por quitarle cosas a otra gente.
J: (le interrumpe) o currando en una cosa de curro dándole dinero a un pringao...
C: eso si te cogen en un curro...
J: Claro, claro, Si te cogen... Pero al fin y al cabo, estás haciendo lo que te gusta. Yo ahora no podría vivir de ello pero pienso que es igual o peor currando estar currando en una gran empresa que venderse haciendo música. Yo ahora vivo con mi abuela. No tengo muchos gastos y el dinero que consigo entra en casa.
C: Yo he hecho mis cosas. Tengo el dinero guardado y con un piquito de allí y otro de allá. Y ahí vamos a mi hijo no le falta de nada que es lo importante y si le falta que no lo tengo ni trabajado ni con música lo sacaré de donde haga falta. Por lo menos que mi hijo tenga lo básico.
Pese a lo extraño y radical que pueda sonar su discurso, en algunas ocasiones próximo a una apología del delito, ambos intérpretes demuestran una mayor coherencia, humanidad y ganas por seguir aprendiendo y mejorando día a día superiores a las del ciudadano medio.
El encuentro de FCINCO con ambos intérpretes -un paseo por Pacífico y Vallecas que empieza en un bar y termina en otro- proporciona detalles sorprendentes de los personajes. Nada más empezar, El Coleta bromea y se distrae jugando a hacerse burla con un niño chino que apenas sabe andar, hijo del dueño del local. Al terminar el encuentro, Jarfaiter recorre casi la totalidad de la ele que forma la barra de un bar en Vallecas porque va cediendo su silla de forma sistemática a las señoras mayores que entran a merendar café con churros.
Además, ambos raperos son autodidactas en la música y en los videoclips. "De pequeño siempre soñé con ser director de cine", cuenta El Coleta. "Me iba a una biblioteca, me sacaba libros de Scorsese, de Sam Peckimpack y me estudiaba aquello de plano corto, plano medio y plano largo. Ahora con un ordenador, Youtube y un software pirata puedes aprender maravillas", añade.
"A mí al principio me ayudaba un amigo que sabía del tema, pero desde entonces me hago yo los vídeos y siempre grabo las canciones en estudios de amigos. Poco a poco he ido aprendiendo", cuenta Jarfaiter.
Se trata de tipos sorprendentes, complejos y mucho más profundos de lo que una mayoría pueda prejuzgar. Dos raperos que hablan sobre lo quinqui y el delito en sus canciones y que, mientras caminan hacia el Puente de Vallecas comentan como "Sam Peckimpack fue un pionero a la hora de mostrar la belleza de la violencia, con tiroteos a cámara lenta en la pantalla" y sobre los tres o cuatro libros que uno a otro tienen que prestarse.
Han pasado más de tres décadas y vuelve a estar de moda. Vuelve a estar de moda en el momento que una parte importante de la sociedad española busca olvidarse y rehacer el legado de aquella época. Un momento en el que gran parte de la sociedad española lucha por dejar atrás la tras*ición y hacer borrón y cuenta nueva, en el que la idealizada movida madrileña ha quedado prácticamente convertida en un hecho histórico y en el que las familias de que se sentaban juntas La Bola de Cristal en las primeras televisiones a tonalidad han dado paso a las grandes conversaciones en Twitter sobre Sálvame Deluxe. Sin embargo, lo quinqui ha vuelto.
Lo quinqui en 2016 bebe de sus viejas fórmulas: Calza J'hayber, viste pantalones de pitillo y camiseta Weiss, su música recuerda a una guitarra rasgada y a la rumba carcelaria con arreglos electrónicos, sabe a litrona, huele a porro y se vive en un parque. Sin embargo, lo quinqui también ha tomado elementos modernos: beats, bases y cultura de rap impulsada por Youtube que ha ayudado a que el fenómeno resurja.
Un resurgir que tiene su origen en dos humildes músicos afincados en Madrid: El Coleta y Jarfaiter. Sus estilos se parecen aunque presentan sutiles diferencias. El primero, define su estilo como "rap macarra o rap kinki", mientras que le segundo lo hace como "rap criminal o rap delito".
"Cuando hablo de rap kinki es algo que yo he empezado a hacer basándome en la estética y la jerga de la época kinki de España. En lugar de recurrir a ejemplos [del rap gangster norteamericano] como Scarface prefiero basarme en ejemplos de aquí", explica el Coleta.
Se trata de una influencia tan marcada que una parte importante de las canciones de Ramsés Gallego, que es así como se llama el artista, evidencian una estudiada concatenación de referencias a personajes, citas y hechos de la sociedad y la política de los años 80 cantadas sobre una base musical también de la época: desde el heavy metal de Obus hasta la rumba de los Chichos, pasando por el flamenco-rock de las Grecas.
Mientras tanto, Jarfaiter muestra un estilo más rítmico, más actual y más crudo. Mientras que el Coleta revive una suerte de pasado mítico, Jarfaiter canta sobre la realidad a la que se encuentran los jóvenes quinquis de hoy con una estética más punk, más influenciada por el movimiento antifascista. "Es parecido [al estilo del Coleta] pero yo lo enfoco más en el delito y el crimen que hay ahora, a la delincuencia juvenil actual".
Unas canciones y una influencia que les han convertido en expertos de este fenómeno en España al que diseccionan. "Quinquis hay hoy en día pero lo que ha cambiado es el estilo de quinquis. Ahora hay mucha globalización. En los 80 se hablaba en una jerga que si la escuchara otro pavo de otra ciudad igual no se enteraba de nada. Se han perdido los localismos. Antes tenías hasta jerga de barrios. Ahora con Internet, un quinqui va vestido como un quinqui de Santo Domigo porque un tío de aquí tiene las mismas referencias que un tío de China", explica el Coleta.
Mientras tanto, Jarfaiter reflexiona sobre lo que dota a lo quinqui de su esencia: el delito. "Sigue habiendo delincuentes y siembre los va a ver, esperemos", comenta. "Tiene que haber delincuencia siempre. La gente no tiene que vivir como te dice el sistema que tienes que vivir. No tienes que aceptar esa imposición. Cada uno que haga lo que vea y ya está", explica.
Ambos raperos apoyan esta visión entre los paralelismos que existen entre la España posterior a la tras*ición y la España actual. "Yo hablo de eso en mi nuevo disco", sostiene El Coleta. El rapero ve una serie de patrones comunes entre ambas épocas: "Paro, falsos cambios sociopolíticos en los que parece que todo cambia para que todo siga igual y esperanzas de libertad que nunca se cumplen. Parece que no hemos avanzado mucho", asegura.
Pese a la crítica contra el sistema que hay en sus letras y en su discurso, los intérpretes prefieren evitar encasillarse como "música protesta". "Bueno... en parte... Siempre hay que mezclar un poco de todo. Yo no diría que mi estilo es protesta pero siempre hay que quejarse de alguna cosilla si vemos que está mal", cuenta Jarfaiter.
Ambos intérpretes comenzaron a granjearse la fama en internet poco antes de que Pablo Iglesias se hiciese famoso gracias a los programas de debate.
Pregunta: Antes si buscabas en Google Coleta aparecías tú primero pero ahora Pablo Iglesias...
Coleta: No (espeta dando un salto antes de que termine la pregunta), busca en Google Coleta ahora mismo yo salgo antes.
Jarfaiter: [Pablo Iglesias] va detrás de él.
C: A ver, él es mucho más famoso que yo. Pero hasta hace poco que se denominó a sí mismo como el Coleta jovenlandesada, él nunca se había llamado El Coleta porque si no tendría un problema conmigo que me está usurpando un nombre. (Responde en medio de aspavientos)
La respuesta provoca unos segundos de risas generalizadas de Jarfaiter y los redactores de FCINCO.
C: (Mientras todavía dura la algarabía) ¡Es cierto! Si el pavo empieza a llamarse El Coleta me está usurpando el nombre, aunque yo no lo tengo registrado ni nada. A mí me estaría tocando las narices. Yo soy El Coleta antes que él. Él ya gana bastante en la política para meterse en mi terreno que es el mote de El Coleta.
P: Pero a veces Pablo Iglesias se ha puesto a 'rapear' y todo.
C: Bueno, se ha puesto a rapear porque es colega del de los Chicos del Maíz. Yo le digo que dedique a la política y no a rapear. Si no me gustan rapeando los que son sus ídolos ¿Cómo que me va a gustar él?
P: ¿Le dedicaríais una canción entera a un político?
J: Dedicarle una canción entera no porque no se merecen esa atención pero al que haya que decirle algo se le dice y punto.
C: Yo intento no usar referentes actuales. Pero puedo estar hablando de un referente antiguo y estar hablando referente actual. Hay cosas que son universales. Puedo decir "Nuestros viejos eran de izquierdas, nos robaron los sueños ¿en qué quieres que crea?" [la letra de una de sus canciones] y puedes buscar cosas actuales que son exactamente lo mismo . Hablando del pasado puedo estar hablando del presente. Aunque a los políticos ni siquiera me gusta mentarlos.
Ambos saben que "pegar una buena rajada" sobre los políticos les serviría para ganar fama y notoriedad. Sin embargo, lo evitan deliberadamente. "Queremos llegar a la gente y que nos conozca por nuestras canciones. No por estas historias", explican.
Una notoriedad que económicamente les vendría bien pero a la que se niegan a recurrir por una cuestión de principios.
P: ¿Se puede vivir del rap?
J: Por poderse se puede... Pero aquí en España, y mal dicho, hay que poner mucho el ojo ciego. Hay gente contada con los dedos de la mano que se lo han montado bien.
C: La nueva escena estamos empezando a malvivir. Antes lo hacíamos con unos trapis ahora con Youtube y bolos. La música, el rap se está convirtiendo en una movida como de Youtuber: La parte de que si te pegas con uno... de que si te amas a una piva... que si te haces un vídeo cuando te vas a comprar unas zapatillas... A la peña le importa eso casi más que la música y eso genera más dinero casi que la música.
J: (Interrumpe a El Coleta) Aunque al final genera una cosa. No generan nada.
C: Todo suma: Venta de ropa, youtube, un bolo... Vas viviend... (se corta él sólo) Malviviendo. Merece la pena malvivir con la música que vivir un poco mejor con la calle. Con la calle te estás jugando la libertad, te estás jugando que te puedan romper la cabeza... Yo me sentiré más realizado si gano lo que gane por hacer canciones que me gustan que ganar dinero por vender una droja o por quitarle cosas a otra gente.
J: (le interrumpe) o currando en una cosa de curro dándole dinero a un pringao...
C: eso si te cogen en un curro...
J: Claro, claro, Si te cogen... Pero al fin y al cabo, estás haciendo lo que te gusta. Yo ahora no podría vivir de ello pero pienso que es igual o peor currando estar currando en una gran empresa que venderse haciendo música. Yo ahora vivo con mi abuela. No tengo muchos gastos y el dinero que consigo entra en casa.
C: Yo he hecho mis cosas. Tengo el dinero guardado y con un piquito de allí y otro de allá. Y ahí vamos a mi hijo no le falta de nada que es lo importante y si le falta que no lo tengo ni trabajado ni con música lo sacaré de donde haga falta. Por lo menos que mi hijo tenga lo básico.
Pese a lo extraño y radical que pueda sonar su discurso, en algunas ocasiones próximo a una apología del delito, ambos intérpretes demuestran una mayor coherencia, humanidad y ganas por seguir aprendiendo y mejorando día a día superiores a las del ciudadano medio.
El encuentro de FCINCO con ambos intérpretes -un paseo por Pacífico y Vallecas que empieza en un bar y termina en otro- proporciona detalles sorprendentes de los personajes. Nada más empezar, El Coleta bromea y se distrae jugando a hacerse burla con un niño chino que apenas sabe andar, hijo del dueño del local. Al terminar el encuentro, Jarfaiter recorre casi la totalidad de la ele que forma la barra de un bar en Vallecas porque va cediendo su silla de forma sistemática a las señoras mayores que entran a merendar café con churros.
Además, ambos raperos son autodidactas en la música y en los videoclips. "De pequeño siempre soñé con ser director de cine", cuenta El Coleta. "Me iba a una biblioteca, me sacaba libros de Scorsese, de Sam Peckimpack y me estudiaba aquello de plano corto, plano medio y plano largo. Ahora con un ordenador, Youtube y un software pirata puedes aprender maravillas", añade.
"A mí al principio me ayudaba un amigo que sabía del tema, pero desde entonces me hago yo los vídeos y siempre grabo las canciones en estudios de amigos. Poco a poco he ido aprendiendo", cuenta Jarfaiter.
Se trata de tipos sorprendentes, complejos y mucho más profundos de lo que una mayoría pueda prejuzgar. Dos raperos que hablan sobre lo quinqui y el delito en sus canciones y que, mientras caminan hacia el Puente de Vallecas comentan como "Sam Peckimpack fue un pionero a la hora de mostrar la belleza de la violencia, con tiroteos a cámara lenta en la pantalla" y sobre los tres o cuatro libros que uno a otro tienen que prestarse.
