La ‘trama rusa’ se creó para poder espiar al candidato Trump

“El 21 de octubre de 2016, el Departamento de Estado y el FBI solicitaron y obtuvieron una orden de causa probable según la FISA [la ley que regula el espionaje de ciudadanos americanos] autorizando la supervisión electrónica de Carter Page. Page es un ciudadano americano que sirvió de asesor voluntario a la campaña presidencial de Trump. De acuerdo con los requisitos previstos en la FISA, la solicitud tenía que ser certificada previamente por el director o el subdirector del FBI. Luego necesitaba la aprobación del Fiscal General, el Vicefiscal General, o el Ayudante del Fiscal General para la División de Seguridad Nacional confirmado por el Senado”.

“El FBI y Justicia obtuvieron una autorización inicial sobre Carter Page y tres renovaciones del FISC (Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera). Tal como exige la ley, una orden FISA sobre un ciudadano americano debe ser renovada por el FISC cada noventa días y cada renovación exige un hallazgo específico de causa probable. El entonces director del FBI, James Comey, firmó tres solicitudes al respecto en nombre del FBI, y el subdirector Andrew McCabe firmó una. La entonces vicefiscal Sally Yates, la vicefiscal en funciones Dana Boente, y el vicefiscal Rod Rosenstein firmaron cada uno una o más solicitudes en nombre del Departamento de Justicia”.

“Nuestros hallazgos indican que, tal como se describe abajo, se omitió información material y relevante”.

“El “dossier” compilado por Christopher Steele (Dossier Steele) por encargo del Comité Nacional Demócrata (DNC) y la campaña de Hillary Clinton formaban una parte esencial de la solicitud FISA sobre Carter Page. Steele era una antigua fuente del FBI que cobró 160.000 dólares del DNC y la campaña de Clinton campaign, a través del despacho de abogados Perkins Coie y la firma de investigación Fusion GPS, a para que obtuviera información negativa sobre los lazos de Donald Trump con Rusia”.

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