La Pija y la Quinqui, el fenómeno pódcast de la generación Z desembarca en la televisión: "pocos han entrevistado a un presidente a los 25"

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La Pija y la Quinqui, el fenómeno pódcast de la generación Z desembarca en la televisión: "No somos referente, pero pocos han entrevistado a un presidente a los 25"
Actualizado Jueves, 28 diciembre 2023 - 01:28

Mariang Maturana y Carlos Peguer se convierten en estrellas del canal en el que empezaron como guionistas: "Es fácil identificarse con nosotros, pero somos más bien un ejemplo de todo lo que no hay que hacer"
La Pija y la Quinqui

Mariang Maturana y Carlos Peguer, La Pija y la Quinqui, posan en el plató de La Playzlist.ÁNGEL NAVARRETE
Poco antes de llegar al estudio, en el corazón del barrio madrileño de la Guindalera, hay un local cerrado que otrora fue restaurante con un rótulo que es todo un oxímoron: Bahía de Extremadura. Un poco más adelante, un cine abandonado se alquila para oficinas. Se mantiene en pie, en la acera de enfrente, un negocio añejo de mudanzas y guardamuebles.
En el bajo de un portal anodino se escucha más barullo del esperado. Fuertes carcajadas sobresalen por encima del murmullo general. A la derecha, una quincena de personas coloca cámaras, focos y atrezzo en un plató que reproduce un apartamento tan blanco que ciega; a la derecha, Mariang Maturana y Carlos Peguer repasan el guion en un set de maquillaje pequeñísimo. Visto desde fuera, uno se diría en esa cocina minimalista en la que empezó La Pija y la Quinqui, lata de cerveza en mano.
No fuerzan nada, son tal cual se venden. Esa naturalidad es la que conquistó a la generación Z, para empezar; a Rosalía, para continuar; a Pedro Sánchez en plena campaña electoral; y a las televisiones, en consecuencia.
Carlos y Mariang, la Pija y la Quinqui, respectivamente, empezaron su carrera profesional como guionistas en el equipo que hoy los arropa como estrellas. "Es una relación que empezó como iguales, así que el ambiente está ya creado, y eso lo hace todo mucho más fácil", asegura él. Cada miércoles estrenan un nuevo capítulo de La Playzlist en RTVE Play y en YouTube, un magacín musical con invitados de excepción y vertebrado por una Tier List, una herencia del mundo gamer que ordena de peor a mejor una serie de conceptos en torno a un tema. Hoy, el tema en cuestión son las familias: qué parejas famosas adoptarías como padres... o no.
La Pija y la Quinqui
La cantante Belén Aguilera, en La Playzlist.ÁNGEL NAVARRETE
Arranca el rodaje. En el gag que da paso a la intro, Carlos hace como que riega su planta blanca con su regadera blanca: "¿Lo hago guarro?", pregunta, y perrea hasta el suelo. "¿Ha quedado creíble?", pregunta cuando cortan. Mariang entra sin llamar y suenan aplausos enlatados: "¡Creo que ya no estamos en Chamberí sino en una sitcom de los 90!", exclama. "Así es como se crean los juguetes rotos", musita la murciana la enésima vez que repiten la escena. Será lo último que repitan y prácticamente la última vez que corten: la naturalidad que los ha llevado al estrellato radica, precisamente, en no ser demasiado perfeccionistas.
Antes de seguir, es necesaria una advertencia: en esta entrevista conjunta a un dúo mediático sus miembros no estarán de acuerdo prácticamente en ninguna pregunta. Es más, alrededor del 80% dará lugar a discusión. ¿Son la Pija tan pija y la Quinqui tan quinqui como las pintan? "Por supuesto que no", arranca Mariang, "hay un fallo de base, y es que tendría que haber sido la pija y la punki, yo soy más punki que quinqui". "Yo no soy pijo", niega la mayor Carlos, "yo soy cómodo: me gusta no tener que cocinar, me gusta que me lleven a los sitios...". "¡Sí que lo eres!", ataca Mariang, "tienes un saber estar pijo". La cosa baja igual de rápido que sube: "Ésa es tu opinión, yo no soy pijo".
Carlos y Mariang se conocieron mucho antes de que la Pija y la Quinqui estuviera siquiera en los sueños de ninguno de ellos. Él era un adolescente de Don Benito, Badajoz; ella, lo mismo en su Cartagena natal. 14 años tenían en el año 2014. Eche cuentas. Aún conservan el primer intercambio de tuits que derivó en una amistad que derivó en una influencia mediática a la que no se resiste ni Pedro Sánchez. De aquello hace casi 10 años. Cuando Carlos cumplió los 18, Mariang se plantó en la puerta de su instituto, de sorpresa, para desvirtualizarse. "Nos fuimos a comer al 100 Montaditos y después vimos una peli mega petarda con pizza en mi casa", cuenta él. "Hicimos lo que la gente que nos critica diría que hacemos a día de hoy", agrega ella. No aclara si efectivamente, es lo que hacen.
La Pija y la Quinqui
Samantha Hudson, en La Playzlist.ÁNGEL NAVARRETE
Ya en Madrid, del encierro de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo surgió la inspiración que parió uno de los podcast más escuchados de España y, sin duda, el más influyente entre los jóvenes. Carlos necesitaba desahogarse, a Mariang le pareció un plan divertido y el resto es Historia. "Lo de referente generacional me parecen palabras mayores", protesta ella, "el poder de llegar a una masa generacional está tan democratizado que yo creo que ya no hay referentes. Es fácil identificarse con nosotros, pero somos más bien un ejemplo de todo lo que no hay que hacer". Él matiza, lo que no quiere es ser un referente, pero no niega que lo sea: "Normalmente, la gente de nuestra edad no entrevista al presidente del Gobierno...".

Ah, a Pedro Sánchez -perdón, Pedro Sánchez- hemos llegado. Camisa tonalidad salmón remangada y gesto relajado. En mitad de la tournée electoral del candidato socialista por televisiones y radios, un tuit: "Deseando ir. Decidme cuándo y dónde. Allí estaré". "Tardó en gestarse un día, de locos", recuerdan. ¿Y cómo es un presidente sentado a la mesa de la cocina? "Pues es muy alto, y la verdad es que fue muy majo", describe Carlos, "tampoco es que charláramos mucho con él ni antes ni después, vino con la agenda muy apretada, pero el episodio no tiene literalmente nada de edición. Fue tal cual". "Podría hacer perfectamente de Clark Kent en una película de Superman", resume Mariang, "su forma de hablar, de moverse, es muy de personaje de cómic".

Antes de Sánchez, otra celebridad propulsó al dúo al estrellato del audio aunque, todo hay que decirlo, ya tenían cerrado un contrato con Spotify. ¿A quién deben más la Pija y la Quinqui, a Pedro Sánchez o a Rosalía? No dudan ni un segundo: a Rosalía. "Ella abrió la puerta para que empezaran a venir artistas más importantes", reconoce Mariang, "aunque nosotros llevamos la selección de invitados de una forma muy personal: hay gente muy subida de peso que ha querido venir y le hemos dicho que no porque nos caía mal". De nombrar al pecador, ni palabra.
El caso es que de un entretenimiento casero a este rodaje en la televisión pública, amén de otro que acaban de terminar en Atresmedia y que verá la luz próximamente, han pasado menos de dos años, infinidad de momentos virales y muchas llamadas que jamás creyeron que recibirían. "Estamos haciendo televisión porque nos han presentado oportunidades que nos interesaban, pero tampoco es nuestro objetivo", asegura Carlos, "seguimos teniendo el público que realmente queremos y el que nos mueve con nuestro podcast. Al final, es nuestra esencia".
La Pija y la Quinqui
La Pija y la Quinqui, en el plató de la Playzlist.ÁNGEL NAVARRETE
¿Y no crece el miedo a la cancelación al saltar a los medios de masas? "No hay absolutamente nada que pueda decir que pueda ser cancelable", zanja Mariang, "no tengo esa falta de empatía. Sé perfectamente lo que es nocivo en el mundo real, lo que puedo decir y lo que no".





Y ahora mis dos céntimos sobre el tema, como dijo aquel.
¿Recordáis cuando en las películas de ciencia ficción distópica de finales de los 80 y mediados de los 90 se nos mostraban a artistas y periodistas "modernos" con pintas estrafalarias, que no aportaban nada a la trama, y que uno desearía poder entrar en la pantalla a darles de palos?

Pues eso es lo que tenemos a día de hoy con estos podcast.
Hace 20 años lo más parecido sería ver a un grupo de colegas fumando porros y diciendo chorradas en una radio local. Y hasta esas cosas tenían más calidad que lo que hay ahora.

Lo que hacen a día de hoy estos, las Hernad, los de YuVodafone ese o como se llame, y todos los que llervan ese rollo es tener en una mesa a gente que se comporta como adolescente estultoes, con una cultura nímia, una incapacidad de expresar y conectar ideas con un mínimo de ingenio, y que sólo destacan por su estridencia fingida, su estupidez manifiesta, y su inmadurez mononeuronal.

Pero como los que controlan el cotarro, son los que son, pues tu te lo comes.

"Llevo sin ver televisión 20 años"

Da igual.
A no ser que vivas en un monasterio ortodoxo griego o en medio del monte, no te vas a librar de escuchar o presenciar estas insensateces, aunque estés en un bar Paco perdido en un pueblo extremeño.

Porque aunque usted no vea la tele, esta "estética" frutapénica, ese discurso speedico de niños Disney puestos hasta el ojo ciego de katovit, ese gaiismo afectado como de lgtb de provincias de los años 80, esa cutrez vacía, ese imaginario con olor a lubricante, porro y colonia barata, esa cosa, en definitiva, lo inunda TODO.
 
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Ahora estoy con la digestión y no es plan.

Pero la verdad, tampoco creo que entre a leerlo luego.

A los monstruos no mirar.
 
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