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La pareja de Ayuso usó un “testaferro” sin ingresos para facturar 1,6 millones de euros
VENTA FANTASMA DE banderillaS
Alberto González ideó un “plan organizado” para reducir “o incluso neutralizar íntegramente” sus obligaciones tributarias, según el informe de la Agencia Tributaria
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso da un discurso en pleno escándalo por los negocios de su pareja
EFE/Chema Moya
Carlota Guindal
Joaquín Vera
19/03/2024 06:00 Actualizado a 19/03/2024 08:47
Alberto González, pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, ideó un “plan organizado” a través de comportamientos “mendaces” para reducir “o incluso neutralizar íntegramente” sus obligaciones tributarias, según el informe de la Agencia Tributaria que dio origen a la denuncia de la Fiscalía por dos delitos fiscales y uno de falsedad documental.
El documento, al que ha tenido acceso La Vanguardia, refleja cómo González utilizó lo que se califica de “posible testaferro” para hacer facturas falsas por valor de 1,6 millones de euros. El objetivo era fingir trabajos realizados para desgravarse impuestos después de incrementar de manera “extraordinaria” su facturación.
VIDEO
Montero cree que Ayuso mintió sobre los delitos fiscales de su pareja
Lee tambiénLa pareja de Ayuso actuó de forma "mendaz" para evitar pagar a Hacienda con facturas falsas
CARLOTA GUINDAL
González utilizó para ello varias fórmulas. Una de ellas fue utilizar a un hombre, Maximiliano E.Niederer, ciudadano mexicano con residencia española. Lo primero que hizo con él fue un contrato entre la empresa de la pareja de Ayuso, Maxwell, y MKE Manifacturing SA, por la que se facturó una comisión de 620.000 euros. Supuestamente se pagaba a Niederer, para que comercializase sus servicios de proyectos sanitarios en la sanidad pública de México.
Un año después, y utilizando la misma mecánica, González volvió a recurrir a su “testaferro”. En esta ocasión, se había constituido una empresa de Costa de Marfil, en la que él aparece como socio. González firmó a través de su empresa dos contratos. Uno con esta empresa marfileña, Gayani Sl, por la que se cerraba una comisión del 3,5% si encontraba negocio en el país. El otro contrato lo firmó con DBT, con una comisión del 7,5% para el suministro de dos millones de banderillas contra el el bichito-19 si se lograba una adjudicación con el gobierno del país africano.
Durante la inspección, se llamó a declarar a Maximiliano. Primero se le preguntó por el contrato de NKE. Su respuesta fue “no conozco a esta empresa; no he sido ni será representante de esta empresa”. Ni siquiera cuando el inspector le recordó que había firmado un contrato de más de un millón de euros.
VIDEO
Ayuso rechaza dimitir y denuncia un caso "turbio de los poderes del Estado" contra su pareja
Cambio de versión
Seis días después y tras reconocer que había hablado con González se desdijo de su declaración reconociendo que por un error de “urgencia” su firma había quedado reflejada.
Al inspector no le convenció y miró sus datos. Descubrió que tiene permiso de residencia desde hacía cinco años y nunca había declarado a Hacienda. La explicación ofrecida al inspector es que vivía de préstamos de familiares y amigos. Desde 2019 recibía ingresos de su progenitora. “Nos hace pensar que pudiéramos estar ante la figura de un posible testaferro”.
Sobre el contrato de Costa de Marfil, tanto González como Niederer intentaron “liar un poco más la situación” con “mucha palabrería y sin aportar datos relevantes o pruebas contundentes” a las preguntas del inspector. El argumento es que aunque el negocio de las banderillas nunca se llegó a ejecutar, la empresa Gayani se cobró la factura, que casualmente acabó en una cuenta del mexicano en España, por 922.585 euros. Eso sí, González, al conocer que le estaban inspeccionando, las anuló en un intento infructuoso de salvarse de la denuncia.
www.lavanguardia.com
VENTA FANTASMA DE banderillaS
Alberto González ideó un “plan organizado” para reducir “o incluso neutralizar íntegramente” sus obligaciones tributarias, según el informe de la Agencia Tributaria
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso da un discurso en pleno escándalo por los negocios de su pareja
EFE/Chema Moya
Carlota Guindal
Joaquín Vera
19/03/2024 06:00 Actualizado a 19/03/2024 08:47
Alberto González, pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, ideó un “plan organizado” a través de comportamientos “mendaces” para reducir “o incluso neutralizar íntegramente” sus obligaciones tributarias, según el informe de la Agencia Tributaria que dio origen a la denuncia de la Fiscalía por dos delitos fiscales y uno de falsedad documental.
El documento, al que ha tenido acceso La Vanguardia, refleja cómo González utilizó lo que se califica de “posible testaferro” para hacer facturas falsas por valor de 1,6 millones de euros. El objetivo era fingir trabajos realizados para desgravarse impuestos después de incrementar de manera “extraordinaria” su facturación.
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Montero cree que Ayuso mintió sobre los delitos fiscales de su pareja
Lee tambiénLa pareja de Ayuso actuó de forma "mendaz" para evitar pagar a Hacienda con facturas falsas
CARLOTA GUINDAL
González utilizó para ello varias fórmulas. Una de ellas fue utilizar a un hombre, Maximiliano E.Niederer, ciudadano mexicano con residencia española. Lo primero que hizo con él fue un contrato entre la empresa de la pareja de Ayuso, Maxwell, y MKE Manifacturing SA, por la que se facturó una comisión de 620.000 euros. Supuestamente se pagaba a Niederer, para que comercializase sus servicios de proyectos sanitarios en la sanidad pública de México.
Un año después, y utilizando la misma mecánica, González volvió a recurrir a su “testaferro”. En esta ocasión, se había constituido una empresa de Costa de Marfil, en la que él aparece como socio. González firmó a través de su empresa dos contratos. Uno con esta empresa marfileña, Gayani Sl, por la que se cerraba una comisión del 3,5% si encontraba negocio en el país. El otro contrato lo firmó con DBT, con una comisión del 7,5% para el suministro de dos millones de banderillas contra el el bichito-19 si se lograba una adjudicación con el gobierno del país africano.
En las labores de investigación del instructor de Hacienda que se alargaron un año y medio, se descubrió que el plan de González no era vender banderillas a Costa de Marfil sino crear un entramado de facturas falsas para reducir su tributación. Es decir, creó una cortina de humo para hacer creer que iba a aprovechar una oportunidad de negocio en este país cuando en realidad, igual que en México, fue una “argucia legal” para reducir el pago de impuestos por el incremento de facturación los años 2020 y 2021.
Durante la inspección, se llamó a declarar a Maximiliano. Primero se le preguntó por el contrato de NKE. Su respuesta fue “no conozco a esta empresa; no he sido ni será representante de esta empresa”. Ni siquiera cuando el inspector le recordó que había firmado un contrato de más de un millón de euros.
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Ayuso rechaza dimitir y denuncia un caso "turbio de los poderes del Estado" contra su pareja
Cambio de versión
Seis días después y tras reconocer que había hablado con González se desdijo de su declaración reconociendo que por un error de “urgencia” su firma había quedado reflejada.
Al inspector no le convenció y miró sus datos. Descubrió que tiene permiso de residencia desde hacía cinco años y nunca había declarado a Hacienda. La explicación ofrecida al inspector es que vivía de préstamos de familiares y amigos. Desde 2019 recibía ingresos de su progenitora. “Nos hace pensar que pudiéramos estar ante la figura de un posible testaferro”.
Sobre el contrato de Costa de Marfil, tanto González como Niederer intentaron “liar un poco más la situación” con “mucha palabrería y sin aportar datos relevantes o pruebas contundentes” a las preguntas del inspector. El argumento es que aunque el negocio de las banderillas nunca se llegó a ejecutar, la empresa Gayani se cobró la factura, que casualmente acabó en una cuenta del mexicano en España, por 922.585 euros. Eso sí, González, al conocer que le estaban inspeccionando, las anuló en un intento infructuoso de salvarse de la denuncia.
Constatada la crudeza con la que la Agencia Tributaria ha calificado la estructura fiscal enhebrada por González, Ayuso optó por modificar su estrategia. Si el miércoles pasado asumió la defensa de su pareja, la presidenta ayer marcó distancias: “Yo respondo por la Comunidad de Madrid, que nada tiene que ver en esta historia” (...) “Las estrategias de defensa de un particular no son parte de mi responsabilidad como presidenta”, apostilló
La pareja de Ayuso usó un “testaferro” sin ingresos para facturar 1,6 millones de euros
Alberto González, pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, ideó un “plan organizado” a través de comportamientos “mendaces” para reducir “o
