La respuesta europea a la crisis energética es un “esquema Ponzi”

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La respuesta europea a la crisis energética es un “esquema Ponzi”
La UE lucha por aliviar su problema energético. Los impuestos extraordinarios y las subvenciones a la energía no han ayudado. Algunos dicen que las propuestas del bloque son un esquema Ponzi.
6 de septiembre de 2022


Los dirigentes de la Unión Europea se han esforzado estos días por encontrar una solución duradera a una crisis energética que se agrava día a día. Sin embargo, la forma en que están abordando la solución es poco probable que produzca resultados duraderos. Y hasta ahora, se ha comparado con un esquema Ponzi. “Una de las palancas políticas más fáciles, si se quiere, es que se puede aprobar un proyecto de ley, apropiarse del dinero y darlo a los ciudadanos para que paguen sus facturas de electricidad”, dijo el ex secretario de Energía Dan Brouilette a la CNBC esta semana.
Y se mostró de acuerdo cuando se le preguntó si el planteamiento podía compararse con un esquema Ponzi. Sin embargo, parece que el impuesto extraordinario y las subvenciones a la energía son solo el principio, y el producto final podría resultar mucho peor que un esquema Ponzi.
El Financial Times informaba esta semana de que la UE está buscando amplias competencias sobre las empresas de los Estados miembros, que básicamente permitirían a Bruselas decir a estas empresas qué producir, cuánto y a quién vender en tiempos de crisis. La definición de crisis sería una prerrogativa de la misma UE.
“Nos preocuparía mucho que esta propuesta se adoptara de forma tan intervencionista”, dijo Martynas Barysas, ejecutivo de BusinessEurope, una asociación de empresarios.
“Podría obligar a los Estados miembros a anular el derecho contractual, obligar a las empresas a revelar información comercialmente sensible y a compartir sus productos almacenados o dictar su producción bajo cualquier tipo de crisis que la comisión decida”, explicó.
Otro informe, elaborado por Bloomberg, se centraba en las medidas de intervención directa en el mercado energético que está estudiando Bruselas. El informe citaba varios rescates a los que tuvieron que recurrir los gobiernos de Alemania, Suecia y Finlandia para evitar que las empresas de servicios públicos se hundieran a causa de la crisis de precios, como los hechos que impulsaron al bloque a actuar.
La acción en sí, que se debatirá en una reunión de ministros de energía el viernes, consiste en limitar las importaciones de gas ruso, limitar temporalmente el precio del gas utilizado en la generación de electricidad y suspender el comercio de derivados de la energía en un intento de impulsar la liquidez en el problemático mercado de la electricidad.
Los precios del gas natural en Europa se han disparado un 400 % en el último año. La crisis comenzó por estas fechas el año pasado y los acontecimientos de Ucrania de este año no han hecho más que agravar gravemente una situación que ya era mala.
Las soluciones son complicadas.
Sin embargo, para Dan Brouillette, presidente de Sempra Infrastructure, presente en el negocio del GNL, la solución es fácil: Para la propia Europa, sustituir una dependencia por otra no es lo mejor, aunque las relaciones políticas con Estados Unidos sean muy diferentes de las relaciones con Rusia.
Sin embargo, la energía limpia “de cosecha propia”, como la llamó la semana pasada la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, tampoco es una solución, por razones puramente físicas. No hay suficientes materias primas en el mundo para que Europa dependa al 100 % de la eólica y la solar. Y eso sin mencionar la dependencia mundial de las tierras raras y la capacidad de procesamiento de litio de China.
A Europa le espera un invierno difícil de afrontar. A medida que los intentos de hacer frente a la situación se vuelven cada vez más desesperados antes de que empiecen a llegar las primeras facturas de la temporada de calefacción, esta desesperación está llevando a una dirección cada vez más intervencionista. Esto ya ha llevado a algunos a acusar a la UE de ser autoritaria y han aparecido comparaciones con la Unión Soviética en las redes sociales.
La gente ya está protestando contra las políticas energéticas de los países europeos y habrá más protestas a medida que el otoño avance hacia el invierno. Lamentablemente, aparte de la intervención directa en los mercados energéticos y de un “esquema Ponzi” para los hogares, los gobiernos europeos no tienen muchas cartas que jugar.


 
Pues claro que lo es, no se puede limitar artificialmente el precio de un bien por mucho que el político de turno lo diga. La producción de energía en la UE se basa en renovables y quemar gas ruso, que hasta hace poco era barato, por razones puramente ideológicas. Ahora están en un callejón sin salida porque no hay alternativa barata a corto plazo para sustituir el gas y se han pasado de frenada con las sanciones a Rusia. Además, todo el mundo creía que Ucrania caería en pocos días y ahí están los rusos que no han tenido huevones de invadir ni medio país. Cuando se toman decisiones en base a criterios progres en lugar de criterios técnicos pues ocurren estas cosas.
 
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