castguer
Madmaxista
Hoy alguna prensa se pregunta si en España hay democracia. Y, para autoresponderse, acuden a la preguntan de si los partidos políticos son democráticos porque lo dice el art. 6 de la Constitución. Piensan que si los partidos políticos son internamente democráticos el asunto ya está resuelto y, con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho. De antemano los partidos políticos no pueden ser democráticos por su propia naturaleza. Y tampoco cabe entender que una Constitución se dedique a contemplarlos en su texto.......................................
en la actualidad, con la apropiación o secuestro de la cosa pública por parte de los Partidos, al “idiÎtes”, al ciudadano de a pie, se le veda la posibilidad de participar directamente en la gestión de los intereses que son de todos. Bentham ya se dio cuenta que en las naciones actuales, compuestas de millones de ciudadanos, se impone la necesidad de un vicariato político, representativo, y de unas estructuras que articulen las preferencias de los ciudadanos; pero en todo caso esos “entes” deberán moverse siempre en la sociedad civil, y no se les deberá ocurrir jamás conquistar el Estado. Por eso, la teoría sobre la Democracia es pertinente, pues se funda en la definición esencial del término griego “Dêmocratía”. Para un griego del siglo IV. a. de Cristo lo más parecido de nuestros partidos políticos hubiese sido la Constitución de los Treinta Tiranos, y para un Romano del siglo III a. C. lo más semejante hubiese sido la horrible época de los “Decemviros”, en la que se conculcaron todos los derechos civiles de los “cives” tan trabajosamente conquistados.....................
Sin embargo, hay que decir claramente que los problemas no son los partidos, sino su articulación y funcionamiento como exclusivos actores de la sociedad política.Su posición en el engranaje pseudo constitucional se produce de arriba hacia abajo, como flor de invernadero, dimanando del Estado hacia la sociedad civil y no al revés, de tal forma que se constituyen como verdaderas instancias u órganos administrativos en el que sólo se nos invita a participar, de tal forma que llegan ya organizados y financiados a la ciudadanía, es decir como tentáculos del Estado en lugar de nacer de la sociedad para ejercer la administración estatal, de tal forma que son inservibles para que el cuerpo electoral pueda controlar o ejercer el poder político. Pasamos así del partido único gubernamental al oligopolio competitivo del “numerus clausus” político...........................
Demos
en la actualidad, con la apropiación o secuestro de la cosa pública por parte de los Partidos, al “idiÎtes”, al ciudadano de a pie, se le veda la posibilidad de participar directamente en la gestión de los intereses que son de todos. Bentham ya se dio cuenta que en las naciones actuales, compuestas de millones de ciudadanos, se impone la necesidad de un vicariato político, representativo, y de unas estructuras que articulen las preferencias de los ciudadanos; pero en todo caso esos “entes” deberán moverse siempre en la sociedad civil, y no se les deberá ocurrir jamás conquistar el Estado. Por eso, la teoría sobre la Democracia es pertinente, pues se funda en la definición esencial del término griego “Dêmocratía”. Para un griego del siglo IV. a. de Cristo lo más parecido de nuestros partidos políticos hubiese sido la Constitución de los Treinta Tiranos, y para un Romano del siglo III a. C. lo más semejante hubiese sido la horrible época de los “Decemviros”, en la que se conculcaron todos los derechos civiles de los “cives” tan trabajosamente conquistados.....................
Sin embargo, hay que decir claramente que los problemas no son los partidos, sino su articulación y funcionamiento como exclusivos actores de la sociedad política.Su posición en el engranaje pseudo constitucional se produce de arriba hacia abajo, como flor de invernadero, dimanando del Estado hacia la sociedad civil y no al revés, de tal forma que se constituyen como verdaderas instancias u órganos administrativos en el que sólo se nos invita a participar, de tal forma que llegan ya organizados y financiados a la ciudadanía, es decir como tentáculos del Estado en lugar de nacer de la sociedad para ejercer la administración estatal, de tal forma que son inservibles para que el cuerpo electoral pueda controlar o ejercer el poder político. Pasamos así del partido único gubernamental al oligopolio competitivo del “numerus clausus” político...........................
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