Sargento Kowalski
El Señor del Alto amaje
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Llega “Serotonina” la nueva novela de Michel Houellebecq
El 9 de enero estará en las librerías el nuevo libro del autor de “Ampliación del campo de batalla”, “Plataforma” y “Sumisión”.
Según dicen sus editores, Houellebecq “demuestra que sigue siendo un cronista despiadado de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI, un escritor indómito, incómodo y totalmente imprescindible”
Vuelve el gran enfant terrible de las letras. Michel Houellebecq –poeta, ensayista, novelista y, según Le Nouvel Observateur, la primera star literaria desde Jean Paul Sartre– continúa su larga y provocadora carrera narrativa con Serotonina, una novela que saldrá a la venta en España, Italia y Alemania el 9 de enero. La editorial Anagrama, que la editará en español, publicó esta mañana su adelanto. Como era de esperarse, la crítica a la sociedad está presente, en todo el esplendor de su mirada nihilista.
Pero a este 2018 –o 2019 si es que hablamos del momento en que sus lectores obtendrán la novela– no llegó de la nada. Houellebecq , nacido en Saint-Pierre, Francia, en 1956, publicó su primera novela en 1994: Ampliación del campo de batalla ganó el Premio Flore. Luego, los primeros y las novelas empezaron a sucederse. En la última, Sumisión, imagina a su país gobernado por un partido de la religión del amor (se publicó el mismo día del atentado a la revista satírica Charlie Hebdo en 2015 donde murieron 12 personas).
¿De qué se trata, entonces, Serotonina? Nada mejor que leer la sinopsis publicada por sus editores. Ahora, sólo queda esperar. Pronto estará en nuestros manos y podremos sacar las conclusiones pertinentes.
Florent-Claude Labrouste tiene cuarenta y seis años, detesta su nombre y se medica con Captorix, un antidepresivo que libera serotonina y que tiene tres efectos adversos: náuseas, desaparición de la libido e impotencia.
Su periplo arranca en Almería –con un encuentro en una gasolinera con dos chicas que hubiera acabado de otra manera si protagonizasen una película romántica, o una pronográfica–, sigue por las calles de París y después por Normandía, donde los agricultores están en pie de guerra. Francia se hunde, la Unión Europea se hunde, la vida sin rumbo de Florent-Claude se hunde. El amor es una entelequia. El sesso es una catástrofe. La cultura –ni siquiera Proust o Thomas Mann– no es una tabla de salvación.
Florent-Claude descubre unos escabrosos videos pronográficos en los que aparece su novia japonesa, deja el trabajo y se va a vivir a un hotel. Deambula por la ciudad, visita bares, restaurantes y supermercados. Filosofa y despotrica. También repasa sus relaciones amorosas, marcadas siempre por el desastre, en ocasiones cómico y en otras patético (con una danesa que trabajaba en Londres en un bufete de abogados, con una aspirante a actriz que no llegó a triunfar y acabó leyendo textos de Blanchot por la radio…). Se reencuentra con un viejo amigo aristócrata, cuya vida parecía perfecta pero ya no lo es porque su mujer le ha abandonado por un pianista inglés y se ha llevado a sus dos hijas. Y ese amigo le enseña a manejar un fusil…
Nihilista lúcido, Michel Houellebecq construye un personaje y narrador desarraigado, obsesivo y autodestructivo, que escruta su propia vida y el mundo que le rodea con un humor áspero y una virulencia desgarradora. Serotonina demuestra que sigue siendo un cronista despiadado de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI, un escritor indómito, incómodo y totalmente imprescindible.
El 9 de enero estará en las librerías el nuevo libro del autor de “Ampliación del campo de batalla”, “Plataforma” y “Sumisión”.
Según dicen sus editores, Houellebecq “demuestra que sigue siendo un cronista despiadado de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI, un escritor indómito, incómodo y totalmente imprescindible”
Vuelve el gran enfant terrible de las letras. Michel Houellebecq –poeta, ensayista, novelista y, según Le Nouvel Observateur, la primera star literaria desde Jean Paul Sartre– continúa su larga y provocadora carrera narrativa con Serotonina, una novela que saldrá a la venta en España, Italia y Alemania el 9 de enero. La editorial Anagrama, que la editará en español, publicó esta mañana su adelanto. Como era de esperarse, la crítica a la sociedad está presente, en todo el esplendor de su mirada nihilista.
Pero a este 2018 –o 2019 si es que hablamos del momento en que sus lectores obtendrán la novela– no llegó de la nada. Houellebecq , nacido en Saint-Pierre, Francia, en 1956, publicó su primera novela en 1994: Ampliación del campo de batalla ganó el Premio Flore. Luego, los primeros y las novelas empezaron a sucederse. En la última, Sumisión, imagina a su país gobernado por un partido de la religión del amor (se publicó el mismo día del atentado a la revista satírica Charlie Hebdo en 2015 donde murieron 12 personas).
¿De qué se trata, entonces, Serotonina? Nada mejor que leer la sinopsis publicada por sus editores. Ahora, sólo queda esperar. Pronto estará en nuestros manos y podremos sacar las conclusiones pertinentes.
Florent-Claude Labrouste tiene cuarenta y seis años, detesta su nombre y se medica con Captorix, un antidepresivo que libera serotonina y que tiene tres efectos adversos: náuseas, desaparición de la libido e impotencia.
Su periplo arranca en Almería –con un encuentro en una gasolinera con dos chicas que hubiera acabado de otra manera si protagonizasen una película romántica, o una pronográfica–, sigue por las calles de París y después por Normandía, donde los agricultores están en pie de guerra. Francia se hunde, la Unión Europea se hunde, la vida sin rumbo de Florent-Claude se hunde. El amor es una entelequia. El sesso es una catástrofe. La cultura –ni siquiera Proust o Thomas Mann– no es una tabla de salvación.
Florent-Claude descubre unos escabrosos videos pronográficos en los que aparece su novia japonesa, deja el trabajo y se va a vivir a un hotel. Deambula por la ciudad, visita bares, restaurantes y supermercados. Filosofa y despotrica. También repasa sus relaciones amorosas, marcadas siempre por el desastre, en ocasiones cómico y en otras patético (con una danesa que trabajaba en Londres en un bufete de abogados, con una aspirante a actriz que no llegó a triunfar y acabó leyendo textos de Blanchot por la radio…). Se reencuentra con un viejo amigo aristócrata, cuya vida parecía perfecta pero ya no lo es porque su mujer le ha abandonado por un pianista inglés y se ha llevado a sus dos hijas. Y ese amigo le enseña a manejar un fusil…
Nihilista lúcido, Michel Houellebecq construye un personaje y narrador desarraigado, obsesivo y autodestructivo, que escruta su propia vida y el mundo que le rodea con un humor áspero y una virulencia desgarradora. Serotonina demuestra que sigue siendo un cronista despiadado de la decadencia de la sociedad occidental del siglo XXI, un escritor indómito, incómodo y totalmente imprescindible.
