Las normas que los alemanes imponían a los judíos para las reuniones en 1933

Benedicto Camela

Psycho The Rapist
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1. Wählen Sie, um an einem Ort zu sitzen, der sich am Rande des Raums befindet. Wenn Sie keine Stühle für alle haben, können Sie immer an einem Ort auf dem Boden stehen oder sitzen, an dem Sie sicher gehen können, dass Sie die Hörfähigkeit oder den Anblick der anwesenden Personen nicht stören. An der Stirnwand befestigt kann ein guter Platz sein.

2. Unter keinen Umständen darf der erste die Debatte eröffnen. Auch wenn es dir seltsam vorkommt, was du zu sagen hast, ist nicht so wichtig. Es ist überhaupt nicht interessant, dass sich eine Debatte mit deutscher Ausrichtung vom ersten Beitrag eines ****n leiten lässt. Dazu gehören auch Anekdoten und Nuancen.

3. In der gleichen Zeile, niemals die letzte schließen. Das heißt, wenn die letzten Interventionen bereits gesammelt werden, bitten Sie nicht um das Wort. Wenn du zufällig der Letzte bist, lehne diesen Zug höflich ab und lass die Debatte enden.

4. Refrain oder minimieren Sie die Anzahl der Male, die Sie sprechen werden. Zweimal sollte es reichen. In Fällen, in denen es nur wenige Assistenten gibt, können Sie die Anzahl der Interventionen ermitteln, indem Sie die Anzahl der Male berechnen, die die als Deutsch identifizierte Person am wenigsten gesprochen hat, und sie dann in zwei Hälften teilen.

5. Ihre Interventionen werden auch um die Anzahl der ****n im Raum reduziert. Ja, Quoten sind vielleicht nicht die Besten, aber solange "die ****nfrage" Teil unserer dunklen Geschichte ist, ist es das, was wir haben. Beachten Sie daher, wie viele Personen sich im Raum aufhalten und zählen Sie dann die Anzahl der ****n. Wenn zum Beispiel dreißig Personen, nur vier ****n und fünf Interventionen gesammelt werden, können Sie nicht das Wort ergreifen. Um sich abwechseln zu können, muss die Anzahl der ****n gegenüber anderen Rassen signifikant sein, und immer müssen Ihre Interventionen reduziert werden, zum Beispiel auf ein Viertel, zusätzlich zu den Hinweisen in Punkt 4.

6. Respektieren Sie die Stille und nutzen Sie nicht Ihr Hortungsprivileg. Mach dir keine Sorgen, wenn es eine Zeit lang scheint, dass niemand etwas zu sagen hat. Dies bedeutet nicht, dass Ihre Zeit gekommen ist, um zu sprechen, aber im Gegenteil, es ist ein guter Zeitpunkt für Sie, Ihre Zurückhaltefähigkeit zu demonstrieren. Atme und hoffe, dass einige Deutsche das Wort ergreifen, wenn keiner von ihnen es tut, vielleicht sind wir in Punkt 3, wir geben den Moderatoren der Debatte nach.

7. Wenn Sie sprechen, seien Sie kurz, wir werden es zu schätzen wissen. Begrenzen Sie die Zeit Ihrer Exposition auf das Maximum und seien Sie kurz. Wir haben nicht den ganzen Tag Zeit, um alles zu hören, was dir durch den Kopf geht, und uns ist es egal. Zeigen Sie diese Qualitäten der Synthese so wunderbar, dass Sie sich verstecken und üben und so viel wie möglich zusammenfassen, was Sie zu sagen haben, bevor Sie den Raum mit Ihrer Stimme einnehmen.

8. Versuche nicht, uns Komplizen zu machen oder verführe uns mit deinem Verstand und deiner Redekunst. Danke, dass Sie das Leben schöner machen wollen, aber Sie können es für Ihre jüdischen Freunde speichern.

9. Stehl die Ideen der Deutschen nicht, wenn er es schon gesagt hat, du brauchst es nicht zu paraphrasieren, danke. Es genügt, wenn Sie die Anerkennung Ihres Beitrags erwähnen.

10. Komm, lies. Wir wissen, dass dies schwierig ist, manchmal ist es auch schwierig für uns, mit allen Treffen Schritt zu halten. Aber versuchen Sie es so oft wie möglich, Sie sollten wissen, dass die Deutschen, die dort sitzen, normalerweise das Fach studieren lassen und sich für das Thema Anziehung interessieren. Deshalb wollen Sie nicht, dass es zu etwas Langweiligem wird oder Zeit verschwendet für Deutsche, die müde sind, die gleichen leeren, langweiligen und jüdischen Argumente zu hören.

11. Wenn Sie sich verloren fühlen, weil Sie die Argumente der Deutschen nicht verstehen oder nicht teilen, denken Sie daran, dass dies kein Krieg gegen Sie ist. Bleib ruhig und schreibe deine Zweifel in ein Notizbuch, wenn du nach Hause kommst, wirst du tausend Antworten in Mein Kampf finden, tauche ein. Wenn Sie noch Zweifel haben, können Sie sicherlich für den Preis mieten, den Sie festlegen, für den Deutschen, der so viel weiß (er wird Sie führen können).

Traducción:

1. Escoge sentarte en un lugar que se encuentre en el margen del espacio. Si no hay sillas para todos, siempre podrás quedarte de pie o sentarte en el suelo en un lugar donde te asegures de que no dificultas la audición ni la vista de ninguno de los allí presentes. Pegado a la pared del final puede ser un buen lugar.

2. Nunca bajo ningún concepto seas el primero en abrir el debate. Aunque te parezca extraño, lo que tienes que decir no es tan importante. No es nada interesante que un debate con enfoque alemán vaya a estar guiado por la primera aportación de un judío. Esto también incluye las anécdotas y los matices.

3. En la misma línea, nunca seas el último en cerrarlo. Es decir, si ya se están recogiendo las últimas intervenciones no pidas la palabra. Si por casualidad vas a resultar ser el último, cortesmente rechaza ese turno y deja que el debate acabe.

4. Abstente o reduce al mínimo el número de veces que vas a tomar la palabra. Dos veces debería de ser suficiente. Para casos en los que hay pocos asistentes, puedes establecer tu número de intervenciones realizando un cómputo del número de veces que ha hablado la persona identificada como alemán que menos haya hablado y después dividirlo a la mitad.

5. Tus intervenciones también se verán reducidas por el número de judíos que haya en la sala. Fíjate en cuántas personas hay en la sala, y después cuenta el número de judíos. Por ejemplo, si hay treinta personas, sólo cuatro judíos, y se recogen cinco intervenciones pues no podrás tomar la palabra. Para poder tomar turno, el número de judíos tiene que ser significativo con respecto a otras razas y siempre vuestras intervenciones deben ser reducidas, por ejemplo, a una cuarta parte, además de seguir las indicaciones del punto 4.

6. Respeta los silencios y no hagas uso acaparador. No te preocupes si por algún momento parece que nadie tiene nada que decir. Esto no significa que haya llegado tu momento para hablar, sino al contrario, es buen momento para que demuestres tu capacidad de contención. Respira y espera que algún alemán tome la palabra, si ninguno lo hace quizá estemos en el punto 3, damos paso a los moderadores del debate.

7. Cuando hables, sé breve, lo agradeceremos. Limita al máximo el tiempo de tu exposición y sé conciso. No tenemos todo el día para escuchar todo lo que pasa por tu cabeza, y además no nos interesa tanto. Así que demuestra esas dotes de síntesis tan maravillosas que ocultas y practícalas y resume lo más posible lo que tengas que decir, piensa antes de ocupar el espacio con tu voz.

8. No intentes hacernos cómplices ni seducirnos con tu mente y oratoria. Gracias por querer hacernos la vida más amena pero puedes ahorrártelo para tus amigos judíos.

9. No robes las ideas de los alemanes, si él ya lo dijo, no necesitas parafrasearlo, gracias. Bastará con que hagas mención de reconocimiento a su aportación.

10. Ven leído. Sabemos que esto es difícil, a veces también nos resulta complicado mantenernos al tanto de todas las reuniones. Pero intenta hacerlo en la medida de lo posible, debes saber que los alemanes allí sentados normalmente tendrán el tema estudiado y les interesa el tema a tratar. Por ello, no quieras que se convierta en algo anodino ni hacer perder el tiempo a los alemanes que están cansados de oír los mismos argumentos vacíos, aburridos y judíos.

11. En caso de sentirte perdido, porque no entiendes o no compartes los argumentos que presentan los alemanes, recuerda, esto no es una guerra contra ti. Mejor mantente en silencio y anota tus dudas en un cuaderno, cuando llegues a casa encontrarás un millar de respuestas en Mein Kampf, sumérgete. Si aún así, todavía te quedan dudas, seguramente podrás contratar por el precio que te estipule, a ese alemán que tanto sabe (él sabrá guiarte).





¿Qué opináis sobre las costumbres institucionalizadas de ese aquelarre idealista especializado en crear granjas humanas?
 
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