Inmobiliaria: Las habitaciones en pisos compartidos alcanzan los 800 euros en bilbao

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Los inquilinos potenciales son, principalmente, estudiantes y jóvenes profesionales de estancias cortas​

Ane Araluzea
Bilbao | 04·07·24 | 06:21 | Actualizado a las 12:13



Un joven busca habitación en un piso compartido de Bilbao en Idealista.

Un joven busca habitación en un piso compartido de Bilbao en Idealista. BORJA GUERRERO
El notable incremento del precio del alquiler de viviendas ha empujado a muchos ciudadanos a compartir piso. No es una tendencia nueva y, de hecho, es muy habitual que los estudiantes y jóvenes trabajadores se emancipen de esta forma antes de dar el salto a comprar una vivienda. Lo que comienza a llamar la atención es la escalada de precios de la que tampoco se libra esta modalidad de convivencia. En Bilbao ya es posible encontrar ofertas que llegan a los 800 euros por una única habitación, un importe por el que no hace tanto –en las inmobiliarias coinciden en que ya es imposible– podían alquilarse viviendas enteras. Se trata de habitaciones de tipo prémium planteadas para personas que quieren vivir en barrios céntricos, en estancias grandes con baño propio y que incluyan los gastos, unas comodidades que serían inasequibles si aspiraran a alquilar un piso entero.
Según un informe de Idealista, la oferta de habitaciones en pisos compartidos se ha disparado durante los primeros meses del año, en los que ha destacado el aumento de ciudades como Sevilla (63%), Barcelona (50%) o Donostia (40%). En el caso de la capital vizcaina, aunque su incremento ha sido más leve, apenas un 14% más con respecto al año pasado, lo que resulta más reseñable es que el número de personas interesadas por cada habitación ha crecido un 41%. Es decir, la demanda es mayor que la oferta, lo que garantiza que las habitaciones se despachen en un corto lapso de tiempo. El mismo informe incluye que la media de precios de las habitaciones es de 400 euros en Bilbao, lejos de los 550 de Barcelona. No obstante, de las más de 330 habitaciones ofertadas en Idealista actualmente en la capital vizcaina, medio centenar superan esos 550 euros.
A diferencia de las habitaciones ofertadas por los propios inquilinos de las viviendas –a menudo buscan compañeros de piso con los que poder abonar la totalidad de un alquiler al propietario–, gran parte de este tipo de habitaciones de tipo prémium suelen estar gestionadas por inmobiliarias o particulares que se dedican a ello. “Son los propietarios los que acuden a nosotros para alquilar habitaciones de forma independiente”, confirma Ángela García-Terrero, de la inmobiliaria House Ona, quien expone que ellos se limitan a hacer una selección de personas que no tengan problemas de solvencia. “Si son estudiantes les pedimos que los avalen sus padres y si son trabajadores tienen que presentar un contrato o la nómina”, añade antes de explicar que, posteriormente, los propietarios dan el visto bueno al alquiler.

Ángela García-Terrero confirma que las habitaciones en pisos compartidos están “superdemandadas porque los pisos están fuera de precio”. De hecho, reconoce que “antes se podían encontrar viviendas por 850 o 900 euros mientras que ahora es un sueño”. Por ello, asevera que, por norma general, las habitaciones, “en cosa de una semana o 10 días, vuelan”. Y añade que es en estos meses de verano cuando más se ralentiza, aunque es ahora cuando los estudiantes de posgrado están más atentos para alquilar de cara a septiembre. “Incluso hay muchos que están dispuestos a pagar agosto para garantizarse la habitación, en vista de que los propietarios no quieren estar dos meses sin cobrar”, asevera antes de corroborar que también cuentan con muchos trabajadores que llegan con proyectos de seis, ocho o diez meses e incluso dos años. Para estos perfiles cuentan con dos modalidades de habitaciones: aquellas que tienen baño compartido se mueven en una horquilla de 450 y 500 euros y las que tienen baño propio, entre 600 y 700 euros. Actualmente cuenta con una decena de habitaciones en calles céntricas como Juan de Ajuriaguerra o Alameda Urquijo.

El precio selecciona

“No hago una selección de personas, es el precio el que selecciona a las personas. Es como quien va a un hotel de una estrella o de cinco estrellas”, explica Pedro Ignacio Aguilar, un gestor que comenzó en el sector hace doce años por vicisitudes de la vida, tras una separación que lo obligó a compartir piso. La necesidad lo llevó a tener que buscar al resto de inquilinos y, de ahí, comenzó a ver el filón de lo que supone el subarriendo, una práctica legal si se hace con el consentimiento del arrendador. “Hoy en día tengo 60 habitaciones en 12 pisos de Bilbao”, reconoce el gestor, que trata de firmar contratos de larga estancia con los propietarios para tener margen a la hora de alquilar las habitaciones de forma individual. “Hay gente que lleva conmigo ocho o nueve años”, explica.
Pedro Ignacio Aguilar asevera que la oferta de habitaciones de alquiler ha ido creciendo poco a poco. Relata que en sus comienzos había muchas mujeres que, al quedarse viudas y tener casas grandes, arrendaban una habitación para sumar una ayuda para sus gastos. “Eran casas con la típica mesa de formica y la alfombra ajada. Entonces había muchas habitaciones de 200 o 250 euros en la zona de San Francisco”, narra Aguilar, que percibió un vacío. “No había habitaciones que sentía que debían ser más dignas. Mi idea era alquilar estancias bonitas y bien mantenidas. Lo hago todo: reformar, decorar, ofertar y gestionar”, manifiesta el emprendedor, que se hace cargo de roturas de persianas o de averías de lavadoras.
Este gestor concede que los precios de las habitaciones que oferta “son un poco especiales”. Sin embargo, afirma que el precio incluye todos los gastos, “con lo cual no hay trampas de que un mes se pague más por luz o calefacción”. Además, indica que también se ofrece servicio de limpieza. “Hay mucha gente que hace cálculos y dice: Estoy pagando 500 euros por una habitación, pero por 650 a lo mejor puedo tener todos los gastos pagados y la limpieza incluida. Hay gente que se lo puede permitir”, expone Aguilar, quien indica que cuenta con muchos profesionales de ramas como enfermería, arquitectura, medicina o derecho, “con salarios importantes”. Es decir, “un perfil que quiere baño propio y no les importa pagar ese plus”.

Normas de convivencia

En estos pisos gestionados por terceros, en los que conviven personas que no se conocían previamente, lo habitual es que el reglamento de convivencia esté establecido de antemano. En muchos de los anuncios de Idealista ya rezan algunas de esas normas. “No se aceptan parejas, ni mascotas y no está permitido fumar”, se concreta en algunos. Otros son más indeterminados: “Solo personas que sepan convivir de forma respetuosa”. Ángela García-Terrero indica que las normas siempre son de sentido común: “No poner música a partir de las 22.00 horas, limpiar la vajilla tras utilizarla, colgar la ropa de la lavadora en cuanto acaba...”. En ese sentido, Aguilar reconoce que, aunque no sea lo habitual, puede haber inquilinos problemáticos que no respeten las zonas comunes. “Hay un tiempo y unas condiciones en el contrato, que se puede rescindir en caso de incumplimiento”, concluye. l
Precio medio en euros
400

Es el precio de media de las habitaciones en pisos de alquiler en Bilbao. No obstante, entre los más de 330 anuncios en Idealista, actualmente hay medio centenar que superan los 550 euros.
Habitaciones prémium
Características.
Se trata de pisos en barrios céntricos con habitaciones con baño propio. Se incluyen los gastos y la limpieza.
Importes. A partir de los 600 puede incluir dichos requisitos.
Perfil usuario. En su mayoría son estudiantes de posgrado o jóvenes profesionales.


Los inquilinos potenciales son, principalmente, estudiantes y jóvenes profesionales de estancias cortas​


Voy a quitar el eufemismo. Estudiantes "jóvenes":

img_7153.jpg


retrato-de-una-mujer-madura-en-casa.jpg



"Jóvenes profesionales de estancias cortas":

kZiHu.jpg


Ahora la culpa de las habitaciones las tienen los estudiantes y curritos de multinacionales que se van mudando de ciudad. Pero las RGI, los centros de menas y el coladero de los aeropuertos, eso no. ¡La culpa la tienen los estudiantes!. Esto en una ciudad, donde tampoco es que haya sido centro de estudiantes precisamente. Mismamente Vitoria acoge o acogía a más estudiantes que Bilbao.

Todo para no querer apuntar con el dedo.
 
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