Letizia Ortiz, Caballo de Troya
Hoy recogen algunos medios de información que, el Rey de España está especialmente molesto debido a las malas compañías y las amistades peligrosas que frecuenta la Reina consorte, y que Felipe VI está algo más que preocupado por las juergas nocturnas de la Reina Letizia con periodistas de Podemos, o muy próximos al partido de Pablo Iglesias.
Letizia está inmersa en varios conflictos en el Palacio de la Zarzuela que, van desde las tormentosas disputas con su esposo, el Rey Felipe, hasta su enfrentamiento con el resto de la familia real, que incluye continuas broncas con Don Juan Carlos y Doña Sofía y con sus cuñadas, Elena y Cristina.
Por si no hubiera suficientes trifulcas, las discrepancias y disputas conyugales entre Doña Letizia y Don Felipe, son cada día más frecuentes y todas ellas están relacionadas con su peculiar manera de ejercer de reina y progenitora, y particularmente lo concerniente a la educación de las hijas, tratando siempre de imponer su criterio, y no teniendo generalmente en cuenta que la Princesa Leonor es la heredera de la Corona.
Las escapadas de Leticia, para encontrarse con antiguas amigas de profesión, con las que cena y se corre juergas hasta altas horas de la noche, indudablemente, pertenecen al ámbito estrictamente privado, pero, según fuentes del Palacio Real, han ocasionado un gran malestar al Rey, y son calificadas de “inapropiadas”.
Doña Letizia mantiene amistades especialmente peligrosas, y frecuenta malas compañías, excompañeras de TVE que no solo es que sean republicanas confesas, sino que también se manifiestan como "activamente" anti borbónicas, sin tapujos.
Con algunas de peligrosas amistades salió de fiesta la pasada semana Doña Leticia, en Madrid. En La Zarzuela temen ahora filtraciones periodísticas de lo ocurrido y que, trasciendan las confidencias que se hablaron durante esa larga noche de "fiesta de amigas".
Bien, volvamos al título del artículo:
Ya que cada día es mayor el número de personas víctimas de la LOGSE y demás leyes educativas progresistas, posiblemente sea necesario recordar de qué va el mito de El Caballo de Troya: Había una vez en la antigüedad un rey llamado Príamo. Era el rey de Troya, una ciudad grande y amurallada. Príamo tenía dos hijos varones: Paris y Héctor. Paris era famoso por su belleza y Héctor se distinguía por su valor.
Un día, el príncipe Paris fue a la ciudad de Esparta y conoció allí a la mujer más bella de toda Grecia. Se llamaba Helena y era la esposa del rey Menelao. Paris quedó encantado por la belleza de Helena y decidió llevársela consigo a Troya.
Cuando el rey Menelao se enteró de que habían raptado a su esposa, lleno de furia convocó a todos los reyes de Grecia a declarar la guerra. Reunieron más de mil naves y muchísimos soldados y zarparon hacia Troya, desembarcaron frente a sus murallas y rodearon la ciudad.
Durante el día atacaban, y por la noche descansaban para recuperar sus fuerzas. El griego más valiente era Aquiles. El más valiente de los troyanos era Héctor, hermano de Paris.
La lucha estuvo tan empatada que, habiendo tras*currido diez años de guerra, no había un claro ganador.
Los soldados griegos, cansados de luchar, empezaron a pensar en volver a sus hogares.
Ulises, uno de los reyes griegos, no quería retirarse sin ganar y se le ocurrió una idea. Siguiendo sus indicaciones, los griegos construyeron un enorme caballo de madera que tenía una escotilla escondida en el flanco derecho, y en el izquierdo tenía grabada la frase: Con la agradecida esperanza de un retorno seguro a sus casas después de una ausencia de nueve años, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea, y dentro de él escondieron a muchos soldados. Todos los demás se subieron a sus barcos y simularon que volvían a Grecia, pero realidad, sólo fueron hasta una isla cercana.
Al ver esto, los troyanos, grandes creyentes en los dioses, cayeron en el engaño. Lo aceptaron para ofrendarlo a los dioses, ignorando que era un ardid de Ulises…
Salieron de la ciudad para festejar la retirada de los griegos, y fueron hasta la playa. Todos se preguntaban qué significaba ese enorme caballo de madera.
Sinón, un espía griego, convenció a los troyanos para que metieran el caballo, explicándoles que era un regalo de Poseidón para Atenea (diosa de la guerra). Por la noche los troyanos decidieron meter el caballo en la ciudad. Para ello, debido a su tamaño tuvieron que romper parte de la muralla. Lo colocaron en la plaza central.
Hicieron una gran fiesta. Tomaron mucho vino, comieron y bailaron, sin imaginar lo que iba a suceder: Cuando la fiesta estaba llegando a su fin, los soldados griegos salieron del caballo, y abrieron las puertas de Troya al ejército griego que había regresado con sus barcos…
Los troyanos no pudieron defenderse y los griegos acabaron ocupando la ciudad, la incendiaron, y finalmente la destruyeron.
Decir Caballo de Troya, es decir engaño destructivo, aceptar un regalo aparentemente agradable que traerá consigo graves consecuencias.
Casi de forma inevitable, hablar de Doña Letizia, Reina de España es hablar del Caballo de Troya, o… ¿Quizás Helena de Troya?
Uno teniendo más que sospechas de que todo ello responde a un plan premeditado, con alevosía, e incluso con nocturnidad, para acabar con la Monarquía Española, e incluso con la Nación Española. Como si los enemigos de la Monarquía Española, los enemigos de la Nación Española hubieran introducido a Doña Letizia, a la manera del Caballo de Troya, o hubieran puesto a una Helena rediviva (resucitada) a tiro del Rey Felipe, para que acabe siendo su perdición y la de la institución monárquica.
Letizia Ortiz Rocasolano, según fuentes algo más que bien informadas, posee antecedentes penales por tráfico y consumo de drojas, una vida juguetona con ruptura de varias relaciones maritales incluida, aborto en una clínica de México, apostasía que hubo de ser remediada por el cardenal Rouco, para poder llevar a cabo la boda con el Felipe VI, militancia en el PSOE y fotos envuelta en la bandera de la II República, y un largo etc. nunca refutado ni desmentido…
Isidre Cunill publicó en septiembre de 2010 un libro con el título de “Letizia Ortiz. Una republicana en la corte de Juan Carlos I” (Editorial Chronica) donde se recogían diferentes escándalos relacionados con la Princesa. Según el autor, el servicio secreto español (CNI) tenía información sobre un aborto de la princesa en México.
Cunill también publicó que la princesa fue arrestada por posesión de hachís.
Según alguna biografía no oficial: el Rey Felipe y Letizia Ortiz se conocieron el 17 de octubre de 2002 en una cena organizada por Pedro Erquicia, presentador y director de Documentos TV, en su ático de Madrid… al parecer, cuando se conocieron, ella estaba embarazada, no se sabe de quién y abortó días después de conocer al príncipe. En un libro escrito y firmado por David Rocasolano, primo de Letizia Ortiz, se cuenta que la actual reina consorte se sometió a un aborto en la Clínica Dator de Madrid.
Aunque se desconoce la fecha en la que se produjo ese aborto, el autor de ‘Adiós, Princesa’ asegura que su prima le encargó que se deshiciera de los documentos relativos al aborto, antes de la boda con el Rey Felipe.
David Rocasolano aseguraba que uno de los motivos, por los que fue encargado de destruir aquellas pruebas, fue el miedo de Felipe de Borbón a que se acabara sabiendo por parte de su padre, el Rey emérito, pues es de sobra conocida la oposición de sus padres a que se casara con Letizia.
A riesgo de pecar de chismosos, y conste que la Tribuna de España no es un periódico dado al cotilleo; indagando, indagando, hemos logrado saber que la relación entre los Príncipes de Asturias es cada vez algo más que tensa; la crisis permanente de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz viene de muy lejos, fundamentalmente porque el carácter de la Reina es muy difícil y rebelde, y lleva especialmente mal los asuntos referidos al protocolo y la presión mediática. Es por ello que los Reyes han protagonizado –y seguirán protagonizando- sonados desencuentros, incluso en lugares públicos y en reuniones con amigos… Sin duda, éste sería otro problema a añadir a los que ya tiene la Familia Real española. ¡Éramos pocos,… y parió la abuela!
En fin, de ser cierto todo ello (nadie lo ha desmentido) la Reina de España, no es un dechado de virtudes, y mucho menos un ejemplo a imitar, a menos que acabemos creyendo que tal como Pablo de Tarso cuando iba camino de Damasco, vio la luz y se acabó convirtiendo en una nueva persona.
Es posible que alguien me diga que, incluso algún que otro presidente de los EEUU, ha confesado que consumió mariguana en sus años mozos… pero en el caso de la actual reina no se trata de un simple coqueteo con juegos prohibidos, o amistades peligrosas, hasta se rumorea que en su vida loca, incluso hizo de chica de compañía de “alto-standing”.:8::8::8:
Alguno habrá que diga que en España abortar es “legal”, y que, incluso está reconocido como un “derecho”, y que su suegro, el Rey “Católico” Juan Carlos, refrendó con su firma por dos veces leyes que promueven el aborto, una en 1985 y otra en 2010. Y que incluso la Conferencia Episcopal Española dio su beneplácito para que refrendara la ley con su firma, al no censurar su actuación, o amenazarlo con excomunión… habiendo podido hacer como su pariente belga, Balduino…
Todo lo narrado demuestra que, ni el rey emérito, ni tampoco el actual Rey de España son un ejemplo de coherencia, pues, tal cual decía Plutarco: “La mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo”
Claro que, posiblemente es inevitable en los tiempos que corren llegar a la conclusión de que la Monarquía Española, pese a que sea más o menos respetada (cada vez menos) por los españoles, cada día que pasa es más percibida como algo obsoleto, anacrónico, que apenas o nada cuenta en la vida cotidiana de la gente corriente, algo moribundo, próximo a fenecer.
¿Es Letizia Ortiz el “Caballo de Troya” del que saldrán los soldados enemigos que abrirán las puertas de la ciudad, el regalo envenenado que traerá graves, gravísimas consecuencias para España y la Monarquía?
El tiempo acabará poniendo a cada cual en su sitio…
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Hoy recogen algunos medios de información que, el Rey de España está especialmente molesto debido a las malas compañías y las amistades peligrosas que frecuenta la Reina consorte, y que Felipe VI está algo más que preocupado por las juergas nocturnas de la Reina Letizia con periodistas de Podemos, o muy próximos al partido de Pablo Iglesias.
Letizia está inmersa en varios conflictos en el Palacio de la Zarzuela que, van desde las tormentosas disputas con su esposo, el Rey Felipe, hasta su enfrentamiento con el resto de la familia real, que incluye continuas broncas con Don Juan Carlos y Doña Sofía y con sus cuñadas, Elena y Cristina.
Por si no hubiera suficientes trifulcas, las discrepancias y disputas conyugales entre Doña Letizia y Don Felipe, son cada día más frecuentes y todas ellas están relacionadas con su peculiar manera de ejercer de reina y progenitora, y particularmente lo concerniente a la educación de las hijas, tratando siempre de imponer su criterio, y no teniendo generalmente en cuenta que la Princesa Leonor es la heredera de la Corona.
Las escapadas de Leticia, para encontrarse con antiguas amigas de profesión, con las que cena y se corre juergas hasta altas horas de la noche, indudablemente, pertenecen al ámbito estrictamente privado, pero, según fuentes del Palacio Real, han ocasionado un gran malestar al Rey, y son calificadas de “inapropiadas”.
Doña Letizia mantiene amistades especialmente peligrosas, y frecuenta malas compañías, excompañeras de TVE que no solo es que sean republicanas confesas, sino que también se manifiestan como "activamente" anti borbónicas, sin tapujos.
Con algunas de peligrosas amistades salió de fiesta la pasada semana Doña Leticia, en Madrid. En La Zarzuela temen ahora filtraciones periodísticas de lo ocurrido y que, trasciendan las confidencias que se hablaron durante esa larga noche de "fiesta de amigas".
Bien, volvamos al título del artículo:
Ya que cada día es mayor el número de personas víctimas de la LOGSE y demás leyes educativas progresistas, posiblemente sea necesario recordar de qué va el mito de El Caballo de Troya: Había una vez en la antigüedad un rey llamado Príamo. Era el rey de Troya, una ciudad grande y amurallada. Príamo tenía dos hijos varones: Paris y Héctor. Paris era famoso por su belleza y Héctor se distinguía por su valor.
Un día, el príncipe Paris fue a la ciudad de Esparta y conoció allí a la mujer más bella de toda Grecia. Se llamaba Helena y era la esposa del rey Menelao. Paris quedó encantado por la belleza de Helena y decidió llevársela consigo a Troya.
Cuando el rey Menelao se enteró de que habían raptado a su esposa, lleno de furia convocó a todos los reyes de Grecia a declarar la guerra. Reunieron más de mil naves y muchísimos soldados y zarparon hacia Troya, desembarcaron frente a sus murallas y rodearon la ciudad.
Durante el día atacaban, y por la noche descansaban para recuperar sus fuerzas. El griego más valiente era Aquiles. El más valiente de los troyanos era Héctor, hermano de Paris.
La lucha estuvo tan empatada que, habiendo tras*currido diez años de guerra, no había un claro ganador.
Los soldados griegos, cansados de luchar, empezaron a pensar en volver a sus hogares.
Ulises, uno de los reyes griegos, no quería retirarse sin ganar y se le ocurrió una idea. Siguiendo sus indicaciones, los griegos construyeron un enorme caballo de madera que tenía una escotilla escondida en el flanco derecho, y en el izquierdo tenía grabada la frase: Con la agradecida esperanza de un retorno seguro a sus casas después de una ausencia de nueve años, los griegos dedican esta ofrenda a Atenea, y dentro de él escondieron a muchos soldados. Todos los demás se subieron a sus barcos y simularon que volvían a Grecia, pero realidad, sólo fueron hasta una isla cercana.
Al ver esto, los troyanos, grandes creyentes en los dioses, cayeron en el engaño. Lo aceptaron para ofrendarlo a los dioses, ignorando que era un ardid de Ulises…
Salieron de la ciudad para festejar la retirada de los griegos, y fueron hasta la playa. Todos se preguntaban qué significaba ese enorme caballo de madera.
Sinón, un espía griego, convenció a los troyanos para que metieran el caballo, explicándoles que era un regalo de Poseidón para Atenea (diosa de la guerra). Por la noche los troyanos decidieron meter el caballo en la ciudad. Para ello, debido a su tamaño tuvieron que romper parte de la muralla. Lo colocaron en la plaza central.
Hicieron una gran fiesta. Tomaron mucho vino, comieron y bailaron, sin imaginar lo que iba a suceder: Cuando la fiesta estaba llegando a su fin, los soldados griegos salieron del caballo, y abrieron las puertas de Troya al ejército griego que había regresado con sus barcos…
Los troyanos no pudieron defenderse y los griegos acabaron ocupando la ciudad, la incendiaron, y finalmente la destruyeron.
Decir Caballo de Troya, es decir engaño destructivo, aceptar un regalo aparentemente agradable que traerá consigo graves consecuencias.
Casi de forma inevitable, hablar de Doña Letizia, Reina de España es hablar del Caballo de Troya, o… ¿Quizás Helena de Troya?
Uno teniendo más que sospechas de que todo ello responde a un plan premeditado, con alevosía, e incluso con nocturnidad, para acabar con la Monarquía Española, e incluso con la Nación Española. Como si los enemigos de la Monarquía Española, los enemigos de la Nación Española hubieran introducido a Doña Letizia, a la manera del Caballo de Troya, o hubieran puesto a una Helena rediviva (resucitada) a tiro del Rey Felipe, para que acabe siendo su perdición y la de la institución monárquica.
Letizia Ortiz Rocasolano, según fuentes algo más que bien informadas, posee antecedentes penales por tráfico y consumo de drojas, una vida juguetona con ruptura de varias relaciones maritales incluida, aborto en una clínica de México, apostasía que hubo de ser remediada por el cardenal Rouco, para poder llevar a cabo la boda con el Felipe VI, militancia en el PSOE y fotos envuelta en la bandera de la II República, y un largo etc. nunca refutado ni desmentido…
Isidre Cunill publicó en septiembre de 2010 un libro con el título de “Letizia Ortiz. Una republicana en la corte de Juan Carlos I” (Editorial Chronica) donde se recogían diferentes escándalos relacionados con la Princesa. Según el autor, el servicio secreto español (CNI) tenía información sobre un aborto de la princesa en México.
Cunill también publicó que la princesa fue arrestada por posesión de hachís.
Según alguna biografía no oficial: el Rey Felipe y Letizia Ortiz se conocieron el 17 de octubre de 2002 en una cena organizada por Pedro Erquicia, presentador y director de Documentos TV, en su ático de Madrid… al parecer, cuando se conocieron, ella estaba embarazada, no se sabe de quién y abortó días después de conocer al príncipe. En un libro escrito y firmado por David Rocasolano, primo de Letizia Ortiz, se cuenta que la actual reina consorte se sometió a un aborto en la Clínica Dator de Madrid.
Aunque se desconoce la fecha en la que se produjo ese aborto, el autor de ‘Adiós, Princesa’ asegura que su prima le encargó que se deshiciera de los documentos relativos al aborto, antes de la boda con el Rey Felipe.
David Rocasolano aseguraba que uno de los motivos, por los que fue encargado de destruir aquellas pruebas, fue el miedo de Felipe de Borbón a que se acabara sabiendo por parte de su padre, el Rey emérito, pues es de sobra conocida la oposición de sus padres a que se casara con Letizia.
A riesgo de pecar de chismosos, y conste que la Tribuna de España no es un periódico dado al cotilleo; indagando, indagando, hemos logrado saber que la relación entre los Príncipes de Asturias es cada vez algo más que tensa; la crisis permanente de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz viene de muy lejos, fundamentalmente porque el carácter de la Reina es muy difícil y rebelde, y lleva especialmente mal los asuntos referidos al protocolo y la presión mediática. Es por ello que los Reyes han protagonizado –y seguirán protagonizando- sonados desencuentros, incluso en lugares públicos y en reuniones con amigos… Sin duda, éste sería otro problema a añadir a los que ya tiene la Familia Real española. ¡Éramos pocos,… y parió la abuela!
En fin, de ser cierto todo ello (nadie lo ha desmentido) la Reina de España, no es un dechado de virtudes, y mucho menos un ejemplo a imitar, a menos que acabemos creyendo que tal como Pablo de Tarso cuando iba camino de Damasco, vio la luz y se acabó convirtiendo en una nueva persona.
Es posible que alguien me diga que, incluso algún que otro presidente de los EEUU, ha confesado que consumió mariguana en sus años mozos… pero en el caso de la actual reina no se trata de un simple coqueteo con juegos prohibidos, o amistades peligrosas, hasta se rumorea que en su vida loca, incluso hizo de chica de compañía de “alto-standing”.:8::8::8:
Alguno habrá que diga que en España abortar es “legal”, y que, incluso está reconocido como un “derecho”, y que su suegro, el Rey “Católico” Juan Carlos, refrendó con su firma por dos veces leyes que promueven el aborto, una en 1985 y otra en 2010. Y que incluso la Conferencia Episcopal Española dio su beneplácito para que refrendara la ley con su firma, al no censurar su actuación, o amenazarlo con excomunión… habiendo podido hacer como su pariente belga, Balduino…
Todo lo narrado demuestra que, ni el rey emérito, ni tampoco el actual Rey de España son un ejemplo de coherencia, pues, tal cual decía Plutarco: “La mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo”
Claro que, posiblemente es inevitable en los tiempos que corren llegar a la conclusión de que la Monarquía Española, pese a que sea más o menos respetada (cada vez menos) por los españoles, cada día que pasa es más percibida como algo obsoleto, anacrónico, que apenas o nada cuenta en la vida cotidiana de la gente corriente, algo moribundo, próximo a fenecer.
¿Es Letizia Ortiz el “Caballo de Troya” del que saldrán los soldados enemigos que abrirán las puertas de la ciudad, el regalo envenenado que traerá graves, gravísimas consecuencias para España y la Monarquía?
El tiempo acabará poniendo a cada cual en su sitio…
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