La vida inventada de Jordi Pujol, el niño que "confundía a Jesús con Judas"

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Nuevo libro
'Pujol: todo era mentira'
La vida inventada de Jordi Pujol, el niño que "confundía a Jesús con Judas"
  • POR MANUEL TRALLERO
  • JOSEP GUIXÀ
Actualizado Lunes, 16 septiembre 2019 - 02:30

Una investigación desvela cómo el ex 'president' inventa la totalidad de su biografía. Fabula desde la causa de ruina de los abuelos paternos a las razones por las cuales su padre lo lleva al colegio alemán, pues recibió educación nancy. Con 12 años un psiquiatra le trató un 'grave trastorno', su papel siempre fue clave en los negocios de la familia, y contempló desde la guandoca la trama de evasión de divisas que engrasaba su padre... Los autores del libro 'Pujol: todo era mentira' nos lo adelantan

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Jordi Pujol, entre sus padres, en las milicias universitarias en Castillejos (Madrid) en julio de 1951. COLECCIÓN PARTICULAR

La supuesta confesión de Jordi Pujol en julio de 2014 sobre el dinero en paraísos fiscales puso el foco informativo sobre el origen de la riqueza de su padre. Un simple botones de un banco llegaría a ser según su hijo «un bolsista independiente» aunque, según otro hijo de un compañero de fatigas, Florenci explicaba que trabajaba en un banco cuando tan sólo jugaba a la Bolsa. Barcelona contaba con una Bolsa oficial y con otra estrictamente privada, el Mercado Libre de Valores de Barcelona, el Bolsín, donde era posible adquirir valores sin pagarlos con el simple compromiso de liquidarlos un día determinado. A eso y a todas las argucias posibles se dedicaba Florenci, moviendo unos capitales escuálidos, usando a la familia como testaferros para que no le pillaran, logrando unos beneficios irrisorios. Un simple especulador de vuelo gallináceo. La Bolsa será una simple tapadera.

No es la única historia inventada por Jordi Pujol sobre su propia biografía. Fueron muchas. En el primer volumen de sus Memorias, correspondiente a su infancia y juventud, aparecen invenciones que van desde la ruina de su abuelo paterno hasta las razones de su padre para llevarlo al Colegio Alemán, donde recibió una educación perfectamente nancy. También destacan sus olvidos deliberados respecto al trastorno mental que padecía con 12 años, y sobre su vinculación con el Opus Dei. Aunque quizá lo más asombroso es cómo el mito del nacionalismo catalán calificaba a Franco de corruptor cuando su padre se dedicaba al tráfico de divisas junto con un amigo judío...

El año 1947 es el del despegue de Florenci Pujol, en el que coinciden tres ítems. Jordi subrayará que su padre «siempre se ganó bien la vida, aunque no consiguió una posición sólida hasta los 40» (nacido en 1906, por ahí andamos). En segundo lugar, sobre aquel año relata: «Propuso a la familia que nos fuéramos a Chile. Era 1947. Había hablado con un amigo». Por último, en ese mismo año tocado por los hados, su padre le dijo: «Mira, Jordi, me gustaría que conocieses a aquel señor». Era David Tennenbaum, un judío de Galitzia (Polonia), de quien sólo les separaría la fin. Su llegada a Barcelona viene rodeada de conjeturas, aunque en 1945 está empadronado en la ciudad. En Barcelona, «David ¡hacía de top manta! Vendía corbatas», enfatiza divertido Pujol.

La policía tenía de él otro concepto ya en 1947: «Existía un grupo de individuos dirigidos por un tal David Tennembau [sic], judío polaco, que en combinación con Wolf Dorf vienen dedicándose desde hace unos meses a introducir clandestinamente en España gran cantidad de piedras preciosas y joyas». Cuando detienen a este último, llevaba encima 550.000 pesetas en billetes, media docena de joyas y seis paquetitos que contenían piedras preciosas. No era casualidad que Dorf hubiera vivido dos años y medio en Lisboa durante la guerra. Allí los refugiados -principalmente judíos -vendían cuanto tenían, incluido el propio cuerpo, con tal de lograr un billete de barco para los Estados Unidos. Entre 1940 y 1943 el precio de los diamantes cayó a un ritmo constante.

Pujol dirá que su padre y Tennenbaum «tuvieron contactos a través de una oficina de cambio de moneda que había al final de la Rambla». Era la única existente en Barcelona, propiedad de los Lambruschini, hermanos ítalo-chilenos. Eran militantes fascistas que al inicio de la Guerra Civil se exiliaron a Italia. Sus hijos combatieron en el bando franquista; uno de ellos falleció en combate y dio nombre a una centuria de la Falange de Barcelona. Florenci no tuvo ningún reparo en tener negocios con ellos. No eran aquellos tiempos para andarse con remilgos.

Hasta 1957 no se formalizó lo que debía de ser una situación de hecho. La propiedad pasa a manos de Florenci y de Tennenbaum, a través de un hombre de confianza, es decir, de trabajo manual. Francisco Batalla Miquel fue el nuevo propietario y uno de los fundadores de Banca Catalana.

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El futuro 'president', primero por la derecha, en otra estampa de la mili, rodeado de compañeros de la cofradía Virtelia y el mosén Llumà.COLECCIÓN PARTICULAR
EL DINERO CORRÍA CON LOS MARINES
El 10 de enero de 1951 barcos de guerra estadounidenses atracaban en Barcelona. En esta primera visita se calcula que los tripulantes, en tres días, habían cambiado dólares por la fabulosa cantidad de dos millones de pesetas, una buena parte de la cual debió de pasar por la casa de cambios. A partir de entonces, se estimaba que, por cada día de estancia, la VI Flota dejaba de promedio un millón de pesetas. El establecimiento, con su cotización en neցro más favorable que el de las entidades bancarias, debía de figurar entre las visitas obligadas para cualquier marine. Las cortesanas que habitualmente cobraban 15 pesetas por servicio ahora se empleaban por 25 dólares. Así no era de extrañar que a su puerta se formasen colas de 500 personas a las nueve de la mañana. Un chorro incesante de dinero. Mientras tanto, Pujol y su pandilla lanzaban octavillas contra la dictadura durante la función de gala en el Liceo ofrecida a los mandos norteamericanos.

Erico Oberlander era una persona meticulosa. Lo tenía todo apuntado. Por ejemplo, «DAVID Rambla», un eufemismo para referirse a la casa de cambios. En Nueva York los interesados ingresaban los dólares, Oberlander recibía la relación de los destinatarios y Tennenbaum le hacía entrega de las pesetas para pagarles. Una fruslería de nada que la policía estimaba en unos 10 millones de pesetas. Ello sucedía también en 1951.

Este trapicheo de divisas fue elevado a la categoría de gesta patriótica cuando Pujol en el Parlamento de Cataluña planteó: «¿Cuál era el gran problema de los algodoneros en torno a 1950? Poder importar algodón. [...] había que pagarlo en dólares. Y no había dólares». Al quite estaban su padre y el amigo judío. Los algodoneros les entregaban los billetes y ellos se encargaban de cambiarlos por dólares en Tánger, el único lugar donde la peseta cotizaba libremente. Y como por arte de ensalmo aparecían en Nueva York o en Suiza. «Durante años», afirma Pujol, «esta combinación dio mucho dinero». Y falazmente la presenta como el origen de la fortuna familiar.

Pujol no se equivoca nunca, salvo para elegir la carrera de Medicina, la que gozaba de mayor prestigio, un verdadero trampolín social y el acceso a una envidiable posición económica. Víctima de un rapto de amor filial, concluida aquella en 1952, cuenta, «empecé a trabajar en el laboratorio Fides, del que mi padre había comprado unas acciones pensando en mi futuro». La realidad es más prosaica: otro bolsista contrajo una deuda con Florenci y las acciones cambiaron de mano. Tanto para él como para Tennenbaum poseer, un laboratorio, con la compra de antibióticos en el mercado neցro y el pago en divisas, era una auténtica perita en dulce.

El 9 de marzo de 1959 se produce un hecho insólito: la publicación en el BOE de la relación nominal de los 872 titulares de cuentas en la Société de la Banque Suisse (BSS) tras la detención en Barcelona de monsieur Rivara, agente de la entidad. Gracias a las diligencias del Juzgado Especial de Delitos Monetarios tendremos una primera fotografía de grupo. En una de las cuentas descubiertas figuran Florenci Pujol y Batalla. El amigo judío reconoce que tiene una cuenta abierta con García Asturiano S.A., dedicada a la joyería, para lo cual «precisa la importación temporal de diamantes». De esta empresa son socios también Florenci y Jordi Pujol, quien actúa «como delegado para llevar a cabo los acuerdos tomados por la junta de accionistas» en 1957. La relación de Pujol con las piedras preciosas parece prolongarse. Cuando Tennenbaum crea Diamansa, empresa dedicada a la venta de diamantes, tiene una primera sede en Barcelona, pero adquiere otra segunda sede conjuntamente con Jordi Pujol en la calle Aribau, en febrero de 1975, cuando éste ya había fundado en la clandestinidad Convergència y abandonado sus funciones ejecutivas en Banca Catalana para dedicarse supuestamente sólo a la política.

El sueño húmedo del nacionalismo catalán era contar con una banca propia tras los estrepitosos fracasos previos y la constatable dependencia de los bancos españoles. No en vano Pujol se vanagloria así: «Fui banquero, el más importante -perdonen la petulancia- de los banqueros catalanes, y en algún momento el más innovador», con el éxito por todos conocido.

La creación de Banca Catalana no fue fácil. Empezando por la adquisición de la Banca Dorca, que sería su embrión. Los Dorca desde luego conocían bien a Florenci desde los tiempos del Mercado Libre de Valores. No se fiaban de los tejemanejes de Florenci y Tennenbaum, y no les faltaba razón.

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Jordi Pujol, en su primera comunión.COLECCIÓN PARTICULAR

PASAPORTE RETIRADO
En el año 1961, mientras Pujol se encuentra en la guandoca de Zaragoza. los dos principales promotores de Banca Catalana aparecen en un nuevo episodio -hasta ahora también inédito- de la red de evasión de divisas. El caso es «que las operaciones de pesetas [...] eran llevadas a cabo, en Andorra, por un tal Pujol [...] quien juntamente con otra persona llamada David [...] hacían los envíos con clave para tras*ferir las pesetas a bancos suizos y a veces algunas divisas». La primera consecuencia es que Florenci queda bajo arresto en su domicilio y se le retira el pasaporte.

La declaración de Florenci ante la policía permite vislumbrar el alcance empresarial de la trama delictiva, pues de esto y no de otra cosa estamos hablando: «Que sus actividades comerciales se cifran en el negocio de Bolsa por su exclusiva cuenta, si bien también tiene participación en los Laboratorios Martín Cuatrecasas S. A., en los que ocupa el cargo de presidente del consejo de administración y la Banca Dorca [...]. También tiene participación en la firma de joyería García Asturiano S. A., dedicada al negocio de joyería al por mayor». La declaración de Tennenbaum es mimética. Por su parte, Francisco Batalla Miguel, propietario de la Casa de Cambio, ha recibido de David importantes cantidades de pesetas, que, según se sospecha, pueden responder a compraventa de divisas.

La policía encuentra en el domicilio de Florenci un documento conmovedor: «Diez cuartillas manuscritas y firmadas por "UNO DE TANTOS" en las que en catalán se participa el envío de cien pesetas mensuales para el hijo del Sr. Pujol, D. Jorge Pujol Soley, en concepto de ayuda y sobre cuyo remitente el Sr. Pujol manifiesta en este acto le es completamente desconocido».

No acaba aquí la cosa. Tennenbaum, preguntado por la policía para «que aclare las anotaciones, apuntes, cálculos existentes en la agenda de notas que le ha sido intervenida [...] que responden a la clave de una de las cuentas corrientes en la Société de la Banque Suisse», declarará: «Que la entrega de 180.000 pts. a Jordi Pujol se refiere a la liquidación de un laboratorio que tenían el declarante y otras personas en sociedad».

No es de extrañar que el propio Pujol en sus escritos de prisión se jactara de que «él es un hombre que maneja dinero».

"Confunde a Jesús con Judas"
Pujol banaliza lo sucedido hasta el extremo de narrar: "Yo con 12 años tenía la cabeza llena de cavilación. Me llevaron al doctor jovenlandesagas, un psiquiatra infantil de prestigio. Me pidió que hiciera unos dibujos". El diagnóstico fue: "Este niño nunca será un buen dibujante, pero [...] sabrá sacar buen provecho a la vida". Y la terapia consistió en cambiarle de confesor en otra iglesia. Pero las cosas no fueron tan sencillas.

"Caso 5º Ficha número 2348. Chico de 12 años. Una hermana menor. Sin antecedentes. Hace tres meses, ante las imágenes religiosas y especialmente ante el Santísimo Sacramento, cree ver imágenes de contenido coprológico y erótico. Confunde en sus pensamientos a Jesús con Judas. Cree que todo lo que piensa es pecado [...]. Después de unos meses de psicoterapia con el confesor han desaparecido las imágenes desviadas y las ideas de culpabilidad han remitido".

La coincidencia con Pujol es total. La publicación por parte del propio doctor jovenlandesagas en una obra titulada Niños orates responde al concepto de obsesión en la época, que carecía de diagnóstico concreto ni de tratamiento. Hoy sería un "niño obsesivo" pero el hecho de que jovenlandesagas le remitiera a un "confesor amigo" hace creer que no lo veía como un trastorno leve.

La vida inventada de Jordi Pujol, el niño que "confundía a Jesús con Judas"


Muy interesante todo el artículo, pero más especialmente EL FINAL.

He dicho en muchisimas ocasiones aquí, que ésta gente tiene algo MUY EXTRAÑO con el tema del sadismo, la coprofilia, la religión, y el masoquismo.

¿Tengo yo razón o no la tengo?

Es que rascas un poco, Y SIEMPRE SALE LA MISMA fruta SORDIDEZ.

Curas, hermetismo, masoquismo, excrementos, fiestecitas privadas, sumisión, poder, clubes "de alto standing", mentiras y que están muy bien para ciertos dormitorios... PERO jorobaR, QUE A CASI TODAS LAS FIGURAS DE IMPORTANCIA (Políticos, famosetes, periodistas, "solidarios", testaferros...) casi siempre

LES
DE
POR
LO
MISMO ...

ES MUY SOSPECHOSO ¿O NO?
 
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