La odisea del Primavera Sound: "Era la guerra, tuve que andar 10 km hasta Arganda"

Cirujano de hierro

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Toledo Sur
Tras las polémicas generadas por la lluvia y las largas colas en los accesos, se plantea un cambio de lugar para 2024.


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Después de las polémicas de los últimos días causadas por los atascos, las largas colas de espera y el mal tiempo, la organización del Primavera Sound se está planteando trasladar la próxima edición a otra localización.

Así lo comunicaron en la rueda de prensa post festival la directora del Primavera Sound en Madrid, Almudena Heredero, y el director de Comunicación, Joan Pons. De hecho, desde la organización reconocieron que uno de los problemas principales a los que se tuvieron que enfrentar fue el mal tiempo y que este provocó que el terreno del recinto de la Ciudad del Rock, en Arganda del Rey, se trasformara en una mezcla de barro y agua impracticable. A la cancelación de toda la programación prevista para el pasado jueves 8 de junio y a las quejas del público, deseoso de disfrutar de las actuaciones de sus cantantes favoritos desde el anuncio del cartel, se sumaron incluso problemas de movilidad.

Era la primera vez que el Primavera Sound llegaba a Madrid, mientras en Barcelona lleva más de 20 años siendo un icono de diversión, música y una fecha muy esperada tanto por los españoles como por los extranjeros, que vienen de todo el mundo para disfrutar de un ambiente único en su género.

Fue un bautismo mojado y poco afortunado el de la capital, donde, el pasado viernes, el concierto de una de las bandas más populares, los Depeche Mode, tuvo que ser demorado casi 40 minutos para permitir llegar a tiempo a los fans bloqueados dentro de sus propios vehículos. Así, muchas quejas por parte del público llegaron, incluso, a causa de la mala gestión de las lanzaderas, un sistema de tras*porte pensado para gestionar las entradas al festival y que no funcionó como se esperaba.

A esta contrariedad, reconoció Heredero, se tuvo que añadir la falta de aparcamientos, debido a que el sábado «sólo se pudo utilizar el 50% de las plazas de parking». El resto resultó afectado por la gran cantidad de lluvia caída durante los días precedentes.

No obstante, tanto la dirección como el responsable de comunicación se mostraron muy satisfechos con el desarrollo del festival, subrayando que «se cumplieron todas las expectativas». Asimismo, aseguraron que seguirán apostando por Madrid y que el Primavera Sound volverá a la capital el año que viene.

El recinto de Ciudad del Rock pareció, desde el principio, el lugar más idóneo para albergar a los miles de espectadores y los diferentes escenarios, 12 en total. Sin embargo, los problemas de movilidad y las condiciones meteorológicas han terminado siendo motivos fundamentales sobre los que reflexionar para la próxima edición y, así, trasladar el evento a un lugar más adecuado.

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"LOS ACCESOS FUERON UN CAOS"

«Aquello era la guerra». Así define Alicia lo que vivió en el Primavera Sound, la madrugada del pasado sábado. Durante los últimos 10 años ha asistido a muchos festivales de música y asegura que nunca ha vivido algo igual.

Ella y su marido adquirieron abonos generales y, después de la cancelación del jueves, el viernes acudieron con muchas ganas. Optaron por el servicio de lanzadera, que partía del Metropolitano, y, como señala Alicia, «ahí comenzó el caos». Un trayecto que debía durar 30 minutos se prolongó durante dos horas.

Si, en aquel momento, hubieran sabido lo que les esperaba a las seis de la mañana, esos 120 minutos les hubieran parecido segundos. Y es que fue entonces cuando comenzó su gran odisea. «Decidimos ir andando desde allí hasta Arganda del Rey. Una distancia de casi diez kilómetros. Te aseguro que fue la mejor opción, aunque mis pies no lo crean», comenta. No fueron los únicos que tomaron esta alternativa. Decenas de personas también caminaron en fila, paralelas a la carretera, y por zonas de campo y naves con destino a la ciudad argandeña. «Era imposible quedarse en el recinto del festival. Miles de personas esperaban las lanzaderas, taxis y VTC. Las colas eran interminables», señala.

Mario califica como «embudo» aquel lugar. Él estuvo allí con un grupo de amigos el viernes y el sábado, y tiene claro que el problema fueron los accesos. «El festival estuvo muy bien. Se había limpiado y acondicionado. El interior del recinto estaba preparado. Desconozco si todo el caos se produjo por los controles, pero no fue normal», subraya. Los dos días tuvieron problemas tanto en la llegada como en la salida, pero ésta fue peor. «Dramática», define.

El sábado tardaron en acceder unos 40 minutos, 20 de ellos los pasaron andando. «Si hubiéramos permanecido en el vehículo, habríamos tardado muchísimo más», añade. Lo peor lo vivieron a las cinco de la mañana cuando decidieron irse. Mario estuvo esperando un taxi dos horas y cuarto. No optó por la lanzadera porque, como explica, «las colas de gente era increíbles en todos los lados. No se sabía dónde empezaban ni dónde terminaban. No había manera de salir de allí», concluye.

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ROSALÍA, BAD GYAL Y CALVIN HARRIS, EN UN ÚNICO EVENTO

Si fuera del recinto la atmósfera era muy tensa, una vez dentro, el Primavera Sound resultó ser un éxito. Una explosión de colores, comida para todos los gustos, largos prados donde sentarse a descansar y, lo más importante, artistas nacionales e internacionales que montaron un espectáculo increíble.

La organización dentro del recinto funcionó muy bien. Los numerosos quioscos puestos a disposición del público ofrecían diferentes tipos de bebidas, como la clásica cerveza o la italiana Spritz. Todo en vasos de plástico reutilizable para evitar el desperdicio. Además, se podía elegir entre una larga lista de alimentos como hamburguesas, cocina del sur muy sur, patatas fritas y postres: crepes, helados, gofres...

El servicio de limpieza no falló y supo atender a la gran cantidad de gente que participó en el festival. En los aseos, el personal se ocupaba de su funcionamiento, incluso en los momentos de máxima confusión. Ninguna cola exagerada, ni falta de productos indispensables, como el jabón.

Pero el secreto del éxito de este festival fue, sin duda, los conciertos del sábado. Entre las actuaciones más esperada estuvo la de Calvin Harris, que reunió a miles de personas bajo su escenario para cantar alguno de sus hits, comoI Need Your Love, Blame y Outside. Todo esto acompañado por juegos de luces que cambiaban a ritmo de su Dj session, por los bailes improvisados de gente de diferentes edades y por las pantallas de los móviles que intentaban inmortalizar el recuerdo de esta jornada.

Una de las artistas más conocidas, Rosalía, fue protagonista de dos momentos muy conmovedores. El primero, cuando bajó del escenario para cantar La noche de anoche, junto a una pequeña admiradora, y el segundo, cuando, emocionada, recordó las palabras de su abuelo, que le decía que «la vida de artista era muy dura».

Sin olvidar la presencia de los Måneskin, el grupo de rock ganador de Eurovisión 2021, de la artista estadounidense Caroline Polachek y de Bad Gyal. Los espectadores pudieron disfrutar de un festival muy variado, divertido e inclusivo, donde bailaron y cantaron a pleno pulmón soñando ya con la próxima edición.


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