El Conde del Alfoz
Madmaxista
Sangría en las pymes: cierran más de 5.000 empresas desde 2019 y los concursos de acreedores se disparan a máximos en 11 años
El encarecimiento del crédito duplica el esfuerzo financiero para hacer frente a la deuda comercial
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Un comercio cerrado en Linares, Jaén.Carlos García Pozo
Cristina AlonsoMadrid
Madrid
Actualizado Martes, 8 octubre 2024 - 02:05
La buena marcha de la economía española que arrojan los datos macro no se está reflejando a nivel microeconómico. Mientras el PIB y el empleo crecen con fuerza y los principales organismos nacionales e internacionales elevan las previsiones para nuestro país, el tejido productivo patrio, compuesto en su inmensa mayoría por pymes, sufre una sangría incesante desde la irrupción de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Más de 5.000 pequeñas empresas han desaparecido y los concursos de acreedores se han disparado en lo que va de año hasta niveles no vistos desde 2013. Todo ello, en un contexto de escalada de la inflación y de encarecimiento del crédito que ha obligado a las compañías a duplicar el esfuerzo financiero para hacer frente a su deuda comercial.
Es el panorama que dibuja el último barómetro de la patronal Cepyme, que elabora desde 2021 un indicador propio de seguimiento de la situación de las pequeñas y medianas empresas y que, en su última edición, arroja datos que contrastan significativamente con el análisis de la escena macroeconómica. Si se distingue entre compañías pequeñas (menos de 50 trabajadores) y medianas (entre 50 y 250 empleados) se observa que en el segundo trimestre de este año había 5.100 pequeñas empresas menos que en el mismo periodo de 2019 y 2.700 firmas de tamaño mediano más, lo que arroja un saldo neto negativo de 2.400 pymes menos que hace cinco años.
Al mismo tiempo, los problemas de insolvencia se intensifican en un contexto de fuerte encarecimiento de la financiación. En el primer semestre del año se registraron más de 5.000 concursos de acreedores entre las pymes (5.044, en concreto), una cantidad que no se acumulaba en este periodo desde hace más de una década. Aunque buena parte de estos procesos pueden deberse a liquidaciones fruto de situaciones que vienen arrastrando las empresas, tras la finalización de la jovenlandesatoria concursal y la reforma para agilizar los concursos, el dato es llamativo, ya que hay que remontarse a 2013 para observar una cifra similar (5.272). Y de nuevo, los pequeños negocios son los más castigados, ya que el 60% de los concursos se concentran en microempresas de uno o dos trabajadores, de acuerdo con los datos recopilados por Cepyme.
En el apartado de solvencia, Cepyme señala el "continuo incremento del número de concursos" como el "aspecto más negativo" en un escenario de jovenlandesesidad "estancada, ya que, aunque se reduce ligeramente el período de cobro de las facturas, continúa al alza el esfuerzo financiero vinculado con la deuda comercial". Y es que mientras el plazo medio de cobro para las pymes disminuyó en el segundo trimestre del año en dos días, hasta los 79,5 días (todavía muy por encima del máximo legal de 60 días), el coste financiero escaló tanto por la expansión de la propia deuda como por el incremento interanual de los tipos de interés y alcanzó los 2.740 millones de euros, un 18% más que un año antes y un 117% más que en el mismo trimestre de 2022.
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El estudio compara el esfuerzo financiero vinculado con la deuda comercial con el número de empresas de cada tamaño y concluye que, de media, en el segundo trimestre a cada pyme le correspondieron 2.050 euros, un 17,4% más que en el mismo periodo del año pasado. Esa cantidad llega a 42.300 euros por cada empresa mediana (+20,1%), a 5.020 euros por cada firma pequeña y a casi 600 euros por cada microempresa (+8,1%), en todos los casos, en términos anualizados.
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Todo ello, en un contexto de leve mejora del tipo de interés medio pagado por las pymes, del 4,81% en el segundo trimestre, ligeramente por debajo del 4,91% del trimestre anterior pero todavía 3,2 puntos por encima de hace dos años. De modo que las bajadas de tipos son todavía insuficientes para alterar de manera significativa el coste de financiación bancaria de las empresas. Aun así, se observa una aceleración considerable en la captación de nuevos préstamos por parte de las pymes, ya que la cantidad captada alcanzó los 43.600 millones de euros en el segundo trimestre, un 6,7% más que un año antes. Aunque Cepyme insiste en que la recuperación se está produciendo desde niveles muy deprimidos y calcula que los nuevos préstamos a pymes deberían aumentar en 40.000 millones de euros en un año para recuperar un nivel equivalente al de 2019.
Con todo, Cepyme señala al desplome continuado de la productividad como el principal problema para las pymes, ya que acumula seis trimestres consecutivos de retrocesos y todavía está un 1,7% por debajo del nivel previo a la crisis del el bichito. Un derrumbe que está afectando de manera considerable a la rentabilidad de estas compañías, que se mantiene un 2,6% por debajo del nivel previo a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo en términos de rentabilidad bruta por asalariado.
