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La traición de Cs deja la estrategia de Pablo Casado por los suelos y carga de razón a Vox
Hoy ha ocurrido algo muy previsible para cualquiera que haya seguido la trayectoria de Ciudadanos, y sobre todo de Inés Arrimadas.
Moción de censura de Cs y PSOE en Murcia en respuesta al pin parental
Cs ha presentado hoy una moción de censura junto al PSOE en Murcia para desalojar al PP del Gobierno regional. La noticia ha llegado 24 horas después del acuerdo entre el PP y Vox para implementar el pin parental en la Región de Murcia, una medida dirigida a hacer efectivo el derecho constitucional a la libertad de educación. Es decir, que Cs se ha echado en brazos del PSOE para impedir que los murcianos puedan negarse a que se adoctrine ideológicamente a sus hijos. ¿Y éstos son los que presumen de “liberales”?
Si hubiese elecciones PP y Vox podrían gobernar en Murcia sin el apoyo de Cs
Se da la circunstancia, además, de que ya desde enero las encuestas apuntaban en Murcia un adelantamiento de Vox a Cs que dejaría al partido de Arrimadas inservible en esa región, ya que el PP y Vox podrían gobernar juntos sin necesidad de buscar el apoyo de Cs. Así pues, en vez de devolver la voz a los murcianos convocando elecciones, con esta maniobra Cs busca, de forma desesperada, seguir aprovechándose de un peso institucional obtenido hace dos años y que hoy sería incapaz de repetir.
La izquierda extiende la maniobra a Castilla y León y la Comunidad de Madrid
Según ha señalado este mediodía el diputado regional valenciano Toni Cantó, la mayoría de la ejecutiva de Cs no estaba informada de esta maniobra de Arrimadas. No parece, desde luego, que esta traición sea algo exclusivo de la Región de Murcia. El PSOE ya se ha apresurado a presentar una moción de censura en Castilla y León, aprovechando los titubeos de su gobierno regional, y también lo ha intentado en la Comunidad de Madrid, pero Ayuso se ha adelantado y ha convocado elecciones anticipadas, una decisión muy lógica si tenemos en cuenta la pasmosa deslealtad que ha venido exhibiendo el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, de Cs.
El PP tiene más miedo a un adelantamiento de Vox que a gobiernos de izquierdas
Cabe preguntarse a qué espera el PP para convocar elecciones anticipadas en aquellos otros sitios en los que gobierna de la mano de Cs. Cuando más tiempo deja pasar (y con tiempo ya me refiero a minutos), más oportunidades le da a Inés Arrimadas para seguir usurpando a los electores la posibilidad de unas elecciones que resuelvan esta colosal traición del partido naranja. El PP parece tener más miedo a un posible adelantamiento electoral de Vox que a más traiciones de Cs con el PSOE, aunque el resultado seguro de la segunda posibilidad sea que el PP se vea desalojado de otros gobiernos regionales y locales.
La traición de Cs hace descarrilar la actual estrategia de Casado
El gran perjudicado por esta traición de Cs es el presidente del PP, y no porque su partido pueda perder tal o cual gobierno, sino porque la maniobra de Cs hace descarrilar por completo la estrategia de Casado tras la moción de censura de Vox en octubre. Como consecuencia de esa estrategia, y para regocijo de la izquierda, estos últimos meses el presidente del PP ha dedicado más tiempo y energías a atacar a Vox que a hacer oposición al Gobierno. Como resultado de ello, el PP se llevó un gran batacazo en las elecciones catalanas, pero ni siquiera ese fracaso hizo rectificar a la dirección del partido.
Casado ni siquiera puede alegar que esto no se podía saber. Lo ocurrido con Cs era previsible. Recordemos que el 24 de febrero de 2016 el PSOE y Ciudadanos firmaron un acuerdo para gobernar juntos en España, acuerdo que no prosperó porque Podemos se negó a apoyarlo. Recordemos, también, que Cs y el PSOE mantuvieron un pacto de gobierno en Andalucía, que permitió continuar en el cargo al gobierno regional más corrupto de España, como evidenció la sentencia del caso ERE. A pesar de ello, en noviembre de 2019 Pablo Casado fijó a Cs como su “socio preferente”, y siguió considerándolo como tal mientras Cs apoyaba a Sánchez para imponernos un estado de excepción encubierto y mientras Arrimadas ofrecía a Sánchez el apoyo a sus presupuestos.
Mientras Cs y PSOE conspiraban, el PP negociaba el CGPJ y RTVE con el PSOE
De hecho, mientras el PSOE y Ciudadanos urdían la traición que se ha consumado hoy, el PP estaba distraído negociando con el PSOE el control del Poder Judicial y de RTVE. Esta negociación no era un simple intento de excluir a Vox de las instituciones -a fin de cuentas, el partido de Abascal se negó a entrar en esas componendas con los socialistas-, sino también un intento de regresar a los tiempos del bipartidismo, cuando el PP y el PSOE se repartían los jueces y la televisión pública como si fuesen cromos.
Mientras populares y socialistas negociaban ese infame reparto de cromos, el PSOE y Cs le han asestado al PP una puñalada por la espalda que echa por tierra toda la estrategia de Casado. Éste aún parece estar pasmado, preguntándose cómo pueden haberle hecho esto esos socialistas tan majos a los que apoyó en la moción de censura de Vox contra el Gobierno y con los que se sentó a negociar el CGPJ y RTVE. La izquierda se ha reído de Casado y le ha dejado en ridículo, utilizándole para atacar a Vox con la promesa de que compartirían parte de su poder con él. Por supuesto, Casado no puede alegar ignorancia: se ha puesto a negociar con el PSOE meses después de que éste pactase con Bildu. ¿Acaso el PP esperaba lealtad de un Gobierno que ha traicionado así a las víctimas de ETA?
Vox puede llevar la cabeza bien alta en medio de este bochornoso espectáculo
Los que quedan como señores son los de Vox. Se han negado en todo momento a llegar a ningún pacto con el PSOE, y han soportado estoicamente los desprecios del PP y Cs después de haberles facilitado la investidura en varias comunidades autónomas y ayuntamientos. Vox ha actuado con la lealtad que Cs no ha mostrado, y sin embargo Casado eligió como socios preferentes a los desleales. Ahora el PP afronta un futuro muy incierto. Tal vez se salve únicamente en la Comunidad de Madrid, donde paradójicamente Isabel Díaz Ayuso ha recibido más lealtad de Vox que de su propio partido, en el que nunca han faltado dirigentes prestos a ponerle la zancadilla a la presidenta madrileña. Espero que las urnas recompensen no sólo el buen hacer de Vox, sino su fidelidad a sus votantes, una fidelidad de la que anda escaso el PP y que Cs ha pisoteado descaradamente en el día de hoy.
Hoy ha ocurrido algo muy previsible para cualquiera que haya seguido la trayectoria de Ciudadanos, y sobre todo de Inés Arrimadas.
Moción de censura de Cs y PSOE en Murcia en respuesta al pin parental
Cs ha presentado hoy una moción de censura junto al PSOE en Murcia para desalojar al PP del Gobierno regional. La noticia ha llegado 24 horas después del acuerdo entre el PP y Vox para implementar el pin parental en la Región de Murcia, una medida dirigida a hacer efectivo el derecho constitucional a la libertad de educación. Es decir, que Cs se ha echado en brazos del PSOE para impedir que los murcianos puedan negarse a que se adoctrine ideológicamente a sus hijos. ¿Y éstos son los que presumen de “liberales”?
Si hubiese elecciones PP y Vox podrían gobernar en Murcia sin el apoyo de Cs
Se da la circunstancia, además, de que ya desde enero las encuestas apuntaban en Murcia un adelantamiento de Vox a Cs que dejaría al partido de Arrimadas inservible en esa región, ya que el PP y Vox podrían gobernar juntos sin necesidad de buscar el apoyo de Cs. Así pues, en vez de devolver la voz a los murcianos convocando elecciones, con esta maniobra Cs busca, de forma desesperada, seguir aprovechándose de un peso institucional obtenido hace dos años y que hoy sería incapaz de repetir.
La izquierda extiende la maniobra a Castilla y León y la Comunidad de Madrid
Según ha señalado este mediodía el diputado regional valenciano Toni Cantó, la mayoría de la ejecutiva de Cs no estaba informada de esta maniobra de Arrimadas. No parece, desde luego, que esta traición sea algo exclusivo de la Región de Murcia. El PSOE ya se ha apresurado a presentar una moción de censura en Castilla y León, aprovechando los titubeos de su gobierno regional, y también lo ha intentado en la Comunidad de Madrid, pero Ayuso se ha adelantado y ha convocado elecciones anticipadas, una decisión muy lógica si tenemos en cuenta la pasmosa deslealtad que ha venido exhibiendo el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, de Cs.
El PP tiene más miedo a un adelantamiento de Vox que a gobiernos de izquierdas
Cabe preguntarse a qué espera el PP para convocar elecciones anticipadas en aquellos otros sitios en los que gobierna de la mano de Cs. Cuando más tiempo deja pasar (y con tiempo ya me refiero a minutos), más oportunidades le da a Inés Arrimadas para seguir usurpando a los electores la posibilidad de unas elecciones que resuelvan esta colosal traición del partido naranja. El PP parece tener más miedo a un posible adelantamiento electoral de Vox que a más traiciones de Cs con el PSOE, aunque el resultado seguro de la segunda posibilidad sea que el PP se vea desalojado de otros gobiernos regionales y locales.
La traición de Cs hace descarrilar la actual estrategia de Casado
El gran perjudicado por esta traición de Cs es el presidente del PP, y no porque su partido pueda perder tal o cual gobierno, sino porque la maniobra de Cs hace descarrilar por completo la estrategia de Casado tras la moción de censura de Vox en octubre. Como consecuencia de esa estrategia, y para regocijo de la izquierda, estos últimos meses el presidente del PP ha dedicado más tiempo y energías a atacar a Vox que a hacer oposición al Gobierno. Como resultado de ello, el PP se llevó un gran batacazo en las elecciones catalanas, pero ni siquiera ese fracaso hizo rectificar a la dirección del partido.
Casado ni siquiera puede alegar que esto no se podía saber. Lo ocurrido con Cs era previsible. Recordemos que el 24 de febrero de 2016 el PSOE y Ciudadanos firmaron un acuerdo para gobernar juntos en España, acuerdo que no prosperó porque Podemos se negó a apoyarlo. Recordemos, también, que Cs y el PSOE mantuvieron un pacto de gobierno en Andalucía, que permitió continuar en el cargo al gobierno regional más corrupto de España, como evidenció la sentencia del caso ERE. A pesar de ello, en noviembre de 2019 Pablo Casado fijó a Cs como su “socio preferente”, y siguió considerándolo como tal mientras Cs apoyaba a Sánchez para imponernos un estado de excepción encubierto y mientras Arrimadas ofrecía a Sánchez el apoyo a sus presupuestos.
Mientras Cs y PSOE conspiraban, el PP negociaba el CGPJ y RTVE con el PSOE
De hecho, mientras el PSOE y Ciudadanos urdían la traición que se ha consumado hoy, el PP estaba distraído negociando con el PSOE el control del Poder Judicial y de RTVE. Esta negociación no era un simple intento de excluir a Vox de las instituciones -a fin de cuentas, el partido de Abascal se negó a entrar en esas componendas con los socialistas-, sino también un intento de regresar a los tiempos del bipartidismo, cuando el PP y el PSOE se repartían los jueces y la televisión pública como si fuesen cromos.
Mientras populares y socialistas negociaban ese infame reparto de cromos, el PSOE y Cs le han asestado al PP una puñalada por la espalda que echa por tierra toda la estrategia de Casado. Éste aún parece estar pasmado, preguntándose cómo pueden haberle hecho esto esos socialistas tan majos a los que apoyó en la moción de censura de Vox contra el Gobierno y con los que se sentó a negociar el CGPJ y RTVE. La izquierda se ha reído de Casado y le ha dejado en ridículo, utilizándole para atacar a Vox con la promesa de que compartirían parte de su poder con él. Por supuesto, Casado no puede alegar ignorancia: se ha puesto a negociar con el PSOE meses después de que éste pactase con Bildu. ¿Acaso el PP esperaba lealtad de un Gobierno que ha traicionado así a las víctimas de ETA?
Vox puede llevar la cabeza bien alta en medio de este bochornoso espectáculo
Los que quedan como señores son los de Vox. Se han negado en todo momento a llegar a ningún pacto con el PSOE, y han soportado estoicamente los desprecios del PP y Cs después de haberles facilitado la investidura en varias comunidades autónomas y ayuntamientos. Vox ha actuado con la lealtad que Cs no ha mostrado, y sin embargo Casado eligió como socios preferentes a los desleales. Ahora el PP afronta un futuro muy incierto. Tal vez se salve únicamente en la Comunidad de Madrid, donde paradójicamente Isabel Díaz Ayuso ha recibido más lealtad de Vox que de su propio partido, en el que nunca han faltado dirigentes prestos a ponerle la zancadilla a la presidenta madrileña. Espero que las urnas recompensen no sólo el buen hacer de Vox, sino su fidelidad a sus votantes, una fidelidad de la que anda escaso el PP y que Cs ha pisoteado descaradamente en el día de hoy.