TYRELL
Madmaxista
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La sarama hecha estiércol
23 de agosto.- "Hablo desde el desconocimiento, puesto que no he hablado con nadie", dice Luís Rollán, uno de los colaboradores de 'El programa del verano' (Telecinco), esperpento matinal de la cadena amiga, durante un debate supuestamente informativo. Y se queda tan ancho. Analizando el contenido de la frase, ésta resulta tan patética como reveladora. Patética por razones obvias. Reveladora puesto que, pronunciada con confianza y en un tono de voz elevado, es capaz de hacer creer al mayor majadero que es un avezado periodista de investigación. Y es que en agosto, con los calores, la sarama se pudre con mayor rapidez.
Los gurús de la comunicación audiovisual saben perfectamente que, cuando llega el verano y suben las temperaturas, las escasas neuronas de la pequeña pantalla que han sobrevivido a la temporada, se abotargan y pueden llegar a morir. Ese macabro campo de batalla es el ambiente ideal para la vida de las bacterias termófilas televisivas, unos agentes especializados en procesos de descomposición de programaciones e intelectos.
Fíjense si no en la versión estival de 'Aquí hay tomate'. Lo que durante todo el año fue simplemente una gran porquería, se ha convertido en una auténtica montaña de estiércol. Lo que fue un vulgar despojo, ahora es pestilente detritus: apesta como una piscina olímpica hasta arriba de purines. Un proceso de descomposición de residuos intelectuales que se acelera durante este mes, y que podemos apreciar en toda su grandeza simplemente observando a los nefastos presentadores veraniegos del programa estrella de Telecinco.
Víctor Sandoval es la versión afeminada de Jorge Javier Vázquez. No les digo más. La misma mala baba, similar falta de respeto, absoluta carencia de jovenlandesal, desconocimiento de conceptos como dignidad o rigor... Añádanle a ese nauseabundo perfil un patético temblequeo facial, seguramente producto de la inseguridad, cada vez que se dirige a la cámara. Y algunos desajustes en la entonación, con inflexiones dignas de soprano capón.
Su compañera Francine Gálvez es el negativo de Carmen Alcayde. Y no es una broma sobre la pigmentación. Es una realidad profesional. Menos dotada físicamente, Gálvez no parece mucho más dotada intelectualmente.
Presentando el 'Tomate' regresa a las catacumbas de la profesión: demuestra cómo una periodista, después de presentar un informativo, puede alcanzar las más altas cotas de la miseria.
Y es que en verano la televisión es igual, pero huele peor.
http://www.elmundo.es/elmundo/descodificador.html?a=0fa415151d9fffc28a259d837255138e&t=1187899110
23 de agosto.- "Hablo desde el desconocimiento, puesto que no he hablado con nadie", dice Luís Rollán, uno de los colaboradores de 'El programa del verano' (Telecinco), esperpento matinal de la cadena amiga, durante un debate supuestamente informativo. Y se queda tan ancho. Analizando el contenido de la frase, ésta resulta tan patética como reveladora. Patética por razones obvias. Reveladora puesto que, pronunciada con confianza y en un tono de voz elevado, es capaz de hacer creer al mayor majadero que es un avezado periodista de investigación. Y es que en agosto, con los calores, la sarama se pudre con mayor rapidez.
Los gurús de la comunicación audiovisual saben perfectamente que, cuando llega el verano y suben las temperaturas, las escasas neuronas de la pequeña pantalla que han sobrevivido a la temporada, se abotargan y pueden llegar a morir. Ese macabro campo de batalla es el ambiente ideal para la vida de las bacterias termófilas televisivas, unos agentes especializados en procesos de descomposición de programaciones e intelectos.
Fíjense si no en la versión estival de 'Aquí hay tomate'. Lo que durante todo el año fue simplemente una gran porquería, se ha convertido en una auténtica montaña de estiércol. Lo que fue un vulgar despojo, ahora es pestilente detritus: apesta como una piscina olímpica hasta arriba de purines. Un proceso de descomposición de residuos intelectuales que se acelera durante este mes, y que podemos apreciar en toda su grandeza simplemente observando a los nefastos presentadores veraniegos del programa estrella de Telecinco.
Víctor Sandoval es la versión afeminada de Jorge Javier Vázquez. No les digo más. La misma mala baba, similar falta de respeto, absoluta carencia de jovenlandesal, desconocimiento de conceptos como dignidad o rigor... Añádanle a ese nauseabundo perfil un patético temblequeo facial, seguramente producto de la inseguridad, cada vez que se dirige a la cámara. Y algunos desajustes en la entonación, con inflexiones dignas de soprano capón.
Su compañera Francine Gálvez es el negativo de Carmen Alcayde. Y no es una broma sobre la pigmentación. Es una realidad profesional. Menos dotada físicamente, Gálvez no parece mucho más dotada intelectualmente.
Presentando el 'Tomate' regresa a las catacumbas de la profesión: demuestra cómo una periodista, después de presentar un informativo, puede alcanzar las más altas cotas de la miseria.
Y es que en verano la televisión es igual, pero huele peor.
http://www.elmundo.es/elmundo/descodificador.html?a=0fa415151d9fffc28a259d837255138e&t=1187899110
