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Será en Octubre
La ruina del cine español: el 77% de las películas recaudan menos de 10.000 euros y el 40% menos de 1.000- Libre Mercado
A la cosaaaaaaaa. MASIVAMENTE.
La ruina del cine español: el 77% de las películas recaudan menos de 10.000 euros y el 40% menos de 1.000
La película española Todos los caminos de Dios tan sólo tuvo un público de dos espectadores.
Estos días, tras la resaca de la gala de los Goya, los protagonistas del mundo de la cultura siguen jactándose y presumiendo de hacer buen cine, películas de calidad, inteligentes y sólo aptas para mentes brillantes y sensibles. Pero el público no opina lo mismo. Al menos así lo refleja el Ministerio de Cultura, que recoge las cifras de recaudación y espectadores del cine patrio.
Los datos no dejan lugar a dudas de la ruinosa situación de la industria, dadas las bajas cifras de ingresos y público, y, aunque bien es cierto que algunas cintas, como Fe de Etarras o Pieles, de Netflix, tan sólo se estrenaron en salas aisladas para optar a premios, y otras, como La llamada y Magical Girl se exhibieron en años previos, y, por tanto, no incluyen todos los ingresos obtenidos, la recaudación de 2018 sigue dejando mucho que desear en términos generales.
Tres euros por película
Hechas dichas matizaciones, el dinero facturado en taquilla el pasado año arroja las siguientes cifras. La película Todos los caminos de Dios obtuvo una recaudación de 3 euros con sólo dos espectadores. La misma suerte corrió Un dia perfecte per volar de Alfa Pictures, que obtuvo 6 euros y a la que fueron dos espectadores. Un poco mejor mejor parada sale el film Converso, que llegó a tener 6 espectadores que dejaron en la taquilla 22 euros.
Los actores se empeñan en defender sus papeles, los directores sus obras, pero el público en España no parece llegar a entender títulos tan bizarros como Quinqui Stars, No sé decir adiós, La higuera de los bastardos, Miriam Miente, Yo la busco, La palabra justa, Apocalipsis Voodoo, El lugar de las fresas, Becquer y las brujas, fruta y amada, Llueven vacas... Si algo tienen en común estos largometrajes es que ninguno ha llegado a superar los 100 euros en entradas.
Bancarrota cinematográfica
En una categoría superior aparecen películas como Proxeneta, paso corto, mala leche, que ingresó 2.445 euros y a la que acudieron 723 espectadores, mientras que Niñato no alcanzó ni los 8.000 euros en taquilla.
De un total de 310 películas españolas expuestas en los cines, el 77% recaudó menos de 10.000 euros y el 40% menos de 1.000 en 2018. El negocio no da ni para pipas y las salas se quedan desiertas y a oscuras. Las obras estrenadas apenas consiguieron llenar las butacas, con unos ingresos totales de poco más de 100 millones de euros en 2018.
Teniendo en cuenta que este sector recibe cada año una media de 80 millones de euros en subvenciones públicas, la ruina es absoluta, y ya no hablemos para el maltratado contribuyente, que, sin que nadie le pregunte, paga impuestos obligatoriamente para sufragar los gastos de la industria del celuloide.
El motor del cine español: las subvenciones
El espectador castiga en la taquilla y ya pueden los artistas subir a atriles, recoger premios, alabarse los unos a los otros, clamar al cielo y darse golpes en el pecho por lo bien que se ha hecho que nadie podrá discutirlo porque, básicamente, son pocos los españoles que apuestan por el cine nacional.
Así tenemos que, por ejemplo, la cinta La Fiesta de los locos generó 105 € y fueron a verla 21 personas. La manzana de Eva, El pintor de calaveras o Selfie apenas han llegado a los 300 euros de recaudación por película.
Si poco suena la caja registradora del cine español, menos le suena al espectador títulos como Blackwood, Mi querida cofradía, Formentera Lady, Singled, I hate New York, Notec o Tierra Firme. Sus productores no llegaron ni a los 5.000 euros por película y en el mejor de los casos a los 80.000. Hay que decir que en el caso de estos films, las inversiones fueron aún mayores, pero ni por esas. Las millonarias subvenciones sólo sirven como motor de un cine que nadie demanda ni ve. Y, obviamente, llenan los bolsillos de los creadores de producciones fracasadas. Y así, ¿importará a los directores si nadie va a consumir su cine?
A la cosaaaaaaaa. MASIVAMENTE.