Uritorco
The White Revolution is the only solution.
Si uno se detiene a analizar de manera general cual es el panorama que se nos ofrece en casi todos los estados del mundo, y de manera más evidente y acentuada en Europa, al observar las posibilidades de expresión pública que tienen aquellos grupos que, ya sólo no se identifican con la ideología nacionalsocialista, sino que se desmarcan totalmente de ella para autocalificarse de "nacionalistas", "ultraderechistas" o de "derecha-nacional", nos encontramos con que sus posibilidades de actuación política y su capacidad de expresión pública chocan constantemente contra un muro represivo cuasi-infranqueable cuya estructura global adquiere dimensiones piramidales y en la que cada uno de los estratos que lo componen adquiere un determinado papel que complementa al que le precede y sirve de base al que la sigue.
En la cúspide del mismo situaríamos las medidas represivas de tipo jurídico-legal, aquellas que desde la "legalidad democrática" limitan o suprimen, en función de la legislación "antinazí" aprobada en el país en que nos encontremos, la posibilidad de expresión de los grupos a los que llamaremos nancy-fascistas o nacional revolucionarios (por ser estas las dos ideologías expresamente prohibidas y penadas) y cuya máxima expresión la encontramos en el tándem Alemania-Austria, aunque también podemos incluir con todo merecimiento a Francia e Italia. En estos países mencionados los grupos y asociaciones de ideología nacionalsocialista o NS, aún en sus expresiones más descafeinadas o moderadas, sufren una represión absoluta e ilimitada ejercida por los aparatos represivos estatales que hacen imposible la actuación legal, pacífica y democrática de estos partidos o asociaciones.
RESPUESTAS VIOLENTAS CONTRA LA TIRANÍA.
Destacaremos que es precisamente en estos países donde las posibilidades de actuación legal de una Ideología maldita son simplemente inexistentes, donde el derecho a la libertad de expresión se ha convertido en una simple frase y la libertad ideológica en una quimera, precisamente aquí es donde se han producido las únicas respuestas violentes y armadas, casi siempre desorganizadas y de carácter testimonial, por parte de militantes de estos grupos a los que el sistema ha expulsado de la legalidad y ha forzado a una existencia resistente. Es decir, la nula posibilidad de expresión de una ideología es la que ha conducido a adoptar respuestas violentas contra el Estado. En este caso concreto, a nuestro modo de ver, la violencia de respuesta estaría totalmente legitimada, siempre que su accionar no superara los límites de la justicia revolucionaria y se dirigiera contra los auténticos causantes de esa tiránica situación. Ya no estamos hablando de un sistema de libertades, sino de una férrea dictadura.
En estos países que hemos puesto como ejemplo, a los que podíamos añadir otros muchos centroeuropeos e hispanoamericanos, el Estado actúa como principal elemento represor y la mayoría de los grupos tildados de "neonazis" o filo fascistas deben adoptar posiciones ideológicas mucho más moderadas para poder operar políticamente sin trabas legales. Por centrarnos en Alemania y a efectos de ejemplo, la posibilidad de actuación legal se imita a formaciones del tipo NPD y otros que deben esconder y camuflar constantemente sus verdaderos sentimientos ideológicos para no ser ilegalizados inmediatamente, encarcelados sus dirigentes, incautados sus locales y bienes y fichados sus militantes, todo ello en aplicación de durísimas leyes que todos conocemos.
No por sabido debemos dejar de recalcar que estas leyes penalizan en sí el hecho de profesar una ideología concreta independientemente de que sus expresiones públicas sean pacificas y se acate la legalidad vigente. A diferencia del caso español con el independentismo, que algunos han querido comparar, lo que penalizan las leyes "antifascistas” es el acto mental e intelectual y no su forma de actuación.
En nuestro estado uno puede hacer apología de la independencia, fundar partidos independentistas y pretender su consecución por métodos pacíficos y constitucionales (reforma de la Constitución...). Eso no es delito. El delito se da en el momento que se utiliza la vía de la violencia para conseguir sus fines políticos. Contra los "nazis" no es así. Se penaliza el ser nancy. Y punto. De este modo sólo los partidos que no sean catalogados oficialmente de "nazis" tendrán unas ligeras posibilidades de actuar políticamente y de dirigirse al resto de sus compatriotas desde tribunas públicas, pero soportando continuamente la fiscalización de sus discursos y declaraciones por parte de la policía del pensamiento y la avalancha intoxicadora de unos medios de descomunicación que les llenarán de sarama a la menor oportunidad.
Recapitulando; primer escalón represivo, el estado, el sistema y sus aparatos que ahogan la disidencia, fundamentalmente la tachada de "neofascista" o "neonazi" en cualquiera de sus expresiones, hasta la más pacífica y dialogante, utilizando para ello un corpus legislativo orweliano inspirado en los dictados de los lobbys sionistas que han obligado a incluir en los Códigos penales de una buena parte de los estados del mundo una legislación especial de protección del "pueblo elegido", caso único en la historia de la humanidad.
Para ello, para justificar estas legislaciones utilizan el conglomerado multimedia que predispone a una "opinión pública" narcotizada contra la presencia del Mal Absoluto, contra los nazis, y de paso, contra todos aquellos que coincidan en algo con ellos. Una vez conseguida la deshumanización del enemigo pasa a ser anecdótico lo que se haga con él. Es más se aplaudirá y jaleará cualquier actuación tendente a su desaparición. Nadie hará preguntas. ¿A quién le importa lo que les suceda a unos seres cuya catadura jovenlandesal está muy por debajo de la de los animales?. Este es el panorama psicosocial que ampara las legislaciones antifascistas en numerosos puntos del planeta.
DONDE EL SISTEMA NO LLEGA. LOS PERROS DEL SISTEMA.
Pero existen otras expresiones políticas que no pueden prohibir so pena de reconocer explícitamente que su sistema, pretendidamente democrático, es una gran farsa, una férrea dictadura totalitaria en la que sólo se puede escuchar el discurso dominante. Son las de aquellos grupos o partidos tildados de "ultraderechistas" y que actúan en un escenario absolutamente hostil, en donde el sistema permite e impulsa a las bandas de la porra para actuar como auténtico "brazo armado" del estado totalitario y el nuevo orden mundial, donde queda evidenciado el papel de monigotes al servicio del Sistema que estos colectivos acaban desempeñando. Nos estamos refiriendo, como habéis adivinado ya, a la violencia protagonizada por el "movimiento antifascista" o "antifa".
Porque donde no llegan los políticos, los fiscales, la policía y la prensa, llegan los perros del sistema. Estas jaurías asilvestradas se componen de una heterogénea mezcla de individuos de variada edad y procedencia, aunque predominan los muy jóvenes, completamente imbuidos e intoxicados de propaganda antifascista que maman de manera constante e indeleble. Y es aquí donde nos vamos a detener un momento.
LA REDENCIÓN DEL LUMPEN O COMO DISFRAZARSE DE LUCHADOR.
Para nosotros es evidente que la conciencia antifa se ha introducido con fórceps en la mayoría de los jóvenes a los que llamaremos "normales" o apolíticos para diferenciarlos de los otros. Es más, casi podemos asegurar que, dado el desentendimiento crítico y la tendencia conformista que caracteriza a gran parte de la juventud actual y de la "generacion pepsi" del nuevo milenio es normal que se acabe definiendo como "antifascista".
¿Qué podíamos esperar? Horas y horas, cada día, durante semanas y meses, ante la T.V. judaizante masajeando series, reportajes, documentales, programas especiales, en donde sistemáticamente aparecen un montón de nazis inhumanos y abyectos, caracterizados invariablemente como fanáticos, asesinos que gustosa y placenteramente vejan, violan, asesinan, destrozan y humillan; en las clases, con profesores progres, marxistas fracasados y reconvertidos que les obligan a leer libros y hacer lacrimógenas recensiones de autores judíos "supervivientes del holocausto", a confeccionar trabajos sobre la intolerancia, a celebrar Días contra el Racismo...; prensa y radio donde se amplifica hasta lo grotesco cualquier suceso de "violencia racista y xenófoba" mientras se maldice a sus autores..., en fin, hay que ser un héroe o un librepensador, o las dos cosas al mismo tiempo para cuestionarse esa discurso y sentir algo que se parezca a simpatía por los fascistas.
Al mismo tiempo, los espíritus críticos, que sin duda los hay, cada vez carecen de más posibilidades de contrastar ese discurso convertido en Pensamiento Unico. La posibilidad de acceder a literatura, escritos o publicaciones que desvirtúen el monólogo criminalizador de nuestra cosmovisión disminuye con el paso del tiempo y en algunos países es absolutamente inexistente. Internet ha abierto una brecha en ese frente que intentan a toda costa taponar con más y más legislación represiva.
Como vemos un panorama absolutamente desfavorable. No nos debe pues extrañar demasiado ese sentimiento de animadversión que experimenta gran parte de la juventud contra nuestros planteamientos ideológicos que les son presentados deformados hasta la aberración por el conglomerado mediático al servicio del sistema a través de un bombardeo monocorde y sistemático.
Cuando los jóvenes ven en la pared una esvástica pintada sienten mayoritariamente miedo o animadversión. No nos enfademos demasiado por ello. Casi resulta lógico dadas las condiciones actuales. Solamente pongamos en evidencia su falta de espíritu crítico al discurso dominante y la ausencia de capacidad de reflexión y análisis de la que hacen gala. Son los hijos del sistema educados para el conformismo y la adaptación.
LOS "OTROS".
Pero luego están los otros, los antisistema, la vanguardia, los que desconfían de los medios de comunicación del estado y de la prensa burguesa. Los "alternativos" y los "concienciados". Según ellos piensan por sí mismos y están prestos a derribar los mitos burgueses que conforman el Estado fascista al que hay que destruir.
Aquí bajo estos parámetros ideológicos tan amplios se nos presenta una amalgama de grupos y colectivos que participan de ideologías y tendencias estético-sociales que más parecen una gigantesca ensaladilla rusa, con un poco de todo, que otra cosa... troskos, comunistas, anarquistas, punkies, okupas, heavys, guarros, perroflautas, neցros, raperos, rastas, gays, lesbianas, lumpen delincuencial, pies neցros, redskin, skaters, autónomos, libertarios, grunges, afeminados, grafitteros, maoístas, siniestros, ángeles del infierno, etc, toda una constelación incalificable de alegre y reivindicativa muchachada dispuesta, sobretodo, y por encima de todo, a partirle la cara a un “me cae mal nancy" porque es lo que más odian en este mundo.
TAMBIEN HAY PROFESIONALES.
Uno podría preguntarse el porque nos odian tanto. No conocieron nuestro estado político ni les interesa en absoluto conocerlo. Maman, cual leche materna que les diera vida, el discurso antifa que tras*miten los medios de comunicación ****omasónicos y se recrean en él con delectación. Se desayunan con música antifa y se acuestan con película antifa.
No vamos a resaltar en este post la decisiva influencia que tienen en toda esta caterva de descarriados los "profesionales del antifascismo" que ya hemos denunciado en otras ocasiones. Ellos, al igual que los poderes últimos del estado, aunque por diferentes motivos, sí saben porque nos combaten con tanta saña. Los profesionales del antifascismo crean y nutren el discurso de repruebo que succiona su vanguardia juvenil combativa. Esta última, necesita un enemigo, algo en quien personificar el motivo de su fracaso y la causa de su falta de horizontes vitales, un chivo expiatorio para justificar su fracaso en esta sociedad materialista y competitiva. Y la "sociedad" se lo presenta en bandeja: "el culpable es el nazismo".
Al Igual que un joven nacionalsocialista sin formación piensa que el neցro, el jovenlandés, el latinoamericano, etc, que va por la calle es el culpable de la perversos situación de su patria sin comprender que lo que combatimos es el fenómeno en sí, sus auténticos instigadores y sus últimas consecuencias como parte de un diseño global para acabar con nuestra raza por encima de otra cosa, la mayoría de estos fulastres antifas creen que ese "nancy", ese chaval blanco de pelo corto, ese militante patriota y NS, que va por la calle compendia todos sus males y por ello va y le machaca. ¡Muy bien por el héroe antinazi!
DE guano SOCIAL A HÉROE.
Para un perroflauta o un punkarra repelente que arrastra su cresta y su mugre por toda la geografía nacional el ponerse una chapa antinazi y participar en la "movida" tiene como consecuencia lógica más inmediata el ser admitido en el seno del circuito en el que orbita toda la peña. "Ya no soy un pordiosero, un mendigo, un marginal... soy un luchador antifascista". "Cuento mis batallas y enseño mis cicatrices a la peña que me escucha con admiración". Se ha convertido por arte de magia en un bravo luchador, un militante de la lucha contra el fascismo, siempre en auge y amenazante.
Al fin y al cabo, casi los comprendemos. Lo que pasa, es que la careta cae con facilidad y suelen salir a relucir con bastante frecuencia sus verdaderas razones. A lo mejor nos enteramos de que han apuñalado a un kolega en una casa okupada o le han abierto la cabeza a otro koleguilla en un concierto antífa o se llevan los teléfonos y las fotocopiadoras del "Centro Social", o desfasan la caja de resistencia del Gaztetxe, o se chupan la priva sin pagar un duro mientras montan la bronca. En fin, son las consecuencias de elevar a los altares a todos aquellos que se ponen la chapa antinazi en la absorbe... todos diferentes, todos iguales en la lucha antifa.
LAS TRIBUS.
Para otros, para los más jóvenes integrados en tribus estético-ideológicas, la lucha antifa se reduce a broncas de fin de semana contra los de derechass o jovenzuelos marginales de estetica skin en las zonas de marcha. Son las tradicionales peleas discotequeras de bandas de chavales de barrios que hoy se presentan en las grandes urbes agrupados en pandillas identificadas con un estilo estético-musical. Están totalmente desideologizadas. Se apuntarán a cualquier movida antifa pero olvídate de ellos para otro tipo de actos antisistema que requieran una conciencia militante. Su sarampión antifa se curará con la edad aunque de momento puedan hacer bastante daño por su violencia y fanatismo visceral.
En la cúspide del mismo situaríamos las medidas represivas de tipo jurídico-legal, aquellas que desde la "legalidad democrática" limitan o suprimen, en función de la legislación "antinazí" aprobada en el país en que nos encontremos, la posibilidad de expresión de los grupos a los que llamaremos nancy-fascistas o nacional revolucionarios (por ser estas las dos ideologías expresamente prohibidas y penadas) y cuya máxima expresión la encontramos en el tándem Alemania-Austria, aunque también podemos incluir con todo merecimiento a Francia e Italia. En estos países mencionados los grupos y asociaciones de ideología nacionalsocialista o NS, aún en sus expresiones más descafeinadas o moderadas, sufren una represión absoluta e ilimitada ejercida por los aparatos represivos estatales que hacen imposible la actuación legal, pacífica y democrática de estos partidos o asociaciones.
RESPUESTAS VIOLENTAS CONTRA LA TIRANÍA.
Destacaremos que es precisamente en estos países donde las posibilidades de actuación legal de una Ideología maldita son simplemente inexistentes, donde el derecho a la libertad de expresión se ha convertido en una simple frase y la libertad ideológica en una quimera, precisamente aquí es donde se han producido las únicas respuestas violentes y armadas, casi siempre desorganizadas y de carácter testimonial, por parte de militantes de estos grupos a los que el sistema ha expulsado de la legalidad y ha forzado a una existencia resistente. Es decir, la nula posibilidad de expresión de una ideología es la que ha conducido a adoptar respuestas violentas contra el Estado. En este caso concreto, a nuestro modo de ver, la violencia de respuesta estaría totalmente legitimada, siempre que su accionar no superara los límites de la justicia revolucionaria y se dirigiera contra los auténticos causantes de esa tiránica situación. Ya no estamos hablando de un sistema de libertades, sino de una férrea dictadura.
En estos países que hemos puesto como ejemplo, a los que podíamos añadir otros muchos centroeuropeos e hispanoamericanos, el Estado actúa como principal elemento represor y la mayoría de los grupos tildados de "neonazis" o filo fascistas deben adoptar posiciones ideológicas mucho más moderadas para poder operar políticamente sin trabas legales. Por centrarnos en Alemania y a efectos de ejemplo, la posibilidad de actuación legal se imita a formaciones del tipo NPD y otros que deben esconder y camuflar constantemente sus verdaderos sentimientos ideológicos para no ser ilegalizados inmediatamente, encarcelados sus dirigentes, incautados sus locales y bienes y fichados sus militantes, todo ello en aplicación de durísimas leyes que todos conocemos.
No por sabido debemos dejar de recalcar que estas leyes penalizan en sí el hecho de profesar una ideología concreta independientemente de que sus expresiones públicas sean pacificas y se acate la legalidad vigente. A diferencia del caso español con el independentismo, que algunos han querido comparar, lo que penalizan las leyes "antifascistas” es el acto mental e intelectual y no su forma de actuación.
En nuestro estado uno puede hacer apología de la independencia, fundar partidos independentistas y pretender su consecución por métodos pacíficos y constitucionales (reforma de la Constitución...). Eso no es delito. El delito se da en el momento que se utiliza la vía de la violencia para conseguir sus fines políticos. Contra los "nazis" no es así. Se penaliza el ser nancy. Y punto. De este modo sólo los partidos que no sean catalogados oficialmente de "nazis" tendrán unas ligeras posibilidades de actuar políticamente y de dirigirse al resto de sus compatriotas desde tribunas públicas, pero soportando continuamente la fiscalización de sus discursos y declaraciones por parte de la policía del pensamiento y la avalancha intoxicadora de unos medios de descomunicación que les llenarán de sarama a la menor oportunidad.
Recapitulando; primer escalón represivo, el estado, el sistema y sus aparatos que ahogan la disidencia, fundamentalmente la tachada de "neofascista" o "neonazi" en cualquiera de sus expresiones, hasta la más pacífica y dialogante, utilizando para ello un corpus legislativo orweliano inspirado en los dictados de los lobbys sionistas que han obligado a incluir en los Códigos penales de una buena parte de los estados del mundo una legislación especial de protección del "pueblo elegido", caso único en la historia de la humanidad.
Para ello, para justificar estas legislaciones utilizan el conglomerado multimedia que predispone a una "opinión pública" narcotizada contra la presencia del Mal Absoluto, contra los nazis, y de paso, contra todos aquellos que coincidan en algo con ellos. Una vez conseguida la deshumanización del enemigo pasa a ser anecdótico lo que se haga con él. Es más se aplaudirá y jaleará cualquier actuación tendente a su desaparición. Nadie hará preguntas. ¿A quién le importa lo que les suceda a unos seres cuya catadura jovenlandesal está muy por debajo de la de los animales?. Este es el panorama psicosocial que ampara las legislaciones antifascistas en numerosos puntos del planeta.
DONDE EL SISTEMA NO LLEGA. LOS PERROS DEL SISTEMA.
Hasta aquí nada que no sepamos. La represión es propiciada desde la clase político-económica, desde la cúspide del estado ****odemocrático y ampliamente consentida por unas masas aborregadas e idiotizadas por los media. Al fin y al cabo que podemos esperar. Ellos, los políticos y los que les manejan (masonería, etc), cuando limitan la posibilidad de dirigirnos a nuestros compatriotas saben porque lo hacen. Conocen la capacidad demoledora de nuestro discurso. No olvidan las consecuencias prácticas que su aplicación tuvo para el gran capital alubio* especulativo, para los dueños del Mercado y sus ramificaciones estamentales.Pero existen otras expresiones políticas que no pueden prohibir so pena de reconocer explícitamente que su sistema, pretendidamente democrático, es una gran farsa, una férrea dictadura totalitaria en la que sólo se puede escuchar el discurso dominante. Son las de aquellos grupos o partidos tildados de "ultraderechistas" y que actúan en un escenario absolutamente hostil, en donde el sistema permite e impulsa a las bandas de la porra para actuar como auténtico "brazo armado" del estado totalitario y el nuevo orden mundial, donde queda evidenciado el papel de monigotes al servicio del Sistema que estos colectivos acaban desempeñando. Nos estamos refiriendo, como habéis adivinado ya, a la violencia protagonizada por el "movimiento antifascista" o "antifa".
Porque donde no llegan los políticos, los fiscales, la policía y la prensa, llegan los perros del sistema. Estas jaurías asilvestradas se componen de una heterogénea mezcla de individuos de variada edad y procedencia, aunque predominan los muy jóvenes, completamente imbuidos e intoxicados de propaganda antifascista que maman de manera constante e indeleble. Y es aquí donde nos vamos a detener un momento.
LA REDENCIÓN DEL LUMPEN O COMO DISFRAZARSE DE LUCHADOR.
Porque la composición de esta amorfa masa dispuesta a batirse hasta la fin contra los "nazis" es y ha sido objeto de estudio por muchos especialistas pero siempre haciéndolo desde parámetros favorables al Sistema. Nunca barajando los planteamientos psico-políticos que nosotros usamos.Para nosotros es evidente que la conciencia antifa se ha introducido con fórceps en la mayoría de los jóvenes a los que llamaremos "normales" o apolíticos para diferenciarlos de los otros. Es más, casi podemos asegurar que, dado el desentendimiento crítico y la tendencia conformista que caracteriza a gran parte de la juventud actual y de la "generacion pepsi" del nuevo milenio es normal que se acabe definiendo como "antifascista".
¿Qué podíamos esperar? Horas y horas, cada día, durante semanas y meses, ante la T.V. judaizante masajeando series, reportajes, documentales, programas especiales, en donde sistemáticamente aparecen un montón de nazis inhumanos y abyectos, caracterizados invariablemente como fanáticos, asesinos que gustosa y placenteramente vejan, violan, asesinan, destrozan y humillan; en las clases, con profesores progres, marxistas fracasados y reconvertidos que les obligan a leer libros y hacer lacrimógenas recensiones de autores judíos "supervivientes del holocausto", a confeccionar trabajos sobre la intolerancia, a celebrar Días contra el Racismo...; prensa y radio donde se amplifica hasta lo grotesco cualquier suceso de "violencia racista y xenófoba" mientras se maldice a sus autores..., en fin, hay que ser un héroe o un librepensador, o las dos cosas al mismo tiempo para cuestionarse esa discurso y sentir algo que se parezca a simpatía por los fascistas.
Al mismo tiempo, los espíritus críticos, que sin duda los hay, cada vez carecen de más posibilidades de contrastar ese discurso convertido en Pensamiento Unico. La posibilidad de acceder a literatura, escritos o publicaciones que desvirtúen el monólogo criminalizador de nuestra cosmovisión disminuye con el paso del tiempo y en algunos países es absolutamente inexistente. Internet ha abierto una brecha en ese frente que intentan a toda costa taponar con más y más legislación represiva.
Como vemos un panorama absolutamente desfavorable. No nos debe pues extrañar demasiado ese sentimiento de animadversión que experimenta gran parte de la juventud contra nuestros planteamientos ideológicos que les son presentados deformados hasta la aberración por el conglomerado mediático al servicio del sistema a través de un bombardeo monocorde y sistemático.
Cuando los jóvenes ven en la pared una esvástica pintada sienten mayoritariamente miedo o animadversión. No nos enfademos demasiado por ello. Casi resulta lógico dadas las condiciones actuales. Solamente pongamos en evidencia su falta de espíritu crítico al discurso dominante y la ausencia de capacidad de reflexión y análisis de la que hacen gala. Son los hijos del sistema educados para el conformismo y la adaptación.
LOS "OTROS".
Pero luego están los otros, los antisistema, la vanguardia, los que desconfían de los medios de comunicación del estado y de la prensa burguesa. Los "alternativos" y los "concienciados". Según ellos piensan por sí mismos y están prestos a derribar los mitos burgueses que conforman el Estado fascista al que hay que destruir.
Aquí bajo estos parámetros ideológicos tan amplios se nos presenta una amalgama de grupos y colectivos que participan de ideologías y tendencias estético-sociales que más parecen una gigantesca ensaladilla rusa, con un poco de todo, que otra cosa... troskos, comunistas, anarquistas, punkies, okupas, heavys, guarros, perroflautas, neցros, raperos, rastas, gays, lesbianas, lumpen delincuencial, pies neցros, redskin, skaters, autónomos, libertarios, grunges, afeminados, grafitteros, maoístas, siniestros, ángeles del infierno, etc, toda una constelación incalificable de alegre y reivindicativa muchachada dispuesta, sobretodo, y por encima de todo, a partirle la cara a un “me cae mal nancy" porque es lo que más odian en este mundo.
TAMBIEN HAY PROFESIONALES.
Uno podría preguntarse el porque nos odian tanto. No conocieron nuestro estado político ni les interesa en absoluto conocerlo. Maman, cual leche materna que les diera vida, el discurso antifa que tras*miten los medios de comunicación ****omasónicos y se recrean en él con delectación. Se desayunan con música antifa y se acuestan con película antifa.
No vamos a resaltar en este post la decisiva influencia que tienen en toda esta caterva de descarriados los "profesionales del antifascismo" que ya hemos denunciado en otras ocasiones. Ellos, al igual que los poderes últimos del estado, aunque por diferentes motivos, sí saben porque nos combaten con tanta saña. Los profesionales del antifascismo crean y nutren el discurso de repruebo que succiona su vanguardia juvenil combativa. Esta última, necesita un enemigo, algo en quien personificar el motivo de su fracaso y la causa de su falta de horizontes vitales, un chivo expiatorio para justificar su fracaso en esta sociedad materialista y competitiva. Y la "sociedad" se lo presenta en bandeja: "el culpable es el nazismo".
Al Igual que un joven nacionalsocialista sin formación piensa que el neցro, el jovenlandés, el latinoamericano, etc, que va por la calle es el culpable de la perversos situación de su patria sin comprender que lo que combatimos es el fenómeno en sí, sus auténticos instigadores y sus últimas consecuencias como parte de un diseño global para acabar con nuestra raza por encima de otra cosa, la mayoría de estos fulastres antifas creen que ese "nancy", ese chaval blanco de pelo corto, ese militante patriota y NS, que va por la calle compendia todos sus males y por ello va y le machaca. ¡Muy bien por el héroe antinazi!
DE guano SOCIAL A HÉROE.
La actuación de estos grupos también tiene un aspecto curioso que muchos soslayan. A ellos se adhieren una buena parte de personas que tienen un comportamiento desarraigado, rayano en lo delincuencial, en la marginación más evidente. Para estos, el involucrarse en una lucha "política" da patente de respeto y de "concienciación revolucionaria".Para un perroflauta o un punkarra repelente que arrastra su cresta y su mugre por toda la geografía nacional el ponerse una chapa antinazi y participar en la "movida" tiene como consecuencia lógica más inmediata el ser admitido en el seno del circuito en el que orbita toda la peña. "Ya no soy un pordiosero, un mendigo, un marginal... soy un luchador antifascista". "Cuento mis batallas y enseño mis cicatrices a la peña que me escucha con admiración". Se ha convertido por arte de magia en un bravo luchador, un militante de la lucha contra el fascismo, siempre en auge y amenazante.
Al fin y al cabo, casi los comprendemos. Lo que pasa, es que la careta cae con facilidad y suelen salir a relucir con bastante frecuencia sus verdaderas razones. A lo mejor nos enteramos de que han apuñalado a un kolega en una casa okupada o le han abierto la cabeza a otro koleguilla en un concierto antífa o se llevan los teléfonos y las fotocopiadoras del "Centro Social", o desfasan la caja de resistencia del Gaztetxe, o se chupan la priva sin pagar un duro mientras montan la bronca. En fin, son las consecuencias de elevar a los altares a todos aquellos que se ponen la chapa antinazi en la absorbe... todos diferentes, todos iguales en la lucha antifa.
LAS TRIBUS.
Para otros, para los más jóvenes integrados en tribus estético-ideológicas, la lucha antifa se reduce a broncas de fin de semana contra los de derechass o jovenzuelos marginales de estetica skin en las zonas de marcha. Son las tradicionales peleas discotequeras de bandas de chavales de barrios que hoy se presentan en las grandes urbes agrupados en pandillas identificadas con un estilo estético-musical. Están totalmente desideologizadas. Se apuntarán a cualquier movida antifa pero olvídate de ellos para otro tipo de actos antisistema que requieran una conciencia militante. Su sarampión antifa se curará con la edad aunque de momento puedan hacer bastante daño por su violencia y fanatismo visceral.
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