La N-330, N-420 del olvido al ‘no me acuerdo’

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La N-330, del olvido al ‘no me acuerdo’ - Diario de Teruel
La falta de inversiones que arrastra la carretera de Cuenca (N-330) en la provincia de Teruel es la historia de un despropósito

La falta de inversiones que arrastra la carretera de Cuenca (N-330) en la provincia de Teruel es la historia de un despropósito. La mejora de la infraestructura se aparcó a principios de siglo porque se iba a construir una autovía en su lugar, después de que el Estado fuera incapaz de acometer en los años 90 del pasado siglo el acondicionamiento de la vía a pesar de tener hecho el proyecto. Veinte años después no hay ni una cosa ni la otra, sino una carretera con un trazado y unas características propias del siglo XIX, y que desde que se inició el nuevo milenio se ha cobrado 312 accidentes con 5 muertos y 87 heridos en un tramo de solo 27 kilómetros.

La N-330 es la carretera nacional más olvidada de la provincia en lo que a inversiones se refiere, y se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para su mantenimiento por parte de la Demarcación de Carreteras de Fomento en Teruel, ya que precisa de una intervención constante para suplir sus carencias.

La proximidad del río, además, es otro hándicap, como puso ayer de manifiesto el árbol que cayó sobre la N-330 en el término municipal de Libros hacia las seis y media de la tarde y que cortó el tráfico, según informó el alcalde de la localidad, Raúl Arana.

Los alcaldes de los municipios afectados no dejan de quejarse mientras los habitantes de estos pueblos se sienten marginados porque hace veinte años estaba todo a punto para la licitación de las obras de ensanchamiento de la calzada, la eliminación de curvas y la adaptación de la infraestructura a los tiempos modernos, y a día de hoy lo único que ven es un constante trasiego de camiones en una vía por la que da respeto conducir debido a su peligrosidad.

Todo se paralizó por una decisión política de construir una autovía en su lugar, que no se ha hecho, y que ha dejado en la estacada a estos pueblos con una vía que mantiene el mismo trazado y anchura que cuando se construyó en el siglo XIX, entre Teruel y Tarancón, para el tránsito de diligencias.

El tramo Teruel-Los Santos es lo único que queda pendiente de acondicionar de esta carretera, que en la parte de Cuenca lleva tiempo arreglada. Son apenas 35 kilómetros, de los cuales 27 discurren dentro de la provincia de Teruel y el resto por el Rincón de Ademuz.

A pesar de ser una carretera nacional, su anchura está entre 6 y 6,5 metros, cuando lo normal es que en este tipo de calzadas sea de 7 metros sin contar el arcén. Aquí no hay ni arcén y encima tiene curvas muy cerradas que restan visibilidad, lo que dificulta el cruce de camiones en algunos puntos.

Además de los accidentes, que desde el año 2000 se han contabilizado 312 según datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico, son frecuentes los roces entre camiones, que no llegan a contabilizarse en las estadísticas pero que hacen saltar continuamente espejos retrovisores con el riesgo que entraña para el resto de la circulación. Al ser la parte que más sobresale, los camiones se tocan con los espejos y del golpe saltan arrancados. Los retrovisores salen desprendidos y caen en ocasiones sobre los vehículos que circulan en caravana u obstaculizan la vía.

La alcaldesa de Riodeva, Lola Llovera, ha llegado a verlo y vivir en persona esa experiencia aunque el espejo no llegó a golpear en su coche. "Una vez lo viví yo y menos mal que llevaba cierta distancia de seguridad, porque dos camiones al cruzarse se golpearon con los espejos y uno salió hacia atrás", comenta Llovera, quien reconoce que incidentes así son algo que sucede de manera continua por la estrechez de la vía y la falta de arcenes.

Quejas de los usuarios

Los usuarios se quejan además de que no hay forma de arrimarse a la derecha para evitar estos choques porque se han instalado vallas de seguridad a lo largo de casi todo el trazado. Son quitamiedos que se han colocado precisamente para que los vehículos no pisen la hierba, al no haber arcén, y evitar que se salgan de la vía, uno de los siniestros más frecuentes en el tramo que va desde el enlace con la variante de Teruel hasta el límite de la provincia.

Desde el 1 de enero de 2006 y hasta el pasado 30 de septiembre de este año, en ese tramo turolense de la N-330 se han contabilizado 196 accidentes, según las estadísticas facilitadas por la Jefatura Provincial de Tráfico. De esos siniestros, 66 han sido por salidas de la vía, una tercera parte del total, y 44 por colisiones frontales, laterales o con objetos en la calzada.

Los datos de Tráfico arrojan, además, un elevado número de accidentes por atropello de animales, que alcanzan 68 casos en diez años. Ninguno de los 27 kilómetros de este tramo se ha visto exento de algún tipo de accidente, tal como puede verse en una detallada infografía publicada en las páginas 4 y 5 de este periódico, donde se informa con detalle de la clase de siniestros por tipo y punto kilométrico.

El proyecto técnico para el acondicionamiento y mejora del trazado de esta carretera en el tramo Teruel-Los Santos fue aprobado a mediados de 1997, pero nunca llegaron a licitarse las obras, a diferencia de lo que ocurrió en otras carreteras nacionales de la provincia que entre finales del siglo pasado y principios de este fueron arregladas, con la excepción de la N-232 en Ráfales por los problemas que tuvo y cuyas obras se están ejecutando todavía hoy.

Ante el olvido de Fomento, con la excusa de que se iba a construir una autovía, el esfuerzo de la Demarcación de Carreteras se ha tenido que centrar en el mantenimiento, pero con las partidas de conservación ordinarias. Por eso es frecuente ver por la carretera a los operarios del Centro de Conservación de Carreteras de forma prácticamente continua.

Se han puesto muchos quitamiedos, de los que se queja la gente porque las vallas impiden arrimarse a la derecha, y se han hecho actuaciones que no son visibles para las conductores pero que sin ellas hace tiempo que por esa carretera no habría manera de circular. El río discurre al lado y tiende a socavar la carretera por la humedad, lo que ha obligado a poner escolleras. Además, afecta a la estabilidad de los árboles que hay en la orilla, como el que ayer se cayó por la tarde en Libros a causa de las tormentas y cortó la calzada.

Además, cada vez que es necesario, ya que se hacen inspecciones anuales, se interviene sobre la capa de rodadura. Son, no obstante, intervenciones menores, como la que se va a acometer próximamente en 4 kilómetros a la altura del límite de la provincia consistente en sustituir la capa superficial de rodadura.

Sobre las obras de acondicionamiento no hay nada, están en el olvido y nadie se acuerda de ellas en Madrid, y en Teruel han salido prácticamente del discurso político, más centrado en pedir la A-40. Hace tiempo que dejaron de figurar en los Presupuestos Generales del Estado con la excusa de que se iba a construir la autovía, de la que tampoco se sabe nada. Desde el Ministerio de Fomento se asegura que se sigue trabajando en el segundo Estudio Informativo que se está haciendo, encargado después de que la Declaración de Impacto Ambiental del primero truncara los trazados planteados. Fuentes de Fomento han asegurado a este periódico que no hay fechas sobre cuándo podrá estar.

Los que tienen que circular por esa carretera a diario, no solo quienes viven en sus pueblos sino los camioneros, están hartos de la situación. El presidente de la Asociación de tras*portistas de Teruel, César Soriano, asegura que el problema es histórico y que urge darle una solución porque en muchos puntos del trazado los camiones pasan muy justos cuando se cruzan, algo que es incomprensible en una carretera nacional en pleno siglo XXI.

Trasiego de camiones

El mayor tráfico que soporta la vía en estos momentos es a causa del tránsito de mercancías. Aunque antes circulaban más camiones con caolín procedentes de las minas, el trasiego de tráilers de gran tonelaje no ha cesado y es continuo. "La carretera es muy peligrosa porque hay muchos cuellos de botella", comenta el presidente de los tras*portistas.

Los turismos suelen ponerse nerviosos porque se forman caravanas detrás de filas de camiones y no hay forma de adelantar, sobre todo porque todo el trazado es prácticamente línea continua. Hay muchas accidentes en rectas. Además, los tráilers se abren en curvas como la de la Peña del Campo e invaden el otro carril, con el riesgo que entraña para quienes circulan en sentido contrario al no haber visibilidad.

"No sé de quién es la culpa, si de Fomento o de nuestros políticos que no empujan suficiente, porque a veces se gastan las cosas en lo que no hace tanta falta y se olvidan las prioridades", afirma Soriano. Para el presidente de los tras*portistas turolenses, "no se pueden esperar veinte años con la carretera así como está mientras llega una autovía que tampoco está". A su juicio, los políticos "han prometido mucho aquí, pero se quedan después pillados con lo que deciden y hacen en Madrid, mientras pasan los años y todo sigue sin arreglar".

Los alcaldes de los municipios turolenses por los que pasa la N-330 son de la misma opinión. Hace pocos días el PAR reclamó actuaciones urgentes en esta infraestructura. Los ayuntamientos de Villel, Tramacastiel y Riodeva están gobernados por esta formación política, pero los alcaldes de Libros y Villastar son de la misma opinión, que urge prestar atención a esta infraestructura y darle una solución con independencia de cuándo se haga la autovía si es que algún día se hace.

Mientras las obras de la N-232 entre Ráfales y el límite provincial están ya en marcha tras dos décadas de contratiempos, la N-330 sigue sin solución, a pesar de que desde principios de este siglo debería estar arreglada. El proyecto estaba hecho y solo había que ejecutar las obras, pero se cruzaron mil excusas, primero los recortes presupuestarios y después que se iba a tras*formar en autovía. Es así como la N-330 se ha convertido de la carretera del olvido a la del "no me acuerdo" en los planes ministeriales de Fomento.

Esperando desde 1997

Lo de la N-330 es un caso de desidia, olvido y quién sabe si de desprecio total y absoluto hacia la provincia. Es inconcebible que en otro sitio hubiese pasado lo ocurrido con la carretera de Cuenca entre Teruel y Los Santos. El proyecto técnico se aprobó definitivamente el 30 de julio de 1997 y desde entonces ningún gobierno ha sido capaz de acometer las actuaciones, ya estuviera gobernando el PP o el PSOE. Unos y otros se han echado las culpas mutuamente en función de que estuvieran gobernando o en la oposición. El presupuesto de la obra, que incluía las variantes de Libros y Mas de Jacinto, ascendía a algo más de 4.600 millones de pesetas, pero nunca se licitaron. A finales de 1998 el Gobierno argumentó que no entraba dentro de las prioridades presupuestarias por la austeridad de las cuentas públicas dada la situación económica de entonces, y a mediados de 2001 se dijo que la licitación estaba "muy próxima a llevarse a efecto". Pero para esas fechas se había anunciado la construcción de una autovía cuyo estudio informativo fue adjudicado ese mismo año. En 2009, con otro gobierno, la Declaración de Impacto Ambiental negativa dio al traste con la autovía A-40, aunque después se encargó otro estudio informativo pendiente de resolver todavía. Mientras, el arreglo de la N-330 cayó en el olvido hasta desaparecer de los Presupuestos del Estado.

Un trazado para diligencias

El trazado de la N-330 está tal cual fue diseñado cuando se construyó en el siglo XIX para enlazar Teruel con Tarancón, más allá de Cuenca. Desde entonces mucho ha cambiado en el tras*porte por carretera en este país. De las diligencias y carros que circulaban entonces por ella se ha pasado a vehículos de gran cilindrada y a camiones de varias toneladas, que discurren por el mismo sitio que lo hacían las diligencias de hace más de un siglo. Tramos como el de la Peña del Campo, donde la carretera pasa por debajo de una gran roca que se inclina sobre la calzada derecha en sentido a Cuenca, no presentaban dificultad alguna para las diligencias y carromatos de entonces, pero ahora las cajas de carga y el volumen de los tráilers hace que los camiones se abran e invadan el otro carril. Es uno de los puntos de mayor riesgo de la vía.
camiones-cruzan.jpg

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No se quien ha escrito esa cosa, pero la 330 iba de Alicante a Somport. De Ademuz va a Teruel y de ahi a Zaragoza. No pinta nada cuenca.
 
Cuenca pinta que la N-330 al paso de Ademuz a Teruel comparte asfalto con la N-420 que va de Teruel a Cuenca , el tramo es tanto N-330 o N-420
 
El trazado no se va a tocar en la provincia de Teruel, porque enlaza dos provincias que se la sudan a todos los políticos. Los primeros, los de las propias provincias afectadas. Básicamente, porque si uno mira los resultados electorales, apenas cambian en 40 años.
La gente de Cuenca y de Teruel puede pasarse el día protestando, que de por sí no les van a hacer ni puñetero caso. Si a eso le sumamos que cuando llegan las generales, mandan a los mismos al Congreso, pues es la pescadilla que se muerde la cola.
Un buen ejemplo de disfrutar lo votado.
 
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