LA MEJÓ SANIDÁ DER MUNDO: Muere una joven de 18 años en Cádiz tras confundir un derrame cerebral con una otitis

Muere una joven de 18 años en Cádiz tras confundir un derrame cerebral con una otitis

• La joven fue diagnosticada de otitis en el Hospital de Puerto Real (Cádiz) pese a presentar convulsiones, bajo nivel de conciencia, rigidez, sudoración profusa y no ser capaz de mantenerse en pie ni controlar esfínteres
• Los padres denuncian al Servicio Andaluz de Salud por la deficiente atención médica recibida por su hija que fallecía horas después por un derrame cerebral

La joven de apenas 18 años pasó por su centro de salud en Chiclana (Cádiz) y por el Hospital Clínico de Puerto Real donde le diagnosticaron una simple otitis. Ya en la UCI del Hospital Puerta del Mar de Cádiz no pudieron hacer nada por salvar su vida. Su familia ahora demanda al Servicio Andaluz de Salud.

Ocurría hace seis meses. La joven acudía en compañía de sus padres al centro de salud de La Longuera por presentar los síntomas de vértigo y pérdida de conocimiento con relajación de esfínteres (incapacidad para andar y respuesta verbal besugo) y otalgia derecha, dolor que se reflejaba en la mandíbula, que presentó en casa aquella misma madrugada.


En la exploración, además de la sintomatología expuesta, presentó dificultad para levantar y mantener el brazo izquierdo, motivo por el cual le elaboran informe y la derivan inmediatamente al Hospital Clínico de Puerto Real (Cádiz), con el fin de completar la exploración y descartar otras posibles patologías. Horas más tarde, moría por un derrame cerebral.

La familia denuncia al Servicio Andaluz de Salud

La familia, a través de Bufete Ortiz Abogados, ha interpuesto Reclamación Administrativa Previa a la vía contenciosa frente al Servicio Andaluz de Salud y su Aseguradora por la deficiente atención médica que recibió la joven, tras acudir a Urgencias del Hospital Universitario de Puerto Real donde le diagnosticaron erróneamente una otitis y le derivaron al alta.

En este centro era atendida “por vértigo y otalgia derecha” por dos facultativas del Servicio de Urgencias que “aparentemente no tenían mucha experiencia”, según explica su abogado José Luis Ortiz Miranda que relata que, a su llegada allí, es acomodada en una silla de ruedas en la que se vuelve a orinar, le realizan una extracción de sangre para su análisis y solicitan recogida de muestra de orina la cual nunca llegó a realizarse, siendo trasladada seguidamente a una camilla de la sala de vulnerables (sin monitorizar) en la que se orina nuevamente.

Le mandan gotas para la otitis y el vértigo y la mandan para casa

Al ser explorada por los médicos de urgencias le dan un diagnóstico de otitis, puesto que presentaba rojez en el oído derecho y le prescriben tratamiento para la cefalea y para los síntomas de supuesto vértigo que presentaba. Seguidamente, y a pesar del estado en el que se encontraba la joven, le dan el alta con el juicio clínico de ‘otitis externa’, tras descartar signos o síntomas de alarma y le prescriben tratamiento para iniciar en casa, de gotas para el oído y tratamiento oral para tratar los síntomas de vértigo.

Pese al alta domiciliaria, los padres deciden permanecer en urgencias ya que la joven presentaba “convulsiones clónicas, bajo nivel de conciencia, rigidez en miembros inferiores, sudoración profusa” y no era capaz de mantenerse en pie ni controlar esfínteres, lo que hace que finalmente se solicite una interconsulta a radiología que no consideró necesario realizar T.A.C craneal.

“Fue valorada por ORL sin que se encontrasen alteraciones en la otoscopia por lo que la paciente fue derivada de nuevo al Servicio de Urgencias Hospitalario para ampliar su estudio y descartar así patología central. Evaluada de nuevo, se anotó que presentaba cefaleas de 3 días en región temporal derecha y otalgia, además de una pérdida de conocimiento con relajación de esfínteres”, recoge la denuncia.
Se hace constar una petición de analítica por la UCI cuyo resultado se obtiene horas después. Se anota que había tenido una crisis parcial y deterioro progresivo de nivel de conciencia durante su estancia en urgencias. El nuevo facultativo de la guardia, tras el relevo y la recepción de toda la información, considera que la joven no sufría escalofríos, sino que se trataba de convulsiones y, tras la presión ejercida por un familiar de la paciente (sanitaria), decide finalmente trasladarla al Servicio de Radiología donde le realizan un T.A.C. craneal sin contraste y, posteriormente, con contraste.

El informe del TAC craneal con contraste concluye: “Trombosis de senos venosos durales con la extensión y las características referidas, que presente edema vasogénico difuso y/o áreas de infartos venosos del hemisferio cerebral derecho, con colapso parcial del ventrículo lateral ipsilateral y deviación de la línea media. Pequeño foco de hemorragia subaracnoidea temporal derecho”.

Trombosis con derrame cerebral con estado muy grave

Ante la confirmación del estado crítico en el que se encontraba, se le administra un tratamiento anticonvulsivo y se lleva a cabo el protocolo de traslado a la UCI del Hospital Puerta del Mar, informando al neurocirujano de guardia de dicho traslado, así como a la familia de la “situación crítica de la paciente”.

Tras su traslado e ingreso en la UCI es sometida a una intervención de cirugía urgente (craniectomía descompresiva derecha urgente por hipertensión intracraneal) al no responder favorablemente a los tratamientos. La evolución posterior a la intervención quirúrgica fue desfavorable, presentando un empeoramiento muy grave en las horas siguientes y falleciendo, finalmente, el 20 de septiembre en la UCI del Puerta del Mar.

jolu dijo:

jorobar!

Con evidentes signos neurológicos, las dos Char0s del centro de salud, la remiten al hospital de Puerto Real, donde creo que no hay neurólogo de guardia y apuesto 20 cm de prepucio que tampoco hay neurocirujano (seguro que no lo hay, porque creo que no cubre esa especialidad), en vez de mandar al Puerta del Mar de Cádiz (15 minutos en coche).

En Puerto Real, y con los signos y síntomas descritos, el radiólogo se niega a hacer un TAC (pena de fin y colgado en una farola hasta que los pájaros se lo coman).

Cuando, ante tanta evidencia, lo ve otro médico (un adjunto o alguien con sentido común), se huele la tostada y dice "venga a toda leche un TAC o me acuerdo de los muertos del radiólogo). El radiologo deja el sueño, o el partido de fútbol que estaba viendo y le hace un TAC, primero sin contraste (porque estaría contrariado de que le hayan molestado), y antes las evidencias de las imágenes radiológicas, otro con contraste.

Saltan todas las alarmas. Se nos muere. Y entonces le meten el marrón, tarde, deprisa y corriendo al Puerta del Mar, que habrá hecho todo lo posible, pero el tiempo perdido ha sido una barbaridad.

Note el lector, que ante tanta tropelía, sólo se accede a que se hagan cosas porque un familiar del difunto es sanitario (de lo contrario se hubiera muerto en la silla de rueda).

Conclusión:

A los etnianos no les ocurre estas cosas.

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