furia angelical
Madmaxista
Algo se va avanzando. No es poco que los médicos, prescindiendo de criterios éticos y jovenlandesales, se aferren al sentido común y, si acaso, a algo más: a eso que se llama humanidad. El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos les ha dicho a todos los galenos de España que, por deontología, tienen el deber de aplicar sin dudas decisión la sedación a los enfermos que agonizan, incluso si con ello se anticipa la fin de la persona. ¿Es que no se hacía así? No siempre. De lo contrario, el Consejo no hubiera dado el paso.
Sedación terminal en vez de tratamientos inútiles de los que sólo puede esperarse un alargamiento penoso de la vida. Algo se va avanzando, afortunadamente. Porque si la sedación está "bien indicada, bien realizada y autorizada por el enfermo o en su defecto por su familia, constituye una buena práctica médica en el adecuado contexto asistencial" (El Consejo en su última asamblea). No podrá convertirse en un recurso para aliviar la pena de la familia o la carga laboral y la angustia de las familias.
Se ha de considerar como un tratamiento adecuado para aquellos enfermos que, en los pocos días u horas que preceden a su fin, son presa de sufrimientos inhumanos. Cuando en la agonía se suman el delirio, la disnea, el dolor, la hemorragia masiva y la ansiedad o el pánico. Sí, vamos avanzando. Doctores tiene la Iglesia, dentro y fuera, que pongan pegas. Tal vez las conozcamos pronto.
No, no es un globo sonda de esos que tanto gustan en el Ministerio de Sanidad, otro enfermo (no imaginario) que agoniza desde tiempo atrás. Esta vez las voces llegan a los médicos entonadas por los colegios que los representan. No faltarán filósofos, sociólogos y hasta gentes de bata blanca que hablen de búsqueda deliberada de la fin, de forma rápida. No, esto no es eutanasia activa. La sedación lo que busca es situar al paciente, mediante una dosis mínima de medicamentos, en un nivel de conciencia en el que no sufra ni física ni emocionalmente, aunque al hacerlo se le acorte la vida. Pero, ¿qué vida?, nos podemos preguntar. ¿Unas semanas más de infierno? ¿Unos días? ¿Unas horas, quizá? Que nadie se preocupe ni ponga en duda al doctor que ha de facilitar el viaje.
En la historia clínica y en las hojas de evolución quedarán registradas con el detalle todos los datos relativos al ajuste de las dosis de los fármacos utilizados, a la evolución de la sedación en la agonía y a los cuidados básicos administrados. Vamos avanzando, curándonos de los miedos alimentados, casi siempre, por la ignorancia o por los credos religiosos.
Lo que puede hacer a la sedación éticamente aceptable o reprobable es el fin que busca y las circunstancias en que se aplica. Porque el sufrimiento nos iguala. Da lo mismo que aparezca en la agonía o cuando la lucidez aún perdura. La fin, cuando llegue, que sea lo más humana posible. Gracias a los colegios médicos.
La sedación terminal ya es un deber - elConfidencial.com
Sedación terminal en vez de tratamientos inútiles de los que sólo puede esperarse un alargamiento penoso de la vida. Algo se va avanzando, afortunadamente. Porque si la sedación está "bien indicada, bien realizada y autorizada por el enfermo o en su defecto por su familia, constituye una buena práctica médica en el adecuado contexto asistencial" (El Consejo en su última asamblea). No podrá convertirse en un recurso para aliviar la pena de la familia o la carga laboral y la angustia de las familias.
Se ha de considerar como un tratamiento adecuado para aquellos enfermos que, en los pocos días u horas que preceden a su fin, son presa de sufrimientos inhumanos. Cuando en la agonía se suman el delirio, la disnea, el dolor, la hemorragia masiva y la ansiedad o el pánico. Sí, vamos avanzando. Doctores tiene la Iglesia, dentro y fuera, que pongan pegas. Tal vez las conozcamos pronto.
No, no es un globo sonda de esos que tanto gustan en el Ministerio de Sanidad, otro enfermo (no imaginario) que agoniza desde tiempo atrás. Esta vez las voces llegan a los médicos entonadas por los colegios que los representan. No faltarán filósofos, sociólogos y hasta gentes de bata blanca que hablen de búsqueda deliberada de la fin, de forma rápida. No, esto no es eutanasia activa. La sedación lo que busca es situar al paciente, mediante una dosis mínima de medicamentos, en un nivel de conciencia en el que no sufra ni física ni emocionalmente, aunque al hacerlo se le acorte la vida. Pero, ¿qué vida?, nos podemos preguntar. ¿Unas semanas más de infierno? ¿Unos días? ¿Unas horas, quizá? Que nadie se preocupe ni ponga en duda al doctor que ha de facilitar el viaje.
En la historia clínica y en las hojas de evolución quedarán registradas con el detalle todos los datos relativos al ajuste de las dosis de los fármacos utilizados, a la evolución de la sedación en la agonía y a los cuidados básicos administrados. Vamos avanzando, curándonos de los miedos alimentados, casi siempre, por la ignorancia o por los credos religiosos.
Lo que puede hacer a la sedación éticamente aceptable o reprobable es el fin que busca y las circunstancias en que se aplica. Porque el sufrimiento nos iguala. Da lo mismo que aparezca en la agonía o cuando la lucidez aún perdura. La fin, cuando llegue, que sea lo más humana posible. Gracias a los colegios médicos.
La sedación terminal ya es un deber - elConfidencial.com