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Madmaxista
Pedro Fernández fue asesinado en Sabadell la noche del 10 de julio de 2021. Mientras dormía en el piso de su novia, Dolores Vázquez, fue brutalmente golpeado con una herramienta (una pata de cabra) en la cabeza. La fiscalía y la acusación particular consideran que se trató de un crimen planificado paso a paso por la misma Dolores, que contó con la colaboración de su hermana gemela, Pilar Vázquez, del novio de esta segunda, Isaac Gil, el autor material del homicidio. Ambos serán juzgados por estos hechos próximamente ante un tribunal de la Audiencia de Barcelona. Dolores, a diferencia de Pilar e Isaac, aguarda la llegada de esa fecha en libertad.
La familia de la víctima no comprende cómo a la vista del torrente de pruebas acumulado por los Mossos deben convivir con el miedo de encontrársela por la calle. "Tengo que ver a mi hija llorar frente a la lápida de su padre mientras Dolores puede tomarse una caña tranquilamente por la calle", lamenta Marina, exmujer de Pedro y progenitora de la hija de ambos. "Han seguido manchando su nombre después de muerto", insiste Marina, que afirma que es falso que Pedro maltratara a Dolores, como mantiene la acusada.
ALEVOSÍA Y ENSAÑAMIENTO
Las acusaciones mantienen que los tres tramaron la fin de Pedro con alevosía y también que actuaron con ensañamiento, es decir, causándole más dolor del necesario para quitarle la vida. La fiscalía reclama para Isaac y para Pilar 24 años de prisión, mientras que para Dolores solicita 24 años y seis meses. Además, pide una indemnización de 300.000 euros para la hija de la víctima, que deberán pagar de forma conjunta los tres acusados, según la calificación a la que ha tenido acceso El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica.
La acusación particular, ejercida por la familia de Pedro Fernández y representada por el abogado Juan Pagán, eleva la petición de guandoca para los acusados a 25 años.
El pasado 2 de febrero, la jueza de Sabadell que ha instruido esta causa decretó la apertura de juicio oral contra los tres acusados y acordó mantener la prisión preventiva para Isaac y Pilar. La Audiencia de Barcelona debe ahora fijar el día del juicio.
Ni para el fiscal, ni para la acusación particular hay duda. Las gemelas Dolores y Pilar, de apellido Vázquez, trazaron junto al novio de la segunda, Isaac Gil, "un plan encaminado a acabar con la vida" de Pedro, que entonces tenía 55 años. La idea era que Dolores, su novia, lo atrajera hasta su domicilio, en la calle Porto de Sabadell, y en ese lugar lo asesinaran.
El ataque fue de tal virulencia que le causó la destrucción parcial de la masa encefálica y una hemorragia cerebral y facial
Y así ocurrió: Dolores llamó a Pedro y le pidió que acudiera esa noche a la vivienda para dormir juntos. Y cuando se encontraba ya en ese dormitorio, con Dolores, los otros dos acusados, es decir sus cuñados, irrumpieron de "forma inapropiada" en la casa. Isaac, "movido con la intención de acabar con su vida y actuando en común acuerdo para tal fin con las dos mujeres acusadas", agredió a Pedro, según la calificación fiscal. Le asestó "múltiples golpes" con una palanca metálica (una pata de cabra), alcanzándole en la cabeza con "extremada violencia".
ATAQUE SORPRESIVO
Isaac golpeó a Pedro por los menos en 12 ocasiones en la cabeza, ocasionando de esta forma su fallecimiento por el "gravísimo" traumatismo craneoencefálico que produjo. El ataque fue de tal virulencia que le causó la destrucción parcial de la masa encefálica y una hemorragia cerebral y facial. Según la fiscalía, Isaac actuó "de forma sorpresiva" y aprovechando que su víctima estaba desprevenida para impedirle que pudiera defenderse o huir. El acusado perpetró la brutal agresión, al parecer del fiscal, con la intención de ocasionar a Pedro, además de su fin, "un dolor innecesario", un padecimiento que "efectivamente" ocasionó. Dicha forma de actuar, índice la acusación, era conocida por las dos gemelas.
A pesar de que Isaac entró de forma inesperada en el interior de la vivienda de Dolores y comenzó a golpear a Pedro, que se encontraba durmiendo en ropa interior sobre la cama de su novia, este logró reincorporarse e intentar huir. Pero Isaac, según relata la fiscalía, le persiguió y continuó golpeándole en el rellano del edificio, del cuarto piso, y en el inferior, el tercero. La víctima trató "desesperada e infructuosamente" de escapar de la agresión pero no lo logró, y cayó al suelo inerte, en el rellano de esa tercera planta.
Tras aquel ataque, los tres acusados se pusieron manos a la obra coordinadamente para limpiar la escena del crimen. Intentaron eliminar las manchas de sangre y los restos de masa encefálica del suelo y de la pared con el objetivo de borrar todo vestigio de la agresión. Para borrar las pruebas y, sobre todo, deshacerse del cadáver, subieron de nuevo el cuerpo de Pedro al domicilio de Dolores y allí lo envolvieron en una manta.
La primera patrulla de los Mossos d'Esquadra, alertada por vecinos que presenciaron los hechos a través de la mirilla de sus respectivas puertas, llegó al edificio. Los dos agentes se cruzaron con Isaac fregando el suelo y este mintió asegurando que un vecino había sufrido una caída. Después, siguiendo el rastro de sangre, quisieron entrar en el piso de Dolores pero esta se negó a abrir la puerta. Cuando finalmente los policías lograron entrar, hallaron el cadáver de Pedro enrollado en la alfombra. Isaac confesó a los agentes los hechos, e inculpó a Dolores, pero no a su pareja Pilar.
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Estas pruebas estaban en los teléfonos móviles de los cuatro implicados en esta historia (los tres sospechosos y la víctima). El análisis de los terminales mostró que las hermanas e Isaac intercambiaron decenas de mensajes y audios de Whatsapp días antes del crimen para "orquestar" el plan para apiolar a Pedro. La jueza instructora cree que las gemelas actuaron a "sangre fría" junto con el autor material de los golpes. Isaac y Pilar siguen en la guandoca, pero Dolores salió en libertad el 7 de febrero del año pasado.
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La familia de la víctima no comprende cómo a la vista del torrente de pruebas acumulado por los Mossos deben convivir con el miedo de encontrársela por la calle. "Tengo que ver a mi hija llorar frente a la lápida de su padre mientras Dolores puede tomarse una caña tranquilamente por la calle", lamenta Marina, exmujer de Pedro y progenitora de la hija de ambos. "Han seguido manchando su nombre después de muerto", insiste Marina, que afirma que es falso que Pedro maltratara a Dolores, como mantiene la acusada.
ALEVOSÍA Y ENSAÑAMIENTO
Las acusaciones mantienen que los tres tramaron la fin de Pedro con alevosía y también que actuaron con ensañamiento, es decir, causándole más dolor del necesario para quitarle la vida. La fiscalía reclama para Isaac y para Pilar 24 años de prisión, mientras que para Dolores solicita 24 años y seis meses. Además, pide una indemnización de 300.000 euros para la hija de la víctima, que deberán pagar de forma conjunta los tres acusados, según la calificación a la que ha tenido acceso El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica.
La acusación particular, ejercida por la familia de Pedro Fernández y representada por el abogado Juan Pagán, eleva la petición de guandoca para los acusados a 25 años.
El pasado 2 de febrero, la jueza de Sabadell que ha instruido esta causa decretó la apertura de juicio oral contra los tres acusados y acordó mantener la prisión preventiva para Isaac y Pilar. La Audiencia de Barcelona debe ahora fijar el día del juicio.
Ni para el fiscal, ni para la acusación particular hay duda. Las gemelas Dolores y Pilar, de apellido Vázquez, trazaron junto al novio de la segunda, Isaac Gil, "un plan encaminado a acabar con la vida" de Pedro, que entonces tenía 55 años. La idea era que Dolores, su novia, lo atrajera hasta su domicilio, en la calle Porto de Sabadell, y en ese lugar lo asesinaran.
El ataque fue de tal virulencia que le causó la destrucción parcial de la masa encefálica y una hemorragia cerebral y facial
Y así ocurrió: Dolores llamó a Pedro y le pidió que acudiera esa noche a la vivienda para dormir juntos. Y cuando se encontraba ya en ese dormitorio, con Dolores, los otros dos acusados, es decir sus cuñados, irrumpieron de "forma inapropiada" en la casa. Isaac, "movido con la intención de acabar con su vida y actuando en común acuerdo para tal fin con las dos mujeres acusadas", agredió a Pedro, según la calificación fiscal. Le asestó "múltiples golpes" con una palanca metálica (una pata de cabra), alcanzándole en la cabeza con "extremada violencia".
ATAQUE SORPRESIVO
Isaac golpeó a Pedro por los menos en 12 ocasiones en la cabeza, ocasionando de esta forma su fallecimiento por el "gravísimo" traumatismo craneoencefálico que produjo. El ataque fue de tal virulencia que le causó la destrucción parcial de la masa encefálica y una hemorragia cerebral y facial. Según la fiscalía, Isaac actuó "de forma sorpresiva" y aprovechando que su víctima estaba desprevenida para impedirle que pudiera defenderse o huir. El acusado perpetró la brutal agresión, al parecer del fiscal, con la intención de ocasionar a Pedro, además de su fin, "un dolor innecesario", un padecimiento que "efectivamente" ocasionó. Dicha forma de actuar, índice la acusación, era conocida por las dos gemelas.
A pesar de que Isaac entró de forma inesperada en el interior de la vivienda de Dolores y comenzó a golpear a Pedro, que se encontraba durmiendo en ropa interior sobre la cama de su novia, este logró reincorporarse e intentar huir. Pero Isaac, según relata la fiscalía, le persiguió y continuó golpeándole en el rellano del edificio, del cuarto piso, y en el inferior, el tercero. La víctima trató "desesperada e infructuosamente" de escapar de la agresión pero no lo logró, y cayó al suelo inerte, en el rellano de esa tercera planta.
Tras aquel ataque, los tres acusados se pusieron manos a la obra coordinadamente para limpiar la escena del crimen. Intentaron eliminar las manchas de sangre y los restos de masa encefálica del suelo y de la pared con el objetivo de borrar todo vestigio de la agresión. Para borrar las pruebas y, sobre todo, deshacerse del cadáver, subieron de nuevo el cuerpo de Pedro al domicilio de Dolores y allí lo envolvieron en una manta.
La primera patrulla de los Mossos d'Esquadra, alertada por vecinos que presenciaron los hechos a través de la mirilla de sus respectivas puertas, llegó al edificio. Los dos agentes se cruzaron con Isaac fregando el suelo y este mintió asegurando que un vecino había sufrido una caída. Después, siguiendo el rastro de sangre, quisieron entrar en el piso de Dolores pero esta se negó a abrir la puerta. Cuando finalmente los policías lograron entrar, hallaron el cadáver de Pedro enrollado en la alfombra. Isaac confesó a los agentes los hechos, e inculpó a Dolores, pero no a su pareja Pilar.
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