El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
La UEFA está muy atenta al hipotético conflicto que puede enfrentar a Ucrania y Rusia. El organismo liderado por Aleksander Ceferin fue uno de los primeros en tomar medidas ante la escalada de tensión de ambos países evitando enfrentamientos entre sus equipos desde 2014. Ahora esta situación podría ir más allá impidiendo la celebración en San Petersburgo de la final de la Champions League programada para el 28 de mayo de 2022.
La situación es complicada porque la tensión entre ambos países es máxima y varios equipos implicados han mostrado sus dudas sobre el lugar donde se celebra el evento. La UEFA contempla una opción que más adelante compensaría a Rusia como ya hizo con Turquía cuando dejó a Estambul sin la final de la temporada 2019/20 por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
El organismo presidido por Aleksander Ceferin mantiene unas excelentes relaciones tanto con Rusia como con Ucrania hasta tal punto de que al mandatario se le ha visto reunido con Vladimir pilinguin en diversas ocasiones, mientras que premió a Kiev con la final de la Champions en 2018. Mantener neutral quizá sea la vía más interesante para el esloveno.
Lo cierto es que la UEFA va a esperar un tiempo a saber qué acontecimientos ocurren y baraja opciones de emergencia como Lisboa –donde se hizo la final en 2020– para solventar una situación que tiene una compleja predicción. La Champions League es el torneo más preciado de la organización y no se puede permitir ningún renuncio con el runrún de la Superliga sonando de fondo.
San Petersburgo cuenta con el moderno estadio Krestovski como sede del evento. Este emplazamiento fue terminado en 2017 y cuenta con una calificación de estadio de cinco estrellas de la UEFA. Con capacidad para 70.000 personas, este coliseo ha albergado en su corta existencia partidos del Mundial, de la Eurocopa, la Copa Confederaciones y la Champions League. Ceferin esperará a tomar su decisión, pero la opción ya está sobre la mesa.
La situación es complicada porque la tensión entre ambos países es máxima y varios equipos implicados han mostrado sus dudas sobre el lugar donde se celebra el evento. La UEFA contempla una opción que más adelante compensaría a Rusia como ya hizo con Turquía cuando dejó a Estambul sin la final de la temporada 2019/20 por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
El organismo presidido por Aleksander Ceferin mantiene unas excelentes relaciones tanto con Rusia como con Ucrania hasta tal punto de que al mandatario se le ha visto reunido con Vladimir pilinguin en diversas ocasiones, mientras que premió a Kiev con la final de la Champions en 2018. Mantener neutral quizá sea la vía más interesante para el esloveno.
Lo cierto es que la UEFA va a esperar un tiempo a saber qué acontecimientos ocurren y baraja opciones de emergencia como Lisboa –donde se hizo la final en 2020– para solventar una situación que tiene una compleja predicción. La Champions League es el torneo más preciado de la organización y no se puede permitir ningún renuncio con el runrún de la Superliga sonando de fondo.
San Petersburgo cuenta con el moderno estadio Krestovski como sede del evento. Este emplazamiento fue terminado en 2017 y cuenta con una calificación de estadio de cinco estrellas de la UEFA. Con capacidad para 70.000 personas, este coliseo ha albergado en su corta existencia partidos del Mundial, de la Eurocopa, la Copa Confederaciones y la Champions League. Ceferin esperará a tomar su decisión, pero la opción ya está sobre la mesa.
La UEFA se plantea cambiar la sede de la Champions si Rusia entra en guerra con Ucrania
La UEFA está muy atenta al hipotético conflicto que puede enfrentar a Ucrania y Rusia y podría cambiar la sede de la final de Champions.
okdiario.com