Davidinho10
Himbersor
LA oleada turística INMIGRATORIA
Este es un tema que debe ser analizado con sumo cuidado para evitar que se aborde de una forma superficial, normalmente demagógica, tanto por el sistema como por los opositores xenófobos, a los que simplemente ‘les molesta’ el viajero, sin entender en absoluto la esencia del problema.
Para ello hay que distinguir en primer lugar entre ‘Conquista’, ‘inmi gración’ e ‘oleada turística inmigratoria’, pues son tres fenómenos bien distintos.
1- La conquista es una oleada turística violenta, donde la población invadida se resiste violentamente pero es vencida. Es algo que ha pasado durante toda la historia, y no se basa en lo justo o ético sino en la realidad violenta del mundo.
Inglaterra conquistó Norteamérica a los indígenas de allí, los Incas peruanos conquistaron a las tribus de Ecuador, los españoles el Perú inca, los árabes conquistaron España, la China de Mao lo hizo en el Tíbet, Israel con Palestina, Usa invadió medio México, y así muchos otros ejemplos.
La característica esencial es la violencia que comporta y la resistencia a esa conquista. No es aceptable acudir a conceptos de justicia o de ética en estos temas porque su esencia es una voluntad de agresión o conquista. La hipocresía viene cuando algunos deseos invasores pretenden que todo fue legal y justo, ocultando la realidad: fue una conquista violenta.
En otros tiempos más heroicos no se pretendía ocultar esas conquistas por la fuerza, había una ‘limpia voluntad de dominio’ sin más excusas, pero ahora Israel o la China pretenden que esas conquistas son ‘legales’ y ‘éticas’, eso es lo típico de la hipocresía democrática.
Un ejemplo algo más complejo es la esclavitud, donde el comercio de esclavos era legal, pero la violencia se efectuaba al capturar a los futuros esclavos, que por supuesto se resistían.
2- Las inmigraciones se han producido también en muchas partes, son una entrada de extranjeros sin violencia, de forma legal y planificada, que es aceptada por el país receptor, ya sea porque la llegada es temporal o bien por necesidad de aumentar la población.
Un ejemplo del primer caso es la emigración de españoles en los años 50 a Alemania para trabajar, con la idea de ahorrar dinero y volver luego a España donde habían dejado a sus familias. La mayoría de estos pagapensiones volvieron a España tras un tiempo y su cantidad era muy escasa frente a la población alemana.
El ejemplo del otro caso es la llegada a Argentina de masas de pagapensiones españoles e italianos, y otros europeos, en el siglo XIX e inicios del XX, para aumentar su población que era muy reducida para el gran territorio disponible.
En todos estos casos la población de llegada y la del país receptor eran similares y su integración fácil, la llegada era legal y controlada, y se disponía de ocupación para los recién llegados.
3- La oleada turística inmigratoria se caracteriza por la ilegalidad, la falta de petición o aceptación oficial junto a una cantidad inmigratoria muy elevada, de características muy distintas al pueblo receptor de forma que pone en peligro su integridad identitaria, cultural y vivencial.
Esta forma de oleada turística es totalmente ‘moderna’, solo hace unos 60 años se ha producido este fenómeno.
La razón principal que se alega es la diferencia de nivel de vida entre las poblaciones que llegan y las europeas, pero esta no es la razón en absoluto. La prueba es que hace 100 años las diferencias de nivel de vida entre la población de Argelia, China o jovenlandia con las de España, Francia o Inglaterra eran aun mayores que ahora, y sin embargo no había oleada turística inmigratoria. El motivo es que entonces los países europeos no aceptaban la oleada turística, no permitían la entrada masiva inmigratoria.
Nos encontramos pues con la primera de las conclusiones: la culpa de la oleada turística inmigratoria no es nunca de los pagapensiones, que entran sin violencia, no derrotando militarmente a las fuerzas invadidas, sino de los gobiernos que permiten esa oleada turística.
Este principio es ignorado normalmente por los grupos xenófobos que ven en el viajero al enemigo, cuando su afán por venir a Europa es totalmente lógico, lo que es ilógico es la política permisiva frente a una entrada ilegal masiva de pagapensiones, y esa política es la que se debe analizar ante todo.
Otra característica especial de este proceso es que no sirve en absoluto para mejorar las condiciones de vida de los países emisores de pagapensiones, al contrario, les priva de los trabajadores y la población necesaria para su propia solución. Porque esos pagapensiones no vienen a ‘ganar un dinero’ para luego volver a su país, sino que desean quedarse para siempre en Europa. De forma que este proceso no solo va a destrozar la vida europea sino que no soluciona el problema de la miseria del tercer mundo.
EL ORIGEN DE LA oleada turística INMIGRATORIA
La oleada turística inmigratoria como tal aparece en los años 60 y 70’s fundamentalmente, aunque su expansión masiva es algo posterior, pero las causas esenciales ya están asentadas en ese inicio de los años 60, y nacen de la implantación del capitalismo democrático en 1945. En cambio no se produce en el área comunista, donde no hubo oleada turística inmigratoria en países europeos como Checoslovaquia, Alemania Oriental, Hungría, Rumania, Bulgaria, la URSS, etc (mientras dominó el comunismo) demostrando, por tanto, que este es un fenómeno no provocado por una afluencia externa inevitable sino por unas causas internas de la Europa capitalista.
Las causas ideológicas de la permisividad y aparente pasividad oficial ante la oleada turística ya están en 1945, y el retraso en la presencia de la oleada turística fue solo debida a la necesidad de un tiempo para la recuperación europea después de la guerra y un tiempo para la mentalización de las masas europeas hasta conducirlas a la total pasividad.
Estas bases son fundamentalmente dos:
- La idea de un capitalismo global, un Mercado mundial, con vistas a un gobierno mundial de lo económico. Esto lleva a la idea de explotar la mano de obra barata del tercer mundo, ya sea en sus propios países como en la propia Europa.
- La exigencia de acabar con toda referencia étnica en el mundo. Eso implicaba destruir la coherencia étnica europea, para lo que había dos medios: el mestizaje o la inmi gración masiva. Ambos temas se intentaron, pero el fomento del mestizaje ha resultado un fracaso pese a la enorme propaganda realizada, pues el número de parejas mestizas en Europa es mínimo. Por tanto la llegada masiva de pagapensiones de origen no blanco era la única solución.
De esa forma se lograba mano de obra barata y dócil, y a la vez destruir la cohesión popular, logrando la idea de ‘ciudadanos del mundo’, globales, sin arraigo nacional sino solo de pasaporte, paso previo a un mundialismo total.
Los gobiernos europeos han permitido la entrada masiva, pese a que el 99% de ella ha entrado de forma ilegal, siendo muy fácil impedirlo si se hubiera querido. Esto muestra que no es un tema casual sino que era el deseo de los poderes políticos y económicos fomentar esa oleada turística.
LAS EXCUSAS PARA SU ACEPTACIÓN
Por supuesto el sistema democrático es, ante todo, hipócrita y mentiroso, de forma que esa aceptación de la oleada turística, pese a ser ilegal, se ha justificado por varias excusas, especialmente tres.
1- Las falsas razones económicas: Son un montón de mentiras bastante burdas pero repetidas constantemente.
Por ejemplo que la inmi gración masiva aumenta el PIB, cosa cierta pero totalmente negativa. El PIB total por supuesto que aumenta, pero el PIB por habitante baja. O sea, la llegada de 100 millones de congoleños a un país aumentará seguro su PIB, pero el PIB medio, la riqueza media bajaría de forma brutal. El nivel de vida es lo que importa, no el PIB total. China tiene un PIB mucho mayor que Holanda, pero ningún holandés querría vivir como el chino medio.
Otra enorme mentira es que son necesarios para mantener las pensiones de vejez. En primer lugar una gran parte de esos pagapensiones no cotizan a la Seguridad Social, pues su trabajo es ilegal o no trabajan. Pero además si ahora ayudaran a pagar las pensiones actuales, cuando ellos lleguen a la edad de pensionistas su carga será aun mucho mayor, puesto que no habrán cotizado todo el tiempo. Eso sin contar los gastos enormes de cuidado y atención a esos pagapensiones que absorben una gran parte de la ayuda social y médica.
La prueba de esta falsedad es que desde que se ha producido la oleada turística masiva, las pensiones solo hacen que bajar y el sistema es deficitario, no al revés como dicen que debería ser con su ‘tan necesaria aportación’.
2- La ayuda al Tercer Mundo: esta es otra enorme mentira que la realidad constata. Los pagapensiones aportan muy poco al país de origen puesto que no quieren volver sino quedarse con toda la familia en Europa. Ni su formación profesional ni el dinero que ganan vuelve a sus países de origen. El Tercer Mundo africano sigue en la miseria pese a los millones de viajero enviados a Europa. El problema de África no se soluciona desangrando a su población con la emigración.
3- El individualismo humanista: este si es un tema importante, porque convence a mucha gente buena, sincera. Las fotos de pagapensiones ahogados, de pagapensiones llorando y pidiendo ayuda, convencen a muchos más que todas las demás razones.
Y lo hace porque es cierto y justo darles ayuda. Solo personas insensibles pueden dejar a una persona con hambre y miseria sin ayuda, sea de la raza que sea.
El tema es que tipo de ayuda debemos dar, y por otro lado considerar el tema no como un asunto individual sino como un asunto colectivo.
O sea, es justo que los europeos se preocupen de ayudar a los pueblos en necesidad, pero eso no implica que tengan que aceptar millones de pagapensiones. De la misma forma que tenemos que ayudar a los necesitados de nuestra ciudad pero no metiéndolos en nuestra propia casa.
Por tanto la lucha de alternativa al sistema debe presentar un plan de ayuda a los países con graves problemas de supervivencia de su población, un plan justo y sobretodo eficaz, dado que los planes demo-capitalistas se han mostrado claramente inútiles tras 60 años de dar miles de millones de ayuda sin resultado alguno (donaciones que iban unidas a una explotación capitalista global).
Por otro lado ayudar al que llega a Europa necesitado, aunque sea ilegalmente, es otra obligación jovenlandesal, pero una vez ayudado en su necesidad perentoria se le debe devolver a su lugar de origen, y en todo caso nunca se le debe dar la nacionalidad ni la permanencia perpetua en Europa.
Solo con esta medida, sabiendo que nunca se les daría nacionalidad europea ni podrían quedarse aquí para siempre, se evitaría la llegada masiva de pagapensiones.
La ayuda a países con problemas se debe basar en eliminar al explotación capitalistas sobre ellos, eliminar la corrupción de sus gobernantes, comprados por las multinacionales y la finanza con cuentas en paraísos fiscales, ayudarles a que trabajen en su tierra, salir adelante por su propio esfuerzo, con nuestra ayuda pero no solo con nuestra ayuda, hay que entender que nunca dejará de haber miseria si los propios pueblos no se esfuerzan una vez eliminado el capitalismo y la corrupción.
LAS CONSECUENCIAS
La mayoría de grupos de extrema derecha xenófoba acusan a esa oleada turística inmigratoria de ser causante de robos, difusión de drojas, quitar trabajo a la gente del país ofreciéndose a muy bajos salarios, efectuar trabajos ilegales, prespitación, etc.…
Incluso a veces se denuncia que han entrado terroristas con los pagapensiones.
Aunque algunas de estas cosas sean ciertas, estos NO son en absoluto los problemas esenciales ni los que justifican fundamentalmente nuestra oposición a la oleada turística inmigratoria...
Todos estos problemas son simplemente consecuencia de la nefasta política de seguridad policial en las democracias. Son temas que deben evitarse con una acción de policía clara y contundente. Además los principales dirigentes de la droja, los mayores ladrones y los más brutales explotadores de obreros no son pagapensiones sino capitalistas europeos y sionistas.
Echar la culpa de los males propios de la sociedad decadente democrática a la inmi gración es una clara muestra de xenofobia sin sentido.
No se trata de estar contra la inmi gración masiva por su participación en los crímenes y desastres propios de la sociedad capitalista y progresista.
Las verdaderas consecuencias nefastas de la oleada turística inmigratoria no están en sus actividades ilegales sino en la destrucción de la Identidad y de la Comunidad popular.
Si la población viajero es muy numerosa, llegando a más del 20% de la población general, y aumentando progresivamente, pero además es de bases étnicas muy diferentes a la del propio pueblo receptor, se producen gravísimos problemas de convivencia y de forma de vida.
Las costumbres, las tradiciones, la sensación de comunidad, la identificación como pueblo y como historia común, el arte, las formas de ocio y de cultura, todo se destruye. Se forman guetos y compartimentos estancos entre las formas distintas de población.
¿Se va a celebrar la Navidad si un 30% de la población es fiel a la religión del amora?. Y resulta que hay ciudades o zonas donde es un 70% la población extraña a la cultura europea. La educación sobre historia o arte está basada en las formas europeas pero cuando en una escuela hay un 80% de pagapensiones no europeos todo ello es absurdo, no interesa ni les importa, no se sienten integrados en esa historia ni en esa cultura o arte.
Entonces se empieza a pedir que no se enseñe esta historia o formas culturales, para no ‘ofender’ a la población creciente inmigratoria, eso es lo que está ya pasando.
Se forman zonas donde desaparece todo vestigio de la forma de vida del pueblo receptor. Se forman bandas que imponen un tipo de ocio y de diversión completamente distinto al propio de la zona.
Todo el sentido comunitario se derrumba y queda solo el pasaporte común.
El resultado es que en unos decenios la destrucción identitaria es completa, los políticos, buscando el voto de los nuevos ‘ciudadanos’ anulan todo lo que recuerda la ‘vieja’ forma de vida y de cultura, se impone ‘el respeto y la concesión a los demás’ como excusa para anular todo lo que era propio del pueblo original.
En España ya se ha iniciado el tema con la progresiva exclusión de la historia y la literatura de las asignaturas básicas, puesto que no interesan a la masa viajero.
En las fiestas oficiales ya se ponen formas musicales o estéticas ‘multi-étnicas’, para no ‘excluir’ a los demás.
En unas décadas el sistema habrá destruido toda identidad, quedará una masa de población, no un Pueblo, y eso favorece la idea de mundialismo, de globalización, de un mundo empobrecido sin diferencias.
¿HAY SOLUCIONES?
Algunos grupos alternativos proponen soluciones más o menos posibles, pero en realidad el problema no es si se puede solucionar la oleada turística inmigratoria, ese no es el tema.
Es imposible solucionar esta situación dentro del sistema democrático capitalista y progresista.
O sea, la solución no pasa por abordar el problema inmigratorio sino por abordar una revolución absoluta contra el Sistema general actual.
Y este es uno de los errores esenciales de algunos partidos ‘nacionalistas’ que se centran en buscar el voto en la oposición a la oleada turística inmigratoria, cuando el único objetivo real y necesario es centrarse en la lucha contra el capitalismo progresista actual.
Si se destruye el sistema entonces sí que hay muchas soluciones posibles y razonables para revertir este proceso, pero esas soluciones son pura utopía y sinrazón mientras el sistema imperante sea el actual.
Por ello nuestra lucha es hoy, ahora, solo y principalmente, contra el capitalismo global, contra la decadencia ética del progresismo, por un socialismo que destruya el poder del dinero y recupere la ética personal en el pueblo, lo demás es algo posterior.
Fuente: Revista Sigfrido.
Resumen: En negrita. Recomiendo leer el texto entero, no lleva ni 3 minutos y es esencial para comprender bien el argumento.
Este es un tema que debe ser analizado con sumo cuidado para evitar que se aborde de una forma superficial, normalmente demagógica, tanto por el sistema como por los opositores xenófobos, a los que simplemente ‘les molesta’ el viajero, sin entender en absoluto la esencia del problema.
Para ello hay que distinguir en primer lugar entre ‘Conquista’, ‘inmi gración’ e ‘oleada turística inmigratoria’, pues son tres fenómenos bien distintos.
1- La conquista es una oleada turística violenta, donde la población invadida se resiste violentamente pero es vencida. Es algo que ha pasado durante toda la historia, y no se basa en lo justo o ético sino en la realidad violenta del mundo.
Inglaterra conquistó Norteamérica a los indígenas de allí, los Incas peruanos conquistaron a las tribus de Ecuador, los españoles el Perú inca, los árabes conquistaron España, la China de Mao lo hizo en el Tíbet, Israel con Palestina, Usa invadió medio México, y así muchos otros ejemplos.
La característica esencial es la violencia que comporta y la resistencia a esa conquista. No es aceptable acudir a conceptos de justicia o de ética en estos temas porque su esencia es una voluntad de agresión o conquista. La hipocresía viene cuando algunos deseos invasores pretenden que todo fue legal y justo, ocultando la realidad: fue una conquista violenta.
En otros tiempos más heroicos no se pretendía ocultar esas conquistas por la fuerza, había una ‘limpia voluntad de dominio’ sin más excusas, pero ahora Israel o la China pretenden que esas conquistas son ‘legales’ y ‘éticas’, eso es lo típico de la hipocresía democrática.
Un ejemplo algo más complejo es la esclavitud, donde el comercio de esclavos era legal, pero la violencia se efectuaba al capturar a los futuros esclavos, que por supuesto se resistían.
2- Las inmigraciones se han producido también en muchas partes, son una entrada de extranjeros sin violencia, de forma legal y planificada, que es aceptada por el país receptor, ya sea porque la llegada es temporal o bien por necesidad de aumentar la población.
Un ejemplo del primer caso es la emigración de españoles en los años 50 a Alemania para trabajar, con la idea de ahorrar dinero y volver luego a España donde habían dejado a sus familias. La mayoría de estos pagapensiones volvieron a España tras un tiempo y su cantidad era muy escasa frente a la población alemana.
El ejemplo del otro caso es la llegada a Argentina de masas de pagapensiones españoles e italianos, y otros europeos, en el siglo XIX e inicios del XX, para aumentar su población que era muy reducida para el gran territorio disponible.
En todos estos casos la población de llegada y la del país receptor eran similares y su integración fácil, la llegada era legal y controlada, y se disponía de ocupación para los recién llegados.
3- La oleada turística inmigratoria se caracteriza por la ilegalidad, la falta de petición o aceptación oficial junto a una cantidad inmigratoria muy elevada, de características muy distintas al pueblo receptor de forma que pone en peligro su integridad identitaria, cultural y vivencial.
Esta forma de oleada turística es totalmente ‘moderna’, solo hace unos 60 años se ha producido este fenómeno.
La razón principal que se alega es la diferencia de nivel de vida entre las poblaciones que llegan y las europeas, pero esta no es la razón en absoluto. La prueba es que hace 100 años las diferencias de nivel de vida entre la población de Argelia, China o jovenlandia con las de España, Francia o Inglaterra eran aun mayores que ahora, y sin embargo no había oleada turística inmigratoria. El motivo es que entonces los países europeos no aceptaban la oleada turística, no permitían la entrada masiva inmigratoria.
Nos encontramos pues con la primera de las conclusiones: la culpa de la oleada turística inmigratoria no es nunca de los pagapensiones, que entran sin violencia, no derrotando militarmente a las fuerzas invadidas, sino de los gobiernos que permiten esa oleada turística.
Este principio es ignorado normalmente por los grupos xenófobos que ven en el viajero al enemigo, cuando su afán por venir a Europa es totalmente lógico, lo que es ilógico es la política permisiva frente a una entrada ilegal masiva de pagapensiones, y esa política es la que se debe analizar ante todo.
Otra característica especial de este proceso es que no sirve en absoluto para mejorar las condiciones de vida de los países emisores de pagapensiones, al contrario, les priva de los trabajadores y la población necesaria para su propia solución. Porque esos pagapensiones no vienen a ‘ganar un dinero’ para luego volver a su país, sino que desean quedarse para siempre en Europa. De forma que este proceso no solo va a destrozar la vida europea sino que no soluciona el problema de la miseria del tercer mundo.
EL ORIGEN DE LA oleada turística INMIGRATORIA
La oleada turística inmigratoria como tal aparece en los años 60 y 70’s fundamentalmente, aunque su expansión masiva es algo posterior, pero las causas esenciales ya están asentadas en ese inicio de los años 60, y nacen de la implantación del capitalismo democrático en 1945. En cambio no se produce en el área comunista, donde no hubo oleada turística inmigratoria en países europeos como Checoslovaquia, Alemania Oriental, Hungría, Rumania, Bulgaria, la URSS, etc (mientras dominó el comunismo) demostrando, por tanto, que este es un fenómeno no provocado por una afluencia externa inevitable sino por unas causas internas de la Europa capitalista.
Las causas ideológicas de la permisividad y aparente pasividad oficial ante la oleada turística ya están en 1945, y el retraso en la presencia de la oleada turística fue solo debida a la necesidad de un tiempo para la recuperación europea después de la guerra y un tiempo para la mentalización de las masas europeas hasta conducirlas a la total pasividad.
Estas bases son fundamentalmente dos:
- La idea de un capitalismo global, un Mercado mundial, con vistas a un gobierno mundial de lo económico. Esto lleva a la idea de explotar la mano de obra barata del tercer mundo, ya sea en sus propios países como en la propia Europa.
- La exigencia de acabar con toda referencia étnica en el mundo. Eso implicaba destruir la coherencia étnica europea, para lo que había dos medios: el mestizaje o la inmi gración masiva. Ambos temas se intentaron, pero el fomento del mestizaje ha resultado un fracaso pese a la enorme propaganda realizada, pues el número de parejas mestizas en Europa es mínimo. Por tanto la llegada masiva de pagapensiones de origen no blanco era la única solución.
De esa forma se lograba mano de obra barata y dócil, y a la vez destruir la cohesión popular, logrando la idea de ‘ciudadanos del mundo’, globales, sin arraigo nacional sino solo de pasaporte, paso previo a un mundialismo total.
Los gobiernos europeos han permitido la entrada masiva, pese a que el 99% de ella ha entrado de forma ilegal, siendo muy fácil impedirlo si se hubiera querido. Esto muestra que no es un tema casual sino que era el deseo de los poderes políticos y económicos fomentar esa oleada turística.
LAS EXCUSAS PARA SU ACEPTACIÓN
Por supuesto el sistema democrático es, ante todo, hipócrita y mentiroso, de forma que esa aceptación de la oleada turística, pese a ser ilegal, se ha justificado por varias excusas, especialmente tres.
1- Las falsas razones económicas: Son un montón de mentiras bastante burdas pero repetidas constantemente.
Por ejemplo que la inmi gración masiva aumenta el PIB, cosa cierta pero totalmente negativa. El PIB total por supuesto que aumenta, pero el PIB por habitante baja. O sea, la llegada de 100 millones de congoleños a un país aumentará seguro su PIB, pero el PIB medio, la riqueza media bajaría de forma brutal. El nivel de vida es lo que importa, no el PIB total. China tiene un PIB mucho mayor que Holanda, pero ningún holandés querría vivir como el chino medio.
Otra enorme mentira es que son necesarios para mantener las pensiones de vejez. En primer lugar una gran parte de esos pagapensiones no cotizan a la Seguridad Social, pues su trabajo es ilegal o no trabajan. Pero además si ahora ayudaran a pagar las pensiones actuales, cuando ellos lleguen a la edad de pensionistas su carga será aun mucho mayor, puesto que no habrán cotizado todo el tiempo. Eso sin contar los gastos enormes de cuidado y atención a esos pagapensiones que absorben una gran parte de la ayuda social y médica.
La prueba de esta falsedad es que desde que se ha producido la oleada turística masiva, las pensiones solo hacen que bajar y el sistema es deficitario, no al revés como dicen que debería ser con su ‘tan necesaria aportación’.
2- La ayuda al Tercer Mundo: esta es otra enorme mentira que la realidad constata. Los pagapensiones aportan muy poco al país de origen puesto que no quieren volver sino quedarse con toda la familia en Europa. Ni su formación profesional ni el dinero que ganan vuelve a sus países de origen. El Tercer Mundo africano sigue en la miseria pese a los millones de viajero enviados a Europa. El problema de África no se soluciona desangrando a su población con la emigración.
3- El individualismo humanista: este si es un tema importante, porque convence a mucha gente buena, sincera. Las fotos de pagapensiones ahogados, de pagapensiones llorando y pidiendo ayuda, convencen a muchos más que todas las demás razones.
Y lo hace porque es cierto y justo darles ayuda. Solo personas insensibles pueden dejar a una persona con hambre y miseria sin ayuda, sea de la raza que sea.
El tema es que tipo de ayuda debemos dar, y por otro lado considerar el tema no como un asunto individual sino como un asunto colectivo.
O sea, es justo que los europeos se preocupen de ayudar a los pueblos en necesidad, pero eso no implica que tengan que aceptar millones de pagapensiones. De la misma forma que tenemos que ayudar a los necesitados de nuestra ciudad pero no metiéndolos en nuestra propia casa.
Por tanto la lucha de alternativa al sistema debe presentar un plan de ayuda a los países con graves problemas de supervivencia de su población, un plan justo y sobretodo eficaz, dado que los planes demo-capitalistas se han mostrado claramente inútiles tras 60 años de dar miles de millones de ayuda sin resultado alguno (donaciones que iban unidas a una explotación capitalista global).
Por otro lado ayudar al que llega a Europa necesitado, aunque sea ilegalmente, es otra obligación jovenlandesal, pero una vez ayudado en su necesidad perentoria se le debe devolver a su lugar de origen, y en todo caso nunca se le debe dar la nacionalidad ni la permanencia perpetua en Europa.
Solo con esta medida, sabiendo que nunca se les daría nacionalidad europea ni podrían quedarse aquí para siempre, se evitaría la llegada masiva de pagapensiones.
La ayuda a países con problemas se debe basar en eliminar al explotación capitalistas sobre ellos, eliminar la corrupción de sus gobernantes, comprados por las multinacionales y la finanza con cuentas en paraísos fiscales, ayudarles a que trabajen en su tierra, salir adelante por su propio esfuerzo, con nuestra ayuda pero no solo con nuestra ayuda, hay que entender que nunca dejará de haber miseria si los propios pueblos no se esfuerzan una vez eliminado el capitalismo y la corrupción.
LAS CONSECUENCIAS
La mayoría de grupos de extrema derecha xenófoba acusan a esa oleada turística inmigratoria de ser causante de robos, difusión de drojas, quitar trabajo a la gente del país ofreciéndose a muy bajos salarios, efectuar trabajos ilegales, prespitación, etc.…
Incluso a veces se denuncia que han entrado terroristas con los pagapensiones.
Aunque algunas de estas cosas sean ciertas, estos NO son en absoluto los problemas esenciales ni los que justifican fundamentalmente nuestra oposición a la oleada turística inmigratoria...
Todos estos problemas son simplemente consecuencia de la nefasta política de seguridad policial en las democracias. Son temas que deben evitarse con una acción de policía clara y contundente. Además los principales dirigentes de la droja, los mayores ladrones y los más brutales explotadores de obreros no son pagapensiones sino capitalistas europeos y sionistas.
Echar la culpa de los males propios de la sociedad decadente democrática a la inmi gración es una clara muestra de xenofobia sin sentido.
No se trata de estar contra la inmi gración masiva por su participación en los crímenes y desastres propios de la sociedad capitalista y progresista.
Las verdaderas consecuencias nefastas de la oleada turística inmigratoria no están en sus actividades ilegales sino en la destrucción de la Identidad y de la Comunidad popular.
Si la población viajero es muy numerosa, llegando a más del 20% de la población general, y aumentando progresivamente, pero además es de bases étnicas muy diferentes a la del propio pueblo receptor, se producen gravísimos problemas de convivencia y de forma de vida.
Las costumbres, las tradiciones, la sensación de comunidad, la identificación como pueblo y como historia común, el arte, las formas de ocio y de cultura, todo se destruye. Se forman guetos y compartimentos estancos entre las formas distintas de población.
¿Se va a celebrar la Navidad si un 30% de la población es fiel a la religión del amora?. Y resulta que hay ciudades o zonas donde es un 70% la población extraña a la cultura europea. La educación sobre historia o arte está basada en las formas europeas pero cuando en una escuela hay un 80% de pagapensiones no europeos todo ello es absurdo, no interesa ni les importa, no se sienten integrados en esa historia ni en esa cultura o arte.
Entonces se empieza a pedir que no se enseñe esta historia o formas culturales, para no ‘ofender’ a la población creciente inmigratoria, eso es lo que está ya pasando.
Se forman zonas donde desaparece todo vestigio de la forma de vida del pueblo receptor. Se forman bandas que imponen un tipo de ocio y de diversión completamente distinto al propio de la zona.
Todo el sentido comunitario se derrumba y queda solo el pasaporte común.
El resultado es que en unos decenios la destrucción identitaria es completa, los políticos, buscando el voto de los nuevos ‘ciudadanos’ anulan todo lo que recuerda la ‘vieja’ forma de vida y de cultura, se impone ‘el respeto y la concesión a los demás’ como excusa para anular todo lo que era propio del pueblo original.
En España ya se ha iniciado el tema con la progresiva exclusión de la historia y la literatura de las asignaturas básicas, puesto que no interesan a la masa viajero.
En las fiestas oficiales ya se ponen formas musicales o estéticas ‘multi-étnicas’, para no ‘excluir’ a los demás.
En unas décadas el sistema habrá destruido toda identidad, quedará una masa de población, no un Pueblo, y eso favorece la idea de mundialismo, de globalización, de un mundo empobrecido sin diferencias.
¿HAY SOLUCIONES?
Algunos grupos alternativos proponen soluciones más o menos posibles, pero en realidad el problema no es si se puede solucionar la oleada turística inmigratoria, ese no es el tema.
Es imposible solucionar esta situación dentro del sistema democrático capitalista y progresista.
O sea, la solución no pasa por abordar el problema inmigratorio sino por abordar una revolución absoluta contra el Sistema general actual.
Y este es uno de los errores esenciales de algunos partidos ‘nacionalistas’ que se centran en buscar el voto en la oposición a la oleada turística inmigratoria, cuando el único objetivo real y necesario es centrarse en la lucha contra el capitalismo progresista actual.
Si se destruye el sistema entonces sí que hay muchas soluciones posibles y razonables para revertir este proceso, pero esas soluciones son pura utopía y sinrazón mientras el sistema imperante sea el actual.
Por ello nuestra lucha es hoy, ahora, solo y principalmente, contra el capitalismo global, contra la decadencia ética del progresismo, por un socialismo que destruya el poder del dinero y recupere la ética personal en el pueblo, lo demás es algo posterior.
Fuente: Revista Sigfrido.
Resumen: En negrita. Recomiendo leer el texto entero, no lleva ni 3 minutos y es esencial para comprender bien el argumento.
