Las inmobiliarias vuelven a vender sobre plano en Valladolid
Obras de construcción de un edificio en el plan parcial Ribera de Santo
El precio medio del metro cuadrado en la capital registra un ligero repunte y se sitúa en los 1.151 euros
J. Asua
J. ASUAVALLADOLID
Martes, 20 marzo 2018, 22:12
La construcción de vivienda nueva sale de la UVI. El ladrillo pasa a planta tras el reventón de la burbuja y se recupera satisfactoriamente. Y con él se animan también las arcas de las administraciones públicas. El repunte de licencias de obra registrado en 2017 en la capital –43 autorizaciones municipales para 515 casas, cifras similares a las de 2009 tras siete años de caídas– se plasma ya en la calle. Las grúas vuelven a formar parte del horizonte de la ciudad y de su área metropolitana con quince nuevas promociones en marcha para 550 hogares, según los datos de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Valladolid (Aspriva).
La última parcela donde ha comenzado el movimiento de tierras se sitúa en el barrio de Villa del Prado, en la bajada del Centro Cultural Miguel Delibes, entre las calles Monasterio San Pedro de Alcántara y de San Lorenzo del guanol. El pasado mes de junio la Diputación adjudicaba a la empresa Ezgonsa, por 1,4 millones de euros, los terrenos y, a día de hoy, las diez viviendas unifamiliares que se levantarán en esta superficie de 4.600 metros cuadrados, ya están vendidas, con precios a partir de los 350.000 euros más IVA. Ojo, todas adquiridas sobre plano, una fórmula que Aspriva amplía a la gran mayoría de los bloques que están tomando forma en la trama urbana.
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Vuelven las hormigoneras. Se ven ya en la avenida de Salamanca, en la subida a Parquesol, donde avanzan a buen ritmo las obras de tres torres residenciales promovidas por RioDaser y Vía Célere –con precios a partir de los 200.000 euros– y se anuncian en lo alto del barrio, donde Pryconsa prepara una nueva promoción en la confluencia de Manuel Azaña con Juan García Hortelano, una de las pocas calvas, junto a las entorno de la Plaza Mayor de este veterano desarrollo, que se mantenían en barbecho. Esta misma promotora aprieta el acelerador con otro bloque residencial en el plan parcial Ribera de Santo Domingo, junto al Callejón del Alcoholera. Son algunos ejemplos.
Subida de alquileres
Gonzalo Jolín, portavoz de la entidad que agrupa a los empresarios del sector, confirma que la actividad repunta, aunque con menor velocidad que en el resto de España. Para esta resurrección el experto aporta algunas claves. La primera, la caída en la oferta del alquiler, que en la capital y el área metropolitana se sitúa en «cerca de las 400 viviendas disponibles», tras un auge del modelo en renta, que ha disparado los precios de los arrendamientos «de forma exponencial». La segunda: el coste de la vivienda «sigue bajo». Según los datos la tasadora Tinsa, a finales de 2017 el metro cuadrado se marcó en 1.151 euros frente a los más de 2.000 que se pagaba en la ciudad en 2007, cuando el globo estaba a punto de estallar.
Estos dos factores están provocando un «trasvase del alquiler a la venta» al considerar el vallisoletano medio que puede optar a una casa en propiedad con una cuota hipotecaria similar a lo que pagaría como inquilino. Por el momento, las promociones en marcha están rellenando huecos de la ciudad compacta. Nada de nuevos desarrollos situados en la periferia. Además, Gonzalo Jolín, quien cifra en 6.000 las viviendas en venta en el área metropolitana, entre las de segunda mano y la obra nueva, apunta un cambio en las preferencias del comprador, que apuesta más por la casa en bloque frente al ‘boom’ del adosado en el cinturón de Valladolid que se vivió hace dos lustros. Los padres se han hecho mayores y subir escaleras cuesta. Los chicos ya salen por la noche y volver de madrugada se complica. Y a mayor superficie, mayor coste de mantenimiento. Mientras las constructoras supervivientes recuperan el resuello tras una década de muchos ahogos y defunciones cercanas, las Administraciones vuelven a ver en esta actividad un nuevo maná para sus presupuestos e inversiones.
Venta pública e ICIO
En el caso de la Diputación, la última inyección ha sido de 1,4 millones de euros y ya ha sacado a información pública la venta de otro terreno en Villa de Prado por 1,6 para este año. El Ayuntamiento también celebra la enajenación en 2017 de los terrenos de Las Eras (Huerta del Rey) por 4,1 millones a la constructora Espacio tras varios años de subastas desiertas y de otro suelo en Villa del Prado para levantar pisos de VPO por 2,06 millones.
El nuevo impulso en la actividad inmobiliaria se ha traducido también, en el caso del Consistorio de la capital, en un incremento más que considerable de los ingresos por el Impuesto de Construcciones (ICIO). El pasado año la previsión de recaudación de la Concejalía de Hacienda era de 2,6 millones, pero se quedó corta al entrar en las arcas municipales casi el doble: 5,1.
¿Puede este renacimiento de la actividad inmobiliaria volver a hinchar una nueva burbuja? Está por ver. Aspriva considera que los incrementos de precio serán más moderados –sin llegar a los dos dígitos–, entre el 5% 7% anual, mientras que la experiencia adquirida durante la crisis ha llevado a las empresas a edificar lo que se va a vender con garantías para no dejar nuevos esqueletos de hormigón.
Obras de construcción de un edificio en el plan parcial Ribera de Santo
El precio medio del metro cuadrado en la capital registra un ligero repunte y se sitúa en los 1.151 euros
J. Asua
J. ASUAVALLADOLID
Martes, 20 marzo 2018, 22:12
La construcción de vivienda nueva sale de la UVI. El ladrillo pasa a planta tras el reventón de la burbuja y se recupera satisfactoriamente. Y con él se animan también las arcas de las administraciones públicas. El repunte de licencias de obra registrado en 2017 en la capital –43 autorizaciones municipales para 515 casas, cifras similares a las de 2009 tras siete años de caídas– se plasma ya en la calle. Las grúas vuelven a formar parte del horizonte de la ciudad y de su área metropolitana con quince nuevas promociones en marcha para 550 hogares, según los datos de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Valladolid (Aspriva).
La última parcela donde ha comenzado el movimiento de tierras se sitúa en el barrio de Villa del Prado, en la bajada del Centro Cultural Miguel Delibes, entre las calles Monasterio San Pedro de Alcántara y de San Lorenzo del guanol. El pasado mes de junio la Diputación adjudicaba a la empresa Ezgonsa, por 1,4 millones de euros, los terrenos y, a día de hoy, las diez viviendas unifamiliares que se levantarán en esta superficie de 4.600 metros cuadrados, ya están vendidas, con precios a partir de los 350.000 euros más IVA. Ojo, todas adquiridas sobre plano, una fórmula que Aspriva amplía a la gran mayoría de los bloques que están tomando forma en la trama urbana.
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Vuelven las hormigoneras. Se ven ya en la avenida de Salamanca, en la subida a Parquesol, donde avanzan a buen ritmo las obras de tres torres residenciales promovidas por RioDaser y Vía Célere –con precios a partir de los 200.000 euros– y se anuncian en lo alto del barrio, donde Pryconsa prepara una nueva promoción en la confluencia de Manuel Azaña con Juan García Hortelano, una de las pocas calvas, junto a las entorno de la Plaza Mayor de este veterano desarrollo, que se mantenían en barbecho. Esta misma promotora aprieta el acelerador con otro bloque residencial en el plan parcial Ribera de Santo Domingo, junto al Callejón del Alcoholera. Son algunos ejemplos.
Subida de alquileres
Gonzalo Jolín, portavoz de la entidad que agrupa a los empresarios del sector, confirma que la actividad repunta, aunque con menor velocidad que en el resto de España. Para esta resurrección el experto aporta algunas claves. La primera, la caída en la oferta del alquiler, que en la capital y el área metropolitana se sitúa en «cerca de las 400 viviendas disponibles», tras un auge del modelo en renta, que ha disparado los precios de los arrendamientos «de forma exponencial». La segunda: el coste de la vivienda «sigue bajo». Según los datos la tasadora Tinsa, a finales de 2017 el metro cuadrado se marcó en 1.151 euros frente a los más de 2.000 que se pagaba en la ciudad en 2007, cuando el globo estaba a punto de estallar.
Estos dos factores están provocando un «trasvase del alquiler a la venta» al considerar el vallisoletano medio que puede optar a una casa en propiedad con una cuota hipotecaria similar a lo que pagaría como inquilino. Por el momento, las promociones en marcha están rellenando huecos de la ciudad compacta. Nada de nuevos desarrollos situados en la periferia. Además, Gonzalo Jolín, quien cifra en 6.000 las viviendas en venta en el área metropolitana, entre las de segunda mano y la obra nueva, apunta un cambio en las preferencias del comprador, que apuesta más por la casa en bloque frente al ‘boom’ del adosado en el cinturón de Valladolid que se vivió hace dos lustros. Los padres se han hecho mayores y subir escaleras cuesta. Los chicos ya salen por la noche y volver de madrugada se complica. Y a mayor superficie, mayor coste de mantenimiento. Mientras las constructoras supervivientes recuperan el resuello tras una década de muchos ahogos y defunciones cercanas, las Administraciones vuelven a ver en esta actividad un nuevo maná para sus presupuestos e inversiones.
Venta pública e ICIO
En el caso de la Diputación, la última inyección ha sido de 1,4 millones de euros y ya ha sacado a información pública la venta de otro terreno en Villa de Prado por 1,6 para este año. El Ayuntamiento también celebra la enajenación en 2017 de los terrenos de Las Eras (Huerta del Rey) por 4,1 millones a la constructora Espacio tras varios años de subastas desiertas y de otro suelo en Villa del Prado para levantar pisos de VPO por 2,06 millones.
El nuevo impulso en la actividad inmobiliaria se ha traducido también, en el caso del Consistorio de la capital, en un incremento más que considerable de los ingresos por el Impuesto de Construcciones (ICIO). El pasado año la previsión de recaudación de la Concejalía de Hacienda era de 2,6 millones, pero se quedó corta al entrar en las arcas municipales casi el doble: 5,1.
¿Puede este renacimiento de la actividad inmobiliaria volver a hinchar una nueva burbuja? Está por ver. Aspriva considera que los incrementos de precio serán más moderados –sin llegar a los dos dígitos–, entre el 5% 7% anual, mientras que la experiencia adquirida durante la crisis ha llevado a las empresas a edificar lo que se va a vender con garantías para no dejar nuevos esqueletos de hormigón.