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Madmaxista
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DÍA DE LA MUJER
Nunca antes una chica logró plaza en la línea de vanguardia del cuerpo anti incendios del Ayuntamiento de la capital. Virginia jovenlandesales acaba de aprobar la dura oposición
La primera bombera de la historia de MadridEL MUNDO
«De pequeña veía a los bomberos y me chiflaba», confiesa a GRAN MADRID. Por un lado, a Virginia le atraía el altísimo «componente físico y de superación» que exige el Cuerpo. Por otro, el imaginario colectivo clásico: «Les veía subir las cuerdas, correr con los trajes, ayudar a la gente... y pensaba: 'Buah, que pasada, tiene que ser la leche'».
Un sueño que, sin embargo, «por circunstancias de la vida» dejó aparcado durante décadas. «Estudié INEF y me licencié en plena crisis económica», confiesa. La tesitura le llevó a trabajar en una empresa familiar que fabrica componentes mecánicos. «Nada que ver con lo que a mí me gustaba», cuenta. «Miraba el tema [de hacerme bombera] pero lo dejaba porque no había chicas, no había referentes y me absorbía el día a día».
Entonces, la llegada de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del el bichito-19 lo cambió todo. «Entré en un ERTE y fue lo que me empujó a decir: 'Hasta aquí. No quiero volver a lo que estaba haciendo porque no soy feliz y voy a apostar por lo que me gusta. El momento es ahora y voy a darme una oportunidad'».
Perseguir su sueño era una apuesta arriesgada que pasaba por dejar su trabajo y dedicarse en cuerpo y alma a preparar una de las oposiciones más duras de España. Además, con la estadística en su contra, ya que en los 128 años de historia del Cuerpo de Bomberos de Madrid jamás había habido una bombera especialista. Hasta que llegó Virginia.
Sin embargo, también contaba con elementos a su favor: su formación en INEF, un pasado como futbolista en la Segunda División femenina, el apoyo de su familia -especialmente de su abuelo, la persona «que más orgullosa se sentiría»- y, sobre todo, una determinación de hierro.
«Por mi complexión (con una estatura de 1,64 metros), la gente me decía: 'Ésta no puede ni 20 kilos'». Se equivocaban. Gracias a casi tres años de régimen y disciplina espartanos, Virginia es capaz de hacer 33 dominadas (levantar su propio peso en suspensión agarrada a una barra) y de superar todas las pruebas de ingreso -carrera de velocidad, resistencia, fuerza, palear arena, mover sacos...- por delante de la mayoría de los hombres en la oposición; una convocatoria pública de empleo a la que se presentó por primera vez y en la que 1.500 personas competían por 85 plazas. «En 2020 hubiera firmado ser la 85», cuenta. Sin embargo, su resultado fue infinitamente mejor: el 41, y tras superar las pruebas físicas dos semanas después de lesionarse.
«Me rompí el isquitiotibial [el grupo de músculos que ayudan a extender la pierna hacia atrás y doblar la rodilla] y se me vino el mundo abajo. Sobre todo, porque había quedado la número 17 en la parte del temario y pensé que todo se iba al garete», recuerda.
Entonces, dio con Adrián, su actual fisioterapeuta, que le recomendó una dieta antiinflamatoria: «No me mandó ningún medicamento: ni ibuprofeno ni nada. Todo natural. Tampoco me dejó ponerme hielo y me tuve que quitar todas las toxinas. Cero café, hidratos y azúcar. Solo comía dos veces al día y solo podía ser verdura al vapor y carnes muy grasas», recuerda.
La disciplina de la dieta logró lo que parecía imposible: una recuperación casi milagrosa en la que su pierna solo flaqueó durante el ejercicio de carrera de resistencia, en el que logró un tiempo un poco peor de lo esperado. Aun así, fue más que suficiente para aprobar.
Ahora, con la alegría de haber cumplido su sueño y hacer historia durante la semana del Día de la Mujer, Virginia aguarda el día de ponerse el uniforme con la ilusión de aquella niña que soñaba con ser bombera. «Esta semana nos citarán para darnos la ropa y la documentación. El 21 de marzo empezamos la formación, que durará hasta finales de junio. Después, rotaremos por los parques unas semanas y nos incorporaremos a uno de ellos», explica ilusionada.
¿A cuál le gustaría ir? «A alguno que tenga muchas salidas y mucho movimiento», cuenta hambrienta de acción.
Allí verán a Virginia, haciendo historia mientras apaga fuegos mano a mano con los hombres que (hasta su llegada) engrosaban de forma exclusiva las plazas de especialista del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid.
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- DANIEL J. OLLERO
@danieljollero
Madrid
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Un sueño que, sin embargo, «por circunstancias de la vida» dejó aparcado durante décadas. «Estudié INEF y me licencié en plena crisis económica», confiesa. La tesitura le llevó a trabajar en una empresa familiar que fabrica componentes mecánicos. «Nada que ver con lo que a mí me gustaba», cuenta. «Miraba el tema [de hacerme bombera] pero lo dejaba porque no había chicas, no había referentes y me absorbía el día a día».
Entonces, la llegada de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del el bichito-19 lo cambió todo. «Entré en un ERTE y fue lo que me empujó a decir: 'Hasta aquí. No quiero volver a lo que estaba haciendo porque no soy feliz y voy a apostar por lo que me gusta. El momento es ahora y voy a darme una oportunidad'».
Perseguir su sueño era una apuesta arriesgada que pasaba por dejar su trabajo y dedicarse en cuerpo y alma a preparar una de las oposiciones más duras de España. Además, con la estadística en su contra, ya que en los 128 años de historia del Cuerpo de Bomberos de Madrid jamás había habido una bombera especialista. Hasta que llegó Virginia.
Sin embargo, también contaba con elementos a su favor: su formación en INEF, un pasado como futbolista en la Segunda División femenina, el apoyo de su familia -especialmente de su abuelo, la persona «que más orgullosa se sentiría»- y, sobre todo, una determinación de hierro.
«Por mi complexión (con una estatura de 1,64 metros), la gente me decía: 'Ésta no puede ni 20 kilos'». Se equivocaban. Gracias a casi tres años de régimen y disciplina espartanos, Virginia es capaz de hacer 33 dominadas (levantar su propio peso en suspensión agarrada a una barra) y de superar todas las pruebas de ingreso -carrera de velocidad, resistencia, fuerza, palear arena, mover sacos...- por delante de la mayoría de los hombres en la oposición; una convocatoria pública de empleo a la que se presentó por primera vez y en la que 1.500 personas competían por 85 plazas. «En 2020 hubiera firmado ser la 85», cuenta. Sin embargo, su resultado fue infinitamente mejor: el 41, y tras superar las pruebas físicas dos semanas después de lesionarse.
«Me rompí el isquitiotibial [el grupo de músculos que ayudan a extender la pierna hacia atrás y doblar la rodilla] y se me vino el mundo abajo. Sobre todo, porque había quedado la número 17 en la parte del temario y pensé que todo se iba al garete», recuerda.
Entonces, dio con Adrián, su actual fisioterapeuta, que le recomendó una dieta antiinflamatoria: «No me mandó ningún medicamento: ni ibuprofeno ni nada. Todo natural. Tampoco me dejó ponerme hielo y me tuve que quitar todas las toxinas. Cero café, hidratos y azúcar. Solo comía dos veces al día y solo podía ser verdura al vapor y carnes muy grasas», recuerda.
La disciplina de la dieta logró lo que parecía imposible: una recuperación casi milagrosa en la que su pierna solo flaqueó durante el ejercicio de carrera de resistencia, en el que logró un tiempo un poco peor de lo esperado. Aun así, fue más que suficiente para aprobar.
Ahora, con la alegría de haber cumplido su sueño y hacer historia durante la semana del Día de la Mujer, Virginia aguarda el día de ponerse el uniforme con la ilusión de aquella niña que soñaba con ser bombera. «Esta semana nos citarán para darnos la ropa y la documentación. El 21 de marzo empezamos la formación, que durará hasta finales de junio. Después, rotaremos por los parques unas semanas y nos incorporaremos a uno de ellos», explica ilusionada.
¿A cuál le gustaría ir? «A alguno que tenga muchas salidas y mucho movimiento», cuenta hambrienta de acción.
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Pocas personas pueden presumir de cumplir su sueño de infancia y haber hecho historia al mismo tiempo. Sin embargo, Virginia jovenlandesales Manzanares (35) puede enorgullecerse de ello....
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