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SE FIRMAN MENOS CONTRATOSEl paro baja en 42.409 personas en junio: cuatro veces menos de lo que se redujo el año pasado
España duplica el paro de la UE: alcanza una tasa del 13,1% en mayo frente al 6,6% de la eurozona
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El número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo se redujo en 42.409 desempleados en junio (-1,4%), lo que situó el total de parados por debajo de los 2,9 millones por primera vez desde el otoño de 2008. Pese a ello, el descenso del paro en junio ha sido casi cuatro veces inferior al experimentado en igual mes de 2021, cuando se redujo en 166.911 desempleados, su mayor caída en cualquier mes de toda la serie histórica.
En concreto, junio cerró con 2.880.582 desempleados, su menor cifra desde octubre de 2008, en los inicios de la crisis financiera, según datos publicados este lunes por el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
Con la excepción de junio de 2020, cuando el el bichito provocó un repunte de desempleados de 5.107 personas, el dato de junio de este año es el peor desde 2008, año en el que subió en casi 37.000 desempleados. Desde 1996, año en el que arranca la serie histórica comparable, se han registrado subidas del paro en dos meses de junio y bajadas en 25. Los únicos repuntes se produjeron en 2008 y en 2020. En términos desestacionalizados, el paro registrado subió en junio en 3.720 personas.

En el último año el desempleo acumula un descenso de 733.757 parados, lo que supone un 20,3% menos, con un retroceso del paro femenino de 334.962 mujeres (-22,4%) y una caída del desempleo masculino de 398.795 varones (-18,8%). No obstante, el ritmo interanual de reducción del desempleo se ha moderado más de dos puntos, desde el 22,7% de mayo al 20,3% en junio.
El paro bajó en junio en tres sectores económicos, con los servicios liderando los descensos mensuales debido a la campaña de verano. En concreto, el desempleo se redujo en este sector en 41.017 personas en relación al mes de mayo (-2%). Le siguen la industria, que restó 7.148 parados en junio (-3,9%), y la construcción, con 4.981 desempleados menos (-2,1%). Por contra, el colectivo sin empleo anterior sumó 1.874 parados en junio (+0,7%), y la agricultura añadió 8.863 personas a su lista de desempleados (+6,4%).

El paro retrocedió en junio en ambos sexos, aunque algo más entre los varones. En concreto, el desempleo masculino bajó en 25.242 personas (-2,1%) y el femenino, en 17.167 mujeres (-1%). De este modo, al finalizar el sexto mes del año, el número de mujeres en paro se situó en 1.723.815, su mejor dato en un mes de junio desde 2009, en tanto que el de hombres en desempleo bajó hasta 1.156.767 parados.
Por edades, el desempleo entre los jóvenes menores de 25 años aumentó un 0,6% en junio, con 1.289 parados más que a cierre de mayo, mientras que el paro de las personas con 25 años y más bajó en 43.698 desempleados (-1,6%). Trabajo ha resaltado que, en comparación con junio de 2021, los menores de 25 años son la franja de edad que más ha recortado el paro, con un descenso del 32,8%, lo que ha situado el total de jóvenes en desempleo en 201.209.
El paro registrado bajó en junio en todas las comunidades autónomas menos en Andalucía, donde se incrementó en 6.345 personas. Los mayores descensos, por contra, se dieron en Cataluña (-9.946), Madrid (-7.443) y Galicia (-5.188), mientras que los más moderados correspondieron a La Rioja (-70 parados) y Murcia (-319).
En cuanto a las provincias, el paro retrocedió en 46 de ellas, lideradas por Madrid (-7.443), Barcelona (-6.304 parados) y Málaga (-4.116), y aumentó en seis, principalmente en Huelva (+6.958 parados), Sevilla (+3.000 desempleados) y Almería (+2.606). El paro registrado entre los extranjeros bajó en junio en 1.406 desempleados (-0,4%) respecto al mes anterior, hasta situarse el total de pagapensiones en desempleo en 362.941, un 30,5% menos que en junio de 2021.
Menos contratos que en 2021
En junio se registraron 1.768.988 contratos, un 1,6% menos que en el mismo mes de 2021. De todos ellos, 783.595 fueron contratos indefinidos, la mayor cifra en cualquier mes de toda la serie histórica.
Este volumen de contratos fijos es un 353,3% superior al de junio de 2021 y representa el 44,3% del total de contratos efectuados en el sexto mes del año, porcentaje cinco veces superior a la media del mes de junio. Del total de contratos fijos suscritos en junio, 312.824 han sido a tiempo completo, tres veces más que en igual mes del año pasado; 292.679 eran contratos fijos-discontinuos, multiplicando por más de 10 la cifra de junio de 2021, y 178.092 eran contratos indefinidos a tiempo parcial, con un incremento interanual del 316%.
Trabajo ha destacado que el cambio de tendencia en la contratación estable es «especialmente patente» en sectores como la agricultura y la construcción, donde el peso de los fijos supera ahora el 47% y el 73%, respectivamente, frente a los porcentajes del 3,3% y del 10,1% del promedio 2017-2019. También ha favorecido a los más jóvenes, pues el 43,9% de los menores de 30 años cuenta actualmente con un contrato indefinido, en contraste con el 8,2% de la media del periodo 2017-2019.
De todos los contratos suscritos en junio, algo más de 922.000 fueron contratos temporales, de los que el 28,4% fueron por circunstancias de la producción a tiempo completo y el 4,4% fueron de sustitución, también a tiempo completo. Por su parte, los contratos temporales con jornada a tiempo parcial suponen el 19,3% del total. En los seis primeros meses de 2022 se han realizado casi 3,3 millones de contratos indefinidos, más del triple que en el mismo periodo de 2021, gracias al impulso de la reforma laboral, en vigor desde principios de este año.
Más empleo, pero de peor calidad: por qué el PIB y el paro se han venido desacoplando desde 2008

Más empleo, pero de peor calidad: por qué el PIB y el paro se han venido desacoplando desde 2008
EMPLEO
Más empleo, pero de peor calidad: por qué el PIB y el paro se han venido desacoplando desde 2008
Los datos de empleo son mucho mejores que los del crecimiento económico, pero tras ellos hay problemas de productividad, empleo público y precarización.
2 junio, 2022 10:35GUARDAR
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María Vega @maria_vega_

España ha tenido que esperar casi 14 años para que el número de desempleados vuelva a bajar de los tres millones de personas. Según los datos de la Seguridad Social, la afiliación se ha consolidado en los 20 millones de ocupados. Un dato histórico que se logra tras un primer trimestre del año en el que el PIB rozó el estancamiento y cuando todos los organismos y el propio Gobierno han rebajado sus previsiones de crecimiento.
El desacople entre los datos de empleo y crecimiento es cada vez mayor, lo que en una sociedad polarizada lleva a lecturas muy distintas sobre lo que está ocurriendo con el mercado de trabajo y la estimación del PIB. Sin embargo, tras la divergencia de estos dos datos hay una explicación. La calidad del empleo que hay ahora mismo en España no es la de 2008.

Lo que antes era un puesto de trabajo ahora se reparte muchas veces en dos o incluso en tres sin que los salarios compensen esa distribución. Y tanto las nuevas formas de trabajo (teletrabajo), como la revolución tecnológica han acentuado la separación entre lo que dice el INE en su Contabilidad Nacional sobre el empleo y la estadística que anuncia cada mes el Gobierno.

"Los datos de empleo han dejado de ser el mejor indicador de cómo va la economía. Su correlación con el PIB se rompió hace mucho tiempo. Esto cada vez va a ser peor por la sustición de empleo por tecnología. Pero en el caso de España, también por la precarización. La parcialidad del trabajo es una tendencia que se aceleró con la Reforma Laboral de 2012 y ahora es mucho mayor", explica el economista Javier Santacruz.


Muere el economista lgtb de Liébana a los 68 añosDoctor en Economía y Derecho y profesor universitario es uno de los economistas más reconocidos por el gran público.





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A esto se suma, las horas de trabajo que no están siendo contabilizadas por el INE por el solapamiento de las jornadas (debido a la parcialidad) o por el teletrabajo, ya que en muchos casos, el trabajo a distancia se traduce en más horas, pero distribuidas de forma más dispersa en el día y no contabilizadas, lo que es más "ineficiente", añade Santacruz. A esto se suman, las polémicas 'horas extra' no remuneradas.
Todo esto tiene su reflejo en la Contabilidad Nacional del INE, donde se ve una brecha entre los datos de la estadística de empleo y el "trabajo equivalente a tiempo completo" que muestra la relación entre las personas empleadas y las horas trabajadas.
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Esto entronca con otro de los problemas del mercado laboral español que se ha agudizado tras la esa época en el 2020 de la que yo le hablo: la productividad, que sigue arrojando datos preocupantes.
De ahí que cuidar el PIB acabe siendo clave para que el empleo mejore. No solo en la estadística. También en la calidad.
De momento, lo que arrojan los números publicados este jueves son datos positivos y confirman que la flexibilidad que introdujo la reforma de 2012 y los ERTE han ayudado a recuperar el empleo en la crisis de la el bichito-19 con más rapidez, aunque sea un empleo más precario o parcial.
Como señala el economista José Carlos Díaz, "teniendo en cuenta la inflación y los efectos de la guerra en la economía, el empleo está resistiendo bien. En mayo, sin Semana Santa, se ha creado el mismo empleo que en abril".
"Estamos en lo que podríamos llamar un momento feliz porque el segundo y tercer trimestre del año han sido buenos históricamente y seguiremos creciendo en afiliación. Pese a tendencia positiva del momento estacional, tenemos que hacer muchos deberes con reformas porque la ralentización del PIB se puede estar notando ya en la creación de empleo", advierte el director de Adecco Group Institute, Javier Blasco de Luna.
En este sentido, este experto explica a este periódico que es necesario promover el emprendimiento y la innovación, así como fomentar la creación de empleo dotando al mercado laboral de mayor flexibilidad, dado que las empresas no van a crear empleo por decreto y los efectos de la reforma laboral empiezan a difuminarse. Así lo indica que el aumento de la afiliación sea menor al de meses anteriores y que la creación de empleo temporal esté creciendo más que la indefinida.
También hay figuras en la nueva reforma laboral que distorsionan la fotografía, como la de los trabajadores fijos discontinuos que pueden figurar como ocupados sin estar trabajando.
Sobre este asunto se pronunció en el Congreso este miércoles el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que afirmó que es pronto para evaluar los efectos de la reforma laboral y que su éxito o fracaso dependerá de cómo evolucionen factores, como la productividad en España.
Empleo público
Hernández de Cos puso sobre la mesa otro elemento que está detrás de las cifras de empleo y del récord de ocupación: el sector público ha tirado con más fuerza que el sector privado en el mercado de trabajo desde la irrupción de la el bichito-19.
Fuente: Banco de España

Fuente: Banco de España
El gobernador reconoció que la evolución del mercado de trabajo es más positiva que la del PIB. "Con datos de marzo, hay un 2,1% de empleados por encima del nivel previo a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo", mientras que el PIB no se ha recuperado. Sin embargo, a continuación advirtió que esa evolución es "menos positiva cuando uno ve las horas trabajadas" y recordó que hay "gran heterogeneidad por ramas de actividad".
Como avanza Blasco de Luna, la próxima EPA va a arrojar datos sobre las horas trabajadas muy importantes para el análisis porque permitirá ver hasta qué punto está tomando peso en la economía española el empleo a tiempo parcial.
Además, el director de Adecco Institute recuerda que por los deberes estructurales que tiene España en materia económica, se sigue arrastrando un problema de productividad incluso en momentos en los que el ciclo acompaña. Esto se debe, en su opinión, al tamaño pequeño de las empresas, al poco peso de la industria, a la falta de inversión en tecnología y a la escasa cualificación de los trabajadores.
Son elementos que hacen que aunque España esté publicando mejores estadísticas en materia laboral, el empleo que está detrás de esas estadísticas es el de un país con problemas de precariedad. Una clave que podría explicar el motivo por el que en términos electorales, el Ejecutivo no está rentabilizando estos datos de empleo.
 
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