En las cuevas no se vivía, se vivía en poblados al aire libre. Las cuevas sólo se usaban como refugio esporádico o para rituales. Muchas no tenían un acceso fácil y, por si fuera poco, las pinturas se hacían muchas veces en zonas profundas, de difícil acceso y sin luz natural.
O sea, que para pintar las cuevas había que hacer escalada seguida de espeleología, acarreando recipientes con los materiales, las pinturas y las velas o antorchas. Luego había que tirarse las horas que fuera pintando tumbado boca arriba o agachado en una caverna de techo bajo. Como en un día no te da tiempo, al siguiente te toca repetir la operación.
Como veis, todo totalmente congruente con lo que conocemos de la idiosincrasia femenina, todos sabemos que las mujeres son las primeras en apuntarse a actividades que conllevan esfuerzo físico e incomodidades de todo tipo. Lo que las honra, porque también podrían vivir sin dar ni palo al agua, sólo con alquilar el cholele a algún macho proveedor quince minutos por noche, y no todas las noches.
O sea, que para pintar las cuevas había que hacer escalada seguida de espeleología, acarreando recipientes con los materiales, las pinturas y las velas o antorchas. Luego había que tirarse las horas que fuera pintando tumbado boca arriba o agachado en una caverna de techo bajo. Como en un día no te da tiempo, al siguiente te toca repetir la operación.
Como veis, todo totalmente congruente con lo que conocemos de la idiosincrasia femenina, todos sabemos que las mujeres son las primeras en apuntarse a actividades que conllevan esfuerzo físico e incomodidades de todo tipo. Lo que las honra, porque también podrían vivir sin dar ni palo al agua, sólo con alquilar el cholele a algún macho proveedor quince minutos por noche, y no todas las noches.