Chapapote1
Madmaxista
- Desde
- 5 Nov 2016
- Mensajes
- 22.687
- Reputación
- 78.568
Prevén revisar los contratos por “cambio regulatorio" y, al bajar el precio del 'pool', se beneficiarían los clientes regulados
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y el consejero delegado de Endesa, José Bogas, en una imagen de archivo. EFE
Compatir en FacebookCompatir en TwitterCompatir en LinkedinEnviar por correo3
Madrid 11 ABR 2022 - 09:25 CEST
Hace varias semanas, las dos grandes compañías eléctricas españolas, Iberdrola y Endesa, removieron Roma con Santiago para que la solución que el Gobierno iba proponer al Consejo Europeo de finales de marzo para bajar el precio de la luz no afectase al funcionamiento del mercado mayorista de la electricidad, sino que se limitase a poner un tope al precio del gas, al que se achacan los males de un pool marginalista.
Finalmente, España y Portugal, lograron arrancar un acuerdo de la Comisión Europea, basado en la llamada “excepción ibérica”, para que ambos países puedan limitar el precio de las ofertas de la generación de electricidad con gas (ciclos combinados) en el pool, de manera que el precio marginal baje para el resto de energías (nuclear, hidráulica y renovables) y, con ello, el precio final de la luz. Para que este descienda hasta el entorno de los 100 euros/MWh, los gobiernos de la península piden un tope de 30 euros/MWh al gas, un listón bajo para dar margen a la negociación que durará este mes.
Pese a que la opción ha sido poner un price cap al gas y no tocar el mercado eléctrico, las grandes del sector se han revuelto contra la medida hasta lo que fuentes políticas consideran una “grave deslealtad”. La semana pasada, en un acto público, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, dijo que España tiene “el honor” de ser reconocido “sistemáticamente” como “el país con más riesgo regulatorio de Europa”. En el mismo acto, y también en alusión al nuevo mecanismo ibérico, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, ironizó con una solución que calificó de “ingeniosa en el corto plazo” y supone “salir del euro y volver a la peseta”. Más allá de los comentarios, las compañías han desplegado su artillería en Bruselas contra el mecanismo pactado, a cuyo contenido ha tenido acceso CincoDías.
¿Por qué ahora las empresas se oponen a un tope al gas que ellas mismas habían pedido? Porque lo que habían reclamado no era exactamente lo que propone el Gobierno: no querían un cap a las ofertas del gas en el pool, sino a las del mercado mayorista del gas español (Mibgas) o los europeos (el TTF holandés, el principal). Al parecer, esta era la propuesta que hizo la francesa Engie y que las eléctricas españolas abrazaron con gran entusiasmo. “Una barbaridad”, coinciden los expertos, pues de limitar el precio del hub español, los barcos dejarían de vender aquí y se desviarían a Europa, y si el tope es al mercado europeo, se marcharían a otros puertor internacionales.
Ambigüedad
Endesa e Iberdrola, que ya han reconocido que era esto lo que pedían, jugaron a la ambigüedad, al dar a entender que aceptaban un precio a los ciclos. Pero, en este caso, siempre que la compensación la subvencionara el Estado o los consumidores en la parte fija del recibo como déficit de tarifa.
Sin embargo, según figura en el documento base para la negociación con Bruselas, el Gobierno establece que la compensación al gas (esto es, su precio real, por encima del tope) se prorrateará entre el resto de energías y lo pagará “la demanda”, es decir, las comercializadoras, que podrán trasladarlo a los clientes. Se calcula que la compensación a pagar, si el gas se limita a 30 euros/MWh, serían 41 euros/MWh para una producción de 70 TWh/año.
Las empresas han arremetido contra una medida que -dicen- van a trasladar a sus clientes en el mercado libre, cuyos contratos incluyen cláusulas de revisión en el caso de cambios regulatorios del Gobierno. Tales cláusulas no existen en la tarifa regulada (PVPC), que sí se beneficiará de una bajada del precio ya que está ligada directamente al pool, que bajaría con el mecanismo
Fuentes empresariales señalan que con este solo gana una parte de los consumidores, los del PVPC o los indexados al pool, pero perjudica “a los clientes previsores” (adjetivo que utilizan en común Iberdrola y Endesa), “que han firmado contratos estables”.
En realidad, sostienen algunas fuentes, lo que temen las empresas es perder el precio del gas de que disfrutan sus energías inframarginales (windfall profit), pues, dado que pueden trasladar la compensación a los clientes, su problema no existe.
PIERDEN LAS ELÉCTRICAS INDEPENDIENTES
El nuevo mecanismo por el que se fijará temporalmente un tope al precio del gas para producir electricidad (el Gobierno quiere aplicarlo hasta fin de año) puede poner en cuestión el mercado marginalista de la Unión Europea, que está armonizado y funciona con un algoritmo común.
Aunque los gobiernos español y portugués consideraron un triunfo el acuerdo arrancado a la Comisión Europea, para hacer bajar los precios de la luz que la opinión pública reclama, todas las empresas dicen perderán: las generadoras porque no pueden trasladar a la comercializadoras el coste de compensación del gas. Pero sí lo pueden pasar a los clientes, si bien estos pueden tomar medida volviendo al PVPC.
Las comercializadoras denuncian que no podrán asumir la compensación porque han cubierto la energía que suministra a un precio cerrado y a este se añade ahora la compensación. Las empresas independientes (sin generación) se verían obligadas a trasladar al cliente la compensación, pero las de los grupos integrados pueden absorberla sin problemas, señalan fuentes del sector.
Resumen. El exceso del coste lo tendrán que pagar las comercializadoras. Que a su vez subirán precios a los clientes del mercado libre de acuerdo a una cláusula del contrato. ¿Hicimos bien en que nos estafaran en el PVPC?. El tiempo lo dirá. El problema es como lo de las gasolineras. Pierden todos, menos el estado.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, y el consejero delegado de Endesa, José Bogas, en una imagen de archivo. EFE
Compatir en FacebookCompatir en TwitterCompatir en LinkedinEnviar por correo3
Madrid 11 ABR 2022 - 09:25 CEST
Hace varias semanas, las dos grandes compañías eléctricas españolas, Iberdrola y Endesa, removieron Roma con Santiago para que la solución que el Gobierno iba proponer al Consejo Europeo de finales de marzo para bajar el precio de la luz no afectase al funcionamiento del mercado mayorista de la electricidad, sino que se limitase a poner un tope al precio del gas, al que se achacan los males de un pool marginalista.
Finalmente, España y Portugal, lograron arrancar un acuerdo de la Comisión Europea, basado en la llamada “excepción ibérica”, para que ambos países puedan limitar el precio de las ofertas de la generación de electricidad con gas (ciclos combinados) en el pool, de manera que el precio marginal baje para el resto de energías (nuclear, hidráulica y renovables) y, con ello, el precio final de la luz. Para que este descienda hasta el entorno de los 100 euros/MWh, los gobiernos de la península piden un tope de 30 euros/MWh al gas, un listón bajo para dar margen a la negociación que durará este mes.
Pese a que la opción ha sido poner un price cap al gas y no tocar el mercado eléctrico, las grandes del sector se han revuelto contra la medida hasta lo que fuentes políticas consideran una “grave deslealtad”. La semana pasada, en un acto público, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, dijo que España tiene “el honor” de ser reconocido “sistemáticamente” como “el país con más riesgo regulatorio de Europa”. En el mismo acto, y también en alusión al nuevo mecanismo ibérico, el consejero delegado de Endesa, José Bogas, ironizó con una solución que calificó de “ingeniosa en el corto plazo” y supone “salir del euro y volver a la peseta”. Más allá de los comentarios, las compañías han desplegado su artillería en Bruselas contra el mecanismo pactado, a cuyo contenido ha tenido acceso CincoDías.
¿Por qué ahora las empresas se oponen a un tope al gas que ellas mismas habían pedido? Porque lo que habían reclamado no era exactamente lo que propone el Gobierno: no querían un cap a las ofertas del gas en el pool, sino a las del mercado mayorista del gas español (Mibgas) o los europeos (el TTF holandés, el principal). Al parecer, esta era la propuesta que hizo la francesa Engie y que las eléctricas españolas abrazaron con gran entusiasmo. “Una barbaridad”, coinciden los expertos, pues de limitar el precio del hub español, los barcos dejarían de vender aquí y se desviarían a Europa, y si el tope es al mercado europeo, se marcharían a otros puertor internacionales.
Ambigüedad
Endesa e Iberdrola, que ya han reconocido que era esto lo que pedían, jugaron a la ambigüedad, al dar a entender que aceptaban un precio a los ciclos. Pero, en este caso, siempre que la compensación la subvencionara el Estado o los consumidores en la parte fija del recibo como déficit de tarifa.
Sin embargo, según figura en el documento base para la negociación con Bruselas, el Gobierno establece que la compensación al gas (esto es, su precio real, por encima del tope) se prorrateará entre el resto de energías y lo pagará “la demanda”, es decir, las comercializadoras, que podrán trasladarlo a los clientes. Se calcula que la compensación a pagar, si el gas se limita a 30 euros/MWh, serían 41 euros/MWh para una producción de 70 TWh/año.
Las empresas han arremetido contra una medida que -dicen- van a trasladar a sus clientes en el mercado libre, cuyos contratos incluyen cláusulas de revisión en el caso de cambios regulatorios del Gobierno. Tales cláusulas no existen en la tarifa regulada (PVPC), que sí se beneficiará de una bajada del precio ya que está ligada directamente al pool, que bajaría con el mecanismo
Fuentes empresariales señalan que con este solo gana una parte de los consumidores, los del PVPC o los indexados al pool, pero perjudica “a los clientes previsores” (adjetivo que utilizan en común Iberdrola y Endesa), “que han firmado contratos estables”.
En realidad, sostienen algunas fuentes, lo que temen las empresas es perder el precio del gas de que disfrutan sus energías inframarginales (windfall profit), pues, dado que pueden trasladar la compensación a los clientes, su problema no existe.
PIERDEN LAS ELÉCTRICAS INDEPENDIENTES
El nuevo mecanismo por el que se fijará temporalmente un tope al precio del gas para producir electricidad (el Gobierno quiere aplicarlo hasta fin de año) puede poner en cuestión el mercado marginalista de la Unión Europea, que está armonizado y funciona con un algoritmo común.
Aunque los gobiernos español y portugués consideraron un triunfo el acuerdo arrancado a la Comisión Europea, para hacer bajar los precios de la luz que la opinión pública reclama, todas las empresas dicen perderán: las generadoras porque no pueden trasladar a la comercializadoras el coste de compensación del gas. Pero sí lo pueden pasar a los clientes, si bien estos pueden tomar medida volviendo al PVPC.
Las comercializadoras denuncian que no podrán asumir la compensación porque han cubierto la energía que suministra a un precio cerrado y a este se añade ahora la compensación. Las empresas independientes (sin generación) se verían obligadas a trasladar al cliente la compensación, pero las de los grupos integrados pueden absorberla sin problemas, señalan fuentes del sector.
Las eléctricas cobrarán al cliente libre la compensación por el precio tope del gas
Prevén revisar los contratos por “cambio regulatorio" y, al bajar el precio del 'pool', se beneficiarían los clientes regulados
cincodias.elpais.com
Resumen. El exceso del coste lo tendrán que pagar las comercializadoras. Que a su vez subirán precios a los clientes del mercado libre de acuerdo a una cláusula del contrato. ¿Hicimos bien en que nos estafaran en el PVPC?. El tiempo lo dirá. El problema es como lo de las gasolineras. Pierden todos, menos el estado.