La plata: un viejo recurso.
Jose Yacamán apuntó que desde hace mucho tiempo se sabe que la plata tiene propiedades bactericidas. ‘‘Los colonizadores de Norte América mantenían una moneda de plata en sus cantimploras para purificar el agua’’. Asimismo, recordó que cuando antaño los bebés eran alimentados con cucharas de plata, se observaba que eran más sanos que los que no las usaban. En tiempos de Porfirio Díaz, el nitrato de plata fue uno de los elementos más importantes de las políticas públicas de salud, pues se aplicaba en los ojos de los niños recién nacidos para evitar infecciones bacterianas ocasionadas por Chlamydia trachomatis y Neisseria gonorrhoeae, o bien virales, como el herpes. ‘‘Esa sola medida disminuyó la ceguera en este país en un 95 por ciento’’.
Los iones de plata dan el pasaporte a las bacterias mediante un mecanismo que todavía no es muy claro, pero algunas han desarrollado ya resistencia a los iones de plata.
Hoy en día muchas aplicaciones de la plata se basan en iones de plata. ‘‘Lo que nosotros proponemos es utilizar, en lugar de éstos, nanopartículas, del orden de dos nanómetros, que tienen un efecto directo sobre las bacterias y bichito’’.